2. Algunos enemigos son obvios y fáciles de
identificar. Por ejemplo:
La verborrea como estilo de comunicación.
Las repeticiones inútiles.
El lenguaje confuso y ambiguo.
El desorden.
La indecisión.
La manía de hablar mucho y pensar poco.
La manía de pasar demasiado tiempo realizando cosas sin
aclarar intenciones, propósitos y objetivos.
Confundir lo urgente con lo importante.
3. Enemigos externos
o Interrupciones del teléfono.
o Interrupciones por visitas
inesperadas.
o Urgencias.
o Mobiliario incómodo.
o Incapacidad de los
subalternos.
o Falta de información
adecuada.
o Exceso de reuniones.
o Liderazgo deficiente.
o Trámites excesivos.
o Ruido y distractores visuales.
o Sistemas de comunicación
deficientes.
4. Enemigos internos
o No saber decir “no”.
o Querer acaparar actividades
por no saber delegarlas.
o Sobrestimar las propias
capacidades.
o Aplazar, dejar las cosas para
después.
o Indisciplina en el
cumplimiento de los propios
planes.
o Confusión y desorden en la
propia oficina.
o Falta de motivación;
indiferencia.
o Tensión y preocupaciones.
o Obsesión por lo trivial.
o Inconstancia (dejar las cosas
inconclusas).