Fr Julio González Carretti ocd - Segunda Semana de Pascua
1. SEGUNDA SEMANA DE PASCUA
(Ciclo B)
DOMINGO
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 4,32-35: Todos pensaban y sentían lo mismo.
La primera lectura nos presenta la primitiva comunidad de Jerusalén,
lo que era, y su ideal o meta por alcanzar. Con esas coordenadas hay
que leer esta primera lectura. En este segundo sumario (cfr.Hch.2,42-
47), el autor nos presenta la eficaciadel testimonio apostólico sobre la
resurrección, principio de la nueva creación, desde la que se justifica
la vida de la comunidad cristiana, eficacia que se revela por el poder
que poseen los apóstoles en los hechos prodigiosos que realizan,
testimonio valiente de la gracia divina que los anima. A la luz de esa
experiencia se podría decir que una comunidad cristiana debe ser
signo de Cristo resucitado, llena de su Espíritu, en cada uno de sus
miembros. La primera columna que sostiene esta realidad eclesial, es
que sea una comunidad de fe, en la escucha de la palabra de Dios.
Fuente de espiritualidad, trasmitida por los apóstoles, donde en dato
fundamental es que Cristo está vivo. La fe vivida en comunidad,
genera hombres y mujeres valientes en vivir el evangelio, y anunciarlo
a los demás. Es la fe, en la escucha de la palabra la que crea
cohesión interna junto a sus legítimos pastores, se crea la comunidad
de fe en Cristo resucitado:vida para ellos y para el mundo entero. Otro
rasgo de esta comunidad es la comunión de bienes, lo que generaba
que no hubiera divisiones de ninguna clase. Esto es lo que significa:
“Tenían un solo corazón y una sola alma” (v. 35). Ningún cristiano
consideraba suyo los bienes en forma personal, sino todo era en
2. común,es decir compartir los bienes, según las necesidades de cada
uno. Lucas, más que decirnos cómo se lleva a efecto esto de la
posesión común de los bienes, relata los rasgos originales de la esta
comunidad con elementos tomados del AT, para evitar que hubiera
pobres en la comunidad (cfr. Dt. 15,4). Es un ideal al que hay que
tender, pero evitando que la comunidad se convierta en una
organización benéfica, sino donde se comparta la vida de fe y el amor
verdaderos, desde Cristo Jesús: vivir unidos, saber aceptarse, con
todas las virtudes y defectos. Siempre será amar, lo esencial del
cristianismo, el evangelio de Jesús, su mandamiento previo a su
muerte en el Calvario. Era el ideal también griego de la comunidad, en
que los amigos tenían todo en común, que Lucas recrea para sus
lectores de habla griega, enseñando que los cristianos también
poseen ese ideal. Pareciera que en esta comunidad no había
necesidades,ya que las posesiones, las vendían, y el dinero lo ponían
a disposición de los apóstoles para quien lo necesitara. Esto último
sería una práctica excepcional, todo vivirían de un jornal, por ello en el
Concilio de Jerusalén, se pide una limosna para los pobres de
Jerusalén de parte de la comunidad de Antioquía (cfr. Gal. 2,10).
b.- 1 Jn. 5,1-6: Nacidos para una esperanza viva.
En este pasaje se resaltan los frutos de la Encarnación que nos
introduce en la familia de Jesucristo, al ser por el bautismo hijos de
Dios. Esta nueva identidad nos capacita para amar a Dios y al prójimo;
cumplir los mandamientos se convierte en prueba de ese amor. El
autor sagrado, pasa ahora a hablar de la victoria sobre el mundo por
medio de la fe. Victoria sobre algo, supone lucha por vivir la voluntad
de Dios en la propia existencia, expresada precisamente en los
mandamientos. La lucha consiste en mantener el sano equilibrio entre
la voluntad de Dios y la del hombre, es decir, Dios y el espíritu del
mundo, realidades que se excluyen. La fe, aparece como el arma de
victoria, porque la lucha viene de la vida, en cambio la fe es fuerza que
proviene de Dios. Batalla ganada por el cristiano, porque la vida divina
que posee es muy superior a la que viene del mundo (cfr. Jn. 6, 33).
La victoria, no proviene del esfuerzo humano, sino de la fuerza de los
3. que han nacido de Dios, del Bautismo, porque participan de su vida y
poder, la fe une con Dios, la unión es causa de victoria. Pero esta fe
se pone en la persona de Jesús, el Hijo de Dios, el Enviado, que
posee la plenitud de la divinidad (cfr. Col.1, 19; 2,9). Jesús es el
Cristo, el que vino con agua y con sangre, el que fue bautizado por
Juan el Bautista, murió en la cruz y derramó su sangre para expiación
de los pecados. Ese mismo Jesucristo sigue viniendo por el agua y por
la sangre, por el bautismo, que nos hizo cristianos, y el Espíritu que
produjo en nuevo nacimiento; y la sangre que alude a la eucaristía,
que actualiza su presencia en la comunidad eclesial. El que da
testimonio de toda nueva forma de presencia de Jesús, es el Espíritu
Santo, garantiza la verdad y la eficacia salvadora de la fe. Verdades
de fe que no son sólo experiencias espirituales, sino que cimentadas
en el hecho histórico del bautismo de Jesús y en su misterio pascual
de muerte en cruz y resurrección. Es el Espíritu Santo de Dios quien
es testigo de esta realidad hoy porque la hace presente en la Iglesia,
por medio del bautismo y la eucaristía, igual cuando fue testigo de
estos hechos en la vida de Jesús (cfr. Jn.14,26; 15,26; 16,8.13). El
Espíritu sigue dando testimonio de Cristo hoy en la iglesia, luego de la
Ascensión de Jesús a la derecha del Padre
c.- Jn. 20, 19-31: A los ocho días se les apareció Jesús.
El evangelio nos presenta a Jesús en medio de sus discípulos el día
de la resurrecciónpor la tarde, en un ambiente cerrado, como el día de
la despedida. Es quizás la más importante de las apariciones del
Resucitado a los Doce; es también mencionada por Pablo (cfr.
1Cor.15,5). Por dos veces les da la paz (vv.19.21); tercera la dará
cuando esté presente Tomás (v. 26). Este es más que un saludo en la
mentalidad de Juan evangelista, es la impronta de su evangelio. Les
muestra sus manos y el costado, es decir, la resurrección, supone la
cruz. Cruz y resurrección, desde ahora deben ir siempre unidas en el
Señor, pero también en sus discípulos. Su presencia, provoca la
alegría de éstos, alegría que ya les había presagiado (cfr. Jn. 16, 20-
22). Conocemostambién estas palabras: “Como el Padre me envió así
os envío yo” (v. 21), esta sentencia pertenece al patrimonio del
4. evangelio de Juan, puesto lo hemos escuchado con frecuencia en las
labios de Jesús,sobre todo en los discursos de despedida(cfr. Jn. 14-
16), y que ahora adquieren un sentido nuevo. “Dicho esto, sopló sobre
ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los
pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les
quedan retenidos.» (vv. 22-23). Es la primera experiencia del Espíritu
que conoció la Iglesia y que en los Hechos es el protagonista de la
evangelización que llevan a cabo los apóstoles. El soplo de Jesús
sobre los apóstoles, es de vida nueva, es la nueva humanidad nacida
del misterio pascual de Cristo (cfr. Gen.2,7; Ez.37,7-14), una nueva
creación. Pero para que nazca la vida debe desaparecer la muerte. El
don del Espíritu Santo, se comunica como poder contra el pecado;
este es el poder que el Resucitado comunicó a los Doce y a sus
sucesores. Poder que perdona o retiene los pecados, según las
disposiciones interiores del pecador, autoridad que viene de Jesús.
Perdonar los pecados y el retenerlos, viene del poder de atar y
desatar, tercer don del Resucitado para su conversión, el primero es la
paz y el segundo del Espíritu Santo. Con ello Jesús Resucitado,
constituye a los apóstoles en jueces de la sociedad, porque han
recibido el Espíritu de la Verdad, saber discernir en comunidad
eclesial la realidad que los circunda. La resurrección es una verdad
sobrenatural, no extraña que no todos estén convencidos de ella,
algunos dudaron (cfr. Mt. 21,17). Tomás se convierte en modelo de
incredulidad y de fe, exige pruebas para creer, pero su confesión es
quizás una de las más confiadas y realistas: “Señor mío y Dios mío”
(v.28). Esta es la verdadera confesión de fe del creyente, nosotros la
decimos y no exigimos más pruebas, por ellos Jesús nos declara
bienaventurados (v. 29). Todos los signo realizados por Jesús nos
deben llevar a la fe, descubrir en Jesús al Mesías, al Hijo de Dios,
estar en ÉL y vivir de cara al Padre, es ya poseer la vida eterna.
Santa Teresade Jesús,posee laexperiencia de Jesús resucitado,que
transformó su vida en clave mística. “Ahora me acuerdo sobre esto
que digo de que no somos parte, de lo que habéis oído que dice la
Esposa en los Cantares, llevóme el rey a la bodega del vino y
5. metióme, creo que dice. Y no dice que ella se fue; y dice también que
andaba buscando a su Amado por una parte y por otra (Ct 3,2). Esta
entiendo yo es la bodega adonde nos quiere meter el Señor cuando
quiere y como quiere; mas, por diligencias que nosotros hagamos, no
podemos entrar. Su Majestad nos ha de meter y entrar él en el centro
de nuestra alma; y, para mostrar sus maravillas mejor, no quiere que
tengamos en ésta más parte de la voluntad que del todo se le ha
rendido, ni que se le abra la puerta de las potencias y sentidos, que
todos están dormidos; sino entrar en el centro del alma sin ninguna,
como entró a sus discípulos, cuando dijo: pax vobis (Jn 20,19), y salió
del sepulcro sin levantar la piedra. Adelante veréis cómo Su Majestad
quiere que le goce el alma en su mismo centro, aún más que aquí
mucho en la postrera morada. ¡Oh hijas, qué mucho veremos si no
queremos ver más de nuestra bajeza y miseria, y entender que no
somos dignas de ser siervas de un Señortan grande, que no podemos
alcanzar sus maravillas! ¡Sea por siempre alabado, amén!” (5M 1,12-
13).
LUNES
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 4, 23-31: Oración de los apóstoles en la persecución.
La primera lectura, nos presenta la oración de los apóstoles en la
persecución,luego de haber sido liberados. La comunidad ora por los
suyos. Si bien las conversiones iban en aumento, la comunidad
apostólica era un pequeño grupo, reunidas en casas (cfr. Hch.12,12).
Una actitud que llama la atención, es cómo la comunidad en lugar de
escapar se entrega a la oración, y ponen en la presencia del Señor
sus dificultades por confesar su fe (cfr. Hch. 11,18; 16,25; 21,20). El
esquema de oración, estaba basado en invocar la divinidad, cantar o
señalar los atributos divinos y luego la petición. Lucas, adaptó una
oración de Ezequías (cfr. 2Re. 19, 15-19; Is. 37,15-20), para sus
propósitos, incluyendo el Salmo 2,1-2. Vemos cómo se cumple todo
esto en la muerte y resurrección de Jesús. El rey de Judá era el
ungido del Señor, representante de Dios ante su pueblo y el
6. representante de éste ante Dios. Terminada la monarquía, el Salmo
fue interpretado en forma mesiánica, lo cual resulta evidente en la
oración que hizo la comunidad de los apóstoles:Herodes y Pilatos, los
reyes de la tierra, conspiraron contra Jesús, pero fue una acción inútil
porque eso no impidió la resurrección de Jesús. Jesús como sus
hermanos de comunidad, son todos siervos de Dios y deberán correr
la misma suerte que su Maestro. No piden les libere de la persecución,
sino la suficiente libertad para predicar el evangelio, con los signos
que la acompañan, invocando el Nombre de Jesús.
b.- Jn. 3, 1-8: Nacer del agua y del Espíritu.
El evangelio nos presenta la primera parte de la entrevista entre Jesús
y Nicodemo, maestro de la Ley, fariseo, que había visto en el joven
rabino algo especial después de la purificación del templo en
Jerusalén (cfr. Jn. 2,13-22). El autor ha ido presentado la llamada de
los primeros discípulos de Jesús, sus primeros signos, ahora se
decide por presentar un camino de fe en el Mesías, hacer del hombre
un creyente. Nicodemo es el primero de los hombres, que nace no de
la ley sino del poder del Espíritu Santo. Hombre de buena voluntad,
quiere comprender la perspectiva de Jesús, pues piensa que es un
enviado de Dios. Hombre de leyes, de reconocida vida pública, va de
noche a Jesús, se presenta a ÉL abierto a la revelación, busca de
algo que no sabe que es, pero evidentemente no posee. Su
preocupación era el reino de Dios, por ello, Jesús lo introduce en el
misterio del Reino vivo en su persona. Le revela el nuevo nacimiento
para el Reino de Dios (v.3), desea que lo experimente, lo viva, sin
embargo, Nicodemo no comprende. Le hace una segunda revelación:
el nuevo nacimiento viene del agua y del Espíritu Santo. Nacimiento
que no viene de la carne, sino del Espíritu que sólo el Padre, pude
hacer realidad por la fe en la persona de su Hijo (cfr. Jn.1, 12-13).
Nicodemo conoce la tradición profética, el don del Espíritu (cfr.
Is.32,15; 44,3; Ez.36,25-27; Jl.3,1s). Nacer del agua y del Espíritu,
significa dejarse regenerar por la fe, lleva al hombre, con la fuerza del
Espíritu a la revelación de Jesús y experimentar una intimidad, una
comunión con ÉL. Para ingresar el reino de Dios se necesita del agua,
7. el Bautismo y el Espíritu Santo, por medio del cual se nace a la fe. Lo
que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu, es
decir, no basta la sola naturaleza humana, ni las ganas o el deseo. La
naturaleza humana genera sólo seres frágiles; el Espíritu en cambio,
regenera en la fe y da vida eterna. Si bien Nicodemo admite que Jesús
posee una nueva doctrina, se pone a su misma altura, se presenta
seguro de sí mismo, quiere evaluar lo realizado por Jesús. El hombre
nacido de la fe, experimenta el amor, la alegría, el servicio al prójimo,
el cambio, el hombre carnal no percibe el misterio de Jesús y del
Espíritu. Como Nicodemo debemos pasar a ser humiles ante el
misterio, escuchar al único Maestro, que es Jesús, y adorar al Espíritu
de Dios. La fe luminosa en Jesús, es don del Espíritu, obra suya en el
corazón e inteligencia del hombre creyente.
Santa Teresa de Jesús, nos invita a vivir la mística bautismal, desde
su condición de esposa de Cristo. “Sí, llegaos a pensar, en llegando,
con quién vais a hablar o con quién estáis hablando. En mil vidas de
las vuestras no acabaréis de entender cómo merece ser tratado este
Señor, que tiemblan los ángeles delante de él. Todo lo manda; su
querer es obrar. Pues razón será, hijas, que procuremos siquiera
alcanzar alguna cosa de estas grandezas que tiene nuestro Esposo, a
ver con quién estamos casadas, qué vida hemos de tener. ¡Válgame
Dios!, pues acá, si uno se casa, primero sabe quién es y cómo y qué
tiene; nosotras estamos desposadas -y todas las almas por el
bautismo- antes de las bodas y que nos lleve a su casa el desposado.
Pues no quitan acá estos pensamientos con los hombres, ¿por qué
nos han de quitar que entendamos nosotras quién es este hombre,
quién es su padre, qué tiene, adónde me ha de llevar de que me case,
qué condición tiene, cómo le podré mejor contentar, en qué le haré
placer, estudiar cómo conformaré mi condicióncon la suya?” (CE 38,1)
MARTES
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 4, 32-37: Todos pensaban y sentían lo mismo.
8. Nos encontramos con un segundo sumario sobre la vida de la primitiva
comunidad cristiana de Jerusalén. Se recalca el testimonio apostólico
acerca de la resurrección, la nueva creación, de la que la comunidad
es claro testimonio. Este el motivo esencial de la existencia eclesial
comunitaria, basada en el poder los apóstoles, en la predicación
acompañadapor signos y la eficaciade la gracia divina que acompaña
a todos los miembros de la Iglesia. Otra realidad a destacar es la
unanimidad, un solo corazón y una sola alma por el amor, manifestada
en la comunión de bienes. Todo era común, no había propiedad de
bienes entre ellos. En esta presentación de Lucas, encontramos
vestigios del AT., en que se invita a compartir con el otro (cfr. Dt. 15,
4), pero también la mentalidad griega que proponía tener todo en
común, por lo mismo, el lector no hebreo encontraba en el ideal
comunitario de los cristianos, una invitación a vivir este desafío. Los
ricos vendían sus propiedades, y el dinero, lo ponían al servicio de los
apóstoles, es decir, cada uno, recibía según sus necesidades (cfr.
Hch. 4, 36-37;5,1-11). No obstante la comunidad era pobre, ya que en
el primer concilio, los apóstoles piden a Pablo, recuerde a sus
hermanos pobres de Jerusalén, pero sabían compartir (Gál. 2, 10).
b.- Jn. 3, 11-15: Jesús: El que bajó del cielo vuelve al seno del
Padre.
El evangelio nos presenta la segunda parte del diálogo de Jesús con
Nicodemo.El diálogo se convierte en un monólogo puesto por Juan en
labios de Jesús. Lo medular es el testimonio de Jesús, el Hijo del
Hombre, que baja del cielo, capacitado para revelar el amor de Dios a
los hombres por medio de muerte y resurrección. Se presenta como
Aquel que habla de lo que sabe, y da testimonio de lo que ha visto del
Padre. Habla de las cosas de arriba del cielo, porque es el Hijo del
Hombre, que bajó del cielo y vuelve allá (cfr. Jn. 1,18). En la
humanidad de Jesucristo se unen el cielo y la tierra, punto de
encuentro de dos mundos, lo de arriba y lo de abajo (v.11). Si bien
Jesús se ha encarnado, para estar con los hombres, comunicarles la
vida de Dios, sigue teniendo una morada en el Padre. El Hijo, el lugar
de la presencia de Dios. Este es un verdadero misterio de humillación
9. y revelación que un día en la cruz, cuando sea elevado, se cumplirá
para que todo el que crea tenga vida eterna (v.15). Ahora bien, el
hombre tiene la libertad para acoger o rechazar este amor de Dios,
mediante la fe puesta en sus obras o su incredulidad, de ahí dramático
de este misterio. Ante esta palabra el evangelista piensa en el mundo
que divide entre creyentes y no creyentes. El drama lo resuelve el
hombre en su intimidad: acoger la persona de Jesús y su misterio,
escoger entre la vida y la muerte, la luz o las tinieblas. Lo que no se
puede hacer es no dar una respuesta. La respuesta del que cree es
para que tenga en sí la vida eterna (v.16). Si mirar la serpiente con
Moisés, fue señal de salud, ahora se trata de mirar y creer en Cristo
Jesús, con lo que se obtiene vida eterna.
Teresa de Jesús, se descubre habitada por Dios en lo interior. Ese
pequeño cielo de nuestra alma. “Este modo de rezar, aunque sea
vocalmente, con mucha más brevedad se recoge el entendimiento, y
es oración que trae consigo muchos bienes. Llámase recogimiento,
porque recoge el alma todas las potencias y se entra dentro de sí con
su Dios, y viene con más brevedad a enseñarla su divino Maestro y a
darla oración de quietud, que de ninguna otra manera. Porque allí
metida consigo misma, puede pensar en la Pasión y representar allí al
Hijo y ofrecerle al Padre y no cansar el entendimiento andándole
buscando en el monte Calvario y al Huerto y a la Columna. Las que de
esta manera se pudieren encerrar en este cielo pequeño de nuestra
alma, adonde está el que le hizo, y la tierra, y acostumbrar a no mirar
ni estar adonde se distraigan estos sentidos exteriores, crea que lleva
excelente camino, y que no dejará de llegar a beber el agua de la
fuente, porque camina mucho en poco tiempo. Es como el que va en
una nao, que con un poco de buen viento, se pone en el fin de la
jornada en pocos días, y los que van por tierra tárdanse más.” (CV
28,4-5).
MIERCOLES
Lecturas bíblicas:
10. a.- Hch. 5, 17-26: Prisión de los apóstoles y comparecenciaente el
Sanedrín.
Por segunda vez los apóstoles van a la cárcel, por seguir predicando
en el Nombre de Jesús. El Sumo sacerdote y los saduceos eran los
custodios del templo y los levitas sus guardias. El éxito de la
predicación de los apóstoles, lleva a los saduceos a encarcelar a los
apóstoles, porque predicaban la resurrección de Jesús, realidad que
ellos negaban, pero daba la razón a sus enemigos los fariseos, que sí
creían en la vida después de la muerte. Para Lucas, es importante
destacar esa unión entre judíos fariseos y cristianos. Liberados por la
voz del ángel de la cárcel, les manda volver al templo y seguir
predicando, con lo que se quiere señalar, que en el templo, el lugar
más sagrado de Israel, se comienza a reemplazar la Ley de Moisés
por el Evangelio de la gracia (v.20). Ellos predican palabras de vida, la
vida nueva, inaugurada por Cristo Jesús con su palabra y sus obras.
Sus palabras son vida que lleva a la plenitud (cfr. Jn.10, 10; Hch.
13,26). Puestas en acción esas palabras conforman la vida cristiana.
b.- Jn. 3, 16-21: Tanto amó Dios al mundo.
Este evangelio es continuación del diálogo de Jesús con Nicodemo.
Es quizás uno de los textos más profundos de todo el NT. El amor, es
la causa determinante de la presencia del Hijo de Dios entre los
hombres. Es por medio de la fe que el hombre puede conocer y
acoger este amor de Dios manifestado en su Hijo, que comienza con
la Encarnación y alcanza su plenitud en la elevación de Cristo a la
Cruz. Pero también el hombre puede rechazar este amor personificado
en Jesús. Así y todo, este amor no juzga al mundo, al contrario, lo
salva de su condición pecadora. Sin embargo, hay un juicio para el
que no cree en el Hijo de Dios (vv.17-18). Afirmación muy necesaria
en cuanto antes ha hablado del Hijo del Hombre, figura muy unida a la
idea del juicio aparece celebrando junto a Dios (cfr. Dn.7). Este Hijo
del Hombre que habla y testimonia lo que ha visto de Dios, que bajó
del cielo y volvió a él es el amor de Dios en acción. Por eso manda a
su Hijo para conozcamos a Dios Padre y así llegar a la vida eterna (cfr.
11. Jn. 1,18; 17,3). Jesús viene como Salvador, quien cree por medio de
la fe, no conocerá el juicio; pero será juzgado quien no cree en la
salvación, no lo acepta como revelador del Padre, Hijo de Dios e Hijo
del hombre, se condena por el rechazo que hace de la salvación. Es el
propio hombre quien se juzga, no es Dios, sino que a través de su
actitud de acogida o rechazo de Jesús (cfr. Jn.12, 47). Lo que deja
esta amplia revelación de Jesús a Nicodemo es asumir la conversión
como cambio radical de vida. Jesús es Luz que ilumina, penetra a
quien lo acoge,derriba el escondidoorgullo y toda seguridad,para que
germine la humildad y el amor que lo trasciende lo lleva a no cansarse
a recibir aquello que no se puede dar: la vida de Dios (cfr. Jn. 8, 12).
Se trata de una meta, lucha contra la soberbia, que abre al Espíritu
Santo el camino para sanar, iluminar y unir con Dios. Imitemos la
actitud de Nicodemo, escuchar la enseñanza de Jesús, y convertirnos
en comunidad que acoge el querer de Dios.
Teresa de Jesús, en clave contemplativa, admira el amor del Padre
por el Hijo y de éste al Padre. Es sumergida en el piélago del amor
divino. Ese amor lo conocemos por el Hijo. “Pues ¿qué padre hubiera,
Señor, que habiéndonos dado a su hijo ¡y tal hijo! y parándole tal,
quisiera consentir se quedara entre nosotros cada día a padecer? Por
cierto, ninguno, Señor, sino el vuestro; bien sabéis a quién pedís. ¡Oh,
válgame Dios, qué gran amor del Hijo, y qué gran amor del Padre! Aun
no me espanto tanto del buen Jesús, porque como había dicho «fiat
voluntas tua», habíalo de cumplir como quien es. Sí, que no es como
nosotros; pues como sabe lo cumple con amarnos como a Sí, así
andaba a buscar cómo cumplir con mayor cumplimiento aunque fuese
a su costa este mandamiento” (CV 33,3).
JUEVES
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 5, 27-33: Testigos somos nosotros y el Espíritu Santo.
De dos cosas son acusados los apóstoles por el Sumo sacerdote: de
desobediencia a sus órdenes (cfr. Hch. 4, 18-19), y por difamación,
12. acusarles de la muerte de Cristo. Al haber despreciado su autoridad,
se hacían dignos de castigo según la Ley. Esto da a Pedro la
posibilidad de exponer un principio básico: la obediencia a Dios está
por sobre la obediencia a los hombres. Obedecen a Dios, al predicar
todo lo que hizo Jesús, a favor de los hombres. Pedro da más
importancia a la segunda acusación: ese hombre,Jesús, cuyo nombre
ni siquiera pronuncia el Sumo sacerdote,debenreconocer,que toda la
ciudad habla de ÉL, por la predicación apostólica: reconocimiento y
glorificación de Jesús, pero al mismo tiempo condena de quienes lo
mataron. Pedro, presenta el kerigma cristiano la muerte y resurrección
de Jesús, en contraposición de lo que “vosotros hicisteis y lo que hizo
Dios” (v. 30; cfr. Dt. 21,22).El rechazo que sufrió Jesús e su parte, fue
un error que Dios reparó resucitando a Jesús de entre los muertos, el
mismo Dios de sus padres (v. 30), si creen en Él, deberían aceptar a
Jesús y la predicación de sus discípulos. Luego de su misterio
pascual, Dios ha constituido a Jesús en Jefe y Salvador, como lo fue
Moisés, “para conceder a Israel la conversión y el perdón de los
pecados” (v. 31; Lc. 23, 34). Se destaca el hecho el acto humano de
arrepentirse pero Lucas lo presenta, con un don de la gracia de Dios y
la conversión, como esencial a la hora de considerarse cristiano.
Importante el testimonio final de Pedro: “Nosotros somos testigos de
estas cosas,y también el Espíritu Santo que ha dado Dios a los que le
obedecen.» Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de
matarlos.” (vv. 32-33). Pero al testimonio apostólico se une la acción
del Espíritu Santo que se infunde en aquellos que creen en Jesús
Resucitado.
b.- Jn. 3, 31-36: El Padre ama el Hijo y todo lo puso en su mano.
El evangelista usa categorías espaciales para hablarnos de arriba y de
abajo; el Enviado del Padre, Jesús, viene de arriba, es decir del
mundo divino, por lo mismo está sobre todo. Este Enviado al mundo y
a los hombres, es igual a Dios. Este Enviado se contrapone con lo de
la tierra. Insistir en el origen del Revelador, Jesús es para recalcar que
ninguna palabra de la tierra, puede compararse con las que proclame
ÉL. Sólo ÉL puede hablar de las cosas del cielo, de lo divino, y por lo
13. tanto, su testimonio es verdadero. El hombre debería aceptarla esta
palabra interpelante, por medio de la fe, pero es rechazada (cfr. Jn. 1,
11). La razón de esta actitud es que el mundo, el hombre, ama lo suyo
y las palabras de Revelador, le resultan extrañas, por decir lo menos,
no corresponden a su realidad (cfr. Jn. 15, 19). Pero así como hay
algunos que rechazan la Palabra, otros aceptan su testimonio,
aceptan al Revelador y con ello reconocen la veracidad de Dios (cfr.
Jn. 1, 12). Hay una íntima relación entre el Revelador y el que lo envió,
al aceptarlo se quiere acoger lo que Dios quiere comunicar al hombre.
Se acoge porque es verdadero su testimonio. El que no cree en Dios
lo hace embustero, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado
de su Hijo, es más, quien lo acepta tiene este testimonio en sí mismo
(1 Jn. 5, 10-11). En el Revelador es Dios mismo quien habla (v. 33-
34), se acentúa la relación de identidad entre la palabra del Revelador
y el Revelador, es decir, de Jesús no se pueden separar esas
palabras. Aquí adquieren sentido las palabras de Juan: el Verbo se
hizo carne, se hizo hombre. Hay otra afirmación importante acerca de
la identidad entre la palabra de Jesús y la palabra de Dios: Dios no le
dio el espíritu con medida. El Padre comunica a su Hijo su Espíritu sin
medida, sin ninguna restricción, es decir, la revelación traída por Jesús
es completa. ÉL es la única palabra del Padre para el hombre de ayer
y de hoy. No hay otra. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus
manos, tiene la misma autoridad del Padre, por lo mismo, aceptarlo
por la fe o rechazarlo, decide el destino final del hombre. Las palabras
de Jesús son una seria advertencia, la persistencia en el rechazo,
puede ser definitivo, es el ahora de la salvación para todo ser humano.
Quien crea, tiene la vida eterna en sí.
Santa Teresade Jesús, se siente amada y por lo mismo, descubre en
ello lo único importante la verdad del amor de Dios. “Quienes de veras
aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo
bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan
siempre y los favorecen y defienden; no aman sino verdades y cosa
que sea digna de amar. ¿Pensáis que es posible, quien muy de veras
ama a Dios, amar vanidades? Ni puede, ni riquezas, ni cosas del
14. mundo, de deleites, ni honras, ni tiene contiendas, ni envidias; todo
porque no pretende otra cosa sino contentar al Amado. Andan
muriendo porque los ame, y así ponen la vida en entender cómo le
agradarán más. ¿Esconderse? ¡Oh, que el amor de Dios si de veras
es amor es imposible! Si no, mirad un San Pablo, una Magdalena; en
tres días el uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor;
éste fue San Pablo. La Magdalena desde el primer día, ¡y cuán bien
entendido! Que esto tiene, que hay más o menos, y así se da a
entender, como la fuerza que tiene el amor: si es poco, dase a
entender poco, y si es mucho, mucho; mas poco o mucho, como haya
amor de Dios, siempre se entiende.” (CV 40,3).
VIERNES
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 5, 34-42: Contentos de sufrir por Cristo. La intervención
de Gamaliel.
La defensa de Pedro ante el Sanedrín, pulveriza la doble acusación
que había hecho el Sumo sacerdote a los apóstoles. Queda claro que
la muerte de Jesús,los hacía a ellos responsables, como también que
la desobedienciaera motivada por la voluntad de Dios. Se cambian los
papeles y los acusadores quedaron como los únicos acusados y éstos
fueron condenados a muerte. La moderación vino de parte de
Gamaliel, hombre docto, simpatizante de los cristianos, por su
adhesión a la idea de la resurrección; postura contraria a la mayoría
de los saduceos que la negaban. Lucas, nos presenta al cristianismo
como el cumplimiento de las Escrituras, por lo mismo un hombre sabio
de Israel no lo podía rechazar, había que esperar, fue su consejo. Si
este movimiento mesiánico es falso, desaparecerá, si en cambio, es
de Dios, la oposiciónsería inútil. Los apóstoles salvaron la vida, fueron
azotados y les renovaron la prohibición de hablar de aquel “nombre”.
Esta afrenta de los hombres, la consideraron un honor venido de la
mano de Dios, había sufrido por Cristo (cfr. Mt. 5,11-12; 10,17; 23,34;
Mc. 15, 15; 19,1). En lugar de arredrarse, nace en ellos la valentía
15. para seguir predicando a Jesús Mesías Resucitado, el evangelio se
abría paso en la vida e historia de los hombres.
b.- Jn. 6, 1-15: Multiplicación de los panes.
Este evangelio nos narra uno de los grandes signos que realizó Jesús
y nos introduce en el gran discurso sobre el pan de vida propio de este
evangelio. Juan lo presenta teniendo como trasfondo el milagro del
maná, realizado por Moisés, en este nuevo éxodo realizado por Jesús,
símbolo de la Eucaristía (Ex.16). Lo propio de Juan, es que la gente
comenzará a seguir a Jesús precisamente porlos signos que realizaba
(v.2). Estaba cercana la Pascua, con la velada intención de identificar
a Jesús con el Cordero pascual que era sacrificado en esa fecha. El
signo tiene como intención, no sólo alimentar a la multitud, sino más
bien, mostrar la gloria de Dios manifestada en Jesús. Para el
evangelista en Jesús se cumplen las antiguas profecías, es más, el
pan que dará al pueblo es anticipo del banquete de la Eucaristía y por
lo mismo,superación de la Pascua judía. Jesús, toma la iniciativa, y le
presenta la dificultad a Felipe, la solución no sacia las necesidades de
la multitud, sólo Jesús puede satisfacer las ansias del ser humano.
Sus gestos recordarán la última Cena, la forma que tomó los panes,
pronunció la bendición, lo partió, los multiplicó y los repartió a los que
estaban recostados (v.11). Recoger las sobras, en doce cestas,
hablaría de que no se pierda ningún hombre y mujer, de los que el
Padre le ha confiado (cfr. Jn. 11, 52; 17,12). La reacción de la gente:
Jesús es el profeta. Pero la intención del Juan es llegar a la fuente de
formular una confesión de fe: ÉL es el profeta que tenía que venir,
semejante a Moisés (cfr. Deut. 18,15). No busca el sensacionalismo,
por eso evita que lo nombren y coronen rey (v.15). En este prodigio
Jesús es el centro de todo, se trata de su autorrevelación. La doctrina
eucarística va a ir apareciendo desde lo más profundo del evangelio
de Juan (cap. 6), para ser celebrada por la asamblea eclesial.
Santa Teresa de Jesús, amante de la Eucaristía, cual sacerdote eleva
su plegaria eucarística, cuando comenta las palabras del Pater Noster,
que se refieren al pan cotidiano que debemos pedir, junto con el Pan
16. bajado del cielo. “Su Majestad nos le dio como he dicho este
mantenimiento y maná de la humanidad; que le hallamos como
queremos,y que si no es por nuestra culpa, no moriremos de hambre;
que de todas cuantas maneras quisiere comer el alma, hallará en el
Santísimo Sacramento sabor y consolación. No hay necesidad ni
trabajo ni persecución que no sea fácil de pasar si comenzamos a
gustar de los suyos. Pedid vosotras, hijas, con este Señor al Padre
que os deje hoy a vuestro Esposo, que no os veáis en este mundo sin
El; que baste para templar tan gran contento que quede tan disfrazado
en estos accidentes de pan y vino, que es harto tormento para quien
no tiene otra cosa que amar ni otro consuelo; mas suplicadle que no
os falte y que os dé aparejo para recibirle dignamente.” (CV 34,2).
SABADO
Lecturas bíblicas:
a.- Hch. 6,1-7: Institución de los siete diáconos.
Este pasaje de Hechos nos va introduciendo en la realidad de la
comunidad primitiva. Una realidad compuesta por diversos grupos
culturales, mentalidad y condición social, se puede hablar de dos las
dificultades entre judíos y helenistas, judíos de la dispersión. Si bien
convertidos al cristianismo, no hablaban arameo, lo que creaba un
problema lingüístico. La mayor diferencia era que al regresar a
Palestina traían toda la influencia griega, cultura y filosofía, la religión
al menos como la celebran en el templo, sacrificios de animales y
rituales, era contrario a su concepciónética y filosófica de su modo de
vivir la fe. Todo esto germina en el diverso trato que recibían en la
comunidad, con perjuicio de los helenistas, en concreto sus viudas. La
comunidad elige siete varones justos para un nuevo oficio ministerial
en la comunidad:los diáconos.Los apóstoles les imponen las manos y
les confieren el ministerio, es decir, la participación en su mismo
ministerio. Quedan asociados al oficio del que los confía hasta
significar el traspaso del Espíritu del que impone las manos sobre el
17. son impuestas, como lo fue Josué (cfr. Núm. 27, 18. 23). Al nuevo
estado se asocia, la gracia que el nuevo estado conlleva (cfr. 1Tim. 4,
14; 5, 22; 2Tim. 1,6). Lucas, deja claro que los siete varones, eran
hombres llenos del Espíritu Santo y que poseían, dos de ellos, Felipe y
Esteban, poderes comolos apóstoles,además de predicar (cfr. Hch. 6,
8; 8, 26; 21,8). Los siete quedan unidos a los apóstoles en el gobierno
de la comunidad, para su servicio; mientras los primeros se dedicarán
a la oración y predicación, los segundos, se dedicaran a la caridad,
servicio a los pobres, viudas, etc. Muchos abrazaban la fe, incluidos
sacerdotes judíos, era el crecimiento de la Iglesia primitiva.
b.- Jn. 6,16-21: Jesús camina sobre las aguas.
Este breve pasaje de Juan, nos relata el caminar de Jesús sobre las
aguas, una auténtica epifanía, al estilo del AT, con esa presentación,
que el Señor hace de sí mismo: “Yo soy. No temáis” (v. 20). Mar Rojo
y Pascua, en la mentalidad judía estaban estrechamente unidas, a lo
que se asociaba el don del maná. Pareciera que Juan piensa en esa
relación, el caminar de Jesús sobre las aguas, paso del mar para
desembocar en el don del maná, pan de la vida, nuevo maná, es el
discurso eucarístico del evangelista. Luego de la multiplicación de los
panes, Jesús rechaza el título de rey (Jn. 6,15), lo que provocó la
decepción de los apóstoles por no asumir como el Mesías que ellos
querían. Lo abandonan y se regresan a Cafarnaúm, solos sin Jesús
entran en las tinieblas y hasta el mar se subleva. No aceptar el
mesianismo de Jesús, invadió de oscuridad el alma de los apóstoles.
Pero Jesús no los abandona, los busca y los encuentra temerosos, su
palabra tiende puentes de amistad con cada uno de ellos. Jesús se
mueve en la esfera de lo divino, ellos en lo humano y terrenal, su
andar sobre el mar confirma su condición. El temor de los discípulos
nace del encuentro con un hombre que encierra en su persona el
misterio mismo de Dios. Verdadera epifanía, que devela la divinidad
de Jesucristo, y salva a los apóstoles de la muerte. Querer recogerle
en la barca y llegar a su destino, es una sola cosa, Cafarnúm, viene a
significar la institución judía de la cual podrán desapegarse. El
18. encuentro con Jesús, los capacita para unirse más al propósito del
Mesías y crecer en su dimensión de discípulos.
Teresa de Jesús, exige una fuerte determinación a la hora de
comenzar el camino de la oración. Confianza y fe son la clave. “Quiere
Su Majestad y es amigo de almas animosas, como vayan con
humildad y ninguna confianza de sí. Y no he visto a ninguna de éstas
que quede baja en este camino; ni ninguna alma cobarde con amparo
de humildad que en muchos años ande lo que estotros en muy pocos.
Espántame lo mucho que hace en este camino animarse a grandes
cosas; aunque luego no tenga fuerza el alma, da un vuelo y llega a
mucho, aunque como avecita que tiene pelo malo cansa y queda.
Otro tiempo traía yo delante muchas veces lo que dice San Pablo (Flp.
4, 13), que todo se puede en Dios; en mí bien entendía no podía nada.
Esto me aprovechó mucho, y lo que dice San Agustín: Dame, Señor,
lo que me mandas, y manda lo que quisieres. Pensaba muchas veces
que no había perdido nada San Pedro en arrojarse en el mar, aunque
después temió (Mt., 14, 30). Estas primeras determinaciones son gran
cosa, aunque en este primer estado es menester irse más deteniendo
y atados a la discreción y parecer de maestro; mas han de mirar que
sea tal que no los enseñe a ser sapos, ni que se contente con que se
muestre el alma a sólo cazar lagartijas. Siempre la humildad delante
para entender que no han de venir estas fuerzas de las nuestras.” (V
13,2-3).
P. Julio González C.