Las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada son una congregación religiosa fundada en Granada, España en 1896 por María Emilia Riquelme y Zayas. Su carisma es vivir una experiencia del Espíritu Santo centrada en el misterio de la Eucaristía y la devoción a María. Este carisma se vive a través de la adoración eucarística perpetua, la evangelización y la vivencia mariana bajo el misterio de la Inmaculada Concepción. Después de más de 100 años

1. Nos llamamos y somos “Misioneras del Santísimo Sacramento y
María Inmaculada”, nacidas en Granada el 25 de marzo de 1896.
Fundadas por María Emilia Riquelme y Zayas.
Nuestro Carisma es una experiencia del Espíritu
Santo vivida por nuestra Fundadora y
transmitida a todas nosotras para que vivamos
según ella.
“Esta experiencia nos configura con Cristo
Sacerdote y víctima en el misterio de la
Eucaristía y nos hace con Él, alabanza,
adoración, acción de gracias e intercesión al
Padre por todos los hombres”CC.12.
“Queremos ser prolongación de Jesús
como alimento, fuerza y consuelo para
nuestros hermanos” CC.
Este Carisma lo vivimos en tres
dimensiones esenciales:
1. A través de la vivencia Eucarística como celebración y como presencia
permanente, en la adoración perpetua.
2. En la evangelización: misión “Ad gentes”. Educación de infancia y juventud y
obras complementarias; parroquias, trabajo social etc.
3. En la vivencia Mariana, bajo el misterio de la Inmaculada Concepción.
Nuestro estilo de vida nace de los rasgos del misterio Eucarístico.
Nuestra Fundadora lo resume en el lema:
“Dulzura y caridad; inmolación voluntaria y alegre por la gloria de Dios y bien
de las almas. Y el sello exterior la sencillez y la humildad”.
Tres amores en el corazón de la Congregación y en cada una de nosotras:
Jesús Eucaristía, María, y los hombres que no le conocen.
Todo su afán y desvelo era llevar el amor de los amores hasta los últimos
rincones de la tierra por todos los medios posibles.
Después de más de 100 años de andadura estamos presentes en España, Portugal,
Brasil, Estados Unidos, Bolivia, Colombia, Angola, Perú, México y Filipinas, llevadas
de la mano de María, “por cuya Madre se hizo todo en la Congregación”.