Este cuento está dedicado a los hijos del autor, Hansel y Camilo. Narra la historia de Rojo, quien decide dominar todo lo que lo rodea convirtiendo el mundo en un lugar monócromo y aburrido donde muchos sufren y otros no tienen cabida. El autor espera que esta historia sirva de estímulo para que los niños aprendan los colores jugando a enumerar y organizar objetos por sus colores.