El documento narra la historia de vida de un hombre que pasó de tener un trabajo estable a convertirse en un viajero que recorre el mundo. Tuvo una infancia feliz y soñaba con viajar. A los 16 años emprendió su primer viaje solo por España. Más tarde trabajó mucho pero olvidó su felicidad al viajar. Un día decidió dejar su trabajo para crear un sitio web sobre viajes lentos, ha visitado 58 países y se siente 10 veces más feliz a pesar de ganar menos dinero.

1. En un país muy, muy lejano, tanto que algunos lo llamaban el Fin de la Tierra, nació hace mucho, mucho tiempo, (bueno, no tanto en términos de Eras), un niño muy pequeño, muy pequeño (como no podía ser de otra manera, porque era un bebé), fruto del amor de una pareja tan pobre, tan pobre, que ni se pudo ir de luna de miel cuando se casaron (bueno, la disfrutaron en su provincia).

2. Tuvo una infancia feliz, marcada por largos viajes de aventura en el Seat 600 de la familia, con sus padres y 4 hermanos, al pueblo familiar, a 100 km de su ciudad natal.

3. En su ciudad había una torre alta, muy alta, que parecía iluminar el infinito, y soñaba con que algún día cruzaría el océano y podría ver su luz desde el otro extremo del mundo.

4. La pubertad le pilló muy, pero que muy joven, y estuvo a punto de fugarse de casa a los 13 años por culpa de su primer amor latino, que regresó a su país en un trasatlántico, dejándolo con el corazón partido .

5. A los 16 años mintió un poco a sus padres y les dijo que iba a pasar las vacaciones con un amigo a su casa de Logroño, pero lo que no les dijo es que antes daría la vuelta a España con su mochila. Durmió en parques, estaciones, obras y otros lugares públicos como playas, de donde fue desalojado por la Guardia Civil arma en mano.

6. Fue a la Universidad, eligió lo que se suele llamar una "carrera con futuro", entró en lo que se suele describir como una "empresa seria" y consiguió lo que se suele definir como "un trabajo para toda la vida"

7. Trabajó muchó, cambió de empresa, de ciudad, de sector, de amigos, de talla, y casi olvidó lo feliz que había sido viajando libre como el viento sin nada más que "el cielo sobre su cabeza y el camino bajo sus pies", cita de su admirado Robert Stevenson (ese, el de la Isla del Tesoro).

8. Pero un día, en la vorágine de un aeropuerto caótico en un amanecer lluvioso y con la ansiedad de un puente aéreo que no salía, decidió dejar de "vivir para viajar" y empezó a "viajar para vivir", creando la página web vagamundos.net, para "viajeros sin prisas”.

9. Desde entonces, y de eso hace ya 8 años, ha recorrido más de 430.000 km. por el mundo en 1.327 días de viaje, publicado 500 diarios y 32.000 fotos en vagamundos.net, ha visitado 58 países y dormido en 777 camas diferentes (lleva las cuentas para contar batallitas cuando se jubile), y aunque ingresa el 10% de lo que ganaba antes, es 10 veces más feliz, por lo que no se arrepiente de su cambio de vida.

10. Del número de amaneceres y puestas de sol, de sonrisas que ha visto en el rostro de los niños, y de charlas intrascendentes pero profundas al mismo tiempo, no lleva la cuenta, porque estas no se miden por la cantidad, sino por la calidad.

11. Si tuviera que definir su filosofía de vida en pocas frases, estas serían: Vive como piensas o acabarás pensando como vives. Navega con el viento de hoy, porque el viento de ayer no te lleva a ningún sitio y el de mañana puede que no llegue nunca. El mejor viaje es el interior, pero hasta que encuentre el camino, seguiré recorriendo el mundo exterior. Para viajar feliz hay que viajar ligero. Antoine de Saint Exupery La felicidad tiene muchos rostros. Viajar es uno de ellos. Jose Saramago Creí que era una aventura, pero en realidad era la vida. Joseph Conrad Los mejores pensamientos son los pensamientos caminados. Nietzsche Viajamos buscando la belleza, pero no la encontraremos si no la llevamos con nosotros. Ralph Waldo Emerson

12. De los señores de Barceló depende que la rana se convierta en príncipe, y que, "colorín, colorado, a dar la vuelta al orbe el vagamundos se ha marchado". Un saludo “croata” de Carlos Olmo