1. En un pequeño pueblo al lado del
mar, vivía un hombre en una cabaña.
Una mañana decidió ir a recolectar
cocos. Así que se levantó temprano,
cogió su caballo y se fue al lado de la
playa, donde había muchas palmeras.
Cuando llegó, vio que había tenido
mucha suerte porque las palmeras
estaban llenas de cocos. Con algunas
dificultades subió a la que tenía más
cerca y fue cogiendo los cocos que
había en la copa. Cuando acabó con
ésta, hizo lo mismo con la segunda
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palmera. Y así siguió hasta que tuvo
una montaña muy grande de cocos. El
hombre estaba muy contento porqué
Referencia 7
había conseguido muchos cocos. Los
fue colocando sobre su montura, pero
había tantos que casi no cabían y el
pobre animal iba muy cargado.
ANÓNIMO
2. Empezó a caminar hacia el pueblo,
pero como no estaba muy seguro del
camino que había tomado, decidió
preguntar a un chico con el que se
cruzó:
- Oye chico, ¿te puedo hacer una
pregunta?- El joven, que parecía muy
despierto, se paró y le contestó con
una sonrisa:- Claro.
-¿Sabes cuánto tiempo tardaré en
llegar al pueblo por este camino?
El chico miró al hombre y después a
su caballo. Y tras pensar un momento
respondió:
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- Si vas lento, llegarás muy temprano.
Pero si vas rápido, tardarás todo el
día.
Y sin decir nada más siguió su
camino.
-El hombre se quedó muy extrañado
con esa respuesta y no le creyó.
3. Por eso decidió espolear a su caballo
para ir más deprisa. Pero al cabo de
pocos metros tuvo que parar. Con las
prisas, los cocos que sobresalían le
habían caído.
Así que amarró al caballo y volvió a
colocar los cocos en su sitio. Para
recuperar el tiempo que había
perdido, hizo que el caballo todavía
fuese más rápido. Pero los cocos
volvieron a caer, aún más deprisa que
antes. Y así siguió una y otra vez todo
el camino. Recogía los cocos, hacía ir
más deprisa al caballo y volvían a
caerse. Por eso, cuando llegó al
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pueblo ya era de noche.
Ya en su casa se lamentó de lo que le
había costado volver y dio la razón al
chico con el que se había cruzado. Si
no hubiera ido con tantas prisas, los
cocos no se le habrían caído y hubiera
llegado mucho antes.
*Cuentos Infantiles con Valores 6
4. Relfexión
En este cuento si el señor le
hubiera hecho caso al niño
hubiera llegado a tiempo. Las
prisas no traen nada bueno,
como el niño le dijo al señor “si
vas rápido llegaras más
tarde…”.En esto se aprende
que alguien con prisa las cosas
no salen del todo bien, sino
cuando las haces con tiempo y
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tranquilo se hacen mejor. Para
hacer las cosas de buena forma
es mejor tomarse el tiempo
que estar a último minuto
apresurado haciendo todo mal.