Este documento resume y analiza el libro didáctico "Aymar Panka 2" para la enseñanza de la lengua aimara. Señala que el libro carece de información sobre sus características y objetivos metodológicos. También omite explicaciones gramaticales y no especifica los propósitos de los ejercicios. A pesar de estas deficiencias, el autor saluda la publicación del libro por contribuir al fortalecimiento de la lengua aimara.
1. Gregorio Callisaya Apaza
Universidad Pública de El Alto, Carrera de Lingüística e Idiomas, Instituto de
Investigaciones Lingüísticas y Postgrado, Aymar Panka 2. Edición Instituto de
Investigaciones Lingüísticas y Postgrado, El Alto 2014, 160 páginas
Gregorio Callisaya Apaza
La lingüística, sobre todo los estudios dialectológicos, lexicográficos y de lingüística
aplicada, son mi pasión y objetivo de vida. Yo empecé a acercarme a ellos de la mano de
Don Carlos Coello Vila (+), hombre que trabajó incansablemente en la formación de
lingüistas bolivianos. Y fue él quien me enseñó que el estudio de una lengua es un material
inagotable, porque ésta está viva y en continuo cambio y desarrollo. Por eso, en la
actualidad, la presentación de una obra, como la que tenemos en mano, constituye un hecho
importante para una comunidad lingüística, pues fortalece los conocimientos de sus
miembros.
En este marco, saludamos la publicación de Aymar Panka 2, que sin lugar a dudas,
complementaria la escasa bibliografía en esta lengua. El libro, fruto de años de trabajo, está
constituido por 160 páginas, de las cuales 93 corresponden a lo que parece ser el libro del
alumno, 57 al cuadernillo de ejercicios, 2 al índice, 4 a la presentación e introducción y 4 a
los créditos.
A la hora de emprender la confección de una obra didáctica se deben cumplir con algunos
principios que garanticen su utilidad. Después de una revisión minuciosa de su contenido,
nos extrañó no encontrar información sobre las características del mismo, pues en ninguna
parte se especifica si este libro es un método para la enseñanza del aimara o una
herramienta didáctica para practicar y aprender el léxico de la lengua. Sin embargo, en la
corta introducción se menciona que el Aymar Panka 2 será útil: «para la buena
comprensión de los estudiantes y personas interesados en el aprendizaje de la lengua
aymara como segunda lengua y para la complementación o reforzamiento como primera
lengua». Esta idea se complementa, más adelante, cuando se señala que el propósito de la
obra es: «coadyuvar al desarrollo de la lengua aymara en base a la ciencia lingüística para
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dar uso comunicacional requerida en la Universidad Pública de El Alto y en otras
instituciones» y cuando se afirma, en la presentación del libro, que el texto: «está elaborado
en base al enfoque comunicativo, de esta manera se quiere que tanto estudiantes y/o
docentes quienes están interesados en aprender la lengua aymara tengan una competencia
comunicativa eficiente». Estos datos, nos inducen a catalogar al libro como un texto
didáctico para enseñar la lengua aimara.
Al respecto debemos señalar que un texto didáctico para la enseñanza de una lengua es
aquel que, a través de una serie de procedimientos, medios generales o técnicas usadas de
forma sistemática, logra que los estudiantes alcancen una competencia en las destrezas de
uso de la lengua, de acuerdo al nivel que éstos cursen. El Longman Dictionary of Language
Teaching and Applied Linguistics, en su edición de 1997, sobre los textos de enseñanza de
lenguas señala que éstos deben estar basados en principios y procedimientos sistematizados
que a su vez representan la concepción de cómo se enseña y aprende una lengua. En
consecuencia, la información antes mencionada, suele estar claramente explicada en la
introducción o las instrucciones de uso de la obra. Sin embargo, el Aymar Panka 2 carece
de estas informaciones, lo cual hace que se lo catalogue como un libro de apoyo para la
adquisición del léxico. Además, sin una fundamentación teórica alguna, se ha omitido por
completo la explicación gramatical.
Si bien todos, de niños, hemos aprendido nuestra lengua materna sin darnos cuenta y sin
haber estudiado la gramática, en el colegio hemos empezado a estudiarla durante doce años,
lo que nos ha permitido lograr un cierto dominio de la lengua, aunque aún hoy cometamos
muchos errores, sobre todo en la escritura. ¿Será por algo, no?
En el aprendizaje de lenguas, la gramática es fundamental para saber el funcionamiento de
una, además el conocimiento básico de ésta será clave para asimilar y aprender a hablar y
escribir bien una segunda lengua. Algunas personas piensan que aprender la gramática es
muy aburrido, pero ahí está la clave del éxito. Cuando se entiende la gramática de una
lengua, el resto es nada más que aprender vocabulario y más vocabulario para poder
hablar y que el aprendizaje sea exponencial. Ahora bien, si la enseñanza de una segunda
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lengua o lengua extranjera no tiene éxito, la culpa no es de la gramática en sí, sino de las
gramáticas mal hechas o mal explicadas. Por lo tanto, en la enseñanza de una lengua no se
puede omitir la explicación gramatical, pues ésta orienta los pasos a seguir.
Por otra parte, además de la ausencia del aspecto gramatical señalado, en el Aymar Panka 2
las actividades, como diálogos, ejercicios de relacionamiento, ejercicios de llenado de
espacios en blanco, etc., se presentan sin explicación alguna, tampoco se plantean los
objetivos propósitos de éstas; ocurre lo mismo en el cuadernillo de ejercicios. Sobre este
punto, consideramos que los ejercicios deben considerar cómo trasladar al aula bilingüe el
enfoque comunicativo tan útil como necesario a la hora de desarrollar los niveles de
interacción comunicativa. Asimismo, las actividades en un texto de enseñanza de idiomas
tienen que tener como meta principal lograr una mayor fluidez comunicacional, ampliar el
vocabulario general y proporcionar oportunidades para que los estudiantes logren un
contacto social interesante y ameno.
En el Aymara Panka 2, se observa la ausencia de este tipo de información, parece que sus
autores no han querido revelar las bondades de su obra, lo cual en pleno siglo XXI es un
desliz lingüístico; puesto que repercute negativamente en la difusión y uso de la misma.
Este hecho, desde el punto de vista metodológico, puede ser peligroso, puesto que se deja
que los usuarios, en este caso docentes de la Carrera de Lingüística e Idiomas, planteen los
propósitos de los ejercicios, que en algún caso, puede ir en contra de los objetivos del libro.
Sin embargo, creo que esta deficiencia puede ser resuelta con la redacción de una guía
didáctica que considere los siguientes puntos:
a) Elección del tema que será el centro de interés y foco de atención,
b) Elección y programación de los ejercicios,
c) Especificación de los objetivos a partir del análisis de los ejercicios,
d) Especificación de los contenidos lingüísticos y de otros, derivados del o de los
ejercicios previstos para la unidad,
e) La planificación del proceso, considerando la secuencia de los ejercicios y de las
tareas de apoyo lingüístico, para la consecución del objetivo de la unidad,
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f) Temporalización y análisis de las actividades, con el propósito de ajustar y
corregir las mismas,
g) Evaluación, que implica el diseño de instrumentos y procedimientos a ser
utilizados por profesores y alumnos a lo largo de la unidad, como parte integral
del proceso de aprendizaje.
Después de estos breves comentarios, sobre la estructura y utilidad de los textos de
enseñanza de idiomas, ahora paso a comentar sobre el contenido del libro. Aquí, debemos
señalar que en la actividad docente, los temas y los ejercicios propuestos representan el
vehículo, los medios que permiten que el proceso de enseñanza-aprendizaje alcance sus
objetivos, siempre y cuando, éstos cumplan con determinadas cualidades generales
(motivación, adecuación, propiedad, utilidad, viabilidad, accesibilidad y adaptabilidad).
Asimismo, los ejercicios deben tener significatividad lógica, es decir, adecuarse al nivel de
conocimiento de los estudiantes. Por lo tanto, es imprescindible, que las personas dedicadas
a la elaboración de materiales didácticos tengan en cuenta que los materiales deben:
a) Representar el uso de la lengua auténtica,
b) Servir de soporte de aprendizaje,
c) Estimular y motivar.
Pero si la selección del material no cumple con estos criterios, la utilidad de éste es muy
discutible.
El Aymar Panka 2 está dividido en diez lecciones y cada una de éstas aborda un tópico
diferente. Pero llama la atención que un tercio del libro lo ocupe un solo campo semántico,
el hombre: jaqi janchi, usunaka y qullanaka. En la introducción del libro se dice que el
enfoque del mismo es comunicativo, sin embargo, el avance de los tres temas obliga a
aprender a los estudiantes más de 300 palabras relacionadas con este campo semántico. Al
respecto creo que se podría haber simplificado, puesto que en algunos casos el
conocimiento de algunos términos no tiene un contexto comunicativo, por ejemplo de
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palapa ‘omoplato’, amañaqa ‘incordio’, k’aphalli ‘epigástrico’ o q’ila q’ila ‘altramuz
silvestre’ o el léxico referido a los nombres de los huesos ch’akhanakan sutinakapa.
Por otro lado, en mi modesta opinión, los temas de las lecciones apuntan a la adquisición
del léxico relacionado con la agricultura, la cultura y términos comunes del área rural.
Sobre este tópico, en más de una ocasión, he afirmado que la principal barrera del
fortalecimiento de la lengua aimara es, precisamente, el aislamiento contextual. Puesto que
las personas que aprenden esta lengua no siempre la quieren para comunicarse en los
pueblos, sino en los centros urbanos. Considerando este punto de vista, hubiera sido
interesante también incluir situaciones en contextos citadinos, como en el mercado, en las
alasitas o en la calle.
Con respecto a los diálogos, creemos que éstos serán difíciles de aprender, puesto que en
ellos se introducen diversas estructuras sintácticas, por ejemplo diversos tiempos verbales,
como en:
TUNUJANCH MANQHANAKANA
Yarita: Kullaka Rita, kamisaki.
Rita: Kullaka Yarita, Kawkharurak chhaqhta, kawkhats uñstanta. Janiw jikisktanti.
Yarita: Janiw chhaqhktti, jumax jilata Yurimpit aruskipasipkta?
Rita: Jisa, kullaka may jiskht’asipxäma. Jumax yatpachatawa, tunujanchis manqhan
kunanakas utji?
En este ejemplo, vemos por una parte el presente simple ‘Kawkharurak chhaqhta’, por otra,
el gerundio ‘Yurimpit aruskipasipkta?’, futuro anterior kullaka may jiskht’asipxäma y la
forma modal, deber, ‘Jumax yatpachatawa’. La presencia de tantos tiempos verbales va en
contra de un proceso de aprendizaje sistemático, y es precisamente por esta razón que las
personas dicen que el aimara es una lengua muy difícil, casi imposible de aprender.
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En el Aymar Panka 2, hemos encontrado también algunos problemas de concordancia, los
cuales deben ser corregidos, si no queremos crear falsos supuestos o reglas, puesto que los
estudiantes ven al libro como herramienta normativa. Por ejemplo,
Iyaw Yuri, sumpun amxasita. Patax janchisan sutinakapax akanakawa.
El sujeto de la segunda oración es sutinakapax, pero el verbo está en singular, lo correcto
debería ser akanakapxiwa.
En cuanto a la sintaxis, existen también algunos deslices como el que se da en la siguiente
oración:
Jisa, jan walispawa jalaqtaspa ukaxa.
Al respecto, el aymara es una lengua lógica y dentro de esta lógica hay que mantener el
criterio de que el verbo, dentro de una oración, ocupa siempre la última posición. Entonces
la oración correcta sería:
Jisa, jan jalaqtaspa ukaxa walispawa.
Finalmente, otro aspecto que debe ser explicado en la obra es el uso indiscriminado de la
diéresis.
Thïjanchinaka yatiqañäni jiskt’añän llakiskañäwa
p’usuntatarakisä ist’itchhä junt’ümar askisä muykatätaxa
En el aimara como en otras lenguas, los signos de puntuación tienen usos específicos y
claros. En el aimara la diéresis tiene tres usos consolidados, como morfémico diferencia
significados, como elemento de elisión vocálica y como marcador de tiempo verbal. Si
existen otros usos, es menester explicarlos.
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Para finalizar, creemos que las observaciones hechas líneas arriba muestran las deficiencias
que presenta esta obra, las cuales deben ser tomadas en cuenta en posteriores ediciones, y
esperamos que éstas sirvan para mejorar la elaboración de nuevos libros de enseñanza, no
sólo de la lengua aimara sino de otras lenguas. Sin embargo, pese a las observaciones,
queremos destacar el valor cultural de la obra y la labor de las personas que han participado
en su elaboración, pues sólo las personas que, alguna vez, han trabajado en este campo
saben lo duro y difícil que es confeccionar un texto de enseñanza de idiomas. Por eso,
saludamos la presentación de Aymar Panka 2 que será muy útil, sobre todo, para la
descripción léxica de la lengua aimara, lo que implica también el fortalecimiento de ésta.
Universidad Pública de El Alto
El Alto, agosto de 2015
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