El documento analiza cómo la publicidad a menudo usa imágenes del cuerpo humano dirigidas a públicos específicos y cómo esto puede afectar la percepción del cuerpo y llevar a enfermedades como la anorexia. Señala que los anuncios a menudo muestran mujeres como objetos sexualizados para vender productos, mientras que los hombres se enfocan más en la atracción física. También explora cómo la publicidad aprovecha temas como el alcoholismo, el tabaquismo y el consumismo para vender productos.