Las casas en la antigua Grecia generalmente tenían dos pisos, con el piso inferior dividido en pequeñas habitaciones y acceso al piso superior a través de una escalera exterior. Las casas más ricas se parecían a los palacios descritos en la Ilíada y la Odisea, con tres secciones separadas para la entrada, el área de los hombres y el gineceo o área de las mujeres.