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ANTÍGONA-SÓFOCLES
                                                      Personajes:
                Antígona, hija de Edipo.                                Tiresias, adivino, anciano y ciego.
                 Ismene, hija de Edipo.                                             Un guardián.
          Creonte, rey, tío de Antígona e Ismene                                  Un mensajero.
           Eurídice, reina, esposa de Creonte.                    Coro de ancianos nobles de Tebas, presididos
                Hemón. Hijo de Creonte.                                            por el Corifeo.

     (La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena
     Antígona, para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su
     hermana Ismene, a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio).
                                                               No seas atrevida: Si las cosas están así, ate yo o
     ANTÍGONA.                                                 desate en ellas, ¿qué podría ganarse?
     Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú            ANTÍGONA
     que conoces las desgracias de la casa de Edipo,           ¿Puedo contar con tu esfuerzo, con tu ayuda?
     ¿sabes de alguna de ellas que Zeus no hay a               Piénsalo.
     cumplido después de nacer nosotras dos? No, no            ISMENE
     hay vergüenza ni infamia, no hay cosa insufrible ni       ¿Qué ardida empresa tramas? ¿Adónde va tu
     nada que se aparte de la mala suerte, que no vea yo       pensamiento?
     entre nuestras desgracias, tuyas y mías; y hoy,           ANTÍGONA
     encima, ¿qué sabes de este edicto que dicen que el        Quiero saber si vas a ayudar a mi mano a alzar al
     estratego1 acaba de imponer a todos los                   muerto.
     ciudadanos?. ¿Te has enterado ya o no sabes los           ISMENE
     males inminentes que enemigos tramaron contra             Pero, ¿es que piensas darle sepultura, sabiendo que
     seres queridos?                                           se ha públicamente prohibido?
     ISMENE                                                    ANTÍGONA
     No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna        Es mi hermano —y también tuyo, aunque tú no
     de seres queridos, ni dulce ni dolorosa, desde que        quieras—; cuando me prendan, nadie podrá
     nos vimos las dos privadas de nuestros dos                llamarme traidora.
     hermanos, por doble, recíproco golpe fallecidos en        ISMENE
     un solo día2. Después de partir el ejército argivo,       ¡Y contra lo ordenado por Creonte, ay, audacísima!
     esta misma noche, después no sé ya nada que               ANTÍGONA
     pueda hacerme ni más feliz ni más desgraciada.            El no tiene potestad para apartarme de los míos.
     ANTÍGONA                                                  ISMENE
     No me cabía duda, y por esto te traje aquí, superado      Ay, reflexiona, hermana, piensa: nuestro padre, cómo
     el umbral de palacio, para que me escucharas, tú          murió, aborrecido, deshonrado, después de cegarse
     sola.                                                     él mismo sus dos ojos, enfrentado a faltas que él
     ISMENE                                                    mismo tuvo que descubrir. Y después, su madre y
     ¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te              esposa —que las dos palabras le cuadran—, pone fin
     ensombrece.                                               a su vida en infame, entrelazada soga. En tercer
     ANTÍGONA                                                  lugar, nuestros dos hermanos, en un solo día,
     Y, ¿cómo no, pues? ¿No ha juzgado Creonte digno           consuman, desgraciados, su destino, el uno por
     de honores sepulcrales a uno de nuestros hermanos,        mano del otro asesinados. Y ahora, que solas
     y al otro tiene en cambio deshonrado? Es lo que           nosotras dos quedamos, piensa que ignominioso fin
     dicen: a Etéocles le ha parecido justo tributarle las     tendremos si violamos lo prescrito y trasgredimos la
     justas, acostumbradas honras, y le ha hecho enterrar      voluntad o el poder de los que mandan. No, hay que
     de forma que en honor le reciban los muertos, bajo        aceptar los hechos: que somos_ dos mujeres,
     tierra. El pobre cadáver de Polinices, en cambio,         incapaces de luchar contra hombres3; Y que tienen
     dicen que un edicto dio a los ciudadanos prohibiendo      el poder, los que dan órdenes, y hay que
     que alguien le dé sepultura, que alguien le llore,        obedecerlas—éstas y todavía otras más dolorosas.
     incluso. Dejarle allí, sin duelo, insepulto, dulce tesoro Yo, con todo, pido, si, a los que yacen bajo tierra su
     a merced de las aves que busquen donde cebarse. Y         perdón, pues que obro forzada, pero pienso
     esto es, dicen, lo que el buen Creonte tiene              obedecer a las autoridades: esforzarse en no obrar
     decretado, también para ti y para mí, sí, también para    corno todos carece de sentido, totalmente.
     mí; y que viene hacia aquí, para anunciarlo con toda      ANTÍGONA
     claridad a los que no lo saben, todavía, que no es        Aunque ahora quisieras ayudarme, ya no lo pediría:
     asunto de poca monta ni puede así considerarse,           tu ayuda no sería de mi agrado; en fin, reflexiona
     sino que el que transgreda alguna de estas órdenes        sobre tus convicciones: yo voy a enterrarle, y, en
     será reo de muerte, públicamente lapidado en la           habiendo yo así obrado bien, que venga la muerte:
     ciudad. Estos son los términos de la cuestión: ya no      amiga yaceré con él, con un amigo, convicta de un
     te queda sino mostrar si haces honor a tu linaje o si     delito piadoso; por mas tiempo debe mi conducta
     eres indigna de tus ilustres antepasados.                 agradar a los de abajo que a los de aquí, pues mi
     ISMENE                                                    descanso entre ellos ha de durar siempre. En cuanto




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ANTÍGONA-SÓFOCLES
     a ti, si es lo que crees, deshonra lo que los dioses      sus fauces, lanzas sedientas de sangre en torno a
     honran.                                                   las siete puertas, bocas de la ciudad, pero hoy se ha
     ISMENE                                                    ido, antes de haber podido saciar en nuestra sangre
     En cuanto a mi, yo no quiero hacer nada deshonroso,       sus mandíbulas y antes de haber prendido pinosa
     pero de natural me faltan fuerzas para desafiar a los     madera ardiendo en las torres corona de la muralla,
     ciudadanos.                                               tal fue el estrépito bélico que se extendió a sus
     ANTÍGONA                                                  espaldas: difícil es la victoria cuando el adversario es
     Bien, tú te escudas en este pretexto, pero yo me voy      la serpiente5, porque Zeus odia la lengua de
     a cubrir de tierra a mi hermano amadísimo hasta           jactancioso énfasis, y al verles cómo venían contra
     darle sepultura.                                          nosotros, prodigiosa avalancha, engreídos por el
     ISMENE                                                    ruido del oro, lanza su tembloroso rayo contra uno
     ¡Ay, desgraciada, cómo terno por ti!                      que, al borde ultimo de nuestras barreras, se alzaba
     ANTÍGONA                                                  ya con gritos de victoria. Como si fuera un Tántalo6,
     No, por mi no tiembles: tu destino, prueba a              con la antorcha en la mano, fue a dar al duro suelo,
     enderezarlo.                                              él que como un bacante en furiosa acometida,
     ISMENE                                                    entonces, soplaba contra Tebas vientos de enemigo
     Al menos, el proyecto que tienes, no se lo confíes. a     arrebato. Resultaron de otro modo, las cosas: rudos
     nadie de antemano; guárdalo en secreto que yo te          golpes distribuyó —uno para cada uno— entre los
     ayudare en esto.                                          demás caudillos, Ares, empeñado, propicio dios.
     ANTÍGONA                                                  Siete caudillos, cabe las siete puertas apostados,
     ¡Ay, no, no: grítalo! Mucho más te aborreceré si          iguales contra iguales, dejaron a Zeus, juez de la
     callas, si no lo pregonas a todo el mundo.                victoria, tributo broncíneo totalmente; menos los dos
     ISMENE                                                    míseros que, nacidos de un mismo padre y una
     Caliente corazón tienes, hasta en cosas que hielan.       misma madre, levanta-ron, el uno contra el otro, sus
     ANTÍGONA                                                  lanzas — armas de principales paladines—, y ambos
     Sabe, sin embargo, que así agrado a los que más           lograron su parte en una muerte común. Y, pues,
     debo complacer.                                           exaltadora de nombres, la Victoria ha llegado a
     ISMENE                                                    Tebas rica en carros, devolviendo a la ciudad la
     Si, si algo lograrás... Pero no tiene salida, tu deseo.   alegría, conviene dejar en el olvido las lides de hasta
     ANTÍGONA                                                  ahora, organizar nocturnas rondas que recorran los
     Puede, pero no cejaré en mi empeño, mientras tenga        templos de los dioses todos; y Baco, las danzas en
     fuerzas.                                                  cuyo honor conmueven la tierra de Tebas, que el nos
     ISMENE                                                    guíe.
     De entrada, ya, no hay que ir a la caza de                Sale del palacio, con séquito, Creonte.
     imposibles.                                               CORIFEO
     ANTÍGONA                                                  Pero he aquí al rey de esta tierra, Creonte, hijo de
     Si continúas hablando en ese tono, tendrás mi odio y      Meneceo, que se acerca, nuevo caudillo por las
     el odio también del muerto, con                           nuevas circunstancias reclamado; ¿que proyecto
     justicia. Venga, déjanos a mi y a mi funesta              debatiendo nos habrá congregado, a esta asamblea
     resolución, que corramos este riesgo, convenida           de ancianos, que aquí en común hemos acudido a su
     como estoy de que ninguno puede ser tan grave             llamada?
     como morir de modo innoble.                               CREONTE
     ISMENE                                                    Ancianos, el timón de la ciudad que los dioses bajo
     Ve, pues, si es lo que crees; quiero decirte que, con     tremenda tempestad habían conmovido, hoy de
     ir demuestras que estás sin juicio, pero también que      nuevo enderezan, rumbo cierto. Si yo por mis
     amiga eres, sin reproche, para tus amigos.                emisarios os he mandado aviso, a vosotros entre
     Sale Ismene hacia el palacio; desaparece Antígona         todos los ciudadanos, de venir aquí, ha sido porque
     en dirección a la montaña. Hasta la entrada del coro,     conozco bien vuestro respeto ininterrumpido al
     queda la escena vacía unos instantes.                     gobierno de Layo, y también, igualmente, mientras
     CORO                                                      regía Edipo la ciudad; porque sé que, cuando él
     Rayo de sol, luz la más bella —más bella, si, que         murió, vuestro sentimiento de lealtad os hizo
     cualquiera de las que hasta hoy brillaron                 permanecer al lado de sus hijos. Y pues ellos en un
     en Tebas la de las siete puertas—, ya has aparecido,      solo día, víctimas de un doble, común destino, se
     párpado de la dorada mañana que te mueves por             han dado muerte, mancha de fratricidio que a la vez
     sobre la corriente de Dirce4. Con rápida brida has        causaron y sufrieron, yo, pues, en razón de mi
     hecho correr ante ti, fugitivo, al hombre venido de       parentesco familiar con los caídos, todo el poder, la
     Argos, de blanco escudo, con su arnés completo,           realeza asuma. Es imposible conocer el ánimo, las
     Polinices, que se levantó contra nuestra patria           opiniones y principios de cualquier hombre que no se
     llevado por dudosas querellas, con agudísimo              haya enfrentado a la experiencia del gobierno y de la
     estruendo, como águila que se cierne sobre su             legislación. A mi, quienquiera que, encargado del
     víctima, como por ala de blanca nieve cubierto por        gobierno total de una ciudad, no se acoge al parecer
     multitud de armas y cascos de crines de caballos; por     de los mejores sino que, por miedo a algo, tiene la
     sobre los techos de nuestras casas volaba, abriendo       boca cerrada, de tal me parece —y no solo ahora,




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     sino desde siempre— un individuo pésimo. Y el que          reflexiones y he dado la vuelta en mi camino, con
     en mas considera a un amigo que a su propia patria,        intención de volverme; muchas veces mi alma me
     éste no me merece consideración alguna; porque yo          decía, en su lenguaje: "Infeliz, ¿cómo vas a donde en
     —sépalo Zeus, eterno escrutador de todo— ni puedo          llegando serás castigado?"... "¿Otra vez te detienes,
     estarme callado al ver que se cierne sobre mis             osado? Cuando lo sepa por otro Creonte, ¿piensas
     conciudadanos no salvación, sino castigo divino, ni        que no vas a sufrir un buen castigo?"... Con tanto
     podría considerar amigo mío a un enemigo de esta           darle vueltas iba acabando mi camino con pesada
     tierra, y esto porque estoy convencido de que en esta      lentitud, y así no hay camino, ni que sea breve, que
     nave está la salvación y en ella, si va por buen           no resulte largo. Al fin venció en mi la decisión de
     camino, podemos hacer amigos. Estas son las                venir hasta ti y aquí estoy, que, aunque nada podré
     normas con que me propongo hacer la grandeza de            explicarte, hablaré al menos; y el caso es que he
     Tebas, y hermanas de ellas las órdenes que hoy he          venido asido a una esperanza, que no puede
     mandado pregonar a los ciudadanos sobre los hijos          pasarme nada que no sea mi destino.
     de Edipo: a Etéocles, que luchando en favor de la          CREONTE.
     ciudad por ella ha sucumbido, totalmente el primero        Pero, veamos: ¿qué razón hay para que estés así
     en el manejo de la lanza, que se le entierre en una        desanimado?
     tumba y que se le propicie con cuantos sacrificios se      GUARDIÁN.
     dirigen a los mas ilustres muertos, bajo tierra; pero a    En primer lugar te explicaré mi situación: yo ni lo hice
     su hermano, a Polinices digo, que, exiliado, a su          ni vi a quien lo hizo ni sería justo
     vuelta quiso por el fuego arrasar, de arriba a abajo, la   que cayera en desgracia por ello.
     tierra patria y los dioses de la raza, que quiso gustar    CREONTE.
     la sangre de algunos de sus parientes y esclavizar a       Buen cuidado pones en enristrar tus palabras, atento
     otros; a éste, heraldos he mandado que anuncien            a no ir directo al asunto. Evidentemente, vas a
     que en esta ciudad no se le honra, ni con tumba ni         hacernos saber algo nuevo.
     con lágrimas: dejarle insepulto, presa expuesta al         GUARDIÁN.
     azar de las aves y los perros, miserable despojo para      Es que las malas noticias suelen hacer que uno se
     los que le vean. Tal es mi decisión: lo que es por mi,     retarde.
     nunca tendrán los criminales el honor que                  CREONTE.
     corresponde a los ciudadanos justos; no, por mi parte      Habla, de una vez: acaba, y luego vete.
     tendrá honores quienquiera que cumpla con el               GUARDIÁN.
     estado, tanto en muerte como en vida.                      Ya hablo, pues: vino alguien que enterró al muerto,
     CORIFEO.                                                   hace poco: echo sobre su cuerpo árido polvo y
     Hijo de Meneceo, obrar así con el amigo y con el           cumplió los ritos necesarios.
     enemigo de la ciudad, éste es tu gusto, y si, puedes       CREONTE.
     hacer uso de la ley como quieras, sobre los muertos        ¿Qué dices? ¿Qué hombre pudo haber, tan osado?
     y sobre los que vivimos todavía.                           GUARDIÁN.
     CREONTE.                                                   No sé sino que allí no había señal que delatara ni
     Y ahora, pues, como guardianes de las órdenes              golpe de pico ni surco de azada; estaba el suelo
     dadas...                                                   intacto. duro y seco, y no había roderas de carro: fue
     CORIFEO.                                                   aquello obra de obrero que no deja señal. Cuando
     Impónle a uno mas joven que soporte este peso.             nos lo mostró el centinela del primer turno de la
     CREONTE.                                                   mañana, todos tuvimos una desagradable sorpresa:
     No es eso: ya hay hombres encargados de la                 el cadáver había desaparecido, no enterrado, no,
     custodia del cadáver.                                      pero con una leve capa de polvo encima, obra como
     CORIFEO.                                                   de al quien que quisiera evitar una ofensa a los
     Entonces, si es así, ¿qué otra cosa quieres aún            dioses... Tampoco se veía señal alguna de fiera ni de
     recomendarnos?                                             perro que se hubiera acercado al cadáver, y menos
     CREONTE.                                                   que lo hubiera desgarrado. Entre nosotros hervían
     Que no condescendáis con los infractores de mis            sospechas infamantes, de unos a otros; un guardián
     órdenes.                                                   acusaba a otro guardián y la cosa podía haber
     CORIFEO.                                                   acabado a golpes de no aparecer quien lo impidiera;
     Nadie hay tan loco que desee la muerte.                    cada uno a su turno era el culpable pero nadie lo era
     CREONTE.                                                   y todos eludían saber algo. Todos estábamos
     Pues ésa, justamente, es la paga; que muchos               dispuestos a coger con la mano un hierro candente,
     hombres se han perdido, por afán de lucro.                 a caminar sobre fuego a jurar por los dioses que no
     Del monte viene un soldado, uno de los guardianes          habíamos hecho aquello y que no conocíamos ni al
     del cadáver de Polinices. Sorprende a Creonte              que lo planeó ni al que lo hizo. Por fin, visto que, de
     cuando estaba subiendo ya las escaleras del palacio.       tanta inquisición, nada sacábamos, habló uno de
     Se detiene al advertir su llegada.                         nosotros y a todos de terror nos hizo fijar los ojos en
     GUARDIÁN.                                                  el suelo, y el caso es que no podíamos replicarle ni
     Señor, no te diré que vengo con tanta prisa que me         teníamos forma de salir bien parados, de hacer lo
     falta ya el aliento ni que he movido ligero mis pies.      que propuso: que era necesario informarte a ti de
     No, que muchas veces me han detenido mis                   aquel asunto y que no podía ocultársete; esta opinión




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     prevaleció, y a mi, desgraciado, tiene que tocarme la    Porque el que te hiere el alma es el culpable; yo te
     mala suerte y he de cargar con la ganga y heme           hiero en las orejas.
     aquí, no por mi voluntad y tampoco porque querráis       CREONTE.
     vosotros, ya lo sé, que no hay quien quiera a un         ¡Ah, está claro que tú naciste charlatán!
     mensajero que trae malas noticias.                       GUARDIÁN.
     CORIFEO.                                                 Puede, pero lo qué es este crimen no lo hice.
     (A Creonte.) Señor, a mi hace ya rato que me ronda       CREONTE.
     la idea de si en esto no habrá la mano                   Y un charlatán que, además, ha vendido su alma por
     de los dioses.                                           dinero.
     CREONTE.                                                 GUARDIÁN.
     (Al coro.) Basta, antes de hacerme rebosar en ira,       Ay, si es terrible, que uno tenga sospechas y que sus
     con esto que dices; mejor no puedan acusarte a la        sospechas sean falsas.
     vez de ancianidad y de poco juicio, porque en verdad     CREONTE.
     que lo que dices no es soportable, que digas que las     ¡Sí, sospechas, enfatiza! Si no aparecen los
     divinidades se preocupan en algo de este muerto.         culpables, bastante pregonaréis con vuestros gritos
     ¿Cómo iban a enterrarle, especialmente honrándole        el triste resultado de ganancias miserables.
     como benefactor, a él, que vino a quemar las             Creonte y su séquito se retiran. En las escaleras
     columnatas de sus templos, con las ofrendas de los       pueden oír las palabras del guardián.
     fieles, a arruinar la tierra y las leyes a ellos         GUARDIÁN.
     confiadas? ¿Cuándo viste que los dioses honraran a       ¡Que encuentren al culpable, tanto mejor! Pero, tanto
     los malvados? No puede ser. Tocante a mis órdenes,       si lo encuentran como si no –que en esto decidirá el
     gente hay en la ciudad que mal las lleva y que en        azar-, no hay peligro, no, de que me veas venir otra
     secreto de hace ya tiempo contra mi murmuran y           vez a tu encuentro. Y ahora que me veo salvado
     agitan su cabeza, incapaces de mantener su cuello        contra toda esperanza, contra lo que pensé, me
     bajo el yugo, como es justo, porque no soportan mis      siento obligadísimo para con los dioses.
     órdenes; y estoy convencido, éstos se han dejado         CORO.
     corromper por una paga de esta gente que digo y          Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna tan
     han hecho este desmán, porque entre los hombres,         portentosa como el hombre; él, que ayudado por el
     nada, ninguna institución ha prosperado nunca tan        noto tempestuoso llega hasta el otro extreme de la
     funesta como la moneda; ella destruye las ciudades,      espumosa mar, atravesándola a pesar de las olas
     ella saca a los hombres de su patria; ella se encarga    que rugen, descomunales; él que fatiga la
     de perder a hombres de buenos principios, de             sublimísima divina tierra, inconsumible, inagotable,
     enseñarles a fondo a instalarse en la vileza; para el    con el ir y venir del arado, año tras año, recorriéndola
     bien y para el mal igualmente dispuestos hace a los      con sus mulas.`Con sus trampas captura a la tribu de
     hombres y les hace conocer la impiedad, que a todo       los pájaros incapaces de pensar y al pueblo de los
     se atreve, Cuantos se dejaron corromper por dinero y     animales salvajes y a los peces que viven en el mar,
     cumplir estos actos, realizaron hechos que un día,       en las mallas de sus trenzadas redes, el ingenioso
     con el tiempo, tendrán su castigo. (Al guardián.)        hombre que con su ingenio domina al salvaje animal
     Pero, tan cierto como que Zeus tiene siempre mi          montaraz; capaz de uncir con un yugo que su cuello
     respeto, que sepas bien esto que en juramento            por ambos lados sujete al caballo de poblada crin y al
     afirmo: si no encontráis al que con sus propias          toro también infatigable de la sierra; y la palabra por
     manos hizo esta sepultura, si no aparece ante mis        si mismo ha aprendido y el pensamiento, rápido
     propios ojos, para vosotros no va a bastar con sólo el   como el viento, y el carácter que regula la vida en
     Hades7, y antes, vivos, os voy a colgar hasta que        sociedad, y a huir de la intemperie desapacible bajo
     confeséis vuestra desmesurada acción, para que           los dardos de la nieve y de la lluvia: recursos tiene
     aprendáis de dónde se saca el dinero y de allí lo        para todo, y, sin recursos, en nada se aventura hacia
     saquéis en lo futuro; ya veréis como no se puede ser     el futuro; solo la muerte no ha conseguido evitar,
     amigo de un lucro venido de cualquier parte. Por         pero si se ha agenciado formas de eludir las
     ganancias que de vergonzosos actos derivan pocos         enfermedades inevitables. Referente a la sabia
     quedan a salvo y muchos mas reciben su castigo,          inventiva, ha logrado conocimientos técnicos más
     como puedes saber.                                       allá de lo esperable y a veces los encamina hacia el
     GUARDIÁN.                                                mal, otras veces hacia el bien. Si cumple los usos
     ¿Puedo decir algo o me doy media vuelta, así, y me       locales y la justicia por divinos juramentos
     marcho?                                                  confirmada, a la cima llega de la ciudadanía; si,
     CREONTE.                                                 atrevido, del crimen hace su compañía, sin ciudad
     Pero, ¿todavía no sabes que tus palabras me              queda: ni se siente en mi mesa ni tenga
     molestan?                                                pensamientos iguales a los míos, quien tal haga.
     GUARDIÁN.                                                Entra el guardián de antes llevando a Antígona.
     Mis palabras, ¿te muerden el oído o en el alma?          CORlFEO.
     CREONTE.                                                 No sé, dudo si esto sea prodigio obrado por los
     ¿A que viene ponerte a detectar con precisión en que     dioses... (Al advertir la presencia de Antígona). Pero,
     lugar me duele?                                          si la reconozco, ¿cómo puedo negar que ésta es la
     GUARDIÁN                                                 joven Antígona? Ay, mísera, hija de mísero padre,




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     Edipo, ¿qué es esto? ¿Te traen acaso porque no             mandaban con los ojos cerrados, y cuando luego,
     obedeciste lo legislado por el rey? ¿Te detuvieron         después de largo tiempo, se aclaró, vimos a esta
     osando una locura?                                         doncella que gemía agudamente como el ave
     GUARDIÁN.                                                  condolida que ve, vacío de sus crías, el nido en que
     Si, ella, ella es la que lo hizo: la cogimos cuando lo     yacían, vacío. Así, ella, al ver el cadáver desvalido,
     estaba enterrando... Pero, Creonte, ¿dónde está?           se estaba gimiendo y llorando y maldecía a los
     Al oír los gritos del guardián, Creonte, recién entrado,   autores de aquello. Veloz en las manos lleva árido
     vuelve a salir con su séquito.                             polvo y de un aguamanil de bronce bien forjado de
     CORIFEO.                                                   arriba a abajo triple libación vierte, corona para el
     Aquí: ahora vuelve a salir, en el momento justo, de        muerto; nosotros, al verla, presurosos la apresamos,
     palacio.                                                   todos juntos, en seguida, sin que ella muestre temor
     CREONTE                                                    en lo absoluto, y así, pues, aclaramos lo que antes
     ¿Qué sucede? ¿Qué hace tan oportuna mi llegada?            pasó y lo que ahora; ella, allí de pie, nada ha negado;
     GUARDIÁN.                                                  y a mí me alegra a la vez y me da pena, que cosa
     Señor, nada hay que pueda un mortal empeñarse en           placentera es, si, huir uno mismo de males, pero
     jurar que es imposible: la reflexión desmiente la          penoso es llevar a su mal a gente amiga. Pero todas
     primera idea. Así, me iba convencido por la tormenta       las demás consideraciones valen para mi menos que
     de amenazas a que me sometiste: que no volvería yo         el verme a salvo.
     a poner aquí los pies; pero, como la alegría que           CREONTE
     sobreviene mas allá de y contra toda esperanza no          (a Antígona) Y tú, tú que inclinas al suelo tu rostro,
     se parece, tan grande es, a ningún otro placer, he         ¿confirmas o desmientes haber hecho esto?
     aquí que he venido —a pesar de haberme                     ANTÍGONA.
     comprometido a no venir con juramento— para                Lo confirmo, si; yo lo hice, y no lo niego.
     traerte a esta muchacha que ha sido hallada                CREONTE.
     componiendo una tumba. Y ahora no vengo porque             (Al guardián.) Tú puedes irte a dónde quieras, ya del
     se haya echado a suertes, no, sino porque este             peso de mi inculpación.
     hallazgo feliz me corresponde a mi y no a ningún           Sale el guardián.
     otro. Y ahora, señor, tú mismo, según quieras, la          pero tú (a Antígona) dime brevemente, sin
     coges y ya puedes investigar y preguntarle; en             extenderte; ¿sabías que estaba decretado no hacer
     cuanto a mi, ya puedo liberarme de este peligro: soy       esto?
     libre, exento de injusticia.                               ANTÍGONA.
     CREONTE.                                                   Si, lo sabía: ¿cómo no iba a saberlo? Todo el mundo
     Pero, ésta que me traes, ¿de qué modo y dónde la           lo sabe.
     apresasteis?                                               CREONTE.
     GUARDIÁN.                                                  Y, así y todo, ¿te atreviste a pasar por encima de la
     Estaba enterrando al muerto: ya lo sabes todo.             ley?
     CREONTE.                                                   ANTÍGONA.
     ¿Te das cuenta? ¿Entiendes cabalmente lo que               No era Zeus quien me la había decretado, ni Dike,
     dices?                                                     compañera de los dioses subterráneos, perfiló nunca
     GUARDIÁN.                                                  entre los hombres leyes de este tipo. Y no creía yo
     Si, que yo la vi a ella enterrando al muerto que tú        que tus decretos tuvieran tanta fuerza como para
     habías dicho que quedase insepulto: ¿o es que no es        permitir que solo un hombre pueda saltar por encima
     evidente y claro lo que digo?                              de las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su
     CREONTE.                                                   vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de siempre, y
     Y cómo fue que la sorprendierais y cogierais en            nadie sabe cuándo fue que aparecieron. No iba yo a
     pleno delito?                                              atraerme el castigo de los dioses por temor a lo que
     GUARDIÁN.                                                  pudiera pensar alguien: ya veía, ya, mi muerte –y
     Fue así la cosa: cuando volvimos a la guardia, bajo el     cómo no?—, aunque tú no hubieses decretado nada;
     peso terrible de tus amenazas, después de barrer           y, si muero antes de tiempo, yo digo que es
     todo el polvo que cubría el cada ver, dejando bien al      ganancia: quien, como yo, entre tantos males vive,
     desnudo su cuerpo ya en descomposición, nos                ¿no sale acaso ganando con su muerte? Y así, no
     sentamos al abrigo del viento, evitando que al soplar      es, no desgracia, para mi, tener este destino; y en
     desde lo alto de las peñas nos enviara el hedor que        cambio, si el cadáver de un hijo de mi madre
     despedía. Los unos a los otros con injuriosas              estuviera insepulto y yo lo aguantara,
     palabras despiertos y atentos nos teníamos, si             entonces, eso si me sería doloroso; lo otro, en
     alguien descuidaba la fatigosa vigilancia. Esto duró       cambio, no me es doloroso: puede que a ti te
     bastante tiempo, hasta que se constituyó en mitad          parezca que obré como una loca, pero, poco mas o
     del cielo la brillante esfera solar y la calor quemaba;    menos, es a un loco a quien doy cuenta de mi locura.
     entonces, de pronto, un torbellino suscitó del suelo       CORIFEO
     tempestad de polvo —pena enviada por los dioses—           Muestra la joven fiera audacia, hija de un padre fiero:
     que llenó la llanura, desfigurando las copas de los        no sabe ceder al infortunio.
     árboles del llano, y que impregnó toda la extensión        CREONTE
     del aire; sufrimos aquel mal que los dioses




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     (Al coro.) Si, pero sepas que los mas inflexibles         CREONTE.
     pensamientos son los mas prestos a caer: V el hierro      Que había venido a arrasar el país; y el otro se
     que, una vez cocido, el fuego hace fortísimo y muy        opuso en su defensa.
     duro, a menudo verás cómo se resquebraja, lleno de        ANTÍGONA.
     hendiduras; sé de fogosos caballos que una pequeña        Con todo, Hades requiere leyes igualitarias.
     brida ha domado; no cuadra la arrogancia al que es        CREONTE.
     esclavo del vecino; y ella se daba perfecta cuenta de     Pero no que el que obro bien tenga la misma suerte
     la suya, al transgredir las leyes establecidas; y,        que el malvado.
     después de hacerlo, otra nueva arrogancia: ufanarse       ANTÍGONA
     y mostrar alegría por haberlo hecho. En verdad que        ¿Quién sabe si allí abajo mi acción es elogiable?
     el hombre no soy yo, que el hombre es ella8 si ante       CREONTE
     esto no siente el peso de la autoridad; pero, por muy     No, en verdad no, que un enemigo.. ni muerto, será
     de sangre de mi hermana que sea, aunque sea mas           jamás mi amigo9
     de mi sangre que todo el Zeus que preside mi hogar,       ANTÍGONA.
     ni ella ni su hermana podrán escapar de muerte            No nací para compartir el odio sino el amor.
     infamante, porque a su hermana también la acuso de        CREONTE
     haber tenido parte en la decisión de sepultarle. (A los   Pues vete abajo y, si te quedan ganas de amar, ama
     esclavos.) Llamadla. (Al coro.) Si, la he visto dentro    a los muertos que, a mi, mientras viva, no ha de
     hace poco, fuera de si, incapaz de dominar su razón;      mandarme una mujer.
     porque, generalmente, el corazón de los que traman        Se acerca Ismene entre dos esclavos.
     en la sombra acciones no rectas, antes de que             CORIFEO.
     realicen su acción, ya resulta convicto de su arteria.    He aquí, ante las puertas, he aquí a Ismene;
     Pero, sobre todo, mi odio es para la que, cogida en       Lagrimas vierte, de amor por su hermana; una nube
     pleno delito, quiere después darle timbres de belleza.    sobre sus cejas su sonrosado rostro afea; sus bellas
     ANTÍGONA.                                                 mejillas, en llanto bañadas.
     Ya me tienes: ¿buscas aún algo mas que mi muerte?         CREONTE.
     CREONTE.                                                  (A Ismene) Y tú, que te movías por palacio en
     Por mi parte, nada más; con tener esto, lo tengo ya       silencio, como una víbora, apurando mi
     todo.                                                     sangre... Sin darme cuenta, alimentaba dos
     ANTÍGONA                                                  desgracias que querían arruinar mi trono. Venga,
     ¿Qué esperas, pues? A mi, tus palabras ni me              habla: ¿vas a decirme, también tú, que tuviste tu
     placen ni podrían nunca llegar a complacerme; y las       parte en lo de la tumba, o jurarás no saber nada?
     mías también a ti te son desagradables. De todos          ISMENE
     modos, ¿cómo podía alcanzar más gloriosa gloria           Si ella está de acuerdo, yo lo he hecho: acepto mi
     que enterrando a mi hermano? Todos éstos, te dirían       responsabilidad; con ella cargo.
     que mi acción les agrada, si el miedo no les tuviera      ANTÍGONA.
     cerrada la boca; pero la tiranía tiene, entre otras       No, que no te lo permite la justicia; ni tú quisiste ni te
     muchas ventajas, la de poder hacer y decir lo que le      di yo parte en ello.
     venga en gana.                                            ISMENE
     CREONTE.                                                  Pero, ante tu desgracia, no me avergüenza ser tu
     De entre todos los cadmeos, este punto de vista es        socorro en el remo, por el mar de tu
     solo tuyo.                                                dolor.
     ANTÍGONA.                                                 ANTÍGONA.
     Que no, que es el de todos: pero ante ti cierran la       De quién fue obra bien lo saben Hades y los de allí
     boca.                                                     abajo; por mi parte, no soporto que sea
     CREONTE.                                                  mi amiga quien lo es tan solo de palabra.
     ¿Y a ti no te avergüenza, pensar distinto a ellos?        ISMENE
     ANTÍGONA.                                                 No, hermana, no me niegues el honor de morir
     Nada hay vergonzoso en honrar a los hermanos.             contigo y el de haberte ayudado a cumplir los ritos
     CREONTE.                                                  debidos al muerto.
     ¿Y no era acaso tu hermano el que murió frente a él?      ANTÍGONA,
     ANTÍGONA.                                                 No quiero que mueras tú conmigo ni que hagas tuyo
     Mi hermano era, del mismo padre y de la misma             algo en lo que no tuviste parte: bastará con mi
     madre.                                                    muerte.
     CREONTE.                                                  ISMENE
     Y, siendo así, ¿como tributas al uno honores impíos       ¿Y cómo podré vivir, si tú me dejas?
     para el otro?                                             ANTÍGONA..
     ANTÍGONA.                                                 Pregúntale a Creonte, ya que tanto re preocupas por
     No sería a ésta la opinión del muerto.                    él.
     CREONTE.                                                  ISMENE
     Si tú le honras igual que al impío...                     ¿Por qué me hieres así, sin sacar con ello nada?
     ANTÍGONA.                                                 ANTÍGONA.
     Cuando murió no era su esclavo: era su hermano.           Aunque me ría de ti, en realidad te compadezco.




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ANTÍGONA-SÓFOCLES
     ISMENE                                                    Los guardas que acompañaban a Creonte,
     Y yo, ahora, ¿en qué otra cosa podría serte útil?         acompañan a Antígona e Ismene dentro del palacio.
     ANTÍGONA.                                                 Entra también Creonte.
     Sálvate: yo no he de envidiarte si te salvas.             CORO.
     ISMENE                                                    Felices aquellos que no prueban en su vida la
     ¡Ay de mí, desgraciada, y no poder acompañarte en         desgracia. Pero si un dios azota de males la casa de
     tu destino!                                               alguno, la ceguera no queda, no, al margen de ella y
     ANTÍGONA.                                                 hasta el final del linaje la acompaña. Es como
     Tú escogiste vivir, y yo la muerte.                       cuando contrarios, enfurecidos vientos tracios
     ISMENE                                                    hinchan el oleaje que sopla sobre el abismo del
     Pero no sin que mis palabras, al menos, te                profundo mar; de sus profundidades negra arena
     advirtieran.                                              arremolina, y gimen ruidosas, oponiéndose al azote
     ANTÍGONA.                                                 de contrarios embates, las rocas de la playa. Así veo
     Para unos, tú pensabas bien..., yo para otros.            las penas de la casa de los Lablácidas cómo se
     ISMENE                                                    abaten sobre las penas de los ya fallecidos: ninguna
     Pero las dos ahora hemos faltado igualmente.              generación liberará a la siguiente, porque algún dios
     ANTÍGONA.                                                 la aniquila, y no hay salida. Ahora, una luz de
     Animo, deja eso ya; a ti te toca vivir; en cuanto a mi,   esperanza cubría a los últimos vástagos de la casa
     mi vida se acabó hace tiempo, por salir en ayuda de       de Edipo; pero, de nuevo, cl hacha homicida de
     los muertos.                                              algún dios subterráneo la siega, y la locura en el
     CREONTE.                                                  hablar y una Erinis en el pensamiento.¿Qué soberbia
     (Al coro.) De estas dos muchachas, la una os digo         humana podría detener, Zeus, tu poderío? Ni el
     que acaba de enloquecer y la otra que está loca           sueño puede apresarla, él, que todo lo domina, ni la
     desde                                                     duración infatigable del tiempo entre los dioses. Tú,
     que nació.                                                Zeus, soberano que no conoces la vejez, reinas
     ISMENE                                                    sobre la centelleante, esplendorosa serenidad del
     Es que la razón, señor, aunque haya dado en uno           Olimpo. En lo inminente, en lo porvenir y en lo
     sus frutos, no se queda, no, cuando agobia la             pasado, tendrá vigencia esta ley: en la vida de los
     desgracia, sino que                                       hombres, ninguno se arrastra —al menos por largo
     se va.                                                    tiempo— sin ceguera. La esperanza, en su ir y venir
     CREONTE.                                                  de un lado a otro, resulta útil, si, a muchos hombres;
     La tuya, al menos, que escogiste obrar mal                para muchos otros, un engaño del deseo, capaz de
     juntándote con malos.                                     confiar en lo vacuo: el hombre nada sabe, y le llega
     ISMENE                                                    cuando acerca a la caliente brasa el pie11. Resulta
     ¿Qué puede ser mi vida, ya, sin ella?                     ilustre este dicho, debido no sé a la sabiduría de
     CREONTE.                                                  quién: el mal parece un día bien al hombre cuya
     No, no digas ni "ella” porque ella ya no existe.          mente lleva un dios a la ceguera; brevísimo es ya el
     ISMENE                                                    tiempo que vive sin ruina.
     Pero, ¿cómo?, ¿matarás a la novia de tu hijo?10           Sale Creonte de palacio. Aparece Hemón a lo lejos.
     CREONTE.                                                  CORlFEO.
     No ha de faltarle tierra que pueda cultivar.              (A Creonte.) Pero he aquí a Hemón, el más joven de
     ISMENE                                                    tus vástagos: ¿viene acaso dolorido por la suerte de
     Pero esto es faltar a lo acordado entre el y ella.        Antígona, su prometida, muy condolido al ver
     CREONTE.                                                  frustrada su boda?
     No quiero yo malas mujeres para mis hijos.                CREONTE.
     ANTÍGONA                                                  Al punto lo sabremos, con mas seguridad que los
     -Ay, Hemón querido! Tu padre te falta al respeto.         adivinos. (A Hemón.) Hijo mío, ¿vienes
     CREONTE.                                                  aquí porque has oído mi ultima decisión sobre la
     Demasiado molestas, tú y tus bodas.                       doncella que a punto estabas de esposar y
     CORIFEO.                                                  quieres mostrar tu furia contra tu padre?, ¿o bien
     Así pues, ¿piensas privar de Antígona a tu hijo?          porque, haga yo lo que haga, soy tu amigo?
     CREONTE.                                                  HEMON
     Hades, él pondrá fin a estas bodas.                       Padre, soy tuyo, y tú derechamente me encaminas
     CORIFEO.                                                  con tus benévolos consejos que siempre he de
     Parece, pues, cosa resuelta que ella muera.               seguir; ninguna boda puede ser para mi tan
     CREONTE.                                                  estimable que la prefiera a tu buen gobierno.
     Te lo parece a ti, también a mi. Y, venga ya, no mas      CREONTE.
     demora; llevadlas dentro, esclavos; estas mujeres         Y así, hijo mío, has de guardar esto en el pecho: en
     conviene que estén atadas, y no que anden sueltas:        todo estar tras la opinión paterna; por eso es que los
     huyen hasta los mas valientes, cuando sienten a la        hombres piden engendrar hijos y tenerlos sumisos en
     muerte rondarles por la vida.                             su hogar: porque devuelvan al enemigo el mal que
                                                               les causó y honren, igual que a su padre, a su amigo;
                                                               el que, en cambio, siembra hijos inútiles, ¿qué otra




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     cosa podrías decir de él, salvo que se engendró           respecto a sus hijos? No te habitúes, pues; a pensar
     dolores, motivo además de gran escarnio para sus          de una manera única, absoluta, que lo que tú dices
     enemigos? No, hijo, no dejes que se te vaya el            —mas no otra cosa—, esto es lo cierto. Los que
     conocimiento tras el placer, a causa de una mujer;        creen que ellos son los únicos que piensan o que
     sabe que compartir el lecho con una mala mujer,           tienen un modo de hablar o un espíritu como nadie,
     tenerla en casa, esto son abrazos que hielan...           éstos aparecen vacíos de vanidad, al ser
     Porque, ¿qué puede herir mas que un                       descubiertos. Para un hombre, al menos si es
     mal hijo? No, despréciala como si se tratara de algo      prudente, no es nada vergonzoso ni aprender mucho
     odioso, déjala; que se vaya al Hades a encontrar otro     ni no mostrarse en exceso intransigente; mira, en
     novio. Y pues que yo la hallé, sola a ella, de entre      invierno, a la orilla de los torrentes acrecentados por
     toda la ciudad, desobedeciendo, no voy a permitir         la lluvia in vernal, cuántos árboles ceden, para salvar
     que mis órdenes parezcan falsas a los ciudadanos;         su ramaje; en cambio, el que se opone sin ceder,
     no, he de matarla. Y ella, que le vaya con himnos al      éste acaba descuajado. Y así, el que, seguro de si
     Zeus que protege a los de la misma sangre. Porque         mismo, la escota de su nave tensa, sin darle juego,
     si alimento el desorden entre los de mi sangre, esto      hace el resto de su travesía con la bancada al revés,
     constituye una pauta para los extraños. Se sabe           hacia abajo. Por tanto, no me extremes tu rigor y
     quién se porta bien con su familia según se muestre       admite el cambio. Porque, si cuadra a mi juventud
     justo a la ciudad. Yo confiadamente creo que el           emitir un juicio, digo que en mucho estimo a un
     hombre que en su casa gobierna sin tacha quiere           hombre que ha nacido lleno de ciencia innata, mas,
     también verse bien gobernado, él, que es capaz en la      con todo —como a la balanza no le agrada caer por
     inclemencia del combate de mantenerse en su sitio,        ese lado12—, que bueno es tomar consejo de los
     modélico y noble compañero de los de su fila; en          que bien lo dan.
     cambio, el que, soberbio, a las leyes hace violencia,     CORIFEO.
     o piensa en imponerse a los que manda, éste nunca         Lo que ha dicho a propósito, señor, conviene que lo
     puede ser que reciba mis elogios Aquel que la ciudad      aprendas. (A Hemón) Y tú igual de él; por ambas
     ha instituido como jefe- a éste hay que oírle, diga       partes bien se ha hablado.
     cosas baladíes, ejemplares o todo lo contrario. No        CREONTE
     hay desgracia mayor que la anarquía: ella destruye        Si, encima, los de mi edad vamos a tener que
     las ciudades, conmociona y revuelve las familias; en      aprender a pensar según el natural de jóvenes de la
     el combate, rompe las lanzas y promueve las               edad de éste.
     derrotas. En el lado de los vencedores, es la             HEMÓN
     disciplina lo que salva a muchos. Así pues, hemos de      No, en lo que no sea justo. Pero, si es cierto que soy
     dar nuestro brazo a lo establecido con vistas al          joven, también lo es que conviene mas en las obras
     orden, y, en todo caso, nunca dejar que una mujer         fijarse que en la edad.
     nos venza; preferible es —si ha de llegar el caso—        CREONTE.
     caer ante un hombre: que no puedan enrostrarnos           Valiente obra, honrar a los transgresores del orden!.
     ser mas débiles que mujeres.                              HEMÓN
     CORIFEO.                                                  En todo caso, nunca dije que se debiera honrar a los
     Si la edad no nos sorbió el entendimiento, nosotros       malvados.
     entendemos que hablas con prudencia lo que dices.         CREONTE.
     HEMÓN                                                     ¿Ah no? ¿Acaso no es de maldad que está ella
     Padre, el mas sublime don que de todas cuantas            enferma ?
     riquezas existen dan los dioses al hombre es la           HEMÓN.
     prudencia. Yo no podría ni sabría explicar por qué tus    No es eso lo que dicen sus compatriotas tebanos.
     razones no son del todo rectas; sin embargo, podría       CREONTE.
     una interpretación en otro sentido ser correcta. Tú no    Pero, ¿ es que me van a decir los ciudadanos lo que
     has podido constatar lo que por Tebas se dice; lo que     he de mandar?
     se hace o se reprocha. Tu rostro impone respeto al        HEMÓN.
     hombre de la calle; sobre todo si ha de dirigírsete con   ¿No ves que hablas como un joven inexperto?
     palabras que no te daría gusto escuchar. A mi, en         CREONTE.
     cambio, me es posible oírlas, en la sombra, y son:        ¿He de gobernar esta tierra según otros o según mi
     que la ciudad se lamenta por la suerte de esta joven      parecer?.
     que muere de mala muerte, como la mas innoble de          HEMÓN.
     todas las mujeres, por obras que ha cumplido bien         No puede, una ciudad, ser solamente de un hombre.
     gloriosas. Ella, que no ha querido que su propio          CREONTE.
     hermano, sangrante muerto, desapareciera sin              La ciudad, pues, ¿no ha de ser de quien la manda ?.
     sepultura ni que lo deshicieran ni perros ni aves         HEMÓN
     voraces, ¿ no se ha hecho así acreedora de dorados        A ti, lo que te iría bien es gobernar, tú solo, una tierra
     honores? Esta es la oscura petición que en silencio       desierta13.
     va propagándose. Padre, para mi no hay bien mas           CREONTE.
     preciado que tu felicidad y buena ventura: ¿qué           (Al coro.) Está claro: se pone del lado de la mujer.
     puede ser mejor ornato que la fama creciente de su        HEMÓN.
     padre, para un hijo, y que, para un padre, con            Si, si tú eres mujer, pues por ti miro.




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     CREONTE.                                                 ¿Cómo? Así pues, ¿piensas matarlas a las dos?
     ¡Ay, miserable, y que oses procesar a tu padre!          CREONTE.
     HEMÓN.                                                   No a la que no tuvo parte, dices bien.
     Porque no puedo dar por justos tus errores.              CORIFEO.
     CREONTE.                                                 Y, a Antígona, ¿que clase de muerte piensas darle?
     ¿Es, pues, un error que obre de acuerdo con mi           CREONTE.
     mando?                                                   La llevaré a un lugar que no conozca la pisada del
     HEMÓN.                                                   hombre y, viva, la enterraré en un subterráneo de
     Si, porque lo injurias, pisoteando el honor debido a     piedra, poniéndole comida, solo la que baste para la
     los dioses.                                              expiación, a fin de que la ciudad quede sin mancha
     CREONTE                                                  de sangre, enteramente. Y allí, que vaya con súplicas
     ¡Infame, y detrás de una mujer!                          a Hades, el único dios que venera: quizá logre
     HEMÓN                                                    salvarse de la muerte. O quizás, aunque sea
     Quizá, pero no podrás decir que me cogiste cediendo      entonces, pueda darse cuenta de que es trabajo
     a infamias.                                              superfluo, respetar a un muerto.
     CREONTE.                                                 Entra Creonte en palacio.
     En todo caso, lo que dices, todo, es a favor de ella.    CORO.
     HEMÓN.                                                   Eros invencible en el combate, que te ensañas como
     También a tu favor, y al mío, y a favor de los dioses    en medio de reses, que pasas la noche en las
     subterráneos.                                            blandas mejillas de una jovencita y frecuentas,
     CREONTE.                                                 cuando no el mar, rústicas cabañas. Nadie puede
     Pues nunca te casarás con ella, al menos viva.           escapar de ti, ni aun los dioses inmortales; ni
     HEMÓN.                                                   tampoco ningún hombre, de los que un día vivimos;
     Si, morirá, pero su muerte ha de ser la ruina de         pero tenerte a ti enloquece14. Tú vuelves injustos a
     alguien.                                                 los justos y los lanzas a la ruina; tú, que, entre
     CREONTE.                                                 hombres de la misma sangre, también esta discordia
     ¿Con amenazas me vienes ahora, atrevido?                 has promovido, y vence el encanto que brilla en los
     HEMÓN                                                    ojos de la novia al lecho prometida. Tú, asociado a
     Razonar contra argumentos vacíos; en ello, ¿que          las sagradas leyes que rigen el mundo; va haciendo
     amenaza puede haber?                                     su juego, sin lucha, la divina Afrodita15.
     CREONTE.                                                 CORIFEO.
     Querer enjuiciarme ha de costarte lágrimas: tú, que      Y ahora ya hasta yo me siento arrastrado a
     tienes vacío el juicio.                                  rebelarme contra leyes sagradas, al ver esto, y ya no
     HEMÓN.                                                   puedo detener un manantial de lágrimas cuando la
     Si no fueras mi padre, diría que eres tú el que no       veo a ella, a Antígona, que a su tálamo va, pero de
     tiene juicio.                                            muerte.
     CREONTE.                                                 Aparece Antígona entre dos esclavos de Creonte,
     No me fatigues mas con tus palabras, tú, juguete de      con las manos atadas a la espalda.
     una mujer.                                               ANTÍGONA.
     HEMÓN                                                    Miradme, ciudadanos de la tierra paterna, que mi
     Hablar y hablar, y sin oír a nadie: ¿es esto lo que      ultimo camino recorro, que el esplendor del sol por
     quieres?                                                 ultima vez miro: ya nunca mas; Hades, que todo lo
     CREONTE                                                  adormece, viva me recibe en la playa de
     ¿Con que si, eh? Por este Olimpo, entérate de que        Aqueronte16, sin haber tenido mi parte en himeneos,
     no añadirás a tu alegría el insultarme, después de tus   sin que me haya celebrado ningún himno, a la puerta
     reproches. (A unos esclavos.) Traedme a aquella          nupcial... No. Con Aqueronte, voy a casarme.
     odiosa mujer para que aquí y al punto, ante sus ojos,    CORÍFEO.
     presente su novio, muera.                                Ilustre y alabada te marchas al antro de los muertos,
     HEMÓN.                                                   y no porque mortal enfermedad te haya golpeado, ni
     Eso si que no: no en mi presencia; ni se te ocurra       porque tu suerte haya sido morir a espada. Al
     pensarlo, que ni ella morirá a mi lado ni tú podrás      contrario, por tu propia decisión, fiel a tus leyes, en
     nunca mas, con tus ojos, ver mi rostro ante ti.          vida y sola, desciendes entre los muertos al Hades.
     Quédese esto para aquellos de los tuyos que sean         ANTÍGONA.
     cómplices de tu locura.                                  He oído hablar de la suerte tristísima de Níobe17, la
     Sale Hemón, corriendo.                                   extranjera frigia, hija de Tántalo, en la cumbre del
     CORIFEO.                                                 Sípilo, vencida por la piedra que allí brotó,
     El joven se ha ido bruscamente, señor, lleno de          tenazmente agarrada como hiedra. Y allí se con
     cólera, y el dolor apesadumbra mentes tan jóvenes.       sume, sin que nunca la dejen —así es fama entre los
     CREONTE.                                                 hombres— ni la lluvia ni el frío, y sus cejas, ya
     Dejadle hacer: que se vaya y se crea mas que un          piedra, siempre destilando, humedecen sus mejillas.
     hombre; lo cierto es que a estas dos muchachas no        Igual, a) igual qué ella, me adormece a mi el destino.
     las separará de su destino.                              CORÍFEO.
     CORIFEO.




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     Pero ella era una diosa, de divino linaje, y nosotros    esperanza, al ir, de que me quiera mi padre cuando
     mortales y de linaje mortal. Pero, con todo, cuando      llegue; sea bien recibida por ti, madre, y tú me
     estés muerta ha de oírse un gran rumor: que tú, viva     aceptes, hermano querido. Pues vuestros cadáveres,
     y después, una vez. muerta, tuviste tu sitio entre los   yo con mi mano los lave, yo los arreglé sobre
     héroes próximos a los dioses.                            vuestras tumbas hice libaciones. En cuanto a ti,
     ANTÍGONA                                                 Polinices, por observar el respeto debido a tu cuerpo,
     ¡Ay de mi, escarnecida! ¿Por qué, por los dioses         he aquí lo que obtuve... Las personas prudentes no
     paternos, no esperas a mi muerte y, en vida aún, me      censuraron mis cuidados, no, porque, ni se hubiese
     insultas?18.¡Ay, patria! ¡Ay, opulentos varones de mi    tenido hijos ni si mi marido hubiera estado
     patria! ¡Ay, fuentes de Diroe! ¡Ay, recinto sagrado de   consumiéndose de muerte, nunca contra la voluntad
     Tebas, rica en carros! También a vosotros, con todo,     del pueblo hubiera sumido este doloroso papel. ¿Que
     os tomo como testigos de cómo muero sin que me           en virtud de qué ley digo esto? Marido, muerto el
     acompañe el duelo de mis amigos, de por qué leyes        uno, otro habría podido tener, y hasta un hijo del otro
     voy aun túmulo de piedras que me encierre, tumba         nacido, de haber perdido el mío. Pero, muertos mi
     hasta hoy nunca vista. Ay de mi, mísera, que,            padre, ya, y mi madre, en el Hades los dos, no hay
     muerta,. no podré ni vivir entre los muertos; ni entre   hermano que pueda haber nacido. Por esta ley,
     los vivos, pues, ni entre los muertos.                   hermano, te honré a ti mas que a nadie, pero a
     CORÍFEO.                                                 Creonte esto le parece mala acción y terrible
     Superando a todos en valor, con creces, te acercaste     atrevimiento. Y ahora me ha cogido, así, entre sus
     sonriente hasta tocar el sitial elevado de Dike, hija.   manos, y me lleva, sin boda, sin himeneo, sin parte
     Tú cargas con la culpa de algún cargo paterno.           haber tenido en esponsales, sin hijos que criar; no,
     ANTÍGONA.                                                que así, sin amigos que me ayuden, desgraciada,
     Has tocado en mi un dolor que me abate: el hado de       viva voy a las tumbas de los muertos: ¿por haber
     mi padre, tres veces renovado como la tierra tres        transgredido una ley divina?, ¿ y cuál? ¿De qué
     veces arada; el destino de nuestro linaje todo de los    puede servirme, pobre, mirar a los dioses? ¿A cuál
     ínclitos Lablácidas. ¡Ay, ceguera del lecho de mi        puedo llamar que me auxilie? El caso es que mi
     madre, matrimonio de mi madre desgraciada con mi         piedad me ha ganado el título de impía, y si el título
     padre que ella misma había parido! De tales padres       es valido para los dioses, entonces yo, que de ello
     yo, infortunada, he nacido. Y ahora voy, maldecida,      soy tildada, reconoceré mi error; pero si son los
     sin casar, a compartir en otros sitios su morada. ¡Ay,   demás que van errados, que los males que sufro no
     hermano, qué desgraciadas bodas obtuviste: tú,           sean mayores que los que me imponen, contra toda
     muerto, mi vida arruinaste hasta la muerte!.             justicia.
     CORÍFEO.                                                 CORIFEO.
     Ser piadoso es, si, piedad, pero el poder, para quien    Los mismos vientos impulsivos dominan aún su
     lo tiene a su cargo, no es, en modo alguno,              alma.
     transgredible: tu carácter, que bien sabías, te perdió   CREONTE.
     ANTÍGONA                                                 Por eso los que la llevan pagarán cara su demora
     Sin que nadie me llore, sin amigos, sin himeneo,         CORIFEO.
     desgraciada, me llevan por camino ineludible. Ya no      Ay de mí, tus palabras me dicen que la muerte esta
     podré ver, infortunada, este rostro sagrado del sol,     muy cerca, si.
     nunca más. Y mi destine quedará sin llorar, sin un       CREONTE.
     amigo que gima.                                          Y te aconsejo que en lo absoluto confíes en que para
     CREONTE                                                  ella no se ha de cumplir esto cabalmente.
     (Ha saltado del palacio y se encara con los esdavos      Los esclavos empujan a Antígona y ella cede,
     que llevan a Antígona.) ¿No os dais cuenta de que, si    lentamente, mientras va hablando.
     la dejarais hablar, nunca cesaría en sus                 ANTÏGONA
     lamentaciones y en sus quejas? Lleváosla, pues, y        ¡ Oh tierra tebana, ciudad de mis padres! ¡ Oh dioses
     cuando la hayáis cubierto en un sepulcro con             de mi estirpe! Ya se me llevan, sin demora; miradme,
     bóveda, como os he dicho, dejadla sola, desvalida; si    ciudadanos principales de Tebas: a mi, a la única hija
     ha de morir, que muera, y, si no, que haga vida de       de los reyes que queda21; mirad qué he de sufrir, y
     tumba en la casa de muerte que os he dicho. Porque       por obra de qué hombres. Y todo, por haber
     nosotros, en lo que concierne a esta joven,              respetado la piedad.
     quedaremos así puros19, pero ella será así privada       Salen Antígona y los que la llevan.
     de vivir entre los vivos.                                CORO.
     ANTÍGONA.                                                También Dánae22 tuvo que cambiar la celeste luz
     ¡Ay tumba! ¡Ay, lecho nupcial! ¡Ay, subterránea          por una cárcel con puerta de bronce: allí encerrada,
     morada que siempre más ha de guardarme! Hacia ti         fue uncida al yugo de un tálamo funeral. Y sin
     van mis pasos para encontrar a los míos. De ellos,       embargo, también era — ay, Antígona!— hija de
     cuantioso número ha acogido ya Perséfona20, todos        ilustre familia, y guardaba además la semilla de Zeus
     de miserable muerte muertos: de ellas, la mía es la      a ella descendida como lluvia de oro. Pero es
     ultima y la mas miserable; también yo voy allí abajo,    implacable la fuerza del destino. Ni la felicidad, ni la
     antes de que se cumpla la vida que. el destino me        guerra, ni una torre, ni negras naves al azote del mar
     había concedido; con todo, me alimento en la             sometidas, pueden eludirlo. Fue uncido también el




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     irascible hijo de Drías, el rey de los edonos; por su    como yo lo soy de otros. Pues bien, es el caso que la
     cólera mordaz23, Dioniso le sometió, como en             ciudad está enferma de estos males por tu voluntad,
     coraza, a una prisión de piedra; así va                  porque nuestras aras y nuestros hogares están
     consumiéndose el terrible, desatado furor de su          llenos, todos, de la comida que pájaros y perros han
     locura. El si ha conocido al dios que con su mordaz      hallado en el desgraciado hijo de Edipo caído en el
     lengua de locura había tocado, cuando quería             combate. Y los dioses ya no aceptan las súplicas que
     apaciguar a las mujeres que el dios poseía y detener     acompañan. al sacrificio y los muslos no llamean. Ni
     el fuego báquico; cuando irritaba a las Musas que se     un pájaro ya deja ir una sola serial al gritar
     gozan en la flauta. Junto a las oscuras Simplégades,     estrepitoso, aciados como están en sangre y grosura
     cerca de los dos mares, he aquí la ribera del Bósforo    humana. Recapacita, pues, en todo eso, hijo. Cosa
     y la costa del tracio Salmideso24, la ciudad a cuyas     común es, si, equivocarse, entre los hombres, pero,
     puertas Ares vio cómo de una salvaje esposa              cuando uno yerra, el que no es imprudente ni infeliz,
     recibían maldita herida de ceguera los dos hijos de      caído en el mal, no se está quieto e intenta
     Fineo, ceguera que pide venganza en las cuencas de       levantarse; el orgullo un castigo comporta, la
     los ojos que manos sangrientas reventaron con            necedad. Cede, pues, al muerto, no te ensañes en
     puntas de lanzadera. Consumiéndose, los pobres, su       quien tuvo ya su fin: ¿qué clase de proeza es
     deplorable pena lloraban, ellos, los hijos de una        rematar a un muerto? Pensando en tu bien te digo
     madre tan mal maridada; aunque por su cuna               que cosa dulce es aprender de quien bien te
     remontara a los antiguos Erectidas25, a ella que fue     aconseja en tu provecho.
     criada en grutas apartadas, al azar de los vientos       CREONTE
     paternos, hija de un dios, Boréada, veloz como un        Todos, anciano, como arqueros que buscan el
     corcel sobre escarpadas colinas, también a ella          blanco, buscáis con vuestras flechas a este hombre
     mostraron su fuerza las Moiras26, hija mía.              (se señala a si mismo) ni vosotros, los adivinos,
     Ciego y muy anciano, guiado por un lazarillo,            dejais de atacarme con vuestra arte: hace ya tiempo
     aparece, corriendo casi, Tiresias.                       que los de tu familia me vendisteis como una
     TÍRESÍAS.                                                mercancía. Allá con vuestras riquezas: comprad todo
     Soberanos de Tebas, aquí llegamos dos que el             el oro blanco de Sardes y el oro de la India. Pero a él
     común camino mirábamos con los ojos de solo uno:         no lo veréis enterrado ni si las águilas de Zeus
     esta forma de andar, con un guía, es, en efecto, la      quieren su pasto hacerle y lo arrebatan hasta el trono
     que cuadra a los ciegos.                                 de Zeus; ni así os permitiré enterrarlo, que esta
     CREONTE                                                  profanación no me da miedo; no, que bien sé yo que
     Que hay de nuevo, anciano Tiresias?                      ningún hombre puede manchar a los dioses. En
     TlRESlAS.                                                cuanto a ti, anciano Tiresias, hasta los mas hábiles
     Ya te lo explicaré, y cree lo que te diga el adivino.    hombres caen, e ignominiosa es su caída cuando en
     CREONTE                                                  bello ropaje ocultan infames palabras para servir a su
     Nunca me aparté de tu consejo, hasta hoy al menos.       avaricia.
     TlRESlAS.                                                TlRESlAS.
     Por ello rectamente has dirigido la nave del estado.     Ay, ¿hay algún hombre que sepa, que pueda decir...
     CREONTE                                                  CREONTE.
     Mi experiencia puede atestiguar que tu ayuda me ha       ¿Qué? ¿Con qué máxima, de todas sabida, vendrás
     sido provechosa.                                         ahora?
     TlRESlAS.                                                TlRESlAS.
     Pues bien, piensa ahora que has llegado a un             ...en que medida la mayor riqueza es tener juicio?
     momento crucial de tu destine.                           CREONTE.
     CREONTE.                                                 En la medida justo, me parece, en que el mal mayor
     ¿Qué pasa? Tus palabras me hacen temblar.                es no tenerlo.
     TlRESlAS.                                                TlRESlAS.
     Lo sabrás, al oír las señales que sé por mi arte;        Y, sin embargo, tú naciste de esta enfermedad cabal
     estaba yo sentado en el lugar en donde, desde            enfermo.
     antiguo, inspecciono las aves, lugar de reunión de       CREONTE.
     toda clase de pájaros, y he aquí que oigo un hasta       No quiero responder con injurias al adivino.
     entonces nunca oído rumor de aves: frenéticos,           TlRESIAS.
     crueles gritos ininteligibles. Me di cuenta que unos a   Con ellas me respondes cuando dices que lo que
     otros, garras homicidas, se herían: esto fue lo que      vaticino yo no es cierto.
     deduje de sus estrepitosas alas; al punto,               CREONTE.
     amedrentarlo, tanteé con una victima en las              Sucede que la familia toda de los adivinos es muy
     encendidas aras, pero Hefesto no elevaba la llama;       amante del dinero.
     al contrario, la grasa de los muslos caía gota a gota    TíRESlAS.
     sobre la ceniza y se consumía, humeante y crujiente;     Y que gusta la de los tiranos de riquezas mal
     las hieles esparcían por el aire su hedor; los muslos    ganadas.
     se quemaron, se derritió la grasa que los cubre. Todo    CREONTE
     esto —presagios negados, delitos que no ofrecen          ¿Te das cuenta de que lo que dices lo dices a tus
     señales— lo supe por este muchacho: él es mi guía,       jefes?




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     TlRESIAS.                                                Venga, pues: saca a Antígona de su subterránea
     Si, me doy cuenta, porque si mantienes a salvo la        morada, y al muerto que yace abandonado levántale
     ciudad, a mi lo debes.                                   una tumba.
     CREONTE                                                  CREONTE.
     Tú eres un sagaz agorero, pero te gusta la injusticia.   Esto me aconsejas? ¿Debo, pues, ceder, según tu?
     TlRESIAS.                                                CORIFEO.
     Me obligarás a decir lo que ni el pensamiento debe       Si, y lo antes posible, señor. A los que perseveran en
     mover.                                                   errados pensamientos les cortan el camino los daños
     CREONTE.                                                 que, veloces, mandan los dioses.
     Pues muévelo, con tal de que no hables por amor de       CREONTE.
     tu interés.                                              Ay de mi: a duras penas pero cambio de idea sobre
     TlRESIAS.                                                lo que he de hacer; no hay forma de luchar contra lo
     Por la parte que te toca, creo que así será.             que es forzoso.
     CREONTE.                                                 CORIFEO.
     Bien, pero has de saber que mis decisiones no            Ve pues, y hazlo; no confíes en otros.
     pueden comprare.                                         CREONTE.
     TíRESlAS.                                                Me voy, si, así mismo, de inmediato. Va, venga,
     Bien está, pero sepas tú, a tu vez, que no vas a dar     siervos, los que estáis aquí y los que no estáis,
     muchas vueltas, émulo del sol, sin que, de tus           rápido, proveeros de palas y subid a aquel lugar que
     propias entrañas, des un muerto, en compensación         se ve allí arriba. En cuanto a mi, pues así he
     por los muertos que tú has enviado allí abajo, desde     cambiado de opinión, lo que yo mismo ate, quiero yo
     aquí arriba, y por la vida que indecorosamente has       al presente desatar, porque me temo que lo mejor no
     encerrado en una tumba, mientras tienes aquí a un        sea pasar toda la vida en la observancia de las leyes
     muerto que es de los dioses subterráneos, y al que       instituidas.
     privas de su derecho, de ofrendas y de piadosos          CORO.
     ritos. Nada de esto es de tu incumbencia, ni de la de    Dios de múltiples advocaciones, orgullo de tu esposa
     los celestes dioses; esto es violencia que tú les        cadmea, hijo de Zeus de profundo tronar, tú que
     haces. Por ello, destructoras, vengativas, te acechan    circundas de viñedos Italia y reinas en la falda,
     ya las divinas, mortíferas Erinis, para cogerte en tus   común a todos, de Deo en Eleusis, oh tú, Baco, que
     propios crímenes. Y ve reflexionando, a ver si hablo     habitas la ciudad madre de las bacantes, Tebas,
     por dinero, que, dentro no de mucho tiempo, se oirán     junto a las húmedas corrientes del Ismeno.y sobre la
     en tu casa gemidos de hombres y de mujeres, y se         siembra del feroz dragón27. A ti te ha visto el humo,
     agitarán de enemistad las ciudades todas los             radiante como el relámpago, sobre la bicúspide peña,
     despojos de cuyos caudillos hayan llegado a ellas —      allí donde van y vienen las ninfas coricias, tus
     impuro hedor— llevadas por perros o por fieras o por     bacantes, y te ha visto la fuente de Castalia. Te
     alguna alada ave que los hubiera devorado. Porque        envían las lomas frondosas de hiedra y las cumbres
     me has azuzado, he aquí los dardos que te mando,         abundantemente orilladas de viñedos de los monjes
     arquero, seguros contra tu corazón; no podrás, no,       de Nisa, cuando visitas las calles de Tebas28, la
     eludir el ardiente dolor que han de causarte.            ciudad que, entre todas, tú honras como suprema, tú
     (Al muchacho que le sirve de guía)                       y Semele, tu madre herida por el rayo. Y ahora, que
     Llévame a casa, hijo, que desahogue éste su cólera       la ciudad entera está poseída por violento inal,
     contra gente más joven y que aprenda a alimentar su      acude, atraviesa con tu pie, que purifica cuanto toca,
     lengua con mas calma y a pensar mejor de lo que          o la pendiente del Parnaso o el Euripo, ruidoso
     ahora piensa.                                            estrecho ó, tú, que diriges la danza de los astros que
     Sale Tiresias con el lazarillo.                          exhalan fuego, que presides nocturnos clamores,
     CORIFEO.                                                 hijo, estirpe de Zeus, muéstrate ahora, señor, con las
     Se ha ido, señor, dejándonos terribles vaticinios. Y     tíadas que son tu comitiva, ellas que en torno a ti,
     sabemos —desde que estos cabellos, negros antes,         enloquecidas danzan toda la noche, llamándote
     se vuelven ya blancos— que nunca ha predicho a la        Yacco, el dispensador29.
     ciudad nada que no fuera cierto.                         MENSAJERO
     CREONTE.                                                 Vecinos del palacio que fundaron Cadmo y Anfión30,
     También yo lo sé y tiembla mi espíritu; porque es        yo no podría decir de un hombre, durante su vida,
     terrible, si, ceder, pero también lo es resistir en un   que es digno de alabanza o de reproche31; no, no es
     furor que acabe chocando con un castigo enviado          posible, porque el azar levanta y el azar abate al
     por los dioses.                                          afortunado y al desafortunado, sin pausa. Nadie
     CORIFEO.                                                 puede hacer de adivino porque nada hay fijo para los
     Conviene que reflexiones con tiento, hijo de             mortales. Por ejemplo Creonte —me parece— era
     Meneceo.                                                 digno de envidia: había salvado de sus enemigos a
     CREONTE.                                                 esta tierra de Cadmo, se había hecho con todo el
     ¿Qué he de hacer? Habla, que estoy dispuesto a           poder, sacaba adelante la ciudad y florecía en la
     obedecerte.                                              noble siembra de sus hijos. Pero, de todo esto, ahora
     CORIFEO.                                                 nada queda; porque, si un hombre ha de renunciar a
                                                              lo que era su alegría, a éste no le tengo por vivo:




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     como un muerto en vida, al contrario, me parece. Si,      y cueva de Hades. Alguien ha oído ya, desde lejos,
     que acreciente su heredad, si le place, y a lo grande,    voces, agudos lamentos, en torno a la tumba a la que
     y que viva con la dignidad de un tirano; pero, si esto    faltaron fúnebres honras, y se acerca a nuestro amo
     ha de ser sin alegría, todo junto yo no lo compraba ni    Creonte para hacérselo notar; éste, conforme se va
     al precio de la sombra del humo, si ha de ser sin         acercando, mas le llega confuso rumor de
     comento,                                                  quejumbrosa voz; gime y, entre sollozos, dice estas
     Se abre la puerta de palacio e, inadvertida por los de    palabras: "Ay de mi, desgraciado, soy acaso adivino?
     la escena, aparece Eurídice, esposa de Creonte, con       ¿Por ventura recorro el mas aciago camino de
     unas doncellas.                                           cuantos recorrí en mi vida? Es de mi hijo esta voz
     CORIFEO                                                   que me acoge. Venga, servidores, veloces, corred,
     ¿Cuál es este infortunio de los reyes que vienes a        plantaros en la tumba, retirad una piedra, meteros en
     traernos?                                                 el túmulo por la abertura, hasta la boca misma de la
     MENSAJERO                                                 cueva y atención: fijaros bien si la voz que escucho
     Murieron. Y los responsables de estas muertes son         es la de Hemón o si se trata de un engaño que los
     los vivos.                                                dioses me envían." Nosotros, en cumplimiento de lo
     CORIFEO.                                                  que nuestro desalentado jefe nos mandaba,
     ¿Quién mató y quién es el muerto? Habla.                  miramos, y al fondo de la caverna, la vimos a ella
     MENSAJERO                                                 colgada por el cuello, ahogada por el lazo de hilo
     Hemón ha perecido, y él de su propia mano ha              hecho de su fino velo, y a él caído a su vera,
     vertido su sangre.                                        abrazándola por la cintura, llorando la perdida de su
     CORIFEO.                                                  novia, ya muerta, el crimen de su padre y su amor
     ¿Por mano de su padre o por la suya propia?               desgraciado. Cuando Creonte le ve, lamentables son
     MENSAJERO.                                                sus quejas: se acerca a él y le llama con quejidos de
     El mismo y por su misma mano: irritada protesta           dolor: "Infeliz, ¿qué has hecho? ;Que pretendes?
     contra el asesinato perpetrado por su padre.              ¿Qué desgracia te ha privado de razón? Sal, hijo,
     Desaparecen tras la puerta Eurídice y las doncellas.      sal; te lo ruego, suplicante." Pero su hijo le miró de
     CORIFEO.                                                  arriba a abajo con ojos terribles, le escupió en el
     ¡Oh adivino, cuán de cabal adivino fueron tus             rostro, sin responderle, y desenvainó su espada de
     palabras!                                                 doble filo. Su padre, de un salto, esquiva el golpe: él
     MENSAJERO                                                 falla, vuelve su ira entonces contra si mismo, el
     Pues esto es así, y podéis ir pensando en lo otro.        desgraciado; como va, se inclina, rígido, sobre la
     Tras un breve silencio, reaparece Eurídice que baja       espada y hasta la mitad la clava en sus costillas; aún
     hasta la mitad de la escalinata y luego se acerca         en sus cabales, sin fuerza ya en su brazo, se abraza
     hasta ellos para oír el discurso del mensajero.           a la muchacha; exhala súbito golpe de sangre y
     CORIFEO.                                                  ensangrentada deja la blanca mejilla de la joven; allí
     Ahora veo a la infeliz Eurídice, la esposa de Creonte,    queda, cadáver al lado de un cadáver; que al final,
     que sale de palacio, quizá para mostrar su duelo por      mísero, logró su boda, pero ya en el Hades: ejemplo
     su hijo o acaso por azar.                                 para los mortales de hasta qué punto el peor mal del
     EURÍDICE.                                                 hombre es la irreflexión.
     Algo ha llegado a mi de lo que hablabais, ciudadanos      Sin decir palabra, sube Eurídice las escaleras y entra
     aquí reunidos, cuando estaba para salir con ánimo         en palacio.
     de llevarle mis votos a la diosa Palas; estaba justo      CORIFEO.
     tanteando la cerradura de la puerta, para abrirla, y      ¿Por qué tenías que contarlo todo tan exacto? La
     me ha venido al oído el rumor de un mal para mi           reina se ha marchado sin decir palabra, ni para bien
     casa; he caído de espaldas en brazos de mis               ni para mal?
     esclavas y he quedado inconsciente; sea la noticia la     MENSAJERO.
     que sea, repetídmela: no estoy poco avezada al            También yo me he extrañado, pero me alimento en la
     infortunio y sabré oírla.                                 esperanza de que, habiendo oído la triste suerte de
     MENSAJERO.                                                su hijo, no haya creído digno llorar ante el pueblo: allí
     Yo estuve allí presente, respetada señora, y te diré la   dentro, en su casa, mandará a las esclavas que
     verdad sin omitir palabra; total, ¿para que ablandar      organicen el duelo en la intimidad. No le falta juicio,
     una noticia, si luego he de quedar como embustero?        no, y no hará nada mal hecho.
     La verdad es siempre el camino mas recto. Yo he           CORIFEO.
     acompañado como guía a tu marido hacia lo alto del        No sé: a mí el silencio así, en demasía, me parece
     llano, donde yacía aún sin piedad, destrozo causado       un exceso gravoso, tanto como el griterío en balde.
     por los perros, el cadáver de Polinices. Hemos hecho      MENSAJERO
     una súplica a la diosa de los caminos y a Plutón32,       Si, vamos, y, en entrando, sabremos si esconde en
     para que nos fueran benévolos y detuvieran sus iras;      su animoso corazón algún resuelto designio; porque
     le hemos dado un baño purificador, hemos cogido           tú llevas razón: en tan silencioso reaccionar hay algo
     ramas de olivo y quemado lo que de él quedaba;            grave.
     hemos amontonado tierra patria hasta hacerle un           Entra en palacio. Al poco, aparece Creonte con su
     túmulo bien alto. Luego nos encaminamos a donde           séquito, demudado el semblante, y llevando en
     tiene la muchacha su tálamo nupcial, lecho de piedra      brazos el cadáver de su hijo.




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     CORIFEO.                                                   doble filo, de frente? ¡Mísero de mi, ay ay, a que mi
     Mirad, he aquí al rey que llega con un insigne             será desventura estoy unido!
     monumento en sus brazos, no debido a ceguera de            MENSAJERO
     otros, sino a su propia falta.                             Según esta muerta que aquí está, el culpable de una
     CREONTE.                                                   y otra muerte eras tú.
     Ió, vosotros que véis, en un mismo linaje, asesinos y      CREONTE
     víctimas: mi obstinada razón que no razona, ¡oh            Y, ella ¿de qué modo se abandonó a la muerte?
     errores fatales! ¡Ay, mis órdenes, que desventura! Ió,     MENSAJERO
     hijo mío, en tu juventud —¡prematuro destino, ay ay,       Ella misma, con su propia mano, se golpeó en el
     ay ay!— has muerto, te has marchado, por mis               pecho así que se enteró del tan lamentable infortunio
     desatinos, que no por los tuyos.                           de su hijo.
     CORIFEO.                                                   CREONTE.
     ¡Ay, que muy tarde me parece que has visto lo justo!       ¡Ay! ¡Ay de mi! De todo, la culpa es mía y nunca
     CREONTE.                                                   podrá corresponder a ningún otro hombre. Si, yo, yo
     ¡Ay, mísero de mi! ¡Sí, ya he aprendido! Sobre mi          la mate, yo, infortunada. Y digo la verdad. ¡Ió!
     cabeza —pesada carga— un dios ahora mismo se               Llevadme, servidores, lo más rápido posible, moved
     ha dejado caer, ahora mismo, y por caminos de              los pies, sacadme de aquí: a mi, que ya no soy mas
     violencia me ha lanzado, batiendo, aplastando con          que quien es nada.
     sus pies lo que era mi alegría, ¡Ay, ay! jló, esfuerzos,   CORIFEO.
     desgraciados esfuerzos de los hombres!                     Esto que pides te será provechoso, si puede haber
     MENSAJERO                                                  algo provechoso entre estos males. Las desgracias
     (Sale ahora de palacio.) Señor, la que sostienes en        que uno tiene que afrontar, cuanto más brevemente
     tus brazos es pena que ya tienes, pero otra tendrás        mejor.
     en                                                         CREONTE.
     entrando en tu casa; me parece que al punto la             ¡Que venga, que venga, que aparezca, de entre mis
     verás.                                                     días, el ultimo, el que me lleve a mi postrer destino!
     CREONTE.                                                   ¡Que venga, que venga! Así podré no ver ya un
     ¿Cómo? ¿Puede haber todavía un mal peor que                nuevo día.
     éstos?                                                     CORIFEO
     MENSAJERO                                                  Esto llegará a su tiempo, pero ahora, con actos
     Tu mujer, cabal madre de este muerto (señalando a          conviene afrontar lo presente: del futuro ya se cuidan
     Hemón), se ha matado: recientes aún las heridas que        los que han de cuidarse de él.
     se ha hecho, desgraciada.                                  CREONTE.
     CREONTE.                                                   Todo lo que deseo está contenido en mi plegaria.
     Ió, ió, puerto infernal que purificación alguna logró      CORIFEO
     aplacar, ¿por qué me quieres, por que quieres              Ahora no hagas plegarias. No hay hombre que pueda
     matarme? (Al mensajero.) Tú, que me has traído tan         eludir lo que el destino le ha fijado.
     malas, penosas noticias, ¿cómo es esto que                 CREONTE.
     cuentas? ¡Ay, ay, muerto ya estaba y me rematas!           (A sus servidores.) Va, moved los pies, llevaos de
     ¿Qué dices, muchacho, que dices de una nueva               aquí a este fatuo (por él mismo). (Imprecando a los
     víctima? Víctima —ay, ay, ay, ay— que se suma a            dos cadáveres.) Hijo mío, yo sin quererlo te he
     este azote de muertes: ¿mi mujer yace muerta?              matado y a ti también, esposa, mísero de mi... Ya no
     Unos esclavos sacan de palacio el cadáver de               sé ni cuál de los dos inclinarme a mirar. Todo aquello
     Eurídice.                                                  en que pongo mano sale mal y sobre mi cabeza se
     CORIFEO.                                                   ha abatido un destino que no hay quien lleve a buen
     Tú mismo puedes verla: ya no es ningún secreto.            puerto
     CREONTE.                                                   Sacan los esclavos a Creonte, abatido, en brazos.
     Ay de mi, infortunado, que veo cómo un nuevo mal           Queda en la escena sólo con el coro; mientras
     viene a sumarse a este: ¿qué, pues?¿Qué destino            desfila, recita el final el corifeo.
     me aguarda? Tengo en mis brazos a mi hijo que              CORIFEO
     acaba de morir, mísero de mi, y ante mi veo a otro         Con mucho, la prudencia es la base de la felicidad.
     muerto. ¡Ay, ay, lamentable suerte, ay, del hijo y de      Y, en lo debido a los dioses, no hay que cometer ni
     la madre!                                                  un desliz. No. Las palabras hinchadas por el orgullo
     MENSAJERO                                                  comportan, para los orgullosos, los mayores golpes;
     Ella, de afilado filo herida, sentada al pie del altar     ellas, con la vejez, enseñan a tener prudencia.
     doméstico, ha dejado que se desate la oscuridad en
     sus ojos tras llorar la suerte ilustre del que antes                                 FIN
     murió, Meneceo33, y la de Hemón, y tras implorar           ----------------
     toda suerte de infortunios para el asesino de sus          Referencias
     hijos.                                                     1-Muerto Etéocles en combate, en el campo mismo
     CREONTE.                                                   ha recibido Creonte el poder del ejército: así,
     ¡Ay, ay! ¡Ay, ay, que me siento transportado por el        "estrego" significa "Jefe Militar"
     pavor! ¿No viene nadie a herirme con una espada de




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ANTÍGONA-SÓFOCLES
     2-Etéocles y Polinices; los preliminares del tema de     alusiones a ella son corrientes en la poesía posterior,
     Antígona fueron tratados por Esquilo en su obra Los      hasta la renacentista.
     siete contra Tebas.                                      18-El corifeo piensa, en verdad, en la heroicidad de
     3-La sumisión de la mujer es un motivo constante en      lo que lleva a cabo Antígona, pero ella, vencida por el
     Sófocles, aquí, el carácter de Ísmene queda reflejado    abatimiento, cree que es escarnecida.
     al aceptar esta sumisión como algo insuperable.          19-Las razones de Creonte son, diríamos,
     4-Se trata de una fuente que existe todavía dentro de    formalistas: se mata a Antígona dejándola morir, sin
     una gruta, al pie de la acrópolis de Tebas. Sus aguas    haber derramado sangre, sin que esta sangre pueda
     representaban a Tebas.                                   pedir expiación.
     5-Se tenían los tebanos por "hijos de la serpiente",     20-Perséfona, esposa de Hades, especialmente
     nacidos de la siembra de los dientes de este animal      importante en los cultos y ritos etónicos.
     que antiguamente había llevado a caco Cadmo. Con         21-Ísmene no cuenta, dada la adaptabilidad de su
     todo, aquí hay que pensar que la serpiente viene         carácter.
     solicitada por el águila, cuya enemiga tradicional es.   22-El coro evoca en su canto a tres personajes
     6-Hijo de Zeus, antaño preminente entre los dioses,      famosos y reales que tampoco eludieron el destino:
     es citado aquí como ejemplo de desmesura,                en primer lugar, Dánae, a la que su padre había
     comparado a Polínices: es por su arrogancia, en          recluido en una prisión cerrada con puerta de bronce,
     efecto, que Tántalo sufre su conocido castigo, en el     que no impidió la visita de Zeus, sin embargo.
     cual, sumergido medio cuerpo en agua, se consume         23-El hijo de Drías es Licurgo, sobre el que Esquilo
     de sed, y, sometido a la sombra de un árbol frutal,      había escrito una trilogía hoy perdida; con todo, el
     padece feroz hambre. Cuando sus labios quieren           tema es el del rey que se opone a la divinidad y ésta
     tocar bebida o comida, ésta se aparta lejos de él.       le castiga: aunque el rey se llame ahí Penteo, la
     7-O sea que no ha de conformarse con solamente           historia puede considerarse ejemplificada en Las
     darles muerte.                                           Bacantes de Eurípides.
     8-Esto contrasta con lo dicho antes por Ísmene y         24-Salmideso es una ciudad situada al nordeste del
     aporta una nota de virilidad, de decisión, de            Bósforo, cerca de la actual Midjeh.El tercer personaje
     individualismo al carácter de Antígona. Luego            es la madrastra de los hijos de Fineo y Cleopatra,
     Creonte insistirá en esta idea y la desarrollará.        que cegó a sus hijastros en la forma descrita en el
     9-Este tono duro de Creonte, y su decisión respecto      texto: Cleopatra fue, pues, después de su muerte,
     a Polinices, sin duda debe confrontarse con los          víctima de una ruindad. La relación de estos
     parlametos de Melenao y Agamenón, al final de            ejemplos con Antígona no es del todo clara.
     Ayax.                                                    25-Cleopatra era la hija de Oritia, de Erecteo.
     10-En efecto, Antígona había sido prometida a            26-Las Moiras son las divinidades del destino,
     Hemón, hijo de Creonte; para casarse con otra            encargadas de su cumplimiento.
     mujer, Hemón había de faltar a su promesa, pues la       27-Se trata del dragón o serpiente de que se ha
     boda había sido ya acordada, como recuerda Ísmene        hablado ya en la nota 5.El animal era un
     dentro de poco.                                          descendiente de Ares.
     11-Es un refrán: como hoy, "caminar por las brasas"      28-El coro sigue refiriéndose a Dionisio: la hiedra y
     significaba embarcarse en difíciles y arriesgadas        los viñedos son atributos claros del dios.
     empresas.                                                29-Como en otras obras, antes de la llegada del
     12-es decir, como de natural nadie o casi nadie nace     mensajero se hace entonar un canto de alegría y de
     lleno de ciencia innata. Se trata de una expresión       esperanza al coro, sólo para hundir al punto en la
     coloquial.                                               más negra desgracia el clima que así se había
     13-Para un griego, la ciudad son los ciudadanos, y la    conseguido.
     nave sólo es tal si hay tripulación. Vacías, ni la       30-Anfión, el esposo de Níobe, fue también rey de
     ciudad ni la nave sirven para nada, y la posición del    Tebas.
     que se llamara su jefe sería ridícula.                   31-El mismo motivo en el mensajero que explica la
     14-Eros es el muchacho, hijo de Afrodita, que dispara    desgracia de Edipo.
     dardos al corazón de dioses y hombres para               32-Plutón es la más común advocación de Hades
     enamorarlos. La literatura, sobre todo, posterior a      personificado.
     Sófocles, asimila los efectos de sus dardos a            33-Otro hijo de Creonte y Eurídice.
     enfermedad que puede llevar a la locura.
     15-El canto coral que ha empezado con la
     advocación a Eros ("Amor"), termina dirigiéndose a
     Afrodita, madre de Eros, diosa del amor.
     16-El Aqueronte es uno de los ríos que separan y
     aíslan el mundo de los muertos.
     17-Níobe fue personaje famoso, hija de Tántalo,
     ejemplo de engreimiento y arrogancia en una obra de
     Esquilo que hemos perdido: se ufanó la diosa Leto
     porque tenía muchos hijos; entonces los dos de la
     diosa, Apolo y Artémis, dieron muerte a los de Níobe.
     Por el dolor se metamorfoseó en piedra. Las




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Antígona de sófocles

  • 1. ANTÍGONA-SÓFOCLES Personajes: Antígona, hija de Edipo. Tiresias, adivino, anciano y ciego. Ismene, hija de Edipo. Un guardián. Creonte, rey, tío de Antígona e Ismene Un mensajero. Eurídice, reina, esposa de Creonte. Coro de ancianos nobles de Tebas, presididos Hemón. Hijo de Creonte. por el Corifeo. (La escena, frente al palacio real de Tebas con escalinata. Al fondo, la montaña. Cruza la escena Antígona, para entrar en palacio. Al cabo de unos instantes, vuelve a salir, llevando del brazo a su hermana Ismene, a la que baje bajar las escaleras y aparta de palacio). No seas atrevida: Si las cosas están así, ate yo o ANTÍGONA. desate en ellas, ¿qué podría ganarse? Hermana de mi misma sangre, Ismene querida, tú ANTÍGONA que conoces las desgracias de la casa de Edipo, ¿Puedo contar con tu esfuerzo, con tu ayuda? ¿sabes de alguna de ellas que Zeus no hay a Piénsalo. cumplido después de nacer nosotras dos? No, no ISMENE hay vergüenza ni infamia, no hay cosa insufrible ni ¿Qué ardida empresa tramas? ¿Adónde va tu nada que se aparte de la mala suerte, que no vea yo pensamiento? entre nuestras desgracias, tuyas y mías; y hoy, ANTÍGONA encima, ¿qué sabes de este edicto que dicen que el Quiero saber si vas a ayudar a mi mano a alzar al estratego1 acaba de imponer a todos los muerto. ciudadanos?. ¿Te has enterado ya o no sabes los ISMENE males inminentes que enemigos tramaron contra Pero, ¿es que piensas darle sepultura, sabiendo que seres queridos? se ha públicamente prohibido? ISMENE ANTÍGONA No, Antígona, a mí no me ha llegado noticia alguna Es mi hermano —y también tuyo, aunque tú no de seres queridos, ni dulce ni dolorosa, desde que quieras—; cuando me prendan, nadie podrá nos vimos las dos privadas de nuestros dos llamarme traidora. hermanos, por doble, recíproco golpe fallecidos en ISMENE un solo día2. Después de partir el ejército argivo, ¡Y contra lo ordenado por Creonte, ay, audacísima! esta misma noche, después no sé ya nada que ANTÍGONA pueda hacerme ni más feliz ni más desgraciada. El no tiene potestad para apartarme de los míos. ANTÍGONA ISMENE No me cabía duda, y por esto te traje aquí, superado Ay, reflexiona, hermana, piensa: nuestro padre, cómo el umbral de palacio, para que me escucharas, tú murió, aborrecido, deshonrado, después de cegarse sola. él mismo sus dos ojos, enfrentado a faltas que él ISMENE mismo tuvo que descubrir. Y después, su madre y ¿Qué pasa? Se ve que lo que vas a decirme te esposa —que las dos palabras le cuadran—, pone fin ensombrece. a su vida en infame, entrelazada soga. En tercer ANTÍGONA lugar, nuestros dos hermanos, en un solo día, Y, ¿cómo no, pues? ¿No ha juzgado Creonte digno consuman, desgraciados, su destino, el uno por de honores sepulcrales a uno de nuestros hermanos, mano del otro asesinados. Y ahora, que solas y al otro tiene en cambio deshonrado? Es lo que nosotras dos quedamos, piensa que ignominioso fin dicen: a Etéocles le ha parecido justo tributarle las tendremos si violamos lo prescrito y trasgredimos la justas, acostumbradas honras, y le ha hecho enterrar voluntad o el poder de los que mandan. No, hay que de forma que en honor le reciban los muertos, bajo aceptar los hechos: que somos_ dos mujeres, tierra. El pobre cadáver de Polinices, en cambio, incapaces de luchar contra hombres3; Y que tienen dicen que un edicto dio a los ciudadanos prohibiendo el poder, los que dan órdenes, y hay que que alguien le dé sepultura, que alguien le llore, obedecerlas—éstas y todavía otras más dolorosas. incluso. Dejarle allí, sin duelo, insepulto, dulce tesoro Yo, con todo, pido, si, a los que yacen bajo tierra su a merced de las aves que busquen donde cebarse. Y perdón, pues que obro forzada, pero pienso esto es, dicen, lo que el buen Creonte tiene obedecer a las autoridades: esforzarse en no obrar decretado, también para ti y para mí, sí, también para corno todos carece de sentido, totalmente. mí; y que viene hacia aquí, para anunciarlo con toda ANTÍGONA claridad a los que no lo saben, todavía, que no es Aunque ahora quisieras ayudarme, ya no lo pediría: asunto de poca monta ni puede así considerarse, tu ayuda no sería de mi agrado; en fin, reflexiona sino que el que transgreda alguna de estas órdenes sobre tus convicciones: yo voy a enterrarle, y, en será reo de muerte, públicamente lapidado en la habiendo yo así obrado bien, que venga la muerte: ciudad. Estos son los términos de la cuestión: ya no amiga yaceré con él, con un amigo, convicta de un te queda sino mostrar si haces honor a tu linaje o si delito piadoso; por mas tiempo debe mi conducta eres indigna de tus ilustres antepasados. agradar a los de abajo que a los de aquí, pues mi ISMENE descanso entre ellos ha de durar siempre. En cuanto PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 2. ANTÍGONA-SÓFOCLES a ti, si es lo que crees, deshonra lo que los dioses sus fauces, lanzas sedientas de sangre en torno a honran. las siete puertas, bocas de la ciudad, pero hoy se ha ISMENE ido, antes de haber podido saciar en nuestra sangre En cuanto a mi, yo no quiero hacer nada deshonroso, sus mandíbulas y antes de haber prendido pinosa pero de natural me faltan fuerzas para desafiar a los madera ardiendo en las torres corona de la muralla, ciudadanos. tal fue el estrépito bélico que se extendió a sus ANTÍGONA espaldas: difícil es la victoria cuando el adversario es Bien, tú te escudas en este pretexto, pero yo me voy la serpiente5, porque Zeus odia la lengua de a cubrir de tierra a mi hermano amadísimo hasta jactancioso énfasis, y al verles cómo venían contra darle sepultura. nosotros, prodigiosa avalancha, engreídos por el ISMENE ruido del oro, lanza su tembloroso rayo contra uno ¡Ay, desgraciada, cómo terno por ti! que, al borde ultimo de nuestras barreras, se alzaba ANTÍGONA ya con gritos de victoria. Como si fuera un Tántalo6, No, por mi no tiembles: tu destino, prueba a con la antorcha en la mano, fue a dar al duro suelo, enderezarlo. él que como un bacante en furiosa acometida, ISMENE entonces, soplaba contra Tebas vientos de enemigo Al menos, el proyecto que tienes, no se lo confíes. a arrebato. Resultaron de otro modo, las cosas: rudos nadie de antemano; guárdalo en secreto que yo te golpes distribuyó —uno para cada uno— entre los ayudare en esto. demás caudillos, Ares, empeñado, propicio dios. ANTÍGONA Siete caudillos, cabe las siete puertas apostados, ¡Ay, no, no: grítalo! Mucho más te aborreceré si iguales contra iguales, dejaron a Zeus, juez de la callas, si no lo pregonas a todo el mundo. victoria, tributo broncíneo totalmente; menos los dos ISMENE míseros que, nacidos de un mismo padre y una Caliente corazón tienes, hasta en cosas que hielan. misma madre, levanta-ron, el uno contra el otro, sus ANTÍGONA lanzas — armas de principales paladines—, y ambos Sabe, sin embargo, que así agrado a los que más lograron su parte en una muerte común. Y, pues, debo complacer. exaltadora de nombres, la Victoria ha llegado a ISMENE Tebas rica en carros, devolviendo a la ciudad la Si, si algo lograrás... Pero no tiene salida, tu deseo. alegría, conviene dejar en el olvido las lides de hasta ANTÍGONA ahora, organizar nocturnas rondas que recorran los Puede, pero no cejaré en mi empeño, mientras tenga templos de los dioses todos; y Baco, las danzas en fuerzas. cuyo honor conmueven la tierra de Tebas, que el nos ISMENE guíe. De entrada, ya, no hay que ir a la caza de Sale del palacio, con séquito, Creonte. imposibles. CORIFEO ANTÍGONA Pero he aquí al rey de esta tierra, Creonte, hijo de Si continúas hablando en ese tono, tendrás mi odio y Meneceo, que se acerca, nuevo caudillo por las el odio también del muerto, con nuevas circunstancias reclamado; ¿que proyecto justicia. Venga, déjanos a mi y a mi funesta debatiendo nos habrá congregado, a esta asamblea resolución, que corramos este riesgo, convenida de ancianos, que aquí en común hemos acudido a su como estoy de que ninguno puede ser tan grave llamada? como morir de modo innoble. CREONTE ISMENE Ancianos, el timón de la ciudad que los dioses bajo Ve, pues, si es lo que crees; quiero decirte que, con tremenda tempestad habían conmovido, hoy de ir demuestras que estás sin juicio, pero también que nuevo enderezan, rumbo cierto. Si yo por mis amiga eres, sin reproche, para tus amigos. emisarios os he mandado aviso, a vosotros entre Sale Ismene hacia el palacio; desaparece Antígona todos los ciudadanos, de venir aquí, ha sido porque en dirección a la montaña. Hasta la entrada del coro, conozco bien vuestro respeto ininterrumpido al queda la escena vacía unos instantes. gobierno de Layo, y también, igualmente, mientras CORO regía Edipo la ciudad; porque sé que, cuando él Rayo de sol, luz la más bella —más bella, si, que murió, vuestro sentimiento de lealtad os hizo cualquiera de las que hasta hoy brillaron permanecer al lado de sus hijos. Y pues ellos en un en Tebas la de las siete puertas—, ya has aparecido, solo día, víctimas de un doble, común destino, se párpado de la dorada mañana que te mueves por han dado muerte, mancha de fratricidio que a la vez sobre la corriente de Dirce4. Con rápida brida has causaron y sufrieron, yo, pues, en razón de mi hecho correr ante ti, fugitivo, al hombre venido de parentesco familiar con los caídos, todo el poder, la Argos, de blanco escudo, con su arnés completo, realeza asuma. Es imposible conocer el ánimo, las Polinices, que se levantó contra nuestra patria opiniones y principios de cualquier hombre que no se llevado por dudosas querellas, con agudísimo haya enfrentado a la experiencia del gobierno y de la estruendo, como águila que se cierne sobre su legislación. A mi, quienquiera que, encargado del víctima, como por ala de blanca nieve cubierto por gobierno total de una ciudad, no se acoge al parecer multitud de armas y cascos de crines de caballos; por de los mejores sino que, por miedo a algo, tiene la sobre los techos de nuestras casas volaba, abriendo boca cerrada, de tal me parece —y no solo ahora, PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 3. ANTÍGONA-SÓFOCLES sino desde siempre— un individuo pésimo. Y el que reflexiones y he dado la vuelta en mi camino, con en mas considera a un amigo que a su propia patria, intención de volverme; muchas veces mi alma me éste no me merece consideración alguna; porque yo decía, en su lenguaje: "Infeliz, ¿cómo vas a donde en —sépalo Zeus, eterno escrutador de todo— ni puedo llegando serás castigado?"... "¿Otra vez te detienes, estarme callado al ver que se cierne sobre mis osado? Cuando lo sepa por otro Creonte, ¿piensas conciudadanos no salvación, sino castigo divino, ni que no vas a sufrir un buen castigo?"... Con tanto podría considerar amigo mío a un enemigo de esta darle vueltas iba acabando mi camino con pesada tierra, y esto porque estoy convencido de que en esta lentitud, y así no hay camino, ni que sea breve, que nave está la salvación y en ella, si va por buen no resulte largo. Al fin venció en mi la decisión de camino, podemos hacer amigos. Estas son las venir hasta ti y aquí estoy, que, aunque nada podré normas con que me propongo hacer la grandeza de explicarte, hablaré al menos; y el caso es que he Tebas, y hermanas de ellas las órdenes que hoy he venido asido a una esperanza, que no puede mandado pregonar a los ciudadanos sobre los hijos pasarme nada que no sea mi destino. de Edipo: a Etéocles, que luchando en favor de la CREONTE. ciudad por ella ha sucumbido, totalmente el primero Pero, veamos: ¿qué razón hay para que estés así en el manejo de la lanza, que se le entierre en una desanimado? tumba y que se le propicie con cuantos sacrificios se GUARDIÁN. dirigen a los mas ilustres muertos, bajo tierra; pero a En primer lugar te explicaré mi situación: yo ni lo hice su hermano, a Polinices digo, que, exiliado, a su ni vi a quien lo hizo ni sería justo vuelta quiso por el fuego arrasar, de arriba a abajo, la que cayera en desgracia por ello. tierra patria y los dioses de la raza, que quiso gustar CREONTE. la sangre de algunos de sus parientes y esclavizar a Buen cuidado pones en enristrar tus palabras, atento otros; a éste, heraldos he mandado que anuncien a no ir directo al asunto. Evidentemente, vas a que en esta ciudad no se le honra, ni con tumba ni hacernos saber algo nuevo. con lágrimas: dejarle insepulto, presa expuesta al GUARDIÁN. azar de las aves y los perros, miserable despojo para Es que las malas noticias suelen hacer que uno se los que le vean. Tal es mi decisión: lo que es por mi, retarde. nunca tendrán los criminales el honor que CREONTE. corresponde a los ciudadanos justos; no, por mi parte Habla, de una vez: acaba, y luego vete. tendrá honores quienquiera que cumpla con el GUARDIÁN. estado, tanto en muerte como en vida. Ya hablo, pues: vino alguien que enterró al muerto, CORIFEO. hace poco: echo sobre su cuerpo árido polvo y Hijo de Meneceo, obrar así con el amigo y con el cumplió los ritos necesarios. enemigo de la ciudad, éste es tu gusto, y si, puedes CREONTE. hacer uso de la ley como quieras, sobre los muertos ¿Qué dices? ¿Qué hombre pudo haber, tan osado? y sobre los que vivimos todavía. GUARDIÁN. CREONTE. No sé sino que allí no había señal que delatara ni Y ahora, pues, como guardianes de las órdenes golpe de pico ni surco de azada; estaba el suelo dadas... intacto. duro y seco, y no había roderas de carro: fue CORIFEO. aquello obra de obrero que no deja señal. Cuando Impónle a uno mas joven que soporte este peso. nos lo mostró el centinela del primer turno de la CREONTE. mañana, todos tuvimos una desagradable sorpresa: No es eso: ya hay hombres encargados de la el cadáver había desaparecido, no enterrado, no, custodia del cadáver. pero con una leve capa de polvo encima, obra como CORIFEO. de al quien que quisiera evitar una ofensa a los Entonces, si es así, ¿qué otra cosa quieres aún dioses... Tampoco se veía señal alguna de fiera ni de recomendarnos? perro que se hubiera acercado al cadáver, y menos CREONTE. que lo hubiera desgarrado. Entre nosotros hervían Que no condescendáis con los infractores de mis sospechas infamantes, de unos a otros; un guardián órdenes. acusaba a otro guardián y la cosa podía haber CORIFEO. acabado a golpes de no aparecer quien lo impidiera; Nadie hay tan loco que desee la muerte. cada uno a su turno era el culpable pero nadie lo era CREONTE. y todos eludían saber algo. Todos estábamos Pues ésa, justamente, es la paga; que muchos dispuestos a coger con la mano un hierro candente, hombres se han perdido, por afán de lucro. a caminar sobre fuego a jurar por los dioses que no Del monte viene un soldado, uno de los guardianes habíamos hecho aquello y que no conocíamos ni al del cadáver de Polinices. Sorprende a Creonte que lo planeó ni al que lo hizo. Por fin, visto que, de cuando estaba subiendo ya las escaleras del palacio. tanta inquisición, nada sacábamos, habló uno de Se detiene al advertir su llegada. nosotros y a todos de terror nos hizo fijar los ojos en GUARDIÁN. el suelo, y el caso es que no podíamos replicarle ni Señor, no te diré que vengo con tanta prisa que me teníamos forma de salir bien parados, de hacer lo falta ya el aliento ni que he movido ligero mis pies. que propuso: que era necesario informarte a ti de No, que muchas veces me han detenido mis aquel asunto y que no podía ocultársete; esta opinión PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 4. ANTÍGONA-SÓFOCLES prevaleció, y a mi, desgraciado, tiene que tocarme la Porque el que te hiere el alma es el culpable; yo te mala suerte y he de cargar con la ganga y heme hiero en las orejas. aquí, no por mi voluntad y tampoco porque querráis CREONTE. vosotros, ya lo sé, que no hay quien quiera a un ¡Ah, está claro que tú naciste charlatán! mensajero que trae malas noticias. GUARDIÁN. CORIFEO. Puede, pero lo qué es este crimen no lo hice. (A Creonte.) Señor, a mi hace ya rato que me ronda CREONTE. la idea de si en esto no habrá la mano Y un charlatán que, además, ha vendido su alma por de los dioses. dinero. CREONTE. GUARDIÁN. (Al coro.) Basta, antes de hacerme rebosar en ira, Ay, si es terrible, que uno tenga sospechas y que sus con esto que dices; mejor no puedan acusarte a la sospechas sean falsas. vez de ancianidad y de poco juicio, porque en verdad CREONTE. que lo que dices no es soportable, que digas que las ¡Sí, sospechas, enfatiza! Si no aparecen los divinidades se preocupan en algo de este muerto. culpables, bastante pregonaréis con vuestros gritos ¿Cómo iban a enterrarle, especialmente honrándole el triste resultado de ganancias miserables. como benefactor, a él, que vino a quemar las Creonte y su séquito se retiran. En las escaleras columnatas de sus templos, con las ofrendas de los pueden oír las palabras del guardián. fieles, a arruinar la tierra y las leyes a ellos GUARDIÁN. confiadas? ¿Cuándo viste que los dioses honraran a ¡Que encuentren al culpable, tanto mejor! Pero, tanto los malvados? No puede ser. Tocante a mis órdenes, si lo encuentran como si no –que en esto decidirá el gente hay en la ciudad que mal las lleva y que en azar-, no hay peligro, no, de que me veas venir otra secreto de hace ya tiempo contra mi murmuran y vez a tu encuentro. Y ahora que me veo salvado agitan su cabeza, incapaces de mantener su cuello contra toda esperanza, contra lo que pensé, me bajo el yugo, como es justo, porque no soportan mis siento obligadísimo para con los dioses. órdenes; y estoy convencido, éstos se han dejado CORO. corromper por una paga de esta gente que digo y Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna tan han hecho este desmán, porque entre los hombres, portentosa como el hombre; él, que ayudado por el nada, ninguna institución ha prosperado nunca tan noto tempestuoso llega hasta el otro extreme de la funesta como la moneda; ella destruye las ciudades, espumosa mar, atravesándola a pesar de las olas ella saca a los hombres de su patria; ella se encarga que rugen, descomunales; él que fatiga la de perder a hombres de buenos principios, de sublimísima divina tierra, inconsumible, inagotable, enseñarles a fondo a instalarse en la vileza; para el con el ir y venir del arado, año tras año, recorriéndola bien y para el mal igualmente dispuestos hace a los con sus mulas.`Con sus trampas captura a la tribu de hombres y les hace conocer la impiedad, que a todo los pájaros incapaces de pensar y al pueblo de los se atreve, Cuantos se dejaron corromper por dinero y animales salvajes y a los peces que viven en el mar, cumplir estos actos, realizaron hechos que un día, en las mallas de sus trenzadas redes, el ingenioso con el tiempo, tendrán su castigo. (Al guardián.) hombre que con su ingenio domina al salvaje animal Pero, tan cierto como que Zeus tiene siempre mi montaraz; capaz de uncir con un yugo que su cuello respeto, que sepas bien esto que en juramento por ambos lados sujete al caballo de poblada crin y al afirmo: si no encontráis al que con sus propias toro también infatigable de la sierra; y la palabra por manos hizo esta sepultura, si no aparece ante mis si mismo ha aprendido y el pensamiento, rápido propios ojos, para vosotros no va a bastar con sólo el como el viento, y el carácter que regula la vida en Hades7, y antes, vivos, os voy a colgar hasta que sociedad, y a huir de la intemperie desapacible bajo confeséis vuestra desmesurada acción, para que los dardos de la nieve y de la lluvia: recursos tiene aprendáis de dónde se saca el dinero y de allí lo para todo, y, sin recursos, en nada se aventura hacia saquéis en lo futuro; ya veréis como no se puede ser el futuro; solo la muerte no ha conseguido evitar, amigo de un lucro venido de cualquier parte. Por pero si se ha agenciado formas de eludir las ganancias que de vergonzosos actos derivan pocos enfermedades inevitables. Referente a la sabia quedan a salvo y muchos mas reciben su castigo, inventiva, ha logrado conocimientos técnicos más como puedes saber. allá de lo esperable y a veces los encamina hacia el GUARDIÁN. mal, otras veces hacia el bien. Si cumple los usos ¿Puedo decir algo o me doy media vuelta, así, y me locales y la justicia por divinos juramentos marcho? confirmada, a la cima llega de la ciudadanía; si, CREONTE. atrevido, del crimen hace su compañía, sin ciudad Pero, ¿todavía no sabes que tus palabras me queda: ni se siente en mi mesa ni tenga molestan? pensamientos iguales a los míos, quien tal haga. GUARDIÁN. Entra el guardián de antes llevando a Antígona. Mis palabras, ¿te muerden el oído o en el alma? CORlFEO. CREONTE. No sé, dudo si esto sea prodigio obrado por los ¿A que viene ponerte a detectar con precisión en que dioses... (Al advertir la presencia de Antígona). Pero, lugar me duele? si la reconozco, ¿cómo puedo negar que ésta es la GUARDIÁN joven Antígona? Ay, mísera, hija de mísero padre, PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 5. ANTÍGONA-SÓFOCLES Edipo, ¿qué es esto? ¿Te traen acaso porque no mandaban con los ojos cerrados, y cuando luego, obedeciste lo legislado por el rey? ¿Te detuvieron después de largo tiempo, se aclaró, vimos a esta osando una locura? doncella que gemía agudamente como el ave GUARDIÁN. condolida que ve, vacío de sus crías, el nido en que Si, ella, ella es la que lo hizo: la cogimos cuando lo yacían, vacío. Así, ella, al ver el cadáver desvalido, estaba enterrando... Pero, Creonte, ¿dónde está? se estaba gimiendo y llorando y maldecía a los Al oír los gritos del guardián, Creonte, recién entrado, autores de aquello. Veloz en las manos lleva árido vuelve a salir con su séquito. polvo y de un aguamanil de bronce bien forjado de CORIFEO. arriba a abajo triple libación vierte, corona para el Aquí: ahora vuelve a salir, en el momento justo, de muerto; nosotros, al verla, presurosos la apresamos, palacio. todos juntos, en seguida, sin que ella muestre temor CREONTE en lo absoluto, y así, pues, aclaramos lo que antes ¿Qué sucede? ¿Qué hace tan oportuna mi llegada? pasó y lo que ahora; ella, allí de pie, nada ha negado; GUARDIÁN. y a mí me alegra a la vez y me da pena, que cosa Señor, nada hay que pueda un mortal empeñarse en placentera es, si, huir uno mismo de males, pero jurar que es imposible: la reflexión desmiente la penoso es llevar a su mal a gente amiga. Pero todas primera idea. Así, me iba convencido por la tormenta las demás consideraciones valen para mi menos que de amenazas a que me sometiste: que no volvería yo el verme a salvo. a poner aquí los pies; pero, como la alegría que CREONTE sobreviene mas allá de y contra toda esperanza no (a Antígona) Y tú, tú que inclinas al suelo tu rostro, se parece, tan grande es, a ningún otro placer, he ¿confirmas o desmientes haber hecho esto? aquí que he venido —a pesar de haberme ANTÍGONA. comprometido a no venir con juramento— para Lo confirmo, si; yo lo hice, y no lo niego. traerte a esta muchacha que ha sido hallada CREONTE. componiendo una tumba. Y ahora no vengo porque (Al guardián.) Tú puedes irte a dónde quieras, ya del se haya echado a suertes, no, sino porque este peso de mi inculpación. hallazgo feliz me corresponde a mi y no a ningún Sale el guardián. otro. Y ahora, señor, tú mismo, según quieras, la pero tú (a Antígona) dime brevemente, sin coges y ya puedes investigar y preguntarle; en extenderte; ¿sabías que estaba decretado no hacer cuanto a mi, ya puedo liberarme de este peligro: soy esto? libre, exento de injusticia. ANTÍGONA. CREONTE. Si, lo sabía: ¿cómo no iba a saberlo? Todo el mundo Pero, ésta que me traes, ¿de qué modo y dónde la lo sabe. apresasteis? CREONTE. GUARDIÁN. Y, así y todo, ¿te atreviste a pasar por encima de la Estaba enterrando al muerto: ya lo sabes todo. ley? CREONTE. ANTÍGONA. ¿Te das cuenta? ¿Entiendes cabalmente lo que No era Zeus quien me la había decretado, ni Dike, dices? compañera de los dioses subterráneos, perfiló nunca GUARDIÁN. entre los hombres leyes de este tipo. Y no creía yo Si, que yo la vi a ella enterrando al muerto que tú que tus decretos tuvieran tanta fuerza como para habías dicho que quedase insepulto: ¿o es que no es permitir que solo un hombre pueda saltar por encima evidente y claro lo que digo? de las leyes no escritas, inmutables, de los dioses: su CREONTE. vigencia no es de hoy ni de ayer, sino de siempre, y Y cómo fue que la sorprendierais y cogierais en nadie sabe cuándo fue que aparecieron. No iba yo a pleno delito? atraerme el castigo de los dioses por temor a lo que GUARDIÁN. pudiera pensar alguien: ya veía, ya, mi muerte –y Fue así la cosa: cuando volvimos a la guardia, bajo el cómo no?—, aunque tú no hubieses decretado nada; peso terrible de tus amenazas, después de barrer y, si muero antes de tiempo, yo digo que es todo el polvo que cubría el cada ver, dejando bien al ganancia: quien, como yo, entre tantos males vive, desnudo su cuerpo ya en descomposición, nos ¿no sale acaso ganando con su muerte? Y así, no sentamos al abrigo del viento, evitando que al soplar es, no desgracia, para mi, tener este destino; y en desde lo alto de las peñas nos enviara el hedor que cambio, si el cadáver de un hijo de mi madre despedía. Los unos a los otros con injuriosas estuviera insepulto y yo lo aguantara, palabras despiertos y atentos nos teníamos, si entonces, eso si me sería doloroso; lo otro, en alguien descuidaba la fatigosa vigilancia. Esto duró cambio, no me es doloroso: puede que a ti te bastante tiempo, hasta que se constituyó en mitad parezca que obré como una loca, pero, poco mas o del cielo la brillante esfera solar y la calor quemaba; menos, es a un loco a quien doy cuenta de mi locura. entonces, de pronto, un torbellino suscitó del suelo CORIFEO tempestad de polvo —pena enviada por los dioses— Muestra la joven fiera audacia, hija de un padre fiero: que llenó la llanura, desfigurando las copas de los no sabe ceder al infortunio. árboles del llano, y que impregnó toda la extensión CREONTE del aire; sufrimos aquel mal que los dioses PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 6. ANTÍGONA-SÓFOCLES (Al coro.) Si, pero sepas que los mas inflexibles CREONTE. pensamientos son los mas prestos a caer: V el hierro Que había venido a arrasar el país; y el otro se que, una vez cocido, el fuego hace fortísimo y muy opuso en su defensa. duro, a menudo verás cómo se resquebraja, lleno de ANTÍGONA. hendiduras; sé de fogosos caballos que una pequeña Con todo, Hades requiere leyes igualitarias. brida ha domado; no cuadra la arrogancia al que es CREONTE. esclavo del vecino; y ella se daba perfecta cuenta de Pero no que el que obro bien tenga la misma suerte la suya, al transgredir las leyes establecidas; y, que el malvado. después de hacerlo, otra nueva arrogancia: ufanarse ANTÍGONA y mostrar alegría por haberlo hecho. En verdad que ¿Quién sabe si allí abajo mi acción es elogiable? el hombre no soy yo, que el hombre es ella8 si ante CREONTE esto no siente el peso de la autoridad; pero, por muy No, en verdad no, que un enemigo.. ni muerto, será de sangre de mi hermana que sea, aunque sea mas jamás mi amigo9 de mi sangre que todo el Zeus que preside mi hogar, ANTÍGONA. ni ella ni su hermana podrán escapar de muerte No nací para compartir el odio sino el amor. infamante, porque a su hermana también la acuso de CREONTE haber tenido parte en la decisión de sepultarle. (A los Pues vete abajo y, si te quedan ganas de amar, ama esclavos.) Llamadla. (Al coro.) Si, la he visto dentro a los muertos que, a mi, mientras viva, no ha de hace poco, fuera de si, incapaz de dominar su razón; mandarme una mujer. porque, generalmente, el corazón de los que traman Se acerca Ismene entre dos esclavos. en la sombra acciones no rectas, antes de que CORIFEO. realicen su acción, ya resulta convicto de su arteria. He aquí, ante las puertas, he aquí a Ismene; Pero, sobre todo, mi odio es para la que, cogida en Lagrimas vierte, de amor por su hermana; una nube pleno delito, quiere después darle timbres de belleza. sobre sus cejas su sonrosado rostro afea; sus bellas ANTÍGONA. mejillas, en llanto bañadas. Ya me tienes: ¿buscas aún algo mas que mi muerte? CREONTE. CREONTE. (A Ismene) Y tú, que te movías por palacio en Por mi parte, nada más; con tener esto, lo tengo ya silencio, como una víbora, apurando mi todo. sangre... Sin darme cuenta, alimentaba dos ANTÍGONA desgracias que querían arruinar mi trono. Venga, ¿Qué esperas, pues? A mi, tus palabras ni me habla: ¿vas a decirme, también tú, que tuviste tu placen ni podrían nunca llegar a complacerme; y las parte en lo de la tumba, o jurarás no saber nada? mías también a ti te son desagradables. De todos ISMENE modos, ¿cómo podía alcanzar más gloriosa gloria Si ella está de acuerdo, yo lo he hecho: acepto mi que enterrando a mi hermano? Todos éstos, te dirían responsabilidad; con ella cargo. que mi acción les agrada, si el miedo no les tuviera ANTÍGONA. cerrada la boca; pero la tiranía tiene, entre otras No, que no te lo permite la justicia; ni tú quisiste ni te muchas ventajas, la de poder hacer y decir lo que le di yo parte en ello. venga en gana. ISMENE CREONTE. Pero, ante tu desgracia, no me avergüenza ser tu De entre todos los cadmeos, este punto de vista es socorro en el remo, por el mar de tu solo tuyo. dolor. ANTÍGONA. ANTÍGONA. Que no, que es el de todos: pero ante ti cierran la De quién fue obra bien lo saben Hades y los de allí boca. abajo; por mi parte, no soporto que sea CREONTE. mi amiga quien lo es tan solo de palabra. ¿Y a ti no te avergüenza, pensar distinto a ellos? ISMENE ANTÍGONA. No, hermana, no me niegues el honor de morir Nada hay vergonzoso en honrar a los hermanos. contigo y el de haberte ayudado a cumplir los ritos CREONTE. debidos al muerto. ¿Y no era acaso tu hermano el que murió frente a él? ANTÍGONA, ANTÍGONA. No quiero que mueras tú conmigo ni que hagas tuyo Mi hermano era, del mismo padre y de la misma algo en lo que no tuviste parte: bastará con mi madre. muerte. CREONTE. ISMENE Y, siendo así, ¿como tributas al uno honores impíos ¿Y cómo podré vivir, si tú me dejas? para el otro? ANTÍGONA.. ANTÍGONA. Pregúntale a Creonte, ya que tanto re preocupas por No sería a ésta la opinión del muerto. él. CREONTE. ISMENE Si tú le honras igual que al impío... ¿Por qué me hieres así, sin sacar con ello nada? ANTÍGONA. ANTÍGONA. Cuando murió no era su esclavo: era su hermano. Aunque me ría de ti, en realidad te compadezco. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 7. ANTÍGONA-SÓFOCLES ISMENE Los guardas que acompañaban a Creonte, Y yo, ahora, ¿en qué otra cosa podría serte útil? acompañan a Antígona e Ismene dentro del palacio. ANTÍGONA. Entra también Creonte. Sálvate: yo no he de envidiarte si te salvas. CORO. ISMENE Felices aquellos que no prueban en su vida la ¡Ay de mí, desgraciada, y no poder acompañarte en desgracia. Pero si un dios azota de males la casa de tu destino! alguno, la ceguera no queda, no, al margen de ella y ANTÍGONA. hasta el final del linaje la acompaña. Es como Tú escogiste vivir, y yo la muerte. cuando contrarios, enfurecidos vientos tracios ISMENE hinchan el oleaje que sopla sobre el abismo del Pero no sin que mis palabras, al menos, te profundo mar; de sus profundidades negra arena advirtieran. arremolina, y gimen ruidosas, oponiéndose al azote ANTÍGONA. de contrarios embates, las rocas de la playa. Así veo Para unos, tú pensabas bien..., yo para otros. las penas de la casa de los Lablácidas cómo se ISMENE abaten sobre las penas de los ya fallecidos: ninguna Pero las dos ahora hemos faltado igualmente. generación liberará a la siguiente, porque algún dios ANTÍGONA. la aniquila, y no hay salida. Ahora, una luz de Animo, deja eso ya; a ti te toca vivir; en cuanto a mi, esperanza cubría a los últimos vástagos de la casa mi vida se acabó hace tiempo, por salir en ayuda de de Edipo; pero, de nuevo, cl hacha homicida de los muertos. algún dios subterráneo la siega, y la locura en el CREONTE. hablar y una Erinis en el pensamiento.¿Qué soberbia (Al coro.) De estas dos muchachas, la una os digo humana podría detener, Zeus, tu poderío? Ni el que acaba de enloquecer y la otra que está loca sueño puede apresarla, él, que todo lo domina, ni la desde duración infatigable del tiempo entre los dioses. Tú, que nació. Zeus, soberano que no conoces la vejez, reinas ISMENE sobre la centelleante, esplendorosa serenidad del Es que la razón, señor, aunque haya dado en uno Olimpo. En lo inminente, en lo porvenir y en lo sus frutos, no se queda, no, cuando agobia la pasado, tendrá vigencia esta ley: en la vida de los desgracia, sino que hombres, ninguno se arrastra —al menos por largo se va. tiempo— sin ceguera. La esperanza, en su ir y venir CREONTE. de un lado a otro, resulta útil, si, a muchos hombres; La tuya, al menos, que escogiste obrar mal para muchos otros, un engaño del deseo, capaz de juntándote con malos. confiar en lo vacuo: el hombre nada sabe, y le llega ISMENE cuando acerca a la caliente brasa el pie11. Resulta ¿Qué puede ser mi vida, ya, sin ella? ilustre este dicho, debido no sé a la sabiduría de CREONTE. quién: el mal parece un día bien al hombre cuya No, no digas ni "ella” porque ella ya no existe. mente lleva un dios a la ceguera; brevísimo es ya el ISMENE tiempo que vive sin ruina. Pero, ¿cómo?, ¿matarás a la novia de tu hijo?10 Sale Creonte de palacio. Aparece Hemón a lo lejos. CREONTE. CORlFEO. No ha de faltarle tierra que pueda cultivar. (A Creonte.) Pero he aquí a Hemón, el más joven de ISMENE tus vástagos: ¿viene acaso dolorido por la suerte de Pero esto es faltar a lo acordado entre el y ella. Antígona, su prometida, muy condolido al ver CREONTE. frustrada su boda? No quiero yo malas mujeres para mis hijos. CREONTE. ANTÍGONA Al punto lo sabremos, con mas seguridad que los -Ay, Hemón querido! Tu padre te falta al respeto. adivinos. (A Hemón.) Hijo mío, ¿vienes CREONTE. aquí porque has oído mi ultima decisión sobre la Demasiado molestas, tú y tus bodas. doncella que a punto estabas de esposar y CORIFEO. quieres mostrar tu furia contra tu padre?, ¿o bien Así pues, ¿piensas privar de Antígona a tu hijo? porque, haga yo lo que haga, soy tu amigo? CREONTE. HEMON Hades, él pondrá fin a estas bodas. Padre, soy tuyo, y tú derechamente me encaminas CORIFEO. con tus benévolos consejos que siempre he de Parece, pues, cosa resuelta que ella muera. seguir; ninguna boda puede ser para mi tan CREONTE. estimable que la prefiera a tu buen gobierno. Te lo parece a ti, también a mi. Y, venga ya, no mas CREONTE. demora; llevadlas dentro, esclavos; estas mujeres Y así, hijo mío, has de guardar esto en el pecho: en conviene que estén atadas, y no que anden sueltas: todo estar tras la opinión paterna; por eso es que los huyen hasta los mas valientes, cuando sienten a la hombres piden engendrar hijos y tenerlos sumisos en muerte rondarles por la vida. su hogar: porque devuelvan al enemigo el mal que les causó y honren, igual que a su padre, a su amigo; el que, en cambio, siembra hijos inútiles, ¿qué otra PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 8. ANTÍGONA-SÓFOCLES cosa podrías decir de él, salvo que se engendró respecto a sus hijos? No te habitúes, pues; a pensar dolores, motivo además de gran escarnio para sus de una manera única, absoluta, que lo que tú dices enemigos? No, hijo, no dejes que se te vaya el —mas no otra cosa—, esto es lo cierto. Los que conocimiento tras el placer, a causa de una mujer; creen que ellos son los únicos que piensan o que sabe que compartir el lecho con una mala mujer, tienen un modo de hablar o un espíritu como nadie, tenerla en casa, esto son abrazos que hielan... éstos aparecen vacíos de vanidad, al ser Porque, ¿qué puede herir mas que un descubiertos. Para un hombre, al menos si es mal hijo? No, despréciala como si se tratara de algo prudente, no es nada vergonzoso ni aprender mucho odioso, déjala; que se vaya al Hades a encontrar otro ni no mostrarse en exceso intransigente; mira, en novio. Y pues que yo la hallé, sola a ella, de entre invierno, a la orilla de los torrentes acrecentados por toda la ciudad, desobedeciendo, no voy a permitir la lluvia in vernal, cuántos árboles ceden, para salvar que mis órdenes parezcan falsas a los ciudadanos; su ramaje; en cambio, el que se opone sin ceder, no, he de matarla. Y ella, que le vaya con himnos al éste acaba descuajado. Y así, el que, seguro de si Zeus que protege a los de la misma sangre. Porque mismo, la escota de su nave tensa, sin darle juego, si alimento el desorden entre los de mi sangre, esto hace el resto de su travesía con la bancada al revés, constituye una pauta para los extraños. Se sabe hacia abajo. Por tanto, no me extremes tu rigor y quién se porta bien con su familia según se muestre admite el cambio. Porque, si cuadra a mi juventud justo a la ciudad. Yo confiadamente creo que el emitir un juicio, digo que en mucho estimo a un hombre que en su casa gobierna sin tacha quiere hombre que ha nacido lleno de ciencia innata, mas, también verse bien gobernado, él, que es capaz en la con todo —como a la balanza no le agrada caer por inclemencia del combate de mantenerse en su sitio, ese lado12—, que bueno es tomar consejo de los modélico y noble compañero de los de su fila; en que bien lo dan. cambio, el que, soberbio, a las leyes hace violencia, CORIFEO. o piensa en imponerse a los que manda, éste nunca Lo que ha dicho a propósito, señor, conviene que lo puede ser que reciba mis elogios Aquel que la ciudad aprendas. (A Hemón) Y tú igual de él; por ambas ha instituido como jefe- a éste hay que oírle, diga partes bien se ha hablado. cosas baladíes, ejemplares o todo lo contrario. No CREONTE hay desgracia mayor que la anarquía: ella destruye Si, encima, los de mi edad vamos a tener que las ciudades, conmociona y revuelve las familias; en aprender a pensar según el natural de jóvenes de la el combate, rompe las lanzas y promueve las edad de éste. derrotas. En el lado de los vencedores, es la HEMÓN disciplina lo que salva a muchos. Así pues, hemos de No, en lo que no sea justo. Pero, si es cierto que soy dar nuestro brazo a lo establecido con vistas al joven, también lo es que conviene mas en las obras orden, y, en todo caso, nunca dejar que una mujer fijarse que en la edad. nos venza; preferible es —si ha de llegar el caso— CREONTE. caer ante un hombre: que no puedan enrostrarnos Valiente obra, honrar a los transgresores del orden!. ser mas débiles que mujeres. HEMÓN CORIFEO. En todo caso, nunca dije que se debiera honrar a los Si la edad no nos sorbió el entendimiento, nosotros malvados. entendemos que hablas con prudencia lo que dices. CREONTE. HEMÓN ¿Ah no? ¿Acaso no es de maldad que está ella Padre, el mas sublime don que de todas cuantas enferma ? riquezas existen dan los dioses al hombre es la HEMÓN. prudencia. Yo no podría ni sabría explicar por qué tus No es eso lo que dicen sus compatriotas tebanos. razones no son del todo rectas; sin embargo, podría CREONTE. una interpretación en otro sentido ser correcta. Tú no Pero, ¿ es que me van a decir los ciudadanos lo que has podido constatar lo que por Tebas se dice; lo que he de mandar? se hace o se reprocha. Tu rostro impone respeto al HEMÓN. hombre de la calle; sobre todo si ha de dirigírsete con ¿No ves que hablas como un joven inexperto? palabras que no te daría gusto escuchar. A mi, en CREONTE. cambio, me es posible oírlas, en la sombra, y son: ¿He de gobernar esta tierra según otros o según mi que la ciudad se lamenta por la suerte de esta joven parecer?. que muere de mala muerte, como la mas innoble de HEMÓN. todas las mujeres, por obras que ha cumplido bien No puede, una ciudad, ser solamente de un hombre. gloriosas. Ella, que no ha querido que su propio CREONTE. hermano, sangrante muerto, desapareciera sin La ciudad, pues, ¿no ha de ser de quien la manda ?. sepultura ni que lo deshicieran ni perros ni aves HEMÓN voraces, ¿ no se ha hecho así acreedora de dorados A ti, lo que te iría bien es gobernar, tú solo, una tierra honores? Esta es la oscura petición que en silencio desierta13. va propagándose. Padre, para mi no hay bien mas CREONTE. preciado que tu felicidad y buena ventura: ¿qué (Al coro.) Está claro: se pone del lado de la mujer. puede ser mejor ornato que la fama creciente de su HEMÓN. padre, para un hijo, y que, para un padre, con Si, si tú eres mujer, pues por ti miro. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 9. ANTÍGONA-SÓFOCLES CREONTE. ¿Cómo? Así pues, ¿piensas matarlas a las dos? ¡Ay, miserable, y que oses procesar a tu padre! CREONTE. HEMÓN. No a la que no tuvo parte, dices bien. Porque no puedo dar por justos tus errores. CORIFEO. CREONTE. Y, a Antígona, ¿que clase de muerte piensas darle? ¿Es, pues, un error que obre de acuerdo con mi CREONTE. mando? La llevaré a un lugar que no conozca la pisada del HEMÓN. hombre y, viva, la enterraré en un subterráneo de Si, porque lo injurias, pisoteando el honor debido a piedra, poniéndole comida, solo la que baste para la los dioses. expiación, a fin de que la ciudad quede sin mancha CREONTE de sangre, enteramente. Y allí, que vaya con súplicas ¡Infame, y detrás de una mujer! a Hades, el único dios que venera: quizá logre HEMÓN salvarse de la muerte. O quizás, aunque sea Quizá, pero no podrás decir que me cogiste cediendo entonces, pueda darse cuenta de que es trabajo a infamias. superfluo, respetar a un muerto. CREONTE. Entra Creonte en palacio. En todo caso, lo que dices, todo, es a favor de ella. CORO. HEMÓN. Eros invencible en el combate, que te ensañas como También a tu favor, y al mío, y a favor de los dioses en medio de reses, que pasas la noche en las subterráneos. blandas mejillas de una jovencita y frecuentas, CREONTE. cuando no el mar, rústicas cabañas. Nadie puede Pues nunca te casarás con ella, al menos viva. escapar de ti, ni aun los dioses inmortales; ni HEMÓN. tampoco ningún hombre, de los que un día vivimos; Si, morirá, pero su muerte ha de ser la ruina de pero tenerte a ti enloquece14. Tú vuelves injustos a alguien. los justos y los lanzas a la ruina; tú, que, entre CREONTE. hombres de la misma sangre, también esta discordia ¿Con amenazas me vienes ahora, atrevido? has promovido, y vence el encanto que brilla en los HEMÓN ojos de la novia al lecho prometida. Tú, asociado a Razonar contra argumentos vacíos; en ello, ¿que las sagradas leyes que rigen el mundo; va haciendo amenaza puede haber? su juego, sin lucha, la divina Afrodita15. CREONTE. CORIFEO. Querer enjuiciarme ha de costarte lágrimas: tú, que Y ahora ya hasta yo me siento arrastrado a tienes vacío el juicio. rebelarme contra leyes sagradas, al ver esto, y ya no HEMÓN. puedo detener un manantial de lágrimas cuando la Si no fueras mi padre, diría que eres tú el que no veo a ella, a Antígona, que a su tálamo va, pero de tiene juicio. muerte. CREONTE. Aparece Antígona entre dos esclavos de Creonte, No me fatigues mas con tus palabras, tú, juguete de con las manos atadas a la espalda. una mujer. ANTÍGONA. HEMÓN Miradme, ciudadanos de la tierra paterna, que mi Hablar y hablar, y sin oír a nadie: ¿es esto lo que ultimo camino recorro, que el esplendor del sol por quieres? ultima vez miro: ya nunca mas; Hades, que todo lo CREONTE adormece, viva me recibe en la playa de ¿Con que si, eh? Por este Olimpo, entérate de que Aqueronte16, sin haber tenido mi parte en himeneos, no añadirás a tu alegría el insultarme, después de tus sin que me haya celebrado ningún himno, a la puerta reproches. (A unos esclavos.) Traedme a aquella nupcial... No. Con Aqueronte, voy a casarme. odiosa mujer para que aquí y al punto, ante sus ojos, CORÍFEO. presente su novio, muera. Ilustre y alabada te marchas al antro de los muertos, HEMÓN. y no porque mortal enfermedad te haya golpeado, ni Eso si que no: no en mi presencia; ni se te ocurra porque tu suerte haya sido morir a espada. Al pensarlo, que ni ella morirá a mi lado ni tú podrás contrario, por tu propia decisión, fiel a tus leyes, en nunca mas, con tus ojos, ver mi rostro ante ti. vida y sola, desciendes entre los muertos al Hades. Quédese esto para aquellos de los tuyos que sean ANTÍGONA. cómplices de tu locura. He oído hablar de la suerte tristísima de Níobe17, la Sale Hemón, corriendo. extranjera frigia, hija de Tántalo, en la cumbre del CORIFEO. Sípilo, vencida por la piedra que allí brotó, El joven se ha ido bruscamente, señor, lleno de tenazmente agarrada como hiedra. Y allí se con cólera, y el dolor apesadumbra mentes tan jóvenes. sume, sin que nunca la dejen —así es fama entre los CREONTE. hombres— ni la lluvia ni el frío, y sus cejas, ya Dejadle hacer: que se vaya y se crea mas que un piedra, siempre destilando, humedecen sus mejillas. hombre; lo cierto es que a estas dos muchachas no Igual, a) igual qué ella, me adormece a mi el destino. las separará de su destino. CORÍFEO. CORIFEO. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 10. ANTÍGONA-SÓFOCLES Pero ella era una diosa, de divino linaje, y nosotros esperanza, al ir, de que me quiera mi padre cuando mortales y de linaje mortal. Pero, con todo, cuando llegue; sea bien recibida por ti, madre, y tú me estés muerta ha de oírse un gran rumor: que tú, viva aceptes, hermano querido. Pues vuestros cadáveres, y después, una vez. muerta, tuviste tu sitio entre los yo con mi mano los lave, yo los arreglé sobre héroes próximos a los dioses. vuestras tumbas hice libaciones. En cuanto a ti, ANTÍGONA Polinices, por observar el respeto debido a tu cuerpo, ¡Ay de mi, escarnecida! ¿Por qué, por los dioses he aquí lo que obtuve... Las personas prudentes no paternos, no esperas a mi muerte y, en vida aún, me censuraron mis cuidados, no, porque, ni se hubiese insultas?18.¡Ay, patria! ¡Ay, opulentos varones de mi tenido hijos ni si mi marido hubiera estado patria! ¡Ay, fuentes de Diroe! ¡Ay, recinto sagrado de consumiéndose de muerte, nunca contra la voluntad Tebas, rica en carros! También a vosotros, con todo, del pueblo hubiera sumido este doloroso papel. ¿Que os tomo como testigos de cómo muero sin que me en virtud de qué ley digo esto? Marido, muerto el acompañe el duelo de mis amigos, de por qué leyes uno, otro habría podido tener, y hasta un hijo del otro voy aun túmulo de piedras que me encierre, tumba nacido, de haber perdido el mío. Pero, muertos mi hasta hoy nunca vista. Ay de mi, mísera, que, padre, ya, y mi madre, en el Hades los dos, no hay muerta,. no podré ni vivir entre los muertos; ni entre hermano que pueda haber nacido. Por esta ley, los vivos, pues, ni entre los muertos. hermano, te honré a ti mas que a nadie, pero a CORÍFEO. Creonte esto le parece mala acción y terrible Superando a todos en valor, con creces, te acercaste atrevimiento. Y ahora me ha cogido, así, entre sus sonriente hasta tocar el sitial elevado de Dike, hija. manos, y me lleva, sin boda, sin himeneo, sin parte Tú cargas con la culpa de algún cargo paterno. haber tenido en esponsales, sin hijos que criar; no, ANTÍGONA. que así, sin amigos que me ayuden, desgraciada, Has tocado en mi un dolor que me abate: el hado de viva voy a las tumbas de los muertos: ¿por haber mi padre, tres veces renovado como la tierra tres transgredido una ley divina?, ¿ y cuál? ¿De qué veces arada; el destino de nuestro linaje todo de los puede servirme, pobre, mirar a los dioses? ¿A cuál ínclitos Lablácidas. ¡Ay, ceguera del lecho de mi puedo llamar que me auxilie? El caso es que mi madre, matrimonio de mi madre desgraciada con mi piedad me ha ganado el título de impía, y si el título padre que ella misma había parido! De tales padres es valido para los dioses, entonces yo, que de ello yo, infortunada, he nacido. Y ahora voy, maldecida, soy tildada, reconoceré mi error; pero si son los sin casar, a compartir en otros sitios su morada. ¡Ay, demás que van errados, que los males que sufro no hermano, qué desgraciadas bodas obtuviste: tú, sean mayores que los que me imponen, contra toda muerto, mi vida arruinaste hasta la muerte!. justicia. CORÍFEO. CORIFEO. Ser piadoso es, si, piedad, pero el poder, para quien Los mismos vientos impulsivos dominan aún su lo tiene a su cargo, no es, en modo alguno, alma. transgredible: tu carácter, que bien sabías, te perdió CREONTE. ANTÍGONA Por eso los que la llevan pagarán cara su demora Sin que nadie me llore, sin amigos, sin himeneo, CORIFEO. desgraciada, me llevan por camino ineludible. Ya no Ay de mí, tus palabras me dicen que la muerte esta podré ver, infortunada, este rostro sagrado del sol, muy cerca, si. nunca más. Y mi destine quedará sin llorar, sin un CREONTE. amigo que gima. Y te aconsejo que en lo absoluto confíes en que para CREONTE ella no se ha de cumplir esto cabalmente. (Ha saltado del palacio y se encara con los esdavos Los esclavos empujan a Antígona y ella cede, que llevan a Antígona.) ¿No os dais cuenta de que, si lentamente, mientras va hablando. la dejarais hablar, nunca cesaría en sus ANTÏGONA lamentaciones y en sus quejas? Lleváosla, pues, y ¡ Oh tierra tebana, ciudad de mis padres! ¡ Oh dioses cuando la hayáis cubierto en un sepulcro con de mi estirpe! Ya se me llevan, sin demora; miradme, bóveda, como os he dicho, dejadla sola, desvalida; si ciudadanos principales de Tebas: a mi, a la única hija ha de morir, que muera, y, si no, que haga vida de de los reyes que queda21; mirad qué he de sufrir, y tumba en la casa de muerte que os he dicho. Porque por obra de qué hombres. Y todo, por haber nosotros, en lo que concierne a esta joven, respetado la piedad. quedaremos así puros19, pero ella será así privada Salen Antígona y los que la llevan. de vivir entre los vivos. CORO. ANTÍGONA. También Dánae22 tuvo que cambiar la celeste luz ¡Ay tumba! ¡Ay, lecho nupcial! ¡Ay, subterránea por una cárcel con puerta de bronce: allí encerrada, morada que siempre más ha de guardarme! Hacia ti fue uncida al yugo de un tálamo funeral. Y sin van mis pasos para encontrar a los míos. De ellos, embargo, también era — ay, Antígona!— hija de cuantioso número ha acogido ya Perséfona20, todos ilustre familia, y guardaba además la semilla de Zeus de miserable muerte muertos: de ellas, la mía es la a ella descendida como lluvia de oro. Pero es ultima y la mas miserable; también yo voy allí abajo, implacable la fuerza del destino. Ni la felicidad, ni la antes de que se cumpla la vida que. el destino me guerra, ni una torre, ni negras naves al azote del mar había concedido; con todo, me alimento en la sometidas, pueden eludirlo. Fue uncido también el PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 11. ANTÍGONA-SÓFOCLES irascible hijo de Drías, el rey de los edonos; por su como yo lo soy de otros. Pues bien, es el caso que la cólera mordaz23, Dioniso le sometió, como en ciudad está enferma de estos males por tu voluntad, coraza, a una prisión de piedra; así va porque nuestras aras y nuestros hogares están consumiéndose el terrible, desatado furor de su llenos, todos, de la comida que pájaros y perros han locura. El si ha conocido al dios que con su mordaz hallado en el desgraciado hijo de Edipo caído en el lengua de locura había tocado, cuando quería combate. Y los dioses ya no aceptan las súplicas que apaciguar a las mujeres que el dios poseía y detener acompañan. al sacrificio y los muslos no llamean. Ni el fuego báquico; cuando irritaba a las Musas que se un pájaro ya deja ir una sola serial al gritar gozan en la flauta. Junto a las oscuras Simplégades, estrepitoso, aciados como están en sangre y grosura cerca de los dos mares, he aquí la ribera del Bósforo humana. Recapacita, pues, en todo eso, hijo. Cosa y la costa del tracio Salmideso24, la ciudad a cuyas común es, si, equivocarse, entre los hombres, pero, puertas Ares vio cómo de una salvaje esposa cuando uno yerra, el que no es imprudente ni infeliz, recibían maldita herida de ceguera los dos hijos de caído en el mal, no se está quieto e intenta Fineo, ceguera que pide venganza en las cuencas de levantarse; el orgullo un castigo comporta, la los ojos que manos sangrientas reventaron con necedad. Cede, pues, al muerto, no te ensañes en puntas de lanzadera. Consumiéndose, los pobres, su quien tuvo ya su fin: ¿qué clase de proeza es deplorable pena lloraban, ellos, los hijos de una rematar a un muerto? Pensando en tu bien te digo madre tan mal maridada; aunque por su cuna que cosa dulce es aprender de quien bien te remontara a los antiguos Erectidas25, a ella que fue aconseja en tu provecho. criada en grutas apartadas, al azar de los vientos CREONTE paternos, hija de un dios, Boréada, veloz como un Todos, anciano, como arqueros que buscan el corcel sobre escarpadas colinas, también a ella blanco, buscáis con vuestras flechas a este hombre mostraron su fuerza las Moiras26, hija mía. (se señala a si mismo) ni vosotros, los adivinos, Ciego y muy anciano, guiado por un lazarillo, dejais de atacarme con vuestra arte: hace ya tiempo aparece, corriendo casi, Tiresias. que los de tu familia me vendisteis como una TÍRESÍAS. mercancía. Allá con vuestras riquezas: comprad todo Soberanos de Tebas, aquí llegamos dos que el el oro blanco de Sardes y el oro de la India. Pero a él común camino mirábamos con los ojos de solo uno: no lo veréis enterrado ni si las águilas de Zeus esta forma de andar, con un guía, es, en efecto, la quieren su pasto hacerle y lo arrebatan hasta el trono que cuadra a los ciegos. de Zeus; ni así os permitiré enterrarlo, que esta CREONTE profanación no me da miedo; no, que bien sé yo que Que hay de nuevo, anciano Tiresias? ningún hombre puede manchar a los dioses. En TlRESlAS. cuanto a ti, anciano Tiresias, hasta los mas hábiles Ya te lo explicaré, y cree lo que te diga el adivino. hombres caen, e ignominiosa es su caída cuando en CREONTE bello ropaje ocultan infames palabras para servir a su Nunca me aparté de tu consejo, hasta hoy al menos. avaricia. TlRESlAS. TlRESlAS. Por ello rectamente has dirigido la nave del estado. Ay, ¿hay algún hombre que sepa, que pueda decir... CREONTE CREONTE. Mi experiencia puede atestiguar que tu ayuda me ha ¿Qué? ¿Con qué máxima, de todas sabida, vendrás sido provechosa. ahora? TlRESlAS. TlRESlAS. Pues bien, piensa ahora que has llegado a un ...en que medida la mayor riqueza es tener juicio? momento crucial de tu destine. CREONTE. CREONTE. En la medida justo, me parece, en que el mal mayor ¿Qué pasa? Tus palabras me hacen temblar. es no tenerlo. TlRESlAS. TlRESlAS. Lo sabrás, al oír las señales que sé por mi arte; Y, sin embargo, tú naciste de esta enfermedad cabal estaba yo sentado en el lugar en donde, desde enfermo. antiguo, inspecciono las aves, lugar de reunión de CREONTE. toda clase de pájaros, y he aquí que oigo un hasta No quiero responder con injurias al adivino. entonces nunca oído rumor de aves: frenéticos, TlRESIAS. crueles gritos ininteligibles. Me di cuenta que unos a Con ellas me respondes cuando dices que lo que otros, garras homicidas, se herían: esto fue lo que vaticino yo no es cierto. deduje de sus estrepitosas alas; al punto, CREONTE. amedrentarlo, tanteé con una victima en las Sucede que la familia toda de los adivinos es muy encendidas aras, pero Hefesto no elevaba la llama; amante del dinero. al contrario, la grasa de los muslos caía gota a gota TíRESlAS. sobre la ceniza y se consumía, humeante y crujiente; Y que gusta la de los tiranos de riquezas mal las hieles esparcían por el aire su hedor; los muslos ganadas. se quemaron, se derritió la grasa que los cubre. Todo CREONTE esto —presagios negados, delitos que no ofrecen ¿Te das cuenta de que lo que dices lo dices a tus señales— lo supe por este muchacho: él es mi guía, jefes? PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 12. ANTÍGONA-SÓFOCLES TlRESIAS. Venga, pues: saca a Antígona de su subterránea Si, me doy cuenta, porque si mantienes a salvo la morada, y al muerto que yace abandonado levántale ciudad, a mi lo debes. una tumba. CREONTE CREONTE. Tú eres un sagaz agorero, pero te gusta la injusticia. Esto me aconsejas? ¿Debo, pues, ceder, según tu? TlRESIAS. CORIFEO. Me obligarás a decir lo que ni el pensamiento debe Si, y lo antes posible, señor. A los que perseveran en mover. errados pensamientos les cortan el camino los daños CREONTE. que, veloces, mandan los dioses. Pues muévelo, con tal de que no hables por amor de CREONTE. tu interés. Ay de mi: a duras penas pero cambio de idea sobre TlRESIAS. lo que he de hacer; no hay forma de luchar contra lo Por la parte que te toca, creo que así será. que es forzoso. CREONTE. CORIFEO. Bien, pero has de saber que mis decisiones no Ve pues, y hazlo; no confíes en otros. pueden comprare. CREONTE. TíRESlAS. Me voy, si, así mismo, de inmediato. Va, venga, Bien está, pero sepas tú, a tu vez, que no vas a dar siervos, los que estáis aquí y los que no estáis, muchas vueltas, émulo del sol, sin que, de tus rápido, proveeros de palas y subid a aquel lugar que propias entrañas, des un muerto, en compensación se ve allí arriba. En cuanto a mi, pues así he por los muertos que tú has enviado allí abajo, desde cambiado de opinión, lo que yo mismo ate, quiero yo aquí arriba, y por la vida que indecorosamente has al presente desatar, porque me temo que lo mejor no encerrado en una tumba, mientras tienes aquí a un sea pasar toda la vida en la observancia de las leyes muerto que es de los dioses subterráneos, y al que instituidas. privas de su derecho, de ofrendas y de piadosos CORO. ritos. Nada de esto es de tu incumbencia, ni de la de Dios de múltiples advocaciones, orgullo de tu esposa los celestes dioses; esto es violencia que tú les cadmea, hijo de Zeus de profundo tronar, tú que haces. Por ello, destructoras, vengativas, te acechan circundas de viñedos Italia y reinas en la falda, ya las divinas, mortíferas Erinis, para cogerte en tus común a todos, de Deo en Eleusis, oh tú, Baco, que propios crímenes. Y ve reflexionando, a ver si hablo habitas la ciudad madre de las bacantes, Tebas, por dinero, que, dentro no de mucho tiempo, se oirán junto a las húmedas corrientes del Ismeno.y sobre la en tu casa gemidos de hombres y de mujeres, y se siembra del feroz dragón27. A ti te ha visto el humo, agitarán de enemistad las ciudades todas los radiante como el relámpago, sobre la bicúspide peña, despojos de cuyos caudillos hayan llegado a ellas — allí donde van y vienen las ninfas coricias, tus impuro hedor— llevadas por perros o por fieras o por bacantes, y te ha visto la fuente de Castalia. Te alguna alada ave que los hubiera devorado. Porque envían las lomas frondosas de hiedra y las cumbres me has azuzado, he aquí los dardos que te mando, abundantemente orilladas de viñedos de los monjes arquero, seguros contra tu corazón; no podrás, no, de Nisa, cuando visitas las calles de Tebas28, la eludir el ardiente dolor que han de causarte. ciudad que, entre todas, tú honras como suprema, tú (Al muchacho que le sirve de guía) y Semele, tu madre herida por el rayo. Y ahora, que Llévame a casa, hijo, que desahogue éste su cólera la ciudad entera está poseída por violento inal, contra gente más joven y que aprenda a alimentar su acude, atraviesa con tu pie, que purifica cuanto toca, lengua con mas calma y a pensar mejor de lo que o la pendiente del Parnaso o el Euripo, ruidoso ahora piensa. estrecho ó, tú, que diriges la danza de los astros que Sale Tiresias con el lazarillo. exhalan fuego, que presides nocturnos clamores, CORIFEO. hijo, estirpe de Zeus, muéstrate ahora, señor, con las Se ha ido, señor, dejándonos terribles vaticinios. Y tíadas que son tu comitiva, ellas que en torno a ti, sabemos —desde que estos cabellos, negros antes, enloquecidas danzan toda la noche, llamándote se vuelven ya blancos— que nunca ha predicho a la Yacco, el dispensador29. ciudad nada que no fuera cierto. MENSAJERO CREONTE. Vecinos del palacio que fundaron Cadmo y Anfión30, También yo lo sé y tiembla mi espíritu; porque es yo no podría decir de un hombre, durante su vida, terrible, si, ceder, pero también lo es resistir en un que es digno de alabanza o de reproche31; no, no es furor que acabe chocando con un castigo enviado posible, porque el azar levanta y el azar abate al por los dioses. afortunado y al desafortunado, sin pausa. Nadie CORIFEO. puede hacer de adivino porque nada hay fijo para los Conviene que reflexiones con tiento, hijo de mortales. Por ejemplo Creonte —me parece— era Meneceo. digno de envidia: había salvado de sus enemigos a CREONTE. esta tierra de Cadmo, se había hecho con todo el ¿Qué he de hacer? Habla, que estoy dispuesto a poder, sacaba adelante la ciudad y florecía en la obedecerte. noble siembra de sus hijos. Pero, de todo esto, ahora CORIFEO. nada queda; porque, si un hombre ha de renunciar a lo que era su alegría, a éste no le tengo por vivo: PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 13. ANTÍGONA-SÓFOCLES como un muerto en vida, al contrario, me parece. Si, y cueva de Hades. Alguien ha oído ya, desde lejos, que acreciente su heredad, si le place, y a lo grande, voces, agudos lamentos, en torno a la tumba a la que y que viva con la dignidad de un tirano; pero, si esto faltaron fúnebres honras, y se acerca a nuestro amo ha de ser sin alegría, todo junto yo no lo compraba ni Creonte para hacérselo notar; éste, conforme se va al precio de la sombra del humo, si ha de ser sin acercando, mas le llega confuso rumor de comento, quejumbrosa voz; gime y, entre sollozos, dice estas Se abre la puerta de palacio e, inadvertida por los de palabras: "Ay de mi, desgraciado, soy acaso adivino? la escena, aparece Eurídice, esposa de Creonte, con ¿Por ventura recorro el mas aciago camino de unas doncellas. cuantos recorrí en mi vida? Es de mi hijo esta voz CORIFEO que me acoge. Venga, servidores, veloces, corred, ¿Cuál es este infortunio de los reyes que vienes a plantaros en la tumba, retirad una piedra, meteros en traernos? el túmulo por la abertura, hasta la boca misma de la MENSAJERO cueva y atención: fijaros bien si la voz que escucho Murieron. Y los responsables de estas muertes son es la de Hemón o si se trata de un engaño que los los vivos. dioses me envían." Nosotros, en cumplimiento de lo CORIFEO. que nuestro desalentado jefe nos mandaba, ¿Quién mató y quién es el muerto? Habla. miramos, y al fondo de la caverna, la vimos a ella MENSAJERO colgada por el cuello, ahogada por el lazo de hilo Hemón ha perecido, y él de su propia mano ha hecho de su fino velo, y a él caído a su vera, vertido su sangre. abrazándola por la cintura, llorando la perdida de su CORIFEO. novia, ya muerta, el crimen de su padre y su amor ¿Por mano de su padre o por la suya propia? desgraciado. Cuando Creonte le ve, lamentables son MENSAJERO. sus quejas: se acerca a él y le llama con quejidos de El mismo y por su misma mano: irritada protesta dolor: "Infeliz, ¿qué has hecho? ;Que pretendes? contra el asesinato perpetrado por su padre. ¿Qué desgracia te ha privado de razón? Sal, hijo, Desaparecen tras la puerta Eurídice y las doncellas. sal; te lo ruego, suplicante." Pero su hijo le miró de CORIFEO. arriba a abajo con ojos terribles, le escupió en el ¡Oh adivino, cuán de cabal adivino fueron tus rostro, sin responderle, y desenvainó su espada de palabras! doble filo. Su padre, de un salto, esquiva el golpe: él MENSAJERO falla, vuelve su ira entonces contra si mismo, el Pues esto es así, y podéis ir pensando en lo otro. desgraciado; como va, se inclina, rígido, sobre la Tras un breve silencio, reaparece Eurídice que baja espada y hasta la mitad la clava en sus costillas; aún hasta la mitad de la escalinata y luego se acerca en sus cabales, sin fuerza ya en su brazo, se abraza hasta ellos para oír el discurso del mensajero. a la muchacha; exhala súbito golpe de sangre y CORIFEO. ensangrentada deja la blanca mejilla de la joven; allí Ahora veo a la infeliz Eurídice, la esposa de Creonte, queda, cadáver al lado de un cadáver; que al final, que sale de palacio, quizá para mostrar su duelo por mísero, logró su boda, pero ya en el Hades: ejemplo su hijo o acaso por azar. para los mortales de hasta qué punto el peor mal del EURÍDICE. hombre es la irreflexión. Algo ha llegado a mi de lo que hablabais, ciudadanos Sin decir palabra, sube Eurídice las escaleras y entra aquí reunidos, cuando estaba para salir con ánimo en palacio. de llevarle mis votos a la diosa Palas; estaba justo CORIFEO. tanteando la cerradura de la puerta, para abrirla, y ¿Por qué tenías que contarlo todo tan exacto? La me ha venido al oído el rumor de un mal para mi reina se ha marchado sin decir palabra, ni para bien casa; he caído de espaldas en brazos de mis ni para mal? esclavas y he quedado inconsciente; sea la noticia la MENSAJERO. que sea, repetídmela: no estoy poco avezada al También yo me he extrañado, pero me alimento en la infortunio y sabré oírla. esperanza de que, habiendo oído la triste suerte de MENSAJERO. su hijo, no haya creído digno llorar ante el pueblo: allí Yo estuve allí presente, respetada señora, y te diré la dentro, en su casa, mandará a las esclavas que verdad sin omitir palabra; total, ¿para que ablandar organicen el duelo en la intimidad. No le falta juicio, una noticia, si luego he de quedar como embustero? no, y no hará nada mal hecho. La verdad es siempre el camino mas recto. Yo he CORIFEO. acompañado como guía a tu marido hacia lo alto del No sé: a mí el silencio así, en demasía, me parece llano, donde yacía aún sin piedad, destrozo causado un exceso gravoso, tanto como el griterío en balde. por los perros, el cadáver de Polinices. Hemos hecho MENSAJERO una súplica a la diosa de los caminos y a Plutón32, Si, vamos, y, en entrando, sabremos si esconde en para que nos fueran benévolos y detuvieran sus iras; su animoso corazón algún resuelto designio; porque le hemos dado un baño purificador, hemos cogido tú llevas razón: en tan silencioso reaccionar hay algo ramas de olivo y quemado lo que de él quedaba; grave. hemos amontonado tierra patria hasta hacerle un Entra en palacio. Al poco, aparece Creonte con su túmulo bien alto. Luego nos encaminamos a donde séquito, demudado el semblante, y llevando en tiene la muchacha su tálamo nupcial, lecho de piedra brazos el cadáver de su hijo. PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 14. ANTÍGONA-SÓFOCLES CORIFEO. doble filo, de frente? ¡Mísero de mi, ay ay, a que mi Mirad, he aquí al rey que llega con un insigne será desventura estoy unido! monumento en sus brazos, no debido a ceguera de MENSAJERO otros, sino a su propia falta. Según esta muerta que aquí está, el culpable de una CREONTE. y otra muerte eras tú. Ió, vosotros que véis, en un mismo linaje, asesinos y CREONTE víctimas: mi obstinada razón que no razona, ¡oh Y, ella ¿de qué modo se abandonó a la muerte? errores fatales! ¡Ay, mis órdenes, que desventura! Ió, MENSAJERO hijo mío, en tu juventud —¡prematuro destino, ay ay, Ella misma, con su propia mano, se golpeó en el ay ay!— has muerto, te has marchado, por mis pecho así que se enteró del tan lamentable infortunio desatinos, que no por los tuyos. de su hijo. CORIFEO. CREONTE. ¡Ay, que muy tarde me parece que has visto lo justo! ¡Ay! ¡Ay de mi! De todo, la culpa es mía y nunca CREONTE. podrá corresponder a ningún otro hombre. Si, yo, yo ¡Ay, mísero de mi! ¡Sí, ya he aprendido! Sobre mi la mate, yo, infortunada. Y digo la verdad. ¡Ió! cabeza —pesada carga— un dios ahora mismo se Llevadme, servidores, lo más rápido posible, moved ha dejado caer, ahora mismo, y por caminos de los pies, sacadme de aquí: a mi, que ya no soy mas violencia me ha lanzado, batiendo, aplastando con que quien es nada. sus pies lo que era mi alegría, ¡Ay, ay! jló, esfuerzos, CORIFEO. desgraciados esfuerzos de los hombres! Esto que pides te será provechoso, si puede haber MENSAJERO algo provechoso entre estos males. Las desgracias (Sale ahora de palacio.) Señor, la que sostienes en que uno tiene que afrontar, cuanto más brevemente tus brazos es pena que ya tienes, pero otra tendrás mejor. en CREONTE. entrando en tu casa; me parece que al punto la ¡Que venga, que venga, que aparezca, de entre mis verás. días, el ultimo, el que me lleve a mi postrer destino! CREONTE. ¡Que venga, que venga! Así podré no ver ya un ¿Cómo? ¿Puede haber todavía un mal peor que nuevo día. éstos? CORIFEO MENSAJERO Esto llegará a su tiempo, pero ahora, con actos Tu mujer, cabal madre de este muerto (señalando a conviene afrontar lo presente: del futuro ya se cuidan Hemón), se ha matado: recientes aún las heridas que los que han de cuidarse de él. se ha hecho, desgraciada. CREONTE. CREONTE. Todo lo que deseo está contenido en mi plegaria. Ió, ió, puerto infernal que purificación alguna logró CORIFEO aplacar, ¿por qué me quieres, por que quieres Ahora no hagas plegarias. No hay hombre que pueda matarme? (Al mensajero.) Tú, que me has traído tan eludir lo que el destino le ha fijado. malas, penosas noticias, ¿cómo es esto que CREONTE. cuentas? ¡Ay, ay, muerto ya estaba y me rematas! (A sus servidores.) Va, moved los pies, llevaos de ¿Qué dices, muchacho, que dices de una nueva aquí a este fatuo (por él mismo). (Imprecando a los víctima? Víctima —ay, ay, ay, ay— que se suma a dos cadáveres.) Hijo mío, yo sin quererlo te he este azote de muertes: ¿mi mujer yace muerta? matado y a ti también, esposa, mísero de mi... Ya no Unos esclavos sacan de palacio el cadáver de sé ni cuál de los dos inclinarme a mirar. Todo aquello Eurídice. en que pongo mano sale mal y sobre mi cabeza se CORIFEO. ha abatido un destino que no hay quien lleve a buen Tú mismo puedes verla: ya no es ningún secreto. puerto CREONTE. Sacan los esclavos a Creonte, abatido, en brazos. Ay de mi, infortunado, que veo cómo un nuevo mal Queda en la escena sólo con el coro; mientras viene a sumarse a este: ¿qué, pues?¿Qué destino desfila, recita el final el corifeo. me aguarda? Tengo en mis brazos a mi hijo que CORIFEO acaba de morir, mísero de mi, y ante mi veo a otro Con mucho, la prudencia es la base de la felicidad. muerto. ¡Ay, ay, lamentable suerte, ay, del hijo y de Y, en lo debido a los dioses, no hay que cometer ni la madre! un desliz. No. Las palabras hinchadas por el orgullo MENSAJERO comportan, para los orgullosos, los mayores golpes; Ella, de afilado filo herida, sentada al pie del altar ellas, con la vejez, enseñan a tener prudencia. doméstico, ha dejado que se desate la oscuridad en sus ojos tras llorar la suerte ilustre del que antes FIN murió, Meneceo33, y la de Hemón, y tras implorar ---------------- toda suerte de infortunios para el asesino de sus Referencias hijos. 1-Muerto Etéocles en combate, en el campo mismo CREONTE. ha recibido Creonte el poder del ejército: así, ¡Ay, ay! ¡Ay, ay, que me siento transportado por el "estrego" significa "Jefe Militar" pavor! ¿No viene nadie a herirme con una espada de PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com
  • 15. ANTÍGONA-SÓFOCLES 2-Etéocles y Polinices; los preliminares del tema de alusiones a ella son corrientes en la poesía posterior, Antígona fueron tratados por Esquilo en su obra Los hasta la renacentista. siete contra Tebas. 18-El corifeo piensa, en verdad, en la heroicidad de 3-La sumisión de la mujer es un motivo constante en lo que lleva a cabo Antígona, pero ella, vencida por el Sófocles, aquí, el carácter de Ísmene queda reflejado abatimiento, cree que es escarnecida. al aceptar esta sumisión como algo insuperable. 19-Las razones de Creonte son, diríamos, 4-Se trata de una fuente que existe todavía dentro de formalistas: se mata a Antígona dejándola morir, sin una gruta, al pie de la acrópolis de Tebas. Sus aguas haber derramado sangre, sin que esta sangre pueda representaban a Tebas. pedir expiación. 5-Se tenían los tebanos por "hijos de la serpiente", 20-Perséfona, esposa de Hades, especialmente nacidos de la siembra de los dientes de este animal importante en los cultos y ritos etónicos. que antiguamente había llevado a caco Cadmo. Con 21-Ísmene no cuenta, dada la adaptabilidad de su todo, aquí hay que pensar que la serpiente viene carácter. solicitada por el águila, cuya enemiga tradicional es. 22-El coro evoca en su canto a tres personajes 6-Hijo de Zeus, antaño preminente entre los dioses, famosos y reales que tampoco eludieron el destino: es citado aquí como ejemplo de desmesura, en primer lugar, Dánae, a la que su padre había comparado a Polínices: es por su arrogancia, en recluido en una prisión cerrada con puerta de bronce, efecto, que Tántalo sufre su conocido castigo, en el que no impidió la visita de Zeus, sin embargo. cual, sumergido medio cuerpo en agua, se consume 23-El hijo de Drías es Licurgo, sobre el que Esquilo de sed, y, sometido a la sombra de un árbol frutal, había escrito una trilogía hoy perdida; con todo, el padece feroz hambre. Cuando sus labios quieren tema es el del rey que se opone a la divinidad y ésta tocar bebida o comida, ésta se aparta lejos de él. le castiga: aunque el rey se llame ahí Penteo, la 7-O sea que no ha de conformarse con solamente historia puede considerarse ejemplificada en Las darles muerte. Bacantes de Eurípides. 8-Esto contrasta con lo dicho antes por Ísmene y 24-Salmideso es una ciudad situada al nordeste del aporta una nota de virilidad, de decisión, de Bósforo, cerca de la actual Midjeh.El tercer personaje individualismo al carácter de Antígona. Luego es la madrastra de los hijos de Fineo y Cleopatra, Creonte insistirá en esta idea y la desarrollará. que cegó a sus hijastros en la forma descrita en el 9-Este tono duro de Creonte, y su decisión respecto texto: Cleopatra fue, pues, después de su muerte, a Polinices, sin duda debe confrontarse con los víctima de una ruindad. La relación de estos parlametos de Melenao y Agamenón, al final de ejemplos con Antígona no es del todo clara. Ayax. 25-Cleopatra era la hija de Oritia, de Erecteo. 10-En efecto, Antígona había sido prometida a 26-Las Moiras son las divinidades del destino, Hemón, hijo de Creonte; para casarse con otra encargadas de su cumplimiento. mujer, Hemón había de faltar a su promesa, pues la 27-Se trata del dragón o serpiente de que se ha boda había sido ya acordada, como recuerda Ísmene hablado ya en la nota 5.El animal era un dentro de poco. descendiente de Ares. 11-Es un refrán: como hoy, "caminar por las brasas" 28-El coro sigue refiriéndose a Dionisio: la hiedra y significaba embarcarse en difíciles y arriesgadas los viñedos son atributos claros del dios. empresas. 29-Como en otras obras, antes de la llegada del 12-es decir, como de natural nadie o casi nadie nace mensajero se hace entonar un canto de alegría y de lleno de ciencia innata. Se trata de una expresión esperanza al coro, sólo para hundir al punto en la coloquial. más negra desgracia el clima que así se había 13-Para un griego, la ciudad son los ciudadanos, y la conseguido. nave sólo es tal si hay tripulación. Vacías, ni la 30-Anfión, el esposo de Níobe, fue también rey de ciudad ni la nave sirven para nada, y la posición del Tebas. que se llamara su jefe sería ridícula. 31-El mismo motivo en el mensajero que explica la 14-Eros es el muchacho, hijo de Afrodita, que dispara desgracia de Edipo. dardos al corazón de dioses y hombres para 32-Plutón es la más común advocación de Hades enamorarlos. La literatura, sobre todo, posterior a personificado. Sófocles, asimila los efectos de sus dardos a 33-Otro hijo de Creonte y Eurídice. enfermedad que puede llevar a la locura. 15-El canto coral que ha empezado con la advocación a Eros ("Amor"), termina dirigiéndose a Afrodita, madre de Eros, diosa del amor. 16-El Aqueronte es uno de los ríos que separan y aíslan el mundo de los muertos. 17-Níobe fue personaje famoso, hija de Tántalo, ejemplo de engreimiento y arrogancia en una obra de Esquilo que hemos perdido: se ufanó la diosa Leto porque tenía muchos hijos; entonces los dos de la diosa, Apolo y Artémis, dieron muerte a los de Níobe. Por el dolor se metamorfoseó en piedra. Las PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com