1. Teorías e hipótesis sobre el origen de las especies antes de Darwin Antonio González Bueno
2. Charles Darwin Óleo de G. Richmond [ ca. 1838] “ Un día en que paseabamos juntos, [Robert Grant] estalló en expresiones de admiración hacia Lamarck y sus opinones sobre la evolución. Yo le escuché en un silencio estupefacto y, hasta donde puedo juzgar, sin que sus palabras ejercieran ningún efecto sobre mi mente. Previamente había leído la Zoonomía de mi abuelo, donde se mantienen puntos de vista similares, pero sin consecuencia alguna sobre mi. No obstante, es probable que el hecho de haber oído mantener y elogiar esa clase de opiniones en un momento de mi vida mas bien temprano pudiera haber favorecido que también yo las sostuviera en forma diferente en mi obra El origen de las especies …”
3. Del fijismo al transformismo Jan Brueghel (1568 – 1625) El paraíso terrenal [detalle]
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5. Carl von Linné “el nuevo Adán” en el Paraíso Halae Magdeburgicae, 1760.
25. Sir Joseph Hooker (1817-1911) Fotografía ca. 1860 “ Desde mi regreso he estado inmerso en un trabajo muy audaz, y no sé de una sola persona a la que dejara de parecerle absurdo. He estado tan impresionado con la distribución de los organismos de las Galápagos, &c. &c., con las características de los mamíferos fósiles americanos &c. &c., que determiné recoger cualquier clase de dato que pudiera relacionarse con qué son las especies. He leído montones de libros de Agricultura y Horticultura y no he dejado de anotar datos. Por fin ha surgido un destello de luz, y estoy casi convencido (absolutamente en contra de la opinión con la que comencé) que las especies no son (es casi como confesar un asesinato) inmutables. Líbreme el cielo del sinsentido de Lamarck de una ‘tendencia al progreso’, de las ‘adaptaciones debidas a una lenta querencia de los animales’ &c., pero las conclusiones a las que llego no son muy diferentes a las suyas –aunque los significados del cambio son sustancialmente distintos-. Yo pienso que he descubierto (¡aquí está la presunción!) la manera simple por la cual las especies llegan a adaptarse de manera exquisita a diversos fines. Ahora gemirá vd. y pensará para si, ‘con qué hombre he estado perdiendo mi tiempo escribiéndome’. Hace cinco años yo hubiera pensado lo mismo…”. Carta de Charles Darwin a Joseph Dalton Hooker, 11-I-1844
34. Étienne Geoffroy Saint-Hilaire. Philosophie anatomique des organes respiratoires sous le rapport de la détermination et de l'identité de leurs pièces osseuses . Paris, 1818.
44. “ La lógica de este libro [alude a Evidences of Christianity ] y también, quizá, la de la la Natural Theology del mismo Paley me causaron tanto placer como Euclides. El estudio cuidadoso de sus obras, sin intentar memorizar ninguna de sus partes, fue el único de la carrera académica que me sirvió minimamente para educar mi pensamiento, según me pareció entonces y sigo creyendo todavía. Por aquel entonces no me preocupaban las premisas de Paley; y como las aceptaba sin crítica, su línea argumental me encantó y me convenció…”
45. “ El antiguo argumento del diseño de la naturaleza, tal como lo expone Paley y que anteriormente me parecía tan concluyente, falla tras el descunrimiento de la ley de la selección natural. Ya no podemos sostener, por ejemplo, que el hermoso gozne de una concha bivalba deba haber sido producido por un ser ineligente, como la bisagra de una puerta por un humano. En la variabilidad de los seres orgánicos y en los efectos de la selcción natural no parece haber más designio que en la dirección en que sopla el viento…”
48. “ En julio de 1837 inicié mi primer cuaderno de notas. Trabajé partiendo de principios auténticamente baconianos, y prescindiendo de cualquier teoría, acumulé toda clase de datos, más especialmente en lo que respecta a las especies domesticadas; para ello recurrí a cuestionarios impresos, a conversaciones con ganaderos y hortelanos diestros y a un gran número de lecturas. Cuando veo la lista de libros de todo tipo que leí, incluidas colecciones completas de revistas y anales, me sorprende mi laboriosidad…” Charles Darwin (1809-1882) Fotografiado hacia 1855
49. “ Ahí tenía, por fin, una teoría sobre la que trabajar, pero me preocupaba tanto evitar cualquier perjuicio que decidí no escribir durante un tiempo ni siquiera el menor esbozo de la misma. En junio de 1842 me permití por primera vez la satisfacción de poner por escrito a lápiz y en 35 páginas un brevísimo resumen de mi teoría, que amplié durante el verano de 1844 hasta llegar a las 230, que copié con letra legible y todavía conservo…” Charles Darwin 'First Pencil Sketch of Species Theory' V-1842 / VI-1842. CUL-DAR6.1-13
50. “ Puedo recordar el lugar preciso de la carretera en que sentí la alegría de que se me ocurriera la solución mientras me hallaba en mi carruaje, y fue mucho después de haberme trasladado a Down. La solución, es, según creo, que en la economía de la naturaleza, la descendencia modificada de todas las formas dominantes y en expansión tiende a adaptarse a muchos lugares muy diversificados” Down House
51. Charles Darwin. Notebook B: [Transmutation of species (1837-1838)]. CUL-DAR121.-
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53. Charles Darwin & Alfred Wallace. 1858. On the tendency of species to form varieties; and on the perpetuation of varieties and species by natural means of selection. [Read 1 July] Journal of the Proceedings of the Linnean Society of London . Zoology 3 (20 August): 46-50.
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55. “ Pienso que el éxito del Origen podría atribuirse en gran parte a que, mucho antes, escribí dos esbozos condensados y compendié un manuscrito mucho más extenso, que ya era un resumen en sí mismo; ello me permitió seleccionar los datos y conclusiones más llamativos. Durante muchos años me atuve también a una regla de oro consistente en redactar enseguida y sin falta una nota siempre que me encontraba con un dato publicado o ante una observación o pensamiento nuevos u opuestos a mis resultados generales…”
56. “ Se ha dicho a veces que el éxito del Origen demostraba que “el tema flotaba en el ambiente”, o que “la mente humana estaba preparada para él. No creo que sea estrictamente cierto, pues, de vez en cuando, sondeé a no pocos naturalistas y jamás me topé con ninguno que dudara, al parecer, sobre la permanencia de las especies. Ni siquiera Lyell o Hooker parecieron estar nunca de acuerdo conmigo, a pesar de que solían escucharme con interés. En una o dos ocasiones intenté explicar a personas capaces qué entendía yo por selección natural, pero fracasé rotundamente..”
58. La obra, por su poderoso y brillante estilo, aunque despliega en sus primeras ediciones poco conocimiento exacto y una gran falta de preocupación científica, tuvo inmediatamente una extendidísima circulación. En mi opinión, ha prestado un excelente servicio en este país, por llamar la atención sobre este punto, removiendo las preocupaciones y preparando así el terreno para la recepción de las opiniones análogas …”
59. Robert Grant (1793-1874) Leopold von Buch (1774-1853 Constantine Rafinesque-Schmaltz (1783-1840)