¿Cómo luchar contra la "infodemia" durante la pandemia de la Covid 19?

1. Responsabilidad
del periodismo:
¿Cómo luchar contra la
'infodemia' durante la
pandemia
de la Covid-19?
Una perspectiva de
lucha desde la
multiplataforma
informativa de
América Latina,
teleSUR
escrito por:
Patricia Villegas

2. Hace algunos días recibí una invitación para participar en una
de estas actividades virtuales que la pandemia nos ha traído. Llevo 15
años en Caracas y casi 10 como Presidenta de teleSUR y suelo no
intervenir mucho en público. Tengo la idea de que éste, nuestro
trabajo, es tan normal como cualquier otro y que al tener tantas
pantallas presentando contenidos, más que decir, aportamos desde
el hacer. Sin embargo pensé que valdría la pena sistemati- zar un poco
la experiencia de estos meses. Compartir con colegas de otras casas
periodísticas bajo el paraguas de un gran anfitrión, los amigos de
Sputnik.
Así que aquí, en unas cuantas líneas, comparto parte del
quehacer, la forma cómo vemos el mundo tras muchas pantallas y
ritmos cardiacos acelerados. Es un paréntesis en éste, nuestro mundo,
lleno de pasiones, de tensiones, de intensidades permanentes. La
oficina del Pdte. de teleSUR en Caracas está llena de monitores para
seguir hechos que son todos cercanos, sin importar la geografía. El
monitor de la computadora es una ventana abierta a todos los
corresponsales y equipos del multimedio, las cuentas facebook,
twitter, Instagram… el seguimiento a las nuevas redes, el buzón de
entrada del correo institucional, el teléfono, el celular… pantallas,
letras, signos, símbolos… revisar, comentar, discutir.
Aquí va, pues, sin más:
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3. Asistimos a una extraña paradoja. Los medios nos están
sobreinformando, efectivamente, como audiencias hoy estamos
hiperinformados/as. Como nunca sabemos acerca de un montón de
temas que generaciones que nos precedieron nunca siquiera
intuyeron.
Pero ocurre que nuestro conocimiento no es necesariamente
equivalente a la cantidad de información a la que accedemos. Y esta
es la paradoja; hoy estar informados no significa conocer,
comprender o saber.
Volvamos al ejemplo de Venezuela, porque es paradigmáti- co en ese
sentido. Hace un tiempo vi una encuesta que se tomó en Madrid, a las
afueras de una Universidad, es decir, la muestra estuvo compuesta
por gente joven, con formación profesional, relativamente instruida.
Todos eran capaces de responder quién era el Pdte. de Venezuela,
tenían esa información en su cabeza, pero los menos daban la
respuesta correcta preguntados acerca de similares autoridades de los
países vecinos.
Asistimos al fenómeno de la sobreinformación que tiene un propósito
fundamental, que es su opuesto: el de la desinformación. Porque
finalmente la sobreinformación nos desinforma. Se trata de un
bombardeo de datos con poco fondo, imágenes espectaculares con un
texto sobre impreso, con énfasis en el acontecimiento aislado que a
todos/as nos llega a nuestros celulares, pero los por qué, los para qué,
todo aquello que podría ayudar a comprender
Hiperinformar para desinformar
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4. el acontecimiento nunca aparece.
Así pues, que una de las claves de ese otro periodismo posible
por el cual luchamos, al que aspiramos y que es necesario pasa, sin
duda, por entregar a las audiencias información completa, compleja,
con matices, colores, no en blanco y negro, con antecedentes
riguroso, e incluso con hipótesis.
Y en este complejo y paradojal marco, uno de los grandes
retos para quienes estamos en los medios es lograr que dicha
información que entregamos a nuestro público con otras miradas,
con otras apuestas y propues- tas, sea ofrecida con códigos
estéticos de la más alta calidad.
El segundo fenómeno al que asistimos, la segunda
enfermedad que acecha la actividad periodística, es el de la
fragmentación informativa. Está muy vinculado al punto anterior,
pues debido a la hiperinformación parece que tenemos mucho
conocimiento acerca de un tema, pero realmente solo hemos podido
acceder a una partecita de él.
Podríamos citar un sinnúmero de ejemplos para este caso,
pero pienso que el COVID 19 es un caso paradigmático, en este
sentido, una estrella como ejemplo
Fragmentación informativa
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5. de la fragmentación informativa.
¿Por qué? Porque cuándo el COVID llega a Europa – cosa que
no ocurrió antes cuando sólo estaba en China- todos los medios se
volcaron a informarnos y educarnos sobre el particular. En pocos días
nuestro vocabulario cambió, nos volvimos epidemiólogos,
aprendimos términos como curva, exponencial, PCR, Pruebas rápidas,
bioseguri- dad, etc.
Cualquiera diría que, por fin, era la hora del periodismo
científico y que la comunicación de salud llegaba al pódium con
medalla de oro, pero no fue así. Rápidamente en los principales
medios del mundo la información cierta y seria quedó atrás y los
titulares comenzaron a concentrarse en la muerte y en la enferme-
dad como número.
Las autoridades de los distintos países eran esperadas a
diario por millones d televidentes para saber cuántas víctimas y
potenciales enfermos se tenía día a día en Europa.
Y este mismo virus, cuando llega a América Latina, trae como
herencia los mismos males y arriba con la enfermedad de la
fragmentación informativa a nuestro continente, heredándose así
una nociva práctica periodísti- ca. En Chile, por ejemplo, el ministro
de salud apareció a principios de la pandemia, en abril, diciendo que
“tal vez el
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6. virus mute en buena persona”. Así como lo oyen, no es un invento
mío. Y los medios se volcaron y concentraron en esa frase inaudita e
inexplicable científicamente, pero desde el punto de vista del
espectáculo sumamente taquillera y que sirve para desviar
completamente la atención, por ejemplo, delcolapso del sistema de
saludo.
Y así, mientras esa inexplicable frase de la autoridad máxima
de la salud chilena era la estrella de los titulares, la enfermedad dejó
de ser una enfermedad que afectaba a los sectores económicamente
pudiente, para pasar a ser una enfermedad de los sectores
económicamente vulnerables, de los pobres.
El país no tenía cuarentena general, sus casos se convirtieron
para la época en el mayor % por 100 mil habitantes y los medios
andaban titulando con el ministro y no contándonos de cómo la
población iba enfermando y muriendo y cómo la enfermedad que
primero fue de ricos, se volvió de pobres y carenciados
económicamente.
Este es un ejemplo verificable y medible de cómo, mientras estamos
pendientes de la información de manera fragmentada, lo realmente
relevante no está siendo registrado por los grandes medios de
comunicación.
Pero incluso peor que este enfermada de los medios, aparece
la tercera característica estructural de la noticia en estos tiempos.
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7. La avalancha de noticias fragmentadas acerca de la
enfermedad, nos ha dificultado y en ocasiones impedido levantar y
proponer otras agendas, necesarias en este contexto pandémico que
afecta a la humanidad toda.
Por ejemplo, y esto me parece de lo más relevante, se han
ocultado deliberadamente las causas estructurales que evidencia, que
nos trae y que subyacen a la pandemia. Me refiero al hecho de que
sean los sectores más vulnera- bles de nuestras sociedades también
los más afectados por la pandemia.
El ocultamiento de las causas estructurales que pueden
explicar la catástrofe sanitaria en América Latina llegó a extremos. El
propio Pdte. de Ecuador, Lenin Moreno, pidió a través de su cuentan
Twitter que no se creyera en la información que circulaba por esa
misma red respecto de la situación en Guayaquil, donde cientos de
videos hechos por los ciudadanos de esa ciudad mostraban el drama
que el Pdte. pretendía, sin éxito, ocultar. El puerto ecuatoriano
estaba colapsado, los cementerios y funerarias no daban abasto y los
cuerpos muertos de varios de los pobladores pasaron días en sus
viviendas, sin que sus familiares pudieran darles sepultura. Recuerdo
haber hablado con una señora que perdió a sus padres, los tenía
envueltos en
Ocultamiento informativo para
desmovilización social
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8. sábanas, más o menos en la misma fecha en la que el Lenin Moreno
pedía que no creyéramos que eso estaba sucediendo.
En ese sentido, el Covid 19 también sido usado en distintos
países de la región como recurso para la desmovilización social. En
nuestro continente durante el segundo semestre de 2019 y primeros
dos meses de 2020 presenciábamos una explosiva, contundente y
masiva movilización social; teníamos marchas diarias en Chile,
Colombia, Brasil, por sólo nombrar algunos ejemplos.
El virus, gracias al manejo político-sanitario-mediá- tico que
se hizo con éste paralizó la movilización social.
Tanto en Bolivia como en Chile fue la justificación para cambiar
elecciones presidenciales y de plebiscito constitu- cional,
respectivamente.
En Colombia el Presidente Duque hace un programa de no
menos de una hora diaria, donde habla del COVID, pero, a su vez y
gracias a ello, puede no hacer referencia a los otros problemas
sociales del país. Hemos retrocedido a épocas que creíamos
superadas luego de la firma de los acuerdos de paz. Pero hoy las
masacres ocurren diariamente, la muerte de líderes nunca entró en
cuarente- na, así como de los y las desmovilizados/as de las FARC.
250 personas han muerto en Colombia producto de la violencia
sistemática, ya van este año 65 masacres, según último reporte de
INDEPAZ. Pero el Presidente Duque habla de Covid, no
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9. menciona esa otra agenda.
El país retornó a la guerra, mientras los medios hegemónicos
reportaban números de enfermos, muertos y el falso debate entre
economía y salud. El periódico El Tiempo informaba que el COVID es
la segunda causa de muerte en Colombia durante este año, haciendo
referencia a fuentes oficiales ( DANE).
También ocurre al similar en Brasil. Ahí se ha perdido parte
importante de su riqueza natural en El Platanal, pero a diferencia del
año anterior cuando la quema de la Amazonía tuvo una gran
cobertura mediática, los medios hoy no titulan con ello. Una
estadística publicada a horas de este evento, daba cuenta que este
ano los incendios en la Amazonía han sido más feroces que en 2019,
pero los medios no están allí, tampoco hay pronunciamiento de
influenciadores o personalidades del ámbito político. Se está
pendiente de su Bolonaro usa o no tapabocas, pero no de los temas
estructurales de la sociedad brasilera.
Tampoco los incendios de este año en Bolivia, cuya
cobertura un año atrás constituyó el inicio del proceso
destituyente, vía golpe de Estado, del entonces Pdte Evo Morales,
han recibido el mismo tratamiento informativo hoy.
Este abuso informativo que se hace del Covid 19 del
ha permitido en el caso de Venezuela invertir la tendencia
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10. acostumbrada de los medios principales y si antes este país
ocupaba los titulares de los noticieros del mundo entero, a diario,
ahora deliberadamente se la ocultar e invisibiliza.
Los habitantes de este país latinoamericano hemos tenido
que soportar el recrudecimiento de la guerra económica, las fallas en
sus sistemas de servicios públicos, carencia de gasolina, e intento de
invasión mercenaria, en medio de un silencio informativo como el de
los sepulcros. Es decir, mientras antes de la pandemia Venezuela
estaba en el top de los titulares mundiales, ahora la situación es la
inversa.
Ni qué decir de los miles que han regresado al país,
expulsados por las condiciones sanitarias y económicas de los otros
países de la región a dónde habían emigrado por razones
económicas.
Igualmente invisibilizada ha estado, con pequeñísi- mas
excepciones, la labor de la medicina cubana, que no sólo envió
brigadas a más de 60 países para apoyar los sistemas de salud locales,
sino que también ha generado la única posible vacuna
latinoamericana contra la enferme- dad.
Resumiendo, éstas son apenas tres de las grandes
enfermedades que acechan a los medios y de manera
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11. particular a los sistemas informativos, no importa si hablamos de
broadcast o de redes sociales y web. Las características aquí
indicadas sobrepasan las plataformas y los distintos soportes.
Convertirnos en fuente confiable. Hacer de nuestra marca
símbolo de seriedad y rigor.
La gente hoy – enfrentada a crisis sociales y sanitarias-
reconoce la necesidad de tener fuentes diversas de información, y
tenemos que convertirnos en una de ellas.
El hecho mismo de que muchas autoridades usan los canales
públicos en los países donde aún existen como la plataforma principal
para entregar información confiable, les dio nuevamente visibilidad y
recordó su razón de existir.
Los canales y radios, así como periódicos, mejoraron sus
registros de usuarios únicos porque las audiencias hoy no sólo
reconocen la necesidad de tener sanidad pública, son también
medios públicos. Hay un re-posicionamiento del valor de lo público o
por lo menos un renovado debate sobre el particular.
Lo colectivo, lo común, se impuso como en la agenda y en el debate
estructural. Es allí donde está el bien común y no puede ni debe
definirse por los mismos esquemas de
¿Qué hacer?
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12. evaluación de los medios comerciales. No puede imperar entre
nosotros el reinado de los followers, “viewers” o el rating.
Los medios públicos han sido el lugar por excelencia para
extensas y profundas campañas educativas sobre el COVID, donde la
información poco seria o fuera de cualquier rigor científico no estuvo
presente. Se convirtieron así en fuente segura para la consulta
ciudadana.
Recordarán Uds. el llamado a tomar cloro del Pdte de EEUU y
luego las noticias sobre estadounidenses que lo hicieron. Los medios
públicos solo pueden reproducir esto críticamente, porque si se
suman a la avalancha de titulares caeríamos en alguna o en todas las
características previamente identificadas.
Lo colectivo por encima de la individualidad.
El rigor científico de la información que entregamos no es
pretexto para el aburrimiento o la falta de criterio estético. Los
medios públicos tenemos el reto enorme de entretener y de ser
atractivos en nuestros contenidos, de trabajar las historias que nos
emocionan, las historias que marcan la diferencia; de explorar nuevas
formas de contar. Es necesario que nos atrevamos.
Innovar. Sonar. Arriesgar.
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13. Recientemente participé como jurado en un concurso de
formatos web en los prestigiosos premiso de la RAI y puedo dar fe
que hay muchos esfuerzos para contar historias multimedia,
transmedia, que el argumental bien realizado está tomándose,
incluso, las pantallas de servicios informativos.
La apuesta multimedia reina en este tiempo de pandemia, la
información útil para el usuario, la alerta de posibles lugares
riesgosos, así como la imperiosa necesidad de comunicarnos en
medio de la distancia hizo que se generaran contenidos y formas de
producción únicas, que en mi opinión llegaron para quedarse.
Debemos ser capaces de atraer la atención en pequeñas
ventanas de oportunidad que hoy los usuarios nos dan cuando
buscan información con una casa periodística de renombre que la
respalde. Es necesario formarnos para comprender esas lógicas e
incluso, para resistir a ellas. Es necesario trazar estrategia común,
compartir contenidos y agendas.
Los medios públicos tenemos la obligación de mostrar las
causas, los contextos, las particularidades. No podemos voltear la
cara y no ver la extrema pobreza que pulula en nuestras sociedades.
Organismos que hacen proyecciones económicas han dicho que la
región ha perdido 10 años de desarrollo. Apenas han empezado a
levantarse las cuarentenas y ya salen a las calles los ciudadanos,
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14. reclamos se extienden por hambre y necesidad, pero también
por democracia.
En ese escenario estamos inmersos los medios, con lo que
eso implica para nuestros relatos y para nuestro propio crecimiento.
Los medios públicos podemos ser víctimas de la propia crisis
económica que genera el COVID o el pretexto perfecto para terminar
de desmantelarlos, como ha ocurrido en el caso ecuatoriano.
Nuestra obligación es, por lo mismo, promover el nacimiento
de multimedios locales, comunitarios, universi- tarios, etc. Una de las
fórmulas estructurales para combatir o vacunarnos contra la
Infodemia es la promoción de medios no ligados a la lógica del
mercado.
En paralelo, es necesario impulsar una política global para la
educación en medios de comunicación. Debemos poder prepararnos
para enfrentar estas enfermedades
info-comunicacionales del nuevo tiempo. Por el momento podemos
pedirle a las audiencias: no reproduzcas lo que no estés seguro que
sea cierto. Busca medios de todo tipo, de todo color. No te quedes
con aquello que refuerza tu posición, tu sesgo, tus prejuicios. Es
necesario que te controviertas. Busca medios que te presenten
información contextualizada. Huye horrorizado ante el escándalo y el
titular vacío.
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