El documento critica a los preceptores crueles que no explican claramente las tareas a los discípulos ni les ayudan, y en su lugar los obligan a esforzarse sin guía. Luego propone que no se debe castigar a los estudiantes por razones de enseñanza, que lo que deben aprender se les debe explicar de manera comprensible, y que para facilitar el aprendizaje se deben involucrar tantos sentidos como sea posible, como oír, ver, hablar y hacer.