1. La vida en Cristo: gracia y libertad
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Catequesis sobre la fe
Mons. Esteban Escudero
Obispo de Palencia
2. La “vida nueva” en Cristo
Algunos creen que la moral cristiana consiste
en un conjunto de prohibiciones.
• El cristianismo es una forma de vivir, no tanto un
conjunto de normas a cumplir.
• La vida moral del cristiano es ante todo un vida en Cristo.
“Por el bautismo fuimos sepultados con él en
la muerte, para que, lo mismo que Cristo
resucitó de entre los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en una
vida nueva” (Rom 6, 4).
3. Hijos de Dios
El día de nuestro
nacimiento recibimos de
nuestra madre la vida, una
vida puramente natural.
Pero San Pablo
• No habla de esta vida
biológica, sino de otra
vida, recibida en el día de
nuestro bautismo:
• la vida de la gracia, la que nos
hace “hijos de Dios”.
4. En verdad, en verdad te digo
Es éste el nuevo nacimiento que el
mismo Jesús anuncia a Nicodemo:
• “En verdad, en verdad te digo: el que no
nazca de nuevo no puede ver el reino de
Dios” (Jn 3,3).
• Unidos por el bautismo a Cristo, podemos
decir con verdad: “Ya no vivo yo, es Cristo
quien vive en mí” (Ga 2, 20).
Ahora bien, el nuevo nacimiento no
quiere decir que el cristiano haya
quedado ya transformado. Persiste en él
la tendencia hacia el mal, hacia lo que
San Pablo llama el “hombre viejo”.
• Por eso nos advierte: “Despojaos del hombre viejo y
de su anterior modo de vida, corrompido por sus
apetencias seductoras, renovaos en la mente y en el
espíritu y revestíos de la nueva condición humana
creada a imagen de Dios: justicia y santidad
verdaderas” (Ef 4, 22-24).
5. Lucha interior
La vida del cristiano es
por lo tanto una lucha
interior entre esos dos
“hombres”
El hombre viejo
Que nos lleva al mal
Y el hombre nuevo
Que nos impulsa a imitar
el modelo que tenemos
en Cristo Jesús.
6. La vida moral, respuesta al amor
de Dios
La vida moral del cristiano
debe ser respuesta al amor
recibido de Dios.
“En esto se manifestó el
amor que Dios nos tiene
En que Dios envió al
mundo a su Hijo Unigénito,
para que vivamos por
medio de él.
En esto consiste el amor:
no en que nosotros
hayamos amado a
Dios, sino en que él nos
amó y nos envió a su Hijo
como víctima de
propiciación por nuestros
pecados” (1 Jn 4, 9-
10).
7. La vida nueva
El mismo Jesús hizo un resumen de lo
que debe ser la vida cristiana al sintetizar
los mandamientos en la palabra amor : el
amor a Dios y el amor al prójimo.
Quien vive sinceramente estas dos
actitudes fundamentales ya está viviendo
la “vida nueva” de la que hablaba San
Pablo.
El modelo del amor lo tenemos en Cristo.
Por eso el modo de actuar de Jesús, sus
palabras y sus enseñanzas han de
constituir el modelo de conducta de sus
discípulos.
En el Sermón de la Montaña, capítulos 5
al 7 del evangelio de San Mateo, tenemos
un resumen de lo que significa seguir a
Jesucristo.
8. La gracia y la libertad humana
El seguimiento de Jesucristo
sólo es posible como fruto
del don de la gracia de
Dios, que sana y transforma
el corazón del hombre.
“La ley fue dada por
Moisés; la gracia y la
verdad nos han
llegado por Jesucristo”
(Jn 1, 17).
A través de los sacramentos
de la Iglesia, el Señor nos da
la fuerza que nos permite
seguirle y nos acompaña en
el camino de la vida:
“He aquí que yo estoy
con vosotros todos los
días hasta el fin del
mundo” (Mt 28, 20).
9. La libertad de cada persona
La eficacia de su gracia depende también
de la libertad de cada persona.
• Es el tema de la conversión.
Podemos aceptar libremente tener como
guía de nuestros pensamientos,
• Valores y acciones la ley de Cristo
• o, por el contrario
• Aceptar como criterio de nuestra vida las
opiniones y formas de conducta que nos
propone el “mundo”
Tomando esta palabra en el sentido de San
Juan como conjunto de fuerzas que se
oponen a Dios y tienden al mal.
“Entrad por la puerta estrecha. Porque
ancha es la puerta y espacioso el camino
que lleva a la perdición y muchos entran
por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué
angosto el camino que lleva a la vida! Y
pocos dan con ellos” (Mt 7, 13).
• Ésta es la decisión clave de la libertad
del hombre ante Dios.
10. ORACIÓN
Te pedimos, Señor, que
tu gracia continuamente
nos preceda y
acompañe, de manera
que estemos dispuestos
a obrar siempre el bien.
Por N.S.J. Amén.