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Una Mirada dentro del mundo espiritual
 Descubra cómo y por q ué se transfieren los buenos y los malos espíritus

PELIGROS...
    •¿Por Qué una persona discutidora puede convertir una reunión tranquila en un pandemónium?
    •¿Por Qué una persona licenciosa seduce a alguien inocente?
    •¿Por Qué jóvenes rebeldes afectan en forma tan negativa a los que son tranquilos y
                                                                                      obedientes?
    •¿Por Qué un médico, psiquiatra o ministro convierte una sesión de aconsejamiento en una re­
    lación adúltera?


BENDICIONES...
    •¿Por Qué los malvados se someten y vuelven justos al responder a los Que siguen a Dios?
    •¿Por Qué un ministro puede lograr una completa armonía y unidad en su grupo de colabora­
    dores mientras otros fallan?

En este libro el doctor Ness examina este comportamiento y con amplias referencias bíblicas, echa
luz sobre los muchos y fascinantes aspectos del mundo espiritual, sobre este fenómeno de las
transferencias de espíritus.
Alexander Ness es pastor fundador de tres iglesias muy prósperas en Toronto, Canadá, misionero
y conferencista habitual en la escuela de Morris Cerrullo, presidente de las "Open Biblie Standart
Churches" en Canadá.
El doctor Ness ha escrito varios libros, algunos de ellos son:
“Vida Cristiana Triunfante", ''El Espíritu Santo",
“El tabernáculo", "La Santidad”, etc.




       w w w . e d i t o r i a l p e n i e l . c o m


                                                                  Producto N0 316013
                                                                  Clasifíquese: Vida Cristiana
                                                                  ISBN: 987-9038-02-9
                                     789879 038024
Transferencia de espíritus

Alex W. Ness



        Buenos Aires - San José - New York


       w w w .e d itoria l p e n ie l.co m
Transferencia de espíritus
Alexander W. Ness

Publicado por Editorial Peniel
Boedo 25 (1206) Buenos Aires - Argentina
Tel/Fax: (54-11) 4981-6178 /6 0 3 4
web site: www.editorialpeniel.com
e-mail: penielar@ peniel.com.ar

Publicado originalmente con el título:
Transference o f spirits
by Agapre Publications Inc.
Ontario. Canada

Traducción al Español por Virginia López Grandjean
Copyright © 1994 Editorial Peniel
ISBN N: 987-9038-02-9
Producto N: 316013

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en
ninguna forma sin el permiso escrito de Editorial Peniel.

Edición N° II Año 2001

Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Contenido


Prefacio                                                5


1   Ejem plos de casos                                  7
2   El hom bre natural no com prende                   13
3   Transferencia de un buen espíritu                  21
4   Transferencia de un mal espíritu                   27
5   Luchando contra los santos                         35
6   M irando dentro del m undo espiritual              51
7   El Espíritu de D ios, el espíritu delhom bre
    y el espíritu del m undo                           55
8   El espíritu del hom bre y B alaam                  71
9   Com prendiendo a los espíritus                     83
10 Los ángeles com o espíritus                         87
11 El m inisterio de los ángeles                       93
12 Satanás: sus ángeles, dem onios
    y espíritus inm undos                              97
13 L a actividad de Satanás                           105
14 El espíritu de soberbia                            121
15 L a im posición de manos: bendiciones y peligros   127
16 Cóm o resolver el problem a                        137
17 Transferencia y contratransferencia                153


N otas bibliográficas                                 167
Prefacio

  ¿    Sabía usted que es posible que una persona física, un grupo
       de personas o un ser espiritual que inspire pensam ientos,
       sentim ientos o em ociones, "transfieran" o "transmitan"
espíritus, buenos o m alos, si nuestra capacidad espiritual está
abierta a recibirlos?
     H ace m ás de treinta años que soy pastor, y he sido testigo
de este fenóm eno una y otra vez. Es un fenóm eno que me ha
provocado interés y preocupación por las personas que han sido
afectadas negativamente. D eseoso de com prender y aprender lo
que pudiera sobre la form a de obrar del m undo espiritual, co­
m encé a buscar inform ación adecuada. Sabía que este tem a no
es objeto de estudio en sem inarios o institutos bíblicos. Pronto
descubrí que no había casetes ni, hasta donde yo sé, libros o ar­
tículos sobre el tema.
     D urante m uchos años, la transferencia de espíritus se m an­
tuvo en las som bras, haciéndose intangible y difícil de conside­
rar en form a concreta. Pero ciertas observaciones me hicieron
ver que había pruebas y hechos que debían ser estudiados. ¿Por­
qué los jóvenes rebeldes afectan en form a tan negativa a los que
son tranquilos y obedientes? ¿Por qué una persona a la que le
gusta discutir y hablar a los gritos convierte una reunión relati­
vam ente tranquila en un pandem ónium ? ¿Por qué una persona
licenciosa seduce a alguien inocente? ¿Por qué un m édico, psi­
quiatra o m inistro llega a convertir una sesión de aconsejam ien­
to en una relación adúltera? ¿Por qué hay personas inocentes,
piadosas, que son engañadas y destruidas espiritualm ente en po­
co tiem po por estar con personas que tienen otro espíritu?
     También, ¿por qué los m alvados se som eten y se vuelven
justos al responder a los que siguen a D ios? ¿Por qué un m inis­
tro puede lograr com pleta arm onía y unidad en su grupo de co­
laboradores m ientras otros fallan? Es hora de que nos
planteem os estas interesantes preguntas. Para algunos, el conte­
nido de este libro será descabellado; para otros, será la respues­
ta que han buscado durante m ucho tiem po. Para m í ha sido una
investigación fascinante y la tom a de conciencia de que el con­
tenido de este libro es sólo la punta del iceberg. Es como estar
parado al com ienzo de un bosque o a la orilla del océano: hay
todavía m ucho territorio que queda sin explorar.
      C on este fin he escrito un capítulo adicional, llam ado
 "Transferencia y contratransferencia". E se capítulo quizá sea un
poco arduo para alguien que no tenga conocim iento alguno de
psicología, pero está escrito en un lenguaje llano, que aun un
principiante podría com prenderlo rápidam ente. En él se trata el
tem a de la "transferencia" y "contratransferencia", el fenóm eno
que se produce entre un terapeuta y su paciente en el transcurso
de las sesiones de aconsejam iento.
      De la m ism a form a en que se produce la transferencia en el
ám bito psicológico y en el ám bito fisiológico (com o en las en­
ferm edades y otras anorm alidades hereditarias que se transm i­
ten por m edio de los genes paternos), así existe la transferencia
en el ám bito espiritual. El espíritu y el alm a están estrecham en­
te relacionados, y sólo la Palabra de Dios puede discernir entre
ellos. "Porque la palabra de D ios es viva y eficaz, y m ás cortan­
te que toda espada de dos filo s; y penetra hasta pa rtir el alma
y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los p e n ­
sam ientos y las intenciones del co ra zó n ” (H ebreos 4:12).
      Este libro es único, ya que com o pionero en el tema, per­
m ite com prender el fenóm eno de la transferencia de espíritus
que se produce diariam ente tanto en la iglesia com o fuera de
ella. En el penúltim o capítulo brindaré valiosa inform ación so­
bre cóm o evitar tal transferencia y. en caso de haberla sufrido,
cómo renunciar o recibir liberación, de ser necesaria.

                                          A lexander William Ness
Ejemplos de casos




C
           aso 1: Este podría ser su hijo Andrés. Andrés se ha
           criado en una fam ilia feliz, a la que le gusta trabajar
           unida. U sted tenía una buena relación con él y no exis­
tían problem as en su com unicación. Iban a la iglesia juntos. Él
respetaba sus deseos e instrucciones. Pero de un día para el otro,
según parece, algo sucedió. Q uizá haya sido en la escuela o en
el trabajo. De repente, estar con la fam ilia o ir a la iglesia se con­
vierte en algo pesado para él. Usted quiere sentarse a conversar
sobre este tema, pero él no quiere. D espués, quiere irse de su ca­
sa, hacer su vida. Si usted exam ina el problem a un poco más de
cerca, encontrará que este cam bio fue producido por alguien
que ha entrado en su vida. Invariablem ente se trata de alguna
persona de espíritu más fuerte, que su hijo respeta. D ebido a es­
te respeto y a su ignorancia del tem a de la "transferencia de es­
píritus", él se ha abierto a la influencia del espíritu de una
8      Transferencia de espíritus




persona más fuerte. Dado que el espíritu controla el alma, con
su intelecto, voluntad y em ociones, el com portam iento de la
persona cam bia casi instantáneam ente. Los padres se retuercen
las manos: "¿Qué le ha pasado a mi hijo?" Este es el problem a
que tratarem os en este libro.

      Caso 2: U na cierta fam ilia com ienza a estar descontenta y
a criticar al pastor, a los líderes y a la congregación en general.
Expresan su descontento a espaldas de los líderes. U na fam ilia
inocente, buena y fiel es invitada por la anterior a cenar o com ­
partir algunos m om entos en casa. Para tristeza del pastor, esta
nueva fam ilia absorbe el espíritu de la prim era y tam bién co­
m ienza a criticarlo y a estar descontenta. ¿Q ué sucedió?

     C aso 3: Varias personas com ienzan a asistir a un grupo de
oración. El líder del grupo no está asistiendo a ninguna iglesia
organizada. É l prefiere no som eterse a nadie, sentirse "libre",
"guiado por el Espíritu", sin necesidad de que nadie le enseñe.
El grupo, o la m ayoría de esas personas, luego de varias reunio­
nes, se vuelven tan indóciles y rebeldes com o el líder. ¿Qué ha
sucedido?

     Caso 4: Vamos un poco más profundo. El copastor de una
iglesia com ienza a sentirse descontento. No produce nada. No
quiere pagar el precio de tener un m inisterio efectivo, ni som e­
terse a la autoridad del pastor y los líderes. D ado que su espíri­
tu no es el correcto, naturalm ente em plea m étodos y actitudes
equivocadas. Se vuelve crítico, siem bra discordia y quizá hasta
quiera dividir a la iglesia. ¿Por qué algunos m iem bros se sien­
ten más afectados, m ientras que otros no?

     Caso 5: Un evangelista itinerante, (que "casualmente" es
hom osexual), visitó un grupo de oración. L a iglesia organizada
había rechazado su m inisterio, pero algunas personas pensaban
que esta decisión era injusta, así que se reunieron con él en for­
m a privada. Un joven y su esposa, que eran m uy felices pero
Alexander William Ness      9




tam bién m uy obstinados, fueron a esa reunión y dejaron que el
evangelista les im pusiera las m anos. No sintieron ningún poder
sobrenatural, ni bueno ni m alo, hasta que se dieron cuenta de
que sus relaciones sexuales se habían pervertido. El evangelista
les había transm itido ese espíritu hom osexual.

     Caso 6: En 1961, un hipnotizador estaba en Calgary, don­
de realizaba su espectáculo. H.W. pasó al frente para ser hipno­
tizado. Luego se arrepintió de este acto y pidió el perdón de
Dios. D espués de nacer de nuevo, en abril de 1979, buscó el
bautism o en el Espíritu Santo pero no lo consiguió. M ás tarde,
una pareja llena del Espíritu Santo descubrió que el culpable de
esto era un espíritu de hipnotism o, y cuando lo reprendieron,
una oscura nube se apartó de este hom bre y recibió el Espíritu
Santo con la evidencia de H echos 19:6.

      Caso 7: D.D. estuvo en A m érica latina el verano pasado, y
durante su estadía, que duró cinco m eses, fue a un cam pam ento
de jóvenes. En este cam pam ento sintió una opresión tal que oró
pidiendo al Señor que la ayudara, porque no podía com prender
por qué se sentía así. U na noche, durante una reunión, cuando
todos estaban orando, repentinam ente se oyó un grito y D.D. su­
po que era una chica poseída por un dem onio. Todos corrieron
a im ponerle las manos, lo cual fue un gran error. H abía otras
chicas allí, que tan pronto com o le im pusieron las manos, tam ­
bién fueron poseídas, com o si los dem onios se hubieran pasado
de la joven a ellas. ¡Todo com enzó con una joven y term inaron
siendo cinco! Inm ediatam ente reunieron al resto de las personas
y les dijeron que salieran de allí. Las cinco jóvenes se calm aron,
pero al día siguiente com enzaron a gritar de nuevo. El pastor
que estaba m inistrando en el cam pam ento estaba echando fuera
(o tratando de echar fuera) los dem onios. D.D. salió del cam pa­
m ento y buscó el teléfono m ás próxim o para llam ar a su padre,
que tam bién es pastor. Cuando le explicó la situación, su padre
le dijo: "D., haz que separen a las jóvenes de los m uchachos lo
antes posible, y que nadie que no tenga experiencia les im pon­
10     Transferencia de espíritus




ga las manos. Esas jóvenes han sido poseídas por dem onios de
lujuria". D.D. pronto notó que sólo las jóvenes habían sido po­
seídas, no los m uchachos. Volvió al cam pam ento y contó lo que
su padre le había dicho. Siguieron sus instrucciones y todas las
jóvenes se calm aron instantáneam ente. Su padre fue al cam pa­
m ento con sus colaboradores y echaron fuera todos los dem o­
nios en cuestión de segundos.

      Caso 8: U n hipnotizador fue invitado a una clase en una
universidad privada en San D iego, California. Era una clase que
duraba tres horas. El hipnotizador hipnotizó a la m ayoría de los
alum nos. Luego trajo dos videos. En uno se veía a una m ujer y
en el otro a un joven que sufría de esquizofrenia. El hipnotiza­
dor dijo que el m iedo era una energía que trata de invadir nues­
tras vidas. Luego dijo que iba a llam ar som bra a este m iedo. En
el video, m ientras él le hablaba a la m ujer que estaba hipnotiza­
da, una voz que partía de ella le preguntó: "¿Has venido a des­
truirm e?" E l hipnotizador dijo que la voz era el miedo (sombra).
Le habló m uy suavem ente y le preguntó si estaba cansada de es­
tar tan lejos de esa m ujer y si quería unirse a ella. La som bra di­
jo que sí. Entonces el hipnotizador le dijo a los alum nos de la
clase que él iba a celebrar un m atrim onio entre la m ujer y la
som bra de m iedo. El Señor no perm itió que esta joven se que­
dara a ver cóm o se celebraba el matrim onio. El Señor le pregun­
tó quién tiene la autoridad para celebrar m atrim onios, y la joven
respondió: "Los jueces y los m inistros". Satanás tam bién tiene
sus ministros.

     C aso 9: Se trata de un jo v en cristiano que nunca pudo
separarse de su m adre y unirse verdaderam ente con su esposa.
La m adre era cristiana, una m ujer m uy buena, pero controlaba
tanto a su esposo com o a su hijo. D espués de tom ar autoridad
sobre una ligadura de alm a umbilical, el hijo fue liberado y pudo
llegar a ser uno con su esposa en espíritu, cuerpo y alma, como
la Palabra lo ordena.
Alexander William Ness      1
                                                                1




     Caso 10: Una noche, un pastor de Atlanta y su esposa fue­
ron a la iglesia y dejaron a su hijo de nueve años en su casa, mi­
rando la televisión. El niño comenzó a ver una película de terror.
Fascinado por lo que veía, atrapado por la pantalla, fue domina­
do por espíritus malignos. Cuando sus padres volvieron, lo en­
contraron en el suelo, sacudiéndose, dando vueltas, con los ojos
en blanco y echando espuma por la boca. Inmediatamente com­
prendieron que el problema era demoníaco, tomaron autoridad
y echaron fuera los demonios del niño. Fue necesario algún
tiempo de oración y de utilizar el poder de abogado de Jesu­
cristo para lograr la completa liberación o, en otras palabras,
la sanidad del niño.

      Caso 11: En un canal de la zona céntrica de Toronto se es­
taba emitiendo por televisión un programa cristiano. El invitado
estaba hablando de liberación de poderes demoníacos y sobre su
propia experiencia. Entonces, el conductor del programa miró
hacia la cámara y señalando a la lente, ordenó a todos los espí­
ritus malignos que salieran de las personas que estaban miran­
do el programa. Cuando lo hizo, en Scarborough, al este de
Toronto, una mujer que lo estaba mirando cayó al suelo y co­
menzó a gritar, patear y manifestarse. Nos trajeron a esta mujer
a Downsview para que hiciéramos liberación. Lo que nos sor­
prendió fue que los demonios se manifestaron como resultado
de alguien que habló y se dirigió a ellos por televisión, lo cual
demuestra que la transferencia puede producirse vía televisión o
películas.

     Otros casos: Tenemos muchas referencias de jóvenes que
actúan en forma extraña o caen en medio de convulsiones demo­
níacas durante los recitales de rock. Muchos intérpretes realizan
sus recitales y grabaciones bajo la influencia de drogas, así que
¿qué otra cosa puede esperarse de quienes los están mirando y
escuchando y entran en el mismo espíritu? La transferencia de
espíritus puede producirse en las amas de casa que miran una
novela, o aquellos que miran programas o revistas pornográfi­
12     Transferencia de espíritus




cas. Un sinfín de problemas se originan en estos ambientes.

      Todos hemos visto cómo se produce este fenómeno en igle­
sias, hogares y en la sociedad toda. Sucede en lo político, en lo
social, pero su origen es espiritual. Escribo este libro para ayu­
dar a los creyentes que están en el ámbito espiritual, a quienes
están en el movimiento carismático, expuestos a todas clases de
espíritus, espíritus que se acercan como "ángeles de luz" pero
son destructivos y perturbadores. En las siguientes páginas tra­
taremos el tema bíblica y prácticamente.
El hombre natural no comprende




             orque ¿quién de los hombres sabe las cosas del
             hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
             A sí tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino
el Espíritu de Dios.
     Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios
nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hom­
bre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente" (1 Corintios 2:11-14).
     Es muy evidente que el hombre natural no comprende las
cosas de Dios. Por consiguiente, este mismo hombre no com­
prende las cosas de Satanás. Dado que el hombre espiritual
14     Transferencia de espíritus




comprende las cosas del Espíritu de Dios, también debería com­
prender las cosas del espíritu del demonio. Pero... aquí está el
problema. Aunque muchos han recibido instrucción sobre las
cosas del Espíritu Santo, pocos han sido instruidos en las cosas
del espíritu inmundo.
     Pocos seminarios o institutos bíblicos tienen cursos sobre
el demonio o demoniología. ¿Cuántas veces escuchó usted a
una persona que haya ido a la iglesia a dar un sermón sobre los
ángeles caídos y sus actividades? De alguna forma, pensamos,
como la ostra del cuento, que si cerramos nuestros ojos y nues­
tro entendimiento a su presencia, el enemigo se irá. Aun los cris­
tianos llenos del Espíritu harán un comentario tan poco sabio
como: "Mientras haya dos tercios de ángeles buenos alrededor,
no tengo por qué preocuparme por el tercio restante de ángeles
caídos", o "Yo le dedico todo mi tiempo y mis pensamientos al
Señor. No tengo tiempo ni interés para las obras de Satanás".
     Ahora bien, ese tipo de afirmaciones pueden sonar muy
buenas, honorables y espirituales, pero lamentablemente son
poco realistas. Afortunadamente, hay personas espirituales que
están preocupadas por el Señor, comprometidas y en constante
comunión con Él, que se han colocado toda la armadura, porque
se dan cuenta de que hay un enemigo que está buscando destruir
a los hijos de Dios.
     Trabajar con el mundo espiritual generalmente no nos hace
ganar respeto o compañerismo, ni siquiera de parte de los demás
ministros. En cambio, quizá ellos sean los primeros en fruncir el
ceño o deslizar algún comentario poco favorable sobre un her­
mano que se atreve a exponer al enemigo. No lo hacen necesa­
riamente porque estén a favor del enemigo, sino porque no
comprenden lo serio que es el tema y la habilidad y las artima­
ñas del adversario.
     Esto no solo sucede en el mundo espiritual, sino también en
el ámbito de la tecnología. ¡Cuánto se burlaron de los invento­
res del teléfono o la electricidad...! se mofaron de ellos llamán­
dolos "soñadores"; sus seres queridos los rechazaron; otros
publicaron que eran unos tontos. Esto les sucede tanto a los ex­
Alexander William Ness     15




ploradores, como a los médicos, los ecologistas, los religiosos o
los científicos.
      Pensemos en la angustia de Luis Pasteur en su investiga­
ción de los microbios y en su ansiedad por demostrar la peligro­
 sidad de los gérmenes. Sólo después de que Anton van
Leeuwenhoek inventó el primer microscopio pudo Pasteur ver
esos pequeños gérmenes. Los científicos Spallanzani y Swan
decían que eran demasiado pequeños e insignificantes como pa­
ra afectar a la humanidad, que era un tema sin importancia que
no merecía la investigación y el interés de mentes inteligentes.
Es claro el paralelismo con la actitud de los teólogos hacia la
existencia y el obrar del mundo demoníaco. El profesor Balard
le preguntó un día a Pasteur: "¿Qué es lo que está estudiando
con tanto interés?" Su respuesta fue: "Organismos vivos, o gér­
menes". Para esta época, Pasteur ya había resuelto el enigma de
Mitscherlich, que había dejado atónitos a todos los mejores
científicos. Dado que ahora tenía renombre mundial, algunos se
atrevieron a escucharlo.
      Pasteur estaba convencido de que la fermentación se debía
a la obra de algunos gérmenes especiales; que un determinado
germen hacía que la leche se volviera ácida y produjera ácido
láctico: que otro germen producía el ácido acético, y otro pro­
ducía ácido úrico. Balard replicó: "Hijo mío, tienes la extraña
capacidad de inventar las teorías más increíbles sin ningún fun­
damento. Esta teoría tuya hará que te metas en problemas. Los
científicos te ridiculizarán y te pedirán explicaciones. Ellos
creen que esos gérmenes microscópicos, a los que les das tanta
importancia no tienen ningún valor". La respuesta de Pasteur fue
breve: "Estoy listo". Y probó que los organismos microscópicos
eran producidos por otros organismos vivos microscópicos. Es­
taba convencido de que si un área era estéril y estaba libre de
cualquier microorganismo vivo, ninguno se produciría espontá­
neamente. Esto condujo a la teoría de que si estos microorganis­
mos podían ser destruidos por el calor, los alimentos estarían
libres de gérmenes. El proceso se llamó "pasteurización", y tan­
to la ciencia médica como nosotros nos beneficiamos con él.
16     Transferencia de espíritus




      Pasteur estaba plenamente comprometido con su batalla
contra la enfermedad, cuando, siendo aún joven, sufrió un ata­
que que le provocó la pérdida del habla y el control de sus mús­
culos. Tan pronto como recuperó suficientes fuerzas, comenzó a
trabajar nuevamente. La pérdida de su pequeña hija le dio
una razón para com prom eterse hasta la muerte. Pronto esta­
ría expuesto al mayor ridículo, pero también a los más grandes
descubrimientos. Cuando estudiaba los hábitos del germen del
cólera, de día y de noche, no descansó hasta que descubrió una
vacuna. Los médicos y los veterinarios lo acusaron de meterse
en terrenos que no conocía. Pasteur siguió trabajando hasta que
elaboró la vacuna para el ántrax, que mataba miles de animales
de ganado vacuno y ovino. Francia le otorgó muchos honores,
incluso la Gran Cruz de la Legión de Honor. Hoy en día todos
nos beneficiamos con los resultados de los estudios y los descu­
brimientos del profesor Luis Pasteur. Pero él tuvo que pagar el
precio. Hoy, sus descubrimientos son hechos científicos.
      Por lo tanto, es tonto que yo trate de probar la realidad de
la transferencia de espíritus a quien no está vivo y alerta espiri­
tualmente. A menos que tenga el Espíritu de Cristo que habite
en él, no podrá comprender el tema. Aun un cristiano nacido de
nuevo, lleno del Espíritu, tendrá que pedirle en oración al Espí­
ritu Santo que le dé apertura y comprensión. El enemigo hará
todo lo posible para que esta verdad no llegue a los creyentes,
porque es un arma que él utiliza muy efectivamente para causar
desorden, confusión y destrucción en las filas de los hijos de
Dios.
      Si el enemigo, en lo natural, tuviera un arma con la que pu­
diera convertir la oposición en sumisión, confusión, rebelión y
rendición, haría todo lo que estuviera a su alcance para prote­
gerla para que nadie la descubriera.
      Quisiera que usted reflexionara en el hecho de que el ene­
migo hace precisamente eso por medio del arma que es la tran-
ferencia de espíritus. Vez tras vez ha causado divisiones para lo
que utiliza fuertes ataduras personales en las organizaciones y
entre quienes no pertenecen a organización alguna. Ha utilizado
Alexander William Ness     17




el espíritu de rebelión para provocar divisiones, fragmentacio­
nes, cultos y doctrinas, y desorden en las filas del pueblo de
Dios. Las personas dominantes han puesto su espíritu sobre los
de las personas sumisas y las han llevado cautivas a una matan­
za espiritual.
     Trate de hacerlos reaccionar ante el peligro que sufren, y se
encontrará que habla ante un par de ojos fijos, como si fueran
víctimas de un estado hipnótico, que sólo aceptan la guía de su
agresor. He tratado de razonar con personas en esta situación y
sólo pude ver que su raciocinio en esta área estaba tan plagado
de prejuicios que se hacía imposible reflexionar. Algunas veces
me he preguntado si no habían cedido a esa oscuridad porque
permitieron que la luz que había en ellos se convirtiera en tinie­
blas. Hace algún tiempo hubiera desesperado, pero en los últi­
mos años he descubierto que el siervo de Dios tiene un remedio,
y que tiene el derecho y la autoridad para "atar y desatar" en el
mundo espiritual, "...y todo lo que atares en la tierra será ata­
do en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desa­
tado en los cielos" (Mateo 16:19).
     Ahora bien, si alguien que alguna vez tuvo luz pudo caer en
tal oscuridad espiritual que ya no puede ver lo que le ha sucedi­
do, ¿qué queda para la persona que jam ás ha tenido luz? En los
capítulos siguientes, mostraré lo que Dios nos ofrece para im­
partir un buen espíritu de una persona a otra, y veremos cómo
espíritus malignos o errados pueden tranferirse de una persona
a otra. Quisiera hacer una distinción entre espíritus "malignos"
y "errados". Sabemos que el "Espíritu del Señor" puede venir
sobre una persona. Es un acto directo, soberano, de Dios. Un
creyente puede poseer el Espíritu Santo e impartir un buen espí­
ritu a otro u otros. Este podría ser su propio espíritu, que puede
no ser malo. Pero también está el "espíritu maligno" que puede
venir sobre una persona. Este es un acto directo y soberano de
Satanás. Esto no puede sucederle a creyentes que habitan bajo
el abrigo de la sangre de Cristo. Pero hay un área donde los cre­
yentes pueden ser atacados, aunque no poseídos, de la que ha­
blaremos más tarde.
18     Transferencia de espíritus




     Una persona puede estar bajo el control o aun la posesión
de espíritus malignos e impartir estos espíritus a otra u otras.
También, una persona puede impartir su propio espíritu a otros,
sin que necesariamente sea un espíritu "maligno". Estas áreas
requieren de un estudio más profundo que efectuaremos en
otros capítulos.
     Pero volvamos al tema original de este capítulo. Dado que
trato un tema no sólo controversial sino sobre el cual hay poco
o nada escrito (aunque sí hay mucho en la Biblia), debo hacer
todo el esfuerzo necesario para enfatizar que el hombre natural
no comprenderá la "transferencia de espíritus".
     El hombre natural, o quizá mejor conocido como el hom­
bre psicológico, no comprenderá las cosas del Espíritu porque
para obtener conocimiento depende de sus cinco sentidos: vista,
audición, olfato, gusto y tacto. No es necesario elaborar compli­
cadas teorías para demostrar el hecho de que este hombre acep­
ta (aunque no las comprenda) las cosas de este mundo que no
puede probar, pero no hará lo mismo con las cosas del mundo
espiritual. El hombre espiritual, por el contrario, descubre que
las cosas que no ve son más tangibles que las que sí ve.
      "...no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que
no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las
cosas que no se ven son eternas" (2 Corintios 4:18).
     Ahora bien, si yo quisiera hacerle conocer a una persona un
hermoso jardín de flores, apelaría a sus sentidos. Le diría: "Ven
conmigo, mira estas hermosas rosas, toca los pétalos aterciope­
lados, inclínate y llena tus pulmones de su maravilloso perfu­
me". La respuesta, por supuesto, sería: "Son hermosas, y su
perfume es suave". Pero si quiero que alguien pueda comprobar
la belleza del mundo del Espíritu de Dios y los horrores del
mundo espiritual de Satanás, debo apelar a aquellos que operan
con un sexto sentido: el ser espiritual.
     Observemos que una persona nacida de nuevo y llena del
Espíritu Santo se comunica con Dios en este ámbito.
     "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que
somos hijos de Dios" (Romanos 8:16).
Alexander William Ness      19




      De la misma forma que el hijo de Dios se comunica en el
ámbito espiritual con Dios, así el siervo de Satanás se comuni­
ca en el ámbito espiritual con su dios. El espiritismo, la necro-
mancia y las demás formas de comunicación con lo oculto son
reales. Es cierto que los hijos de Satanás prefieren esos espíri­
tus. Confirmaremos esta temible realidad más adelante.
      El hecho es que el hombre natural, no regenerado, el hom­
bre dual, psíquico y físico, que obra sólo por medio de sus cin­
co sentidos del cuerpo, no puede comprender las cosas que son
del Espíritu de Dios. Debo llegar a la siguiente conclusión: que
el hombre nacido de nuevo que no "anda en el Espíritu", sino
que sólo se ocupa de las cosas naturales, no puede discernir las
cosas del Espíritu. Los temas tales como la "transferencia de es­
píritus" le parecen tonterías, y la posibilidad de la posesión de­
moníaca, una verdadera insensatez. En realidad, algunos
cristianos hasta encuentran difícil creer en los ángeles. Un cris­
tiano dijo: "¿Ha visto usted algún ángel? A menos que vea a uno
con mis propios ojos, no creeré". Pero la Palabra de Dios regis­
tra vez tras vez la existencia, apariencia, palabras y obras reali­
zadas por ángeles. En otros capítulos lo estudiaremos.
      Pero, ¿por qué somos tan lentos para aceptar algo tan real?
La realidad del mundo espiritual está documentada por la Escri­
tura y la experiencia. La transferencia de espíritus, buenos o ma­
los, está también documentada por la Biblia y la experiencia.
Veámoslo.
Transferencia de un buen espíritu




        l espíritu que estaba en Moisés fue transferido a los se­

E       tenta ancianos:

         "Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varo­
nes de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del
pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo
de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré
allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en
ellos; y llevarán la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo"
(Números 11:16-17).
     Esta gran unción que estaba sobre Moisés fue derramada
sobre los setenta, y ellos profetizaron. El Espíritu vino del Se­
ñor sobre Moisés. Y de Moisés, el Señor tomó el espíritu que es­
taba en él, y se lo dio a los setenta ancianos. Si iban a tener un
mismo pensamiento, deberían tener un mismo espíritu. Los
hombres que trabajarían con Moisés debían tener su espíritu.
22     Transferencia de espíritus




Cuando esto no sucede, encontramos discordia, división y sepa­
ración. Esto se hace visible cuando los copastores, líderes de jó ­
venes o ancianos tienen espíritus contrarios.
      Una clave del éxito del apóstol Pablo fue que Timoteo y
Tito y otros colaboradores suyos eran del mismo espíritu que
Pablo. Habían sido criados por él, inspirados por él. Andaban en
su espíritu, fieles a él y sus caminos. Por consiguiente, había
armonía, buena voluntad y éxito.
      Donde existe un pastor que busca ayuda de afuera, hay un
gran peligro de fracaso. El colaborador que llega, sea líder juve­
nil, anciano, director del coro o lo que sea, viene con "otro es­
píritu". Muy pocos pueden despojarse de este "otro espíritu" y
en la mayoría de los casos ni siquiera saben que están bajo su
guía. (Usted dirá: "¿Existe eso realmente?" Más tarde le proba­
ré que sí.)
      Puede llegar con el espíritu de quien lo llevó al Señor, o de
su anterior pastor o colaborador, que no necesariamente es ma­
lo, pero quizá no esté en armonía con el que lo recibe. Alguien
puede decir: "Pero el Espíritu de Dios está en todos, y por eso
no debería haber ninguna división". ¡Totalmente de acuerdo!
Pero dígame... ¿por qué hay divisiones, desacuerdos y separa­
ciones? La respuesta es muy simple. No era el mismo Espíritu
el que estaba en el pastor Moisés y el resto de los ancianos. El
Espíritu que estaba en Moisés y luego en los setenta, los hizo te­
ner un mismo pensamiento.
      Había sumisión.
      Aceptaron la autoridad.
      Trabajaron para el beneficio de todos.
      No formaron grupos.
      Apoyaron a Moisés todos los días de su vida.
     Examinemos las iglesias y organizaciones religiosas de la
época actual y veremos esta verdad en funcionamiento... o no.
Las iglesias fuertes, cuyas membresías llegan a miles de perso­
nas, tienen copastores, diáconos, directores de coro, maestros de
escuela dominical que respetan, admiran, se someten y casi imi­
tan a su pastor. Tienen un espíritu, una visión, una carga, una de­
Alexander William Ness      23




terminación. Hay crecimiento, fortaleza, felicidad, logros.
Cuando llega un colaborador orgulloso, con otra visión y otro
espíritu, pronto se produce un desorden de los seguidores que
lleva a lealtades divididas y destinos separados.
      Hoy se habla mucho en el cuerpo de Cristo del gobierno
pluralista, de la "igualdad en el liderazgo", de la democracia bí­
blica. Jamás he descubierto en la Biblia una democracia sancio­
nada por Dios. Cada vez que los hijos de Israel eligieron la
democracia, ya fuera fomentada por María y Aarón o Coré, Da-
tán y Abiram, siempre trajeron sobre ellos el juicio de Dios. La
séptima iglesia del Apocalipsis, Laodicea, que significa "gobier­
no del pueblo" o de la multitud, fue condenada por el Señor. El
gobierno de Dios es la teocracia.
      La iglesia del Nuevo Testamento dio origen al ministerio
apostólico de Pablo, pero lo vemos constantemente a la cabeza
de cada iglesia que fuera iniciada por su ministerio. Aunque se
ordenaban ancianos que tenían responsabilidades pastorales en
la iglesia, siempre lo hacían en sumisión a su autoridad apostó­
lica. Ya entre los primeros discípulos, Jacobo declara qué posi­
ción debían tomar en un importante tema doctrinal:
      "Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que
se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de
las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado
y de sangre" (Hechos 15:19-20).
      Es bíblico que los hermanos compartan y guíen, pero ¡po­
bre del grupo de ancianos, diáconos o colaboradores que no ten­
gan un líder ungido por Dios que pueda decir: "Este es el
camino, esta es la verdad; andaremos en ella"!
      El Espíritu que estaba sobre Moisés fue puesto en los se­
tenta. Ahora que iban a colaborar con él. necesitaban el mismo
Espíritu que él tenía. No estaban haciéndose cargo de su res­
ponsabilidad; ayudaban y brindaban cuidados pastorales al pue­
blo en el espíritu de Moisés.
      Si una iglesia tiene un líder en el que habita el Espíritu San­
to, y colaboradores, líderes que reconocen este hecho y reciben
de ese Espíritu, veremos fortaleza, crecimiento y armonía, de
24     Transferencia de espíritus




forma que las fuerzas del enemigo no podrán penetrar allí. Los
ancianos que trabajan con las familias traerán paz, unidad, coo­
peración y fidelidad al pueblo. El director de la escuela domini­
cal podrá impartir este espíritu a los maestros, y ellos a los
alumnos. El líder de jóvenes lo impartirá a la juventud. Pero si
una persona que tiene "otro espíritu" rompe esta cadena de leal­
tad, pronto se producirán grandes destrozos. Alguien dijo que
una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones. Así
que el espíritu de unidad y lealtad sólo es fuerte hasta que uno
de los eslabones tenga un espíritu contrario. El gran peligro es
que el espíritu contrario puede afectar a los eslabones contiguos
a menos que se lo reconozca y se trabaje con él. Una y otra vez
he visto suceder esto en iglesias y organizaciones en las que un
espíritu contrario socava el reino de Dios.
     Algunos ejemplos:

     Caso 1: Mi padre era pastor de una iglesia evangélica. Un
día, dos evangelistas y maestros itinerantes llegaron a la iglesia
con "nueva luz" y "enseñanzas más profundas". Luego de con­
sultar con varios ancianos, les permitieron que entraran a la igle­
sia. Enseñaron, cantaron y trajeron lo que parecía ser un
avivamiento a la iglesia. Mi padre, turbado en su espíritu, les ex­
presó su preocupación a otros ancianos, pero ellos no tomaron
en cuenta sus palabras, y las reuniones siguieron durante dos
meses. Las reuniones de oración duraban toda la noche y causa­
ban trastornos de salud a los hermanos. Más tarde se supo que
estos dos hombres eran culpables de actos de inmoralidad, por
lo cual huyeron del país, pero su espíritu permaneció y produ­
jo una división irreconciliable en la iglesia, que jam ás pudo re­
cuperarse.

     Caso 2: La iglesia donde asiste mi suegra tenía un pastor
que era bueno como maestro pero no para la tarea pastoral. De­
bía dejar la iglesia. Un anciano se propuso hacer que el pastor
saliera. Habló mucho con otro anciano, le transfirió su espíritu
de descontento y juntos se pusieron a contagiar ese espíritu. Vi­
Alexander William Ness     25




sitaron a los miembros de la iglesia, les impartieron su espíritu,
y consiguieron que firmaran una petición para echar al pastor.
Cuando llegaron a la casa de mi suegra y comenzaron su tarea,
ella reconoció el espíritu que estaban impartiendo y lo resistió.
Cuando le mostraron la petición para que la firmara, justam en­
te indignada, la tomó y la rompió en pedazos. Luego reprendió
ese espíritu con autoridad dada por Dios. Como consecuencia,
surgió el desafío de orar por el tema y permanecer firmes. Así lo
hicieron, y dos meses después el pastor recibió una propuesta
para enseñar en un instituto, la cual aceptó. La congregación se
salvó de los tormentos de la división porque una persona se ne­
gó a aceptar un espíritu que no era de Dios.

      Caso 3: Un pastor tenía una iglesia feliz y pujante que cre­
cía hasta desbordar. Los colaboradores trabajaban en armonía.
La iglesia tenía obras misioneras, publicaciones, un instituto bí­
blico, un ministerio televisivo; era la envidia de toda la ciudad.
Durante uno de los seminarios que se dictaban allí, vino un
maestro con un espíritu y una doctrina contrarios. Para no tener
problemas, el pastor le permitió subir al pulpito. El pastor actuó
en forma poco sabia; pero dado que este maestro había sido re­
comendado por un anciano de la iglesia, pensó que sería mejor
tratar de calmar la tormenta que se avecinaba. En el breve tiem­
po que ese maestro estuvo en la iglesia, les impartió su espíritu
a los colaboradores y líderes de la misma. La primera reunión
de líderes después de esos días fue un caos. Los líderes estaban
de lado del extraño. En los días siguientes, los líderes y ancia­
nos renunciaron a sus puestos. Algunos de los que se fueron lle­
varon ese mismo espíritu y todas las familias que se reúnen con
ellos lo captan también. Si las personas comprendieran lo que es
la transferencia de espíritus, evitarían ese peligro. Cada persona
que rechaza esa posibilidad, pronto se convierte en víctima. Sur­
ge la pregunta: ¿Por qué estas personas no reconocen ese espí­
ritu y se apartan?
      La respuesta es simple, y al mismo tiempo no lo es. Si es­
te maestro hubiera llegado como un "león rugiente", habría sido
26     Transferencia de espíritus




fácil de detectar. Si su enseñanza hubiera sido totalmente liberal
o una total desviación de la verdad reconocida, habría sido fácil
de detectar. Pero dado que su sonrisa y su mensaje proyectaban
verdad, era difícil ver el fruto de ese ministerio. El fruto tarda en
madurar. Los resultados no siempre se ven en un día, una sema­
na o un mes. Reflexionemos un año más tarde y veremos las
"bajas" que ha causado ese ministerio. Entonces no se necesita­
rá tanto poder de discernimiento. Un espíritu puede transferirse
desde el pulpito, pero seguramente hay más oportunidad de que
suceda en una relación de persona a persona. Si usted se da
cuenta de que ha sido afectado por un espíritu así, hay sólo una
solución: rechácelo totalmente en el nombre de Jesús. Recobre
el territorio que ha rendido a ese espíritu en el nombre de Jesús.
Al final de este libro encontrará más información sobre cómo
obtener liberación.
4

           Transferencia de un mal espíritu




          úmeros 13:26-33; 14:1-2

N          Los creyentes seguramente ya conocen la siguiente
historia. De todos modos, recordemos brevemente el incidente.
      Los israelitas estaban en Cades-Barnea, junto al Jordán,
miraban hacia Canaán. Habían recibido instrucciones de elegir
un hombre de cada una de las doce tribus y enviarlos a espiar la
tierra. Estos hombres eran capitanes de miles, principales de las
tribus, y considerados líderes de Israel. Entre los doce, y en úl­
tima instancia, entre los diez, había uno de personalidad muy in­
teresante, que contagió un mal espíritu al pueblo. Su nombre era
Setur (Números 13:13). Setur, del hebreo sathar, significa "es­
conder o mantener en secreto". Su valor numérico es 666. No
sugiero que tenga alguna relación con el 666 de Apocalipsis 13,
pero el espíritu está ahí.
28     Transferencia de espíritus




     Alguno de los diez persuadió a los líderes de que trajeran
un informe lleno de temor a los hijos de Israel. Tengo mis sos­
pechas. Ahora veamos: El hombre natural viene como "ángel
de luz".

     (a) "Llegamos a la tierra a la que nos enviaste." Sí, está ahí.
     (b) "Ciertamente fluye leche y m iel."
     (c) "Este es el fruto de ella." Dos hombres llevaban un ra­
cimo de uvas, que se sabe que pesaba entre 12 y 23 kilos. (Ha­
ce poco, cuando viajamos a Israel, vimos palos con racimos de
uvas. Aún hoy se ven esas uvas que son grandes como ciruelas.)

     Pero aquí están los puntos negativos:
     Pero:
     (a) "El pueblo que habita aquella tierra es fuerte."
     (b) "Las ciudades muy grandes y fortificadas."
     (c) "Vimos allí gigantes... y éramos nosotros... como lan­
gostas. "

      Primero llegaron como "ángeles de luz". La Palabra de
Dios y la de Moisés eran ciertas. La tierra, la leche, la miel y las
frutas estaban allí. Pero Caleb tenía otro espíritu. Se puso de pie
de un salto, hizo callar a los hombres, y dijo: "Subamos luego,
y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que
ellos" (v. 30). Caleb tenía un espíritu diferente del de los diez.
En Números 14:24, Dios dijo:
      "Pero a mi sie rvo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíri­
tu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde en­
tró, y su descendencia la tendrá en posesión."
      Aquí vemos dos espíritus que quieren captar a las personas.
Uno era contrario al otro. Uno es el espíritu de incredulidad ves­
tido de ropajes de espíritu práctico. "Lo vimos, es cierto, es
grandioso... pero no podemos". El enemigo nunca llega a los hi­
jos de Dios como león rugiente. ¿Lo ha oído últimamente? "El
pastor trabaja tanto... Ha hecho grandes cosas, pero..." y se
siembran las preguntas y las dudas. "Esa hermana es una gran
Alexander William Ness     29




mujer de oración, y tiene un gran corazón, pero..."
    Veamos ahora cómo Josué y Caleb actuaron en fe:

     (a) "Más podremos nosotros que ellos."
     (b) "Jehová... nos llevará a esta tierra."
     (c) "Nos la entregará."
     (d) "Nosotros los comeremos como p a n ."
     (e) "Su amparo se ha apartado de ellos."
     (f) "No los temáis." (v. 30; 14:7-9).

      La pregunta es: ¿quién ganará? El pueblo, ¿les creerá a los
diez espías que dieron informes negativos-positivos? El enemi­
go siempre usa lo positivo para abrir la puerta de nuestro espíri­
tu y luego coloca allí dudas, temor, orgullo y ambición. ¿O les
creerán a Josué y Caleb, que tenían "otro espíritu" que el de los
diez? Bueno, por supuesto, el relato es claro. Siguieron el espí­
ritu y el consejo de los diez. ¿Por qué?
      Sugiero varias razones:

     (1) Existe la tendencia de seguir la decisión de la mayoría.
Las juntas de las iglesias, de las denominaciones o grupos que
forman asambleas, tienen la tendencia de aceptar la voluntad de
la mayoría como voluntad de Dios. Pero no existen muchos re­
latos de la Biblia en que la decisión de la mayoría fuera correc­
ta. Naturalmente, esto sería válido si la mayoría anduviera y
actuara en el Espíritu de Dios.

    (2) Trajeron un mensaje negativo. Los seres humanos tene­
mos la tendencia a creer los mensajes negativos. "El hermano
Smith lideró un gran avivamiento en Europa", o "el hermano
Smith fue hallado culpable de adulterio". ¿Qué mensaje se di­
fundiría más rápido?

    (3) El pueblo era de hombres de gran estatura, gigantes. "Si
aceptamos el informe positivo, van a llamarnos a la batalla. Si
aceptamos el informe de la mayoría, no tendremos que hacer
30     Transferencia de espíritus




nada. Sólo queremos quedamos aquí, contentos con el estado en
que están las cosas. Después de todo, nosotros enviamos a esos
hombres, y ellos son los enviados reales, así que debemos aceptar
su informe y actuar en consecuencia." Ya tenían pensado que al
aceptar el informe de la mayoría estarían justificados y libres de
obligaciones.

     La verdad del asunto, como lo señala este relato, era que
estaban bajo el espíritu de los diez, y se convirtieron en presas
fáciles de un espíritu satánico de incredulidad y temor. Dios
mismo ratifica esta situación, cuando declara que Caleb y Josué
eran "de otro espíritu" que el de los diez.
     Aunque les pareció razonable y fácil seguir el informe de
los diez, porque dejaron que su espíritu los controlara, todos pe­
recieron en el desierto. Los niños y jóvenes menores de veinte
años salvaron sus vidas porque siguieron el ejemplo de sus pa­
dres. Josué se reunió con la nueva generación, y escuchó el in­
forme de los dos espías:
      "Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en
nuestras manos; y también todos los moradores del país desma­
yan delante de nosotros" (Josué 2:24).
     Ellos recibieron el espíritu de fe y coraje. ¿El resultado?
Entraron victoriosos en la tierra que el Señor les había prometido.
     Esto sigue siendo cierto en la actualidad. Un pastor, atrapa­
do por la fe y una visión para su ciudad, nación o mundo, la co­
munica a otros, y pronto muchos más se unen a él en la tarea.
Las cosas funcionan. Pero al enemigo esto no le gusta, por lo
que trata de plantar obstáculos, ya sea en el equipo de colabora­
dores o en la congregación.
     En la misma ciudad hay otro pastor que tiene poco o nada
de visión. Está contento con tener unos pocos con los que pue­
da tener comunión. Todo está bien mientras llegue el dinero ne­
cesario para pagar las cuentas, mientras pueda tomarse días
libres, pasar todo el tiempo posible con su familia y amigos y
mantenga un nivel aceptable en lo que concierne a él y a sus
amigos. Mientras tanto, la comunidad, la ciudad y la nación se
Alexander William Ness     31




van a una eternidad sin Cristo y no hay ningún sonido de trom­
peta que llame a la batalla.
      Cuando construimos el Centro Cristiano escribimos en la
piedra fundamental: "Armería de nuestro Señor Jesucristo".
Aquí los soldados vienen a entrenarse para batallar y ganar vic­
torias para nuestro Señor. El territorio enemigo debe ser con­
quistado y debe establecerse el reino de Dios. Que siempre sea
así, hasta que Jesús regrese.
      Si no tenemos cuidado, podemos adoptar el espíritu de las
personas con las que compartimos. Si su espíritu es el correcto,
su visión, su carga y su fe son inspiradas por Dios, en otras pa­
labras, si su espíritu es de Dios, es bueno estar en compañía de
ellas. Esto puede aplicarse a una reunión de creyentes, una fa­
milia o un individuo.
      Si su espíritu es contrario a lo que mencionamos, y usted
absorbe ese espíritu, está en problemas. Nuevamente lo digo:
debemos ser cuidadosos en discernir estos espíritus. El enemigo
no siempre viene como león rugiente. La mayoría de nosotros lo
reconocería inmediatamente. Los diez espías empezaron dicien­
do: "Es una buena tierra... fluye leche y miel... aquí están las
uvas de Escol". Luego siguió lo negativo: "Ellos son gigantes,
nosotros somos langostas. Sus ciudades están amuralladas y por
lo tanto son impenetrables". Ellos impartieron un espíritu de te­
mor y de incredulidad a la multitud.
     El enemigo trabaja con el mismo principio hoy. Hace que
sus siervos usen la Biblia y el nombre de Jesús en su ministerio,
y el creyente común se confunde. Las sectas falsas usan invaria­
blemente la Biblia, y hacen referencia a Dios, a Jesús y al Espí­
ritu Santo. Los frutos de los maestros pueden no existir, pero
nos ciegan sus obras. Jesús nos enseñó que: "Por sus frutos los
conoceréis" (Mateo 7:16).
     Demos una ilustración: Un hombre causó una división
completa en una iglesia. Había algunos problemas reales en esa
congregación, que podrían haberse superado con un ministerio
de reconciliación y restauración. Luego, este hombre fue a otras
iglesias, pero no pudo compatibilizar con ningún pastor. Final­
32     Transferencia de espíritus




mente se quedó en una iglesia porque estaba de acuerdo con el
pastor en el tema de liberación. Esta relación duró poco. Co­
menzó a asistir a una iglesia en la otra punta de la ciudad y en
menos de seis meses creó su propio grupo en una sesión de li­
beración casera. Esto lo llevó a cortar la relación con su iglesia
y establecer un centro de liberación de tiempo completo. Desde
entonces, varias personas me han pedido que ministre a algunos
que habían ido a vivir a ese centro en busca de ayuda, pero que
sólo lograron salir más confundidos y atormentados.
     En ese "centro de liberación", leían la Biblia, usaban el
nombre de Jesús e intentaban echar fuera demonios, oraban,
cantaban y, a su manera, adoraban. Un día vino a verme una se­
ñora que había estado en ese centro. Apenas entró me di cuenta
de que estaba muy mal. No podía estar sentada tranquila. Se re­
torcía las manos, sus labios temblaban, se pasaba una mano por
el cabello... finalmente estalló: "Estoy llena de demonios. Me
están enloqueciendo". De alguna manera pude tranquizarla, ase­
gurándole que su problema podía ser solucionado y que había
esperanza de redimirla. Se calmó lo suficiente como para con­
tarme los pasos previos. Su historia, en resumen, es esta:
      Se sentía atormentada por la culpa y otros complejos. En­
tonces, una amiga le aconsejó que fuera a este "centro" para ser
liberada de los demonios. Allí la aceptaron muy cordialmente y
le dieron alojamiento por un tiempo. Al principio, ella creyó que
había hecho lo correcto. Pasó una semana. Lo que parecía ser un
alivio temporario pronto se hizo pedazos. Un pequeño desacuer­
do con el líder de este grupo trajo este espíritu a la luz. Palabras
y obras de la carne, como luchas e iras se hicieron claramente
visibles. Cuando ella se decidió a dejar el lugar, estas obras au­
mentaron, hacían que la separación fuera dolorosa y atormenta­
da. Ahora ella estaba convencida de que había "otros siete
espíritus malignos" que la poseían.
     Ella jamás hubiera ido a ese "centro de liberación", a esa
casa, si otra persona no le hubiera recomendado que fuera. Ja­
más se hubiera quedado durante una semana si allí no hubiera
habido lectura bíblica, oración y si no se hubiera mencionado el
Alexander William Ness   33




nombre de Jesús. Fue necesario que hubiera un desacuerdo pa­
ra que se desenmascarara el verdadero espíritu de ese líder. A
partir de este hecho, ese centro se cerró y el autoproclamado
ministro ha dejado el ministerio. Cuidémonos de los líderes
que parecen hacer grandes dem ostraciones de supuestos do­
nes del Espíritu, pero no m anifiestan en forma consistente el
fruto del Espíritu. Sigue siendo cierto que "por sus frutos los
conoceréis".
5

                   Luchando contra los santos




E
         l capítulo seis de Efesios revela que Satanás constante­
         mente hace la guerra a los santos. Tiene métodos, for­
         mas y medios, estrategias y planes con los cuales
pretende hacer fracasar la obra de Dios en ellos. Los planes y el
propósito de Dios para su pueblo se revelan en Efesios 4:13:
     "...hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del co­
nocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo."
     En este versículo se ve claramente que Dios planea que su
pueblo sea uno en "la fe" de su Hijo, que madure a su imagen
y semejanza. Satanás tiene métodos para evitar que madure­
mos. Él intenta que seamos como él, engañosos, mentirosos,
malvados.
     Pablo tenía una imagen muy clara de lo que sucede en el
mundo espiritual. Nos dice:
36     Transferencia d e espíritus




      "Vestios de toda la arm adura de D ios, para que podáis es­
tar firm es contra las asechanzas del diablo" (Efesios 6:11).
      A sechanzas (m ethodeias) significa sim plem ente sus planes,
métodos o estratagem as para engañar, esclavizar o atrapar las
almas de los hom bres para que pequen y así hagan nula la obra
del Espíritu Santo que trabaja para producir en ellos la im agen
y la sem ejanza de Cristo.
      Por supuesto, este desarrollo de la sem ejanza de Cristo en
nosotros es un asunto espiritual. Cuanto m ás pronto reconozca
esta verdad un cristiano, más pronto aprenderá cóm o resistir al
diablo. Es descorazonador ver a Satanás m aniobrar y usar a un
hijo de Dios para lograr sus metas. Lo veo en todas partes. L í­
deres de denom inaciones, m isioneros y todos nosotros caemos
en m anos del diablo y somos usados por él, m ientras pensam os
que somos usados por Dios. A plique esta experiencia a su pro­
pia relación con su familia, con sus parientes o con sus com pa­
ñeros de trabajo.
      Una vez estuve en un país donde los obispos de las deno­
m inaciones históricas más im portantes acordaron colaborar con
un congreso sobre evangelism o y una cruzada, pero los líderes
de la denom inación pentecostal estaban divididos sin remedio:
"Si 'tal persona' colabora o tiene un papel de liderazgo, no apo­
yarem os esta actividad". M i reacción inm ediata fue ser condi­
cional: si no conseguim os apoyo pleno, sin condiciones, de
todos los grupos, entonces no iremos. Cuanto más oraba por la
situación y la analizaba en el Espíritu, más claro lo veía. Pronto
me di cuenta de que al im poner condiciones, estaría colaboran­
do con ese espíritu inm undo de las "facciones". La alternativa
era atar esos espíritus y reclam ar la victoria para Cristo. C oncor­
dam os con otro herm ano en que esto era obra del enem igo, y así
pudim os vencer, en el nom bre de Jesús, estas fuerzas opositoras
y tuvim os una gran cruzada de victoria.
      En otra ocasión en que fui a predicar al extranjero, dos de
las personalidades más im portantes estaban bajo el control de
espíritus envidiosos, autocom pasivos, ávidos de escalar posicio­
 nes. En algunos aspectos, eran personalidades fuertes y dom i­
Alexander William N ess     37




nantes. M i colaborador, que llegó antes que yo, sin experiencia
en este tipo de guerra espiritual, bajó sus defensas. Pronto se so­
m etió a estas personalidades y violó casi todas las instrucciones
que había recibido para organizar la cruzada. C uando yo llegué,
ocho días antes de que la cruzada com enzara, encontré caos en
vez de preparativos ordenados. Luego de hacerle cinco o seis
sim ples preguntas, no sólo me di cuenta de lo que había sucedi­
do, sino que él tam bién com prendió que había sido dom inado.
Sin experiencia en cuanto a cóm o tratar con sus espíritus orgu­
llosos y dom inantes, tem eroso de m olestar a los líderes nacio­
nales, cedió a la inacción y a la falta de efectividad. Sólo había
una cosa por hacer: discipular al joven y m ostrarle su error al ser
dem asiado am able y gentil, y tom ar autoridad sobre la situa­
ción. La batalla continuó, pero no tom am os sólo la posición de­
fensiva sino tam bién la ofensiva. L a noche anterior al últim o día
de la cruzada, ganam os la batalla final para Cristo. La prueba de
victoria fue su continuo pedido de disculpas por sus acciones.
Ellos pidieron el perdón de D ios y de los hom bres. D urante los
días finales se desarrolló una com unión en las relaciones q u e ja-
m ás se había logrado antes.
      Antes ellos se ofendían por cualquier decisión que se tom a­
ra sin consultarlos. Creían que debían ser consultados aun por
los detalles m ás insignificantes, com o qué personas serían visi­
tadas, o a quiénes se les hablaría por teléfono, o a quiénes se les
pediría que oraran durante la cruzada, o a quiénes debía consul­
tarse por cualquier razón. Se sentían heridos y dolidos si no los
consultaban y rápidam ente contagiaban ese espíritu a otros. E s­
tos espíritus tuvieron que ser expuestos com o no correspondien­
tes a hom bres de D ios, confesados y atados. N uestra batalla no
es contra hom bres, sino contra los espíritus que los mueven y
los controlan.
      "Porque no tenem os lucha contra sangre y carne, sino con­
tra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de m aldad
en las regiones celestes" (Efesios 6:12).
      N osotros no lucham os (pale) contra sangre y carne, ni con­
38     Transferencia de espíritus




tra santos o personalidades hum anas perdidas. Detrás de estas
m anifestaciones que no son de Dios, provenientes de am igos o
enem igos, están los espíritus cuyo trabajo es crear condiciones
desagradables.
     Satanás tiene una estru ctu ra que d escubrim os en el v er­
sículo 12:

      (1) Principados (archas): Son gobernantes, seres espiritua­
les de m uy alto rango en el reino del diablo. Parecen ser de alto
nivel y han m antenido esa posición desde tiem pos inm em oria­
les. Asociam os las palabras com o "arqueología" o "arcaico",
con algo que ha existido durante un largo tiem po.
      Pablo, que tuvo un atisbo de la estructura del cielo, supo de
la posición y la fuerza de estos principados. Pero tam bién reco­
noció que el Cristo resucitado tenía un nom bre y una posición
 "sobre todo principado y autoridad" (Efesios 1:21).
      Al advertirle a la iglesia de Colosas, el apóstol les señala
nuevam ente que los creyentes deben tener m ucho cuidado:
       "Mirad que nadie os engañe p o r m edio de filosofías y hue­
cas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conform e a
los rudim entos del mundo, y no según Cristo" (Colosenses 2:8).
      Esto es realm ente lo que sucede en las aulas, cuando el es­
píritu del profesor, con sus vanas filosofías, se contagia a los
alum nos, y ellos acaban por creer una m entira. Pablo dice que
tengam os cuidado de que esto no nos suceda a nosotros, puesto
que en realidad som os parte de Cristo: "y vosotros estáis com ­
pletos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad"
 (Colosenses 2:10). Esta estructura de principados es definitiva­
mente un poder reconocido. Los "creyentes" no deben temer,
pues Cristo, nuestra Cabeza, está por sobre toda esta poderosa
 estructura. N o obstante, lucham os contra estos poderes.

     (2) C ontra "potestades" (exousias), autoridades: Estos po­
deres parecen obtener su "autoridad" de los principados m encio­
nados en prim er lugar. Jesús les dijo a sus discípulos en Lucas
10:19: "He a q u í os doy potestad" (exousia), autoridad delegada
A lex an der William N ess   39




o el derecho de usar su poder para destruir las obras de Satanás
cuando fuera necesario. A quí, en Efesios 6:12 parece que estos
poderes tienen autoridad delegada de los principados, y de Sata­
nás m ism o, para destruir la obra de Dios en los santos, así como
para destruir la obra de los santos para Cristo.
     ¿A lguna vez se dio cuenta de que cuando realm ente se dis­
pone a hacer algo para el Señor, aparecen todo tipo de obstácu­
los y hasta factores que anulan su trabajo? Si lo reconocem os de
una vez, y nos dam os cuenta de que se nos ha dado autoridad
sobre toda la autoridad de estos poderes m alignos, la victoria es­
tá asegurada cuando la ejercitam os. A unque lucham os contra
estos poderes, Dios ya ha provisto la victoria para sus hijos.
     E sta "lucha" es entre los santos y los espíritus rebeldes. La
autoridad de ellos deriva de Satanás y sus principados. La nues­
tra deriva de Dios y de su H ijo Jesucristo. Cada vez que falla­
mos en esta guerra, Satanás le echa en cara a Dios: "Mi poder
es m ayor que el tuyo". El poder de Dios es tan grande como la
fe que tenem os para apropiarnos de lo que ha provisto para no­
sotros. ¡Qué im portante es que aprendam os a apropiarnos de
todo lo que nos ha provisto!

     (3)      C ontra "los gobernadores de las tinieblas de este siglo"
(koshokratopas). Estos son espíritus gobernadores del mundo.
Son responsables de gobernar las naciones de este planeta. Ellos
m antienen a los pueblos en oscuridad espiritual. Esto puede ver­
se m uy claram ente al viajar por el mundo. Donde hay creyentes
llenos del Espíritu, que saben cóm o orar en el Espíritu, pueden
verse algunas aperturas. Las autoridades de los gobiernos se
vuelven más abiertas al evangelio y lo que este representa. Es
posible concretar una audiencia con el Jefe de Estado, que sea
provechosa.
     N aturalm ente, los presidentes, prim eros m inistros y otros
jefes de Estado negarían la existencia de cualquier control o
guía del m undo espiritual. Pero la nieguen o no, es real.
     D aniel enfrentó a uno de estos gobernadores:
     "Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante
40     Transferencia d e espíritus




veintiún días; pero he aquí M iguel, uno de los principales p rín ­
cipes, vino para ayudarme, y quedé a llí con los reyes de Persia"
(Daniel 10:13).
      Com o antecedente de este encuentro, podem os ver en los
versículos anteriores que D aniel había ayunado y orado durante
más de tres semanas. Luego tuvo una visión (que no tuvieron los
dem ás que estaban con él). Vio en el m undo espiritual, y vio es­
tos "gobernadores del m undo espiritual", que controlaban a las
naciones, y ponían obstáculos al pueblo de Dios. El príncipe de
Persia gobernaba esta parte del m undo para Satanás, que es el
"dios de este m undo". Satanás tom ó el control de este m undo de
Adán, a quien se le había dado inicialm ente todo el dominio. Sa­
tanás ahora es el gobernador (archor) de este mundo.
       "Ahora es el ju icio de este mundo; ahora el príncipe de es­
te m undo será echado fu e r a ” (Juan 12:31).
      Jesucristo vino para dar su vida, pagar el castigo del peca­
do y, com o segundo Adán, al dar su vida, (v. 32), restauraría los
reinos a sí mismo. Ellos fueron perdidos por el hom bre y serían
restaurados por el hom bre redim ido. No es una palabra necia
que se nos diga que debam os orar porque "...venga tu reino. H á­
gase tu voluntad, como en el cielo, a sí también en la tierra". Sa­
tanás lleva a cabo su proceso de retener los reinos a través de
estos gobernadores del m undo que se m anifiestan a través de los
gobernantes terrenales. Cristo realiza su proceso de restaurar el
reino a través de sus autoridades celestiales y se m anifiesta a tra­
 vés de su cuerpo, la iglesia. A llí es donde se produce la lucha,
 el ejercicio espiritual en el que tan pocos se anim an a entrar.
      Jesús tenía plena conciencia de los derechos de Satanás.
       "No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el p rín ­
 cipe de este mundo, y él nada tiene en m í" (Juan 14:30).
      Jesús reconoció a Satanás como príncipe de este m undo.
 También sabía que Satanás no debía tener ninguna parte legíti­
 m a en su ser "tres en uno". No había relación con Satanás en
 ninguna parte de su ser. Cuando A dán pecó y entró la m uerte,
 Dios reconoció el derecho de Satanás sobre el hom bre y su do­
 minio. Pero ahora, cuando Satanás lleva a la muerte a un inocen­
A lex an der William N ess   41




te. sobre el que no puede reclam ar nada, de ninguna forma, ¡el
diablo debe rendir todo lo que el pueblo de Dios puede reclam ar
en el nom bre victorioso y sin pecado del últim o Adán, Jesucris­
to!
      La lucha entre las fuerzas de Satanás y las de nuestro Se­
ñor continúa en los cielos, y su m anifestación se hace visible en
la tierra. Dios dio profecías específicas a cum plirse en las nacio­
nes del mundo. Satanás sabe esto, y pone obstáculos para ese
cum plim iento con todos los poderes de que dispone. Dios tam ­
bién tiene ángeles que tienen com o m isión cum plir su voluntad
(M ateo 13:41,49).
      La guerra en los cielos continuará hasta el tiem po del fin.
Es bueno que recordem os cuál será el resultado.
      "En aquel tiem po se levantará M iguel, el gran príncipe que
está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angus­
tia, cual nunca fu e desde que hubo gente hasta entonces; pero
en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se ha­
llen escritos en el libro" (Daniel 12:1).
      "Después hubo una gran batalla en el cielo: M iguel y sus
ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus
ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos
en el cielo. Y fu e lanzado fu era el gran dragón, la serpiente an­
tigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al m undo
entero; fu e arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados
con él.
      Entonces o í una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha
venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la au­
toridad de su C risto; porque ha sido lanzado fuera el acusador
de nuestros herm anos, el que los acusaba delante de nuestro
D ios día y noche. Y ellos le han vencido p o r m edio de la sangre
del Cordero y de la palabra del testim onio de ellos, y m enospre­
ciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y
los que m oráis en ellos. ¡Ay de los m oradores de la tierra y del
mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira,
sabiendo que tiene poco tiem po" (A pocalipsis 12:7-12).
      Es cierto que estos poderes están en guerra sobre los go­
42     Transferencia de espíritus




biernos de esta tierra. H ay naciones que tienen poco o nada de
testim onio cristiano. A llí hay pecado, m aldad, oscuridad, igno­
rancia, pobreza y enferm edad. El gobernador de las tinieblas tie­
ne el con tro l total. P uede com u n icar sus deseos a los
legisladores sin obstáculos. Pone su espíritu de opresión sobre
los líderes. O prim e a los pobres, a los cristianos y a la hum ani­
dad en general.
      D onde hay un fuerte testim onio evangélico, la obra del ene­
migo enfrenta oposición. Los creyentes com ienzan a orar por
los líderes, aunque estos no amen a Dios. C om ienzan a atar al
enem igo que quiere controlarlos, y pronto se m arca la diferen­
cia. Se aprueban leyes que m uestran com pasión por los pobres,
que reconocen los derechos de todos los ciudadanos a adorar en
libertad y los derechos hum anos básicos. Estas son todas bata­
llas espirituales que no necesariam ente se pelean en los pasillos
de los congresos, sino en los cielos.
      En la B iblia (D aniel 10:21) vemos que M iguel es el "prín­
cipe" (en hebreo, sar), que quiere decir que es el gobernador
principal de Israel. En el versículo 20 vemos que existe un prín­
cipe de Grecia.
      Pero de la m ism a form a que hay príncipes o gobernadores
sobre naciones, tam bién hay gobernadores o potestades sobre
individuos. Estas potestades pueden ser buenas o pueden estar
destinadas a destruirnos.
      Jesús dijo que cada uno de sus hijos tenía un ángel que m i­
nistraba bien a su favor:
      "Mirad que no m enospreciéis a uno de estos pequeños;
porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el ros­
tro de m i Padre que está en los cielos" (M ateo 18:10).
      "¿No son todos espíritus ministradores, enviados para ser­
vicio a fa v o r de los que serán herederos de la salvación?" (H e­
breos 1:14).
      El apóstol Pablo tam bién habló de poderes m alignos que
deseaban m inistrar al hijo de Dios. Por lo tanto, debem os reco­
nocer que estam os en batalla, no contra sangre y carne, sino
contra poderes espirituales en los lugares altos.
Ale x and e r William N ess   43




      "(Porque las arm as de nuestra m ilicia no son carnales, si­
no poderosas en D ios para la destrucción de fo rta le za s,) derri­
bando argum entos y toda altivez que se levanta contra el
conocim iento de Dios, y llevando cautivo todo pensam iento a la
obediencia a Cristo" (2 C orintios 10:4,5).
      Observará que dice "para la destrucción de fortalezas". No
es construir sino echar abajo. También dice "derribando argu­
m entos". Los grandes argum entos de la tía D orothy o Harry, el
m iem bro del coro, no son realm ente suyos. Esos argum entos
im aginativos son los que revuelven las cosas constantem ente y
son obras del enem igo. Usted puede tratar de evitar a esas per­
sonas problem áticas, pero no lucham os contra carne y sangre.
La persona que tiene esa im aginación desatada, que no es de
Dios, está bajo el espíritu del m aligno y está transfiriendo su es­
píritu a otros.
      La guerra, y por lo tanto las armas, no pertenecen al ám bi­
to natural, sino al espiritual. Si querem os vencer estos poderes,
debem os reconocer al enem igo, y tam bién que, com o creyentes,
estam os espiritualm ente equipados y autorizados para vencer­
los. N uestras arm as no serán carnales, sino espirituales.
      Luego, se supone que debem os llevar "cautivo todo pensa­
miento a la obediencia a Cristo". Los pensam ientos del hom bre
no sólo han sido terreno de juego para el enem igo, sino el lugar
donde los em isarios del diablo han ganado m uchas batallas.
      ¿H a tratado alguna vez de m editar, orar en quietud o sólo
esperar en el Señor? ¿R ecuerda lo que sucedió?
      Tengo que lavar y planchar el vestido de Susana.
      H ay que rem endar las m edias de Juancito.
      ¿Qué voy a cocinar para la cena?
      ¿Qué quiso decir el pastor con ese com entario?
      Q uisiera saber por qué no me habló M abel en el almuerzo.
      ¿Q ué darán en la televisión esta noche?
      Los hom bres im aginan constantem ente y tienen dificultad
en cautivar cada pensam iento que no es para la gloria de Dios,
como les sucede a las m ujeres o a los jóvenes. ¿Q uién nos bom ­
bardea en esos m om entos con tantos pensam ientos? Pablo nos
44     Transferencia d e espíritus




dice claram ente que es el m aligno, y que debem os som eter to­
dos nuestros pensam ientos a la obediencia a Cristo. Esta es una
guerra espiritual. El enem igo constantem ente quiere transferir­
nos su espíritu. A l escribirle a la iglesia de Efeso, Pablo dice:
      "...en los cuales anduvisteis en otro tiem po, siguiendo la
corriente de este mundo, conform e al príncipe de la potestad
del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobedien­
cia, entre los cuales tam bién todos nosotros vivimos en otro
tiem po en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de
la carne y de los pensam ientos, y éramos p o r naturaleza hijos
de ira, lo m ism o que los demás. Pero Dios, que es rico en m ise­
ricordia, p o r su gran am or con que nos amó, aun estando noso­
tros m uertos en pecados, nos dio vida juntam ente con Cristo
(por gracia sois salvos), y juntam ente con él nos resucitó, y asi­
m ism o nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Je­
sús" (Efesios 2:2-7).

      (4)        C ontra "huestes espirituales de maldad" (pneumatika
poneri as). Esto incluye todo poder y señorío (1:21) sobre el cual
 está Cristo. Todos estos poderes, cualquiera sea su estructura,
 poder o cadena de m andos, cualquiera sea su función o habili­
 dad. fueron creados con un propósito, aunque no podam os com ­
 prenderlo totalm ente. U na cosa que sabemos es que en todas las
 áreas, É l. Cristo, tendrá la preem inencia:
       "Porque en él fu ero n creadas todas las cosas, las que hay
 en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean
 tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo
fu e creado p o r medio de él y para él.
       Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él sub­
 sisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es
 el principio, el prim ogénito de entre los muertos, para que en
 todo tenga la preem inencia" (C olosenses 1:16-18).
      Satanás y sus seguidores luchan contra los hijos de Dios.
D ado que es una batalla espiritual, se lucha principalm ente en el
 ám bito espiritual. ¡Cómo debe de gloriarse Satanás cuando los
hijos de D ios están dorm idos o son ciegos a sus formas y sus es­
A lex an der William Ness   45




trategias para continuar con sus éxitos de guerra! Q uiero seña­
larle que la transferencia de espíritus es una de las herram ientas
más efectivas de Satanás, y la m enos reconocida por el pueblo
de Dios.



                 Comunicación espiritual

     De la m ism a form a que las señales de radio viajan por el
aire y rodean toda la Tierra, (porque están en los hogares, en las
oficinas, en todas partes), así se com unica Satanás desde el cie­
lo con cada corazón no regenerado y utiliza cada persona que no
es salva para dar órdenes a los que están en la Tierra. ¡Alabado
sea D ios, porque nuestro Señor se sienta en los cielos y se co­
m unica con los redim idos, que obedecen sus órdenes! Cuántas
veces, sin embargo, perm itim os que nuestras frecuencias sufran
interferencias de preocupaciones y cosas m undanas. La estática
es tan fuerte que apenas escucham os la "voz suave y apacible".
¡Con cuánta desesperación, nuestro Señor, nuestros ángeles
guardianes y todos los ejércitos celestes que están a nuestro fa­
vor, deben de ansiar que seam os leales, sin dobleces, d eseo­
sos de actuar en arm onía con los deseos de Dios! ¿Por qué
será tan difícil conocer la voluntad de D ios, oír su voz, cono­
cer su presencia?
     Cuántas veces vivimos de sustitutos: una experiencia em o­
cional, "de segunda mano", inducida por un hom bre, que parte
del espíritu del hom bre, m ientras el Señor quiere esa verdadera
com unión espiritual y la realidad de su presencia. Escuchar la
voz del amado: "Tú eres mío, te he comprado". Escuchar su voz
y obedecer, no im porta cuál sea el precio de la obediencia... Eso
es com unicación.
     Hay muchos relatos bíblicos de com unicación espiritual.
Cuando el apóstol Juan estaba en Patm os, entre el cielo y la Tie­
rra se estableció uno de los m ejores sistem as de com unicación
"televisiva". Juan tuvo la capacidad espiritual de recibir una
transm isión de cómo era el cielo. Juan nos da una descripción
46     Transferencia de espíritus




verbal de lo que vio. Por supuesto, no fue un caso aislado. D es­
de M oisés hasta la m ayoría de los profetas, tenem os registrados
casos de com unicaciones sim ilares. Pedro, Pablo y otros discí­
pulos del Nuevo Testam ento hablan una y otra vez en form a di­
recta sobre este sistem a de com unicaciones. Gran parte de la
Biblia nos llegó de esta m anera. Todos creem os en la com unica­
ción espiritual; si no fuera así, no oraríam os. Le hablam os a
Dios, y esperam os una respuesta. N aturalm ente, este tem a no
nos alarm a en lo m ás m ínim o. N o se puede leer la Biblia sin ver
el sistem a de com unicación espiritual en funcionam iento.
      L a historia de N avidad es un caso claro:

     Lucas, capítulo 1:
     U n ángel se le apareció a Zacarías y le dijo:
     "Tu oración ha sido o íd a ,"
     "tu m ujer E lisabet te dará a luz un h ijo ,"
     "¿En qué conoceré esto?
                      ,
     "Yo soy Gabriel que estoy delante de D io s;"
     El ángel G abriel se le apareció a M aría (versículo 28):
     Á ngel: "¡Salve, m uy fa v o re c id a !"
     M aría: "¿Cómo será esto?
     Á ngel: "El E spíritu Santo vendrá sobre ti."
     M aría: "He a q u í la sierva del Señor."
     M aría saludó a Elisabet:
     Elisabet: "Bendita tú entre las m ujeres."
     M aría: "Engrandece m i alma al Señor."
     Zacarías: "Bendito el Señor D ios de Isra el."
     Lucas, capítulo 2: El nacim iento del niño Jesús.
     Ángel: "No temáis, pues he a q u í os traigo nuevas de gran
     g o zo ."
     Huestes celestiales: "¡Gloria a D ios en las alturas!"
     Pastores: "Pasemos, pues, hasta Belén."
     Sim eón: "Este está puesto para caída y para levantam iento
     de m uchos en Israel."

     Vemos la advertencia a José y M aría para que huyeran a
Alexander William N ess    47




Egipto, y finalm ente volvieran a Nazaret; y la com unicación de
los pastores con ángeles, los sabios. Es una historia fantástica de
cuán fáciles pueden ser las com unicaciones entre el cielo y la
Tierra cuando hay personas com o M aría, Elisabet, José, Si­
m eón, Ana, los pastores, las huestes celestiales, etc.
      A ún hoy puede haber com unicación entre cielo y Tierra.
D ondequiera que exista una aguda percepción espiritual, allí el
Señor está dispuesto y deseoso de com unicarse. Es notable que
en la m ayoría de los casos, particularm ente en el Antiguo Testa­
m ento, esta com unicación especial se producía durante el ayu­
no y la oración. Parece que nuestro equipo receptor espiritual
funciona m ejor cuando los apetitos del cuerpo son dejados de
lado y el hom bre espiritual se ensancha.
      D urante estos m om entos de oración y ayuno nuestra recep­
ción, com prensión y capacidad de penetrar en ese m undo espi­
ritual se vuelven reales y efectivas. Cuando los discípulos
trataban en vano de sanar al joven poseído por dem onios, Jesús
les dijo en secreto:
      "...este género no sale sino con oración y ayuno" (M ateo
17:21).
      Parece que la visión, el poder y el éxito en la tarea depen­
dían de una com prensión clara y una buena com unicación espi­
ritual con Dios para obtener la autoridad para hacer salir a los
dem onios.
     El relato de H echos 10 es otro ejem plo. Pedro recibió ins­
trucciones especiales: un lienzo con an im ales inm undos y la ne­
cesidad del hogar de Cornelio. Las instrucciones que recibió
Cornelio fueron dadas en una com unicación muy clara, y se
produjo el resultado esperado. No necesitam os extendernos de­
m asiado en esto, ya que la B iblia toda es un registro de com u­
nicaciones espirituales.
     En la actualidad tenem os la Palabra de Dios, "la palabra
profética más segura", guía para nuestro cam ino, y no necesita­
mos el diálogo que fue necesario para que llegara a escribirse la
Palabra de Dios.
     Tam bién hay m ensajes dados a la iglesia por m edio de un
48     Transferencia d e espíritus




 instrum ento legítimo de profecía o lenguas e interpretación (1
 Corintios 14). Estos son generalm ente para edificación, exhor­
tación y consolación de la iglesia, más que para guiar a un solo
individuo. Los individuos deben tener m ucho cuidado en buscar
orientación por m edio de los tres dones de proclam ación. Pero
nuevam ente, debo reconocer que ha sucedido y era auténtico,
 aunque no debería ser la norm a en la búsqueda de una orienta­
ción personal.
      Las posibilidades, las oportunidades y el potencial de co­
m unicación entre el cielo y la Tierra aún son territorio inexplo­
rado en el siglo XX. D ios sabe que el reino de Satanás tiene un
sistem a de com unicación muy refinado y bien sintonizado entre
sus fuerzas de cielo y Tierra. No com plicaré la exposición sobre
este punto, ya que hay libros sobre el tema. Es suficiente con sa­
ber y observar que aun los hijos de Dios se lamentan por la orga­
nización bien aceitada que Satanás posee en la Tierra para el mal.
      El príncipe de la pornografía saca sus m ateriales en el lu­
gar justo, en el m om ento justo y al precio conveniente.
      El príncipe de los narcóticos ha extendido con éxito una red
de distribuidores en todo el m undo, con resultados devastadores.
Si puede "volarles la mente" a los jóvenes, ellos no podrán es­
cuchar el evangelio y aceptarlo.
      El príncipe del ateísm o ha invadido exitosam ente el siste­
m a educativo y ha cegado los ojos de m illones de personas en
todo el mundo.
      ¡Pero, gloria a Dios, el príncipe de alabanza ha hecho gran­
des estragos en el territorio enemigo! Los carism áticos han
abierto sus labios de alabanza desde la catedral, el convento,
desde los grupos que existen detrás de la C ortina de H ierro y de
la Cortina de Bambú.
     El príncipe de las Buenas Nuevas ha llevado el evangelio
de las buenas noticias a las ciudades universitarias, a cruzadas
masivas en todo el m undo, a la literatura que llega a cada hogar,
a la penetración del evangelio a través de la radio y la TV en
todo el m undo. ¿Cóm o term inará todo esto? Bien, la B iblia lo
dice claram ente:
A lex an der William N ess   49



      "...para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
D ios Padre" (Filipenses 2:10-11).
     Satanás será atado y echado en el lago de fuego. ¡Cristo
tendrá la victoria! A pesar de las fallas de su esposa, de sus in­
terrupciones y su torpeza, tendrá una esposa sin m ancha ni arru­
ga; una esposa de la que no se avergonzará; una esposa
preparada para su Señor y M aestro. L a batalla ruge, pero hemos
visto el libro de A pocalipsis y sabem os cóm o term inará. ¡No
serán un C risto y una esposa vencidos, sino victoriosos y llenos
de gloria!
Mirando dentro del mundo espiritual




H
          ay un relato interesante en 2 Reyes 6:13, en el que el
          rey de Siria envía a sus siervos a D otán para que cap­
          turen a Eliseo. M uy tem prano en la m añana, el siervo
de Eliseo ve que la ciudad es rodeada de carros y caballos. E s­
to naturalm ente le produce tem or por sí m ism o y por la seguri­
dad de su amo. A sí que le pregunta a Eliseo: "¿Qué harem os?"
La respuesta del profeta es: "No tengas miedo". Pero tam bién le
da una razón para no temer. O bservem os la siguiente frase:
"...porque m ás son los que están con nosotros que los que están
con ellos".
     ¿Qué vio Eliseo que su siervo no podía ver? El profeta oró
para que los "ojos" del siervo fueran abiertos y pudiera ver.
A hora sabem os que no estaba ciego, dado que a la luz del ama-
52     Transferencia de espíritus


 necer podía ver todo el ejército sirio, con sus caballos y sus ca­
rros. Su visión natural posiblem ente fuera de 20/20.
      Eliseo oró para que su visión espiritual fuera sanada y pu­
diera ver el m undo espiritual. A m enos que su visión espiritual
 sea sanada, todo lo que le digo le parecerán puras tonterías.
      Im agínese a Eliseo si le dice a su siervo: "M ira más allá de
los ejércitos sirios y fíjate que están rodeados de caballos y ca­
rrozas de fuego. M ira, hijo, detrás del ejército sirio, lo rodean,
allá en las colinas... está lleno de caballos y carrozas". El pobre
siervo estaría parado allí, con la m ano com o pantalla sobre los
ojos, para protegerse del sol que ahora brillaba con fuerza, y di­
ce: "Amo, debes de estar m al de la cabeza. No veo nada más que
piedras y arena".
      Pero Eliseo oró para que este siervo pudiera ver dentro del
mundo espiritual. Cuando sus ojos espirituales fueron abiertos,
vio "que el m onte estaba lleno de gente de a caballo, y de ca­
rros de fu eg o alrededor de Eliseo". El m iedo huyó de él cuando
vio el m undo espiritual. Si pudiéram os ver el m undo espiritual
claram ente, y sinceram ente anduviéram os en el Espíritu, nunca
más tendríam os miedo. Sabem os que tenem os un ángel guar­
dián, que "el ángel de Jehová acam pa alrededor de los que le
tem en" (Salm o 34:7), y que "mayor es el que está en vosotros,
que el que está en el m undo" (1 Juan 4:4), ¿por qué tem erle a al­
go de este m undo? Sólo hay un tem or que debem os tener, y es
el tem or reverencial ante Dios.
      Esta capacidad de Eliseo y su siervo, de ver dentro del
m undo espiritual, es uno de los m uchos incidentes que se en­
cuentran en la Biblia. Esta revelación de caballos y carrozas, en
particular, es m encionada varias veces en las Escrituras. Fue una
carroza de caballos espirituales la que arrebató a Elias (2 Reyes
2:11). H abía una carroza de fuego y caballos de fuego. Eliseo
los vio en el m undo espiritual, y exclamó: "¡Padre mío, padre
m ío, carro de Israel y su gente de a caballo!" (2 Reyes 2:12).
Era evidente que Eliseo vio algo que los hijos de los profetas, de
la escuela de profetas cercana, no vieron. Ellos vieron el cuerpo
físico de Elías que ascendía, (v.7), pero no hay indicios de que
A lexander W illiam N ess   53


vieran la carroza y los caballos de fuego. Q uizá por eso fue que
lo im portunaron hasta que perm itió que cincuenta hom bres fue­
ran al m onte a buscar el cuerpo de Elias.
      H e aquí un vivido ejem plo de alguien que m antiene un es­
píritu de fe aunque esté rodeado de incredulidad. Eliseo sabía
que Elias había sido trasladado sano y salvo al cielo. H abía vis­
to la carroza y los caballos, m ientras los hijos de los profetas se­
guían razonando com o hom bres naturales. Lo im portunaron
durante días para que enviara un grupo a buscar el cuerpo de
Elias. Finalm ente, para que no se dijera que él no se preocupa­
ba por la seguridad de Elias, o por preparar un entierro adecua­
 do para un gran profeta, Eliseo les perm itió ir. "Id, y satisfaced
 vuestros 'sentidos naturales', pero no lo hallaréis". A l volver el
 grupo, luego de tres días, Eliseo les dijo: "¿No os dije yo que no
fu eseis? "
      La B iblia nos habla de seres espirituales m ontados en caba­
 llos espirituales que vienen a la tierra a investigar la condición
 en que se encuentra (Zacarías 1:7-12; 6:1-8). N uestro amado
 Salvador Jesucristo, a su regreso, vendrá m ontado en uno de
 ellos (A pocalipsis 19:11,19,21). Los ejércitos celestes montan
 caballos blancos (v.14). Q uizá esto sea parte de esa área de la
 que habla Pablo al m encionar las cosas invisibles que se ven cla­
 ram ente.
       "Porque las cosas invisibles de él, su eterno p o d er y dei­
 dad, se hacen claram ente visibles desde la creación del mundo,
 siendo entendidas p o r m edio de las cosas hechas, de modo que
 no tienen excusa" (Rom anos 1:20).
      En 1 C orintios 2:9-14 leemos:
       "Antes bien, com o está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oí­
 do oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios
 ha preparado para los que le aman. Pero D ios nos las reveló a
 nosotros p o r el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña,
 aun lo profundo de Dios.
       Porque ¿quién de los hom bres sabe las cosas del hombre,
 sino el espíritu del hombre que está en él? A s í tampoco nadie
 conoció las cosas de Dios, sino el E spíritu de Dios.
54     Transferencia de espíritus


     Y nosotros no hem os recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que proviene de Dios, p a ra que sepam os lo que D ios
nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras
enseñadas p o r sabiduría humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acom odando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hom ­
bre natural no percibe las cosas que son del E spíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualm ente."
     Pablo hace una distinción de espíritus:
     (1) El espíritu del hom bre (v .11).
     (2) El Espíritu de Dios (v.11).
     (3) El espíritu del m undo (v. 12).
     Las cosas de D ios no pueden ser conocidas por el espíritu
del hom bre (v.11), ni por el espíritu del m undo (v.12). Las co­
sas del hom bre pueden ser conocidas por el espíritu del hombre.
Por lo tanto, hay com unicación y transferencia de espíritu de un
hom bre a otro (v. 11).
7

           El Espíritu de Dios, el espíritu
      del hombre y el espíritu del mundo




           oda persona nacida de un ser hum ano es una tricoto­


T          mía. Es espíritu, alm a y cuerpo. (Trato este tem a en
           más detalle en mi libro Vida cristiana triunfante).
      Pablo revela las áreas de batalla de la tricotom ía hum ana en
Gálatas 5:17: "Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu,
y el del Espíritu es contra la carne". Cuando una persona abre su
alma para recibir a Cristo com o Salvador en su espíritu, Satanás
es echado de ese espíritu, pero eso no significa que abandone la
batalla. En el curso de esta lucha (que com ienza en la niñez es­
piritual, por eso es tan importante recibir alimento de m anos de
santos maduros) el diablo desea destruir esa sem illa (Gálatas
3:16), para que no m adure hasta alcanzar su m ayor estatura:
56     Transferencia de espíritus


      "...hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del co­
nocim iento del H ijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plen itu d de Cristo" (Efesios 4:13).
     Cuando el diablo viene com o león rugiente, hasta el bebé
en Cristo lo reconoce. Pero cuando viene com o un hom bre con
el "espíritu del m undo", ni siquiera los creyentes pueden distin­
guir sus astutas m anipulaciones. N o quiero escribir un capítulo
aparte sobre el "espíritu del m undo", pero es im portante que to­
m em os conciencia de esta área.
     El espíritu del m undo es "conseguir el éxito cueste lo que
costare". Algunos libros enseñan cóm o volverse rico por medio
del pensam iento positivo, al subir a la cum bre sin im portar
quién salga herido o cuántas cabezas haya que pisar en el cam i­
no. El m undo llam a a esto "éxito". "Llegar a la cumbre cueste lo
que costare". Es el espíritu del mundo. Lam entablem ente, este
espíritu se ha m etido en la iglesia y tanto laicos como ministros
lo practican.
     Los centros de publicidad más im portantes del mundo, co­
mo M adison Avenue, tienen una fórm ula de éxito que dice que
hay que conseguir que la fotografía del cliente esté en todas las
revistas, todos los periódicos, y que su nom bre debe hacerse co­
nocido en la TV y en la radio. U na vez más, la iglesia absorbe
el m ism o espíritu. Esto está m uy lejos del Espíritu de nuestro
Señor, que se apartaba de la publicidad y se iba a los m ontes a
orar. Él tam poco hacía público que iba al monte, ni escribía un
relato sobre lo que había hecho allí. U na vez escuché a un evan­
gelista que iba a una m ontaña a orar y se com unicaba diaria­
m ente con su audiencia de la radio para pedirles su apoyo
económ ico. El espíritu del m undo se ha m etido en la iglesia en
escala gigante. El m undo dice: "Vive en lo alto; cuanto más al­
to sea tu nivel de vida, m ayor será tu éxito". No es necesario que
explique en detalle este principio y cóm o se ha infiltrado en los
am bientes cristianos.
     Los m inistros cristianos, m aquillados y arreglados como
estrellas de Hollyw ood, que buscan el aplauso y se glorían en él.
viven y trabajan por la adulación de los hom bres, están muy le­
A lexander W illiam Ness   57


jos del "tom a tu cruz y sígueme". N o digo que la pobreza y el
desaliño sean santidad y piedad. El hijo de Dios puede vivir có­
m odo y lim pio, ser educado y aceptable sin estar bajo el control
del "espíritu del m undo".
      H ablam os de esta entrada del "espíritu del mundo" en el
 "espíritu del hom bre", donde sólo se ven atisbos de la lucha del
Espíritu Santo. El Espíritu (de Dios) lucha contra la carne (el es­
píritu del m undo) y esta carne lucha contra el Espíritu de Dios,
porque ambos son contrarios (Gálatas 5:17a). Esta batalla se
 produce en el espíritu del hom bre, en el área de su alma. Sus
 cinco sentidos juegan un rol muy activo en esta batalla. Lo que
 él oye, ve, huele, gusta y toca afecta su espíritu, el espíritu del
 hom bre. H ay m uchos ejem plos de esto en las Escrituras. Creo
 que deberíam os exam inar algunos.
      Pero prim ero hagam os un esquem a que puede ayudar a la
 com prensión de estos tres espíritus.

        Espíritu              Espíritu                Espíritu
        de Dios             del hombre               del mundo


        Espíritu               Alma                    Carne


     El espíritu del hom bre es el territorio que debe ser conquis­
tado. Dios trata, a través de la obra del Espíritu Santo, de que el
espíritu del hom bre se someta, para que el Espíritu de Cristo
tenga el control absoluto del espíritu del hombre. Sólo entonces
logrará su verdadera felicidad, plenitud, efectividad y propósito
en su vida. C onform ar al hom bre la im agen del Hijo, el único
modelo: para eso lucha constantem ente el Espíritu Santo. Por
supuesto, el enem igo de nuestras almas tam bién desea contro­
larnos. N unca se cansa ni deja de intentar conform am os a Sata­
nás m ism o. Por eso. constantem ente nos acosa a través de los
cinco sentidos, com o un púgil acosa a su contrincante, en busca
de su punto débil para el "nocaut". Pero sigue siendo cierto que
una vez que una persona se convierte en receptora de Cristo co­
mo Salvador, el Cristo que tiene dentro de sí es m ayor que el
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Transferencia de espíritus alex w. ness

  • 1.
  • 2. Una Mirada dentro del mundo espiritual Descubra cómo y por q ué se transfieren los buenos y los malos espíritus PELIGROS... •¿Por Qué una persona discutidora puede convertir una reunión tranquila en un pandemónium? •¿Por Qué una persona licenciosa seduce a alguien inocente? •¿Por Qué jóvenes rebeldes afectan en forma tan negativa a los que son tranquilos y obedientes? •¿Por Qué un médico, psiquiatra o ministro convierte una sesión de aconsejamiento en una re­ lación adúltera? BENDICIONES... •¿Por Qué los malvados se someten y vuelven justos al responder a los Que siguen a Dios? •¿Por Qué un ministro puede lograr una completa armonía y unidad en su grupo de colabora­ dores mientras otros fallan? En este libro el doctor Ness examina este comportamiento y con amplias referencias bíblicas, echa luz sobre los muchos y fascinantes aspectos del mundo espiritual, sobre este fenómeno de las transferencias de espíritus. Alexander Ness es pastor fundador de tres iglesias muy prósperas en Toronto, Canadá, misionero y conferencista habitual en la escuela de Morris Cerrullo, presidente de las "Open Biblie Standart Churches" en Canadá. El doctor Ness ha escrito varios libros, algunos de ellos son: “Vida Cristiana Triunfante", ''El Espíritu Santo", “El tabernáculo", "La Santidad”, etc. w w w . e d i t o r i a l p e n i e l . c o m Producto N0 316013 Clasifíquese: Vida Cristiana ISBN: 987-9038-02-9 789879 038024
  • 3. Transferencia de espíritus Alex W. Ness Buenos Aires - San José - New York w w w .e d itoria l p e n ie l.co m
  • 4. Transferencia de espíritus Alexander W. Ness Publicado por Editorial Peniel Boedo 25 (1206) Buenos Aires - Argentina Tel/Fax: (54-11) 4981-6178 /6 0 3 4 web site: www.editorialpeniel.com e-mail: penielar@ peniel.com.ar Publicado originalmente con el título: Transference o f spirits by Agapre Publications Inc. Ontario. Canada Traducción al Español por Virginia López Grandjean Copyright © 1994 Editorial Peniel ISBN N: 987-9038-02-9 Producto N: 316013 Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en ninguna forma sin el permiso escrito de Editorial Peniel. Edición N° II Año 2001 Impreso en Colombia Printed in Colombia
  • 5. Contenido Prefacio 5 1 Ejem plos de casos 7 2 El hom bre natural no com prende 13 3 Transferencia de un buen espíritu 21 4 Transferencia de un mal espíritu 27 5 Luchando contra los santos 35 6 M irando dentro del m undo espiritual 51 7 El Espíritu de D ios, el espíritu delhom bre y el espíritu del m undo 55 8 El espíritu del hom bre y B alaam 71 9 Com prendiendo a los espíritus 83 10 Los ángeles com o espíritus 87 11 El m inisterio de los ángeles 93 12 Satanás: sus ángeles, dem onios y espíritus inm undos 97 13 L a actividad de Satanás 105 14 El espíritu de soberbia 121 15 L a im posición de manos: bendiciones y peligros 127 16 Cóm o resolver el problem a 137 17 Transferencia y contratransferencia 153 N otas bibliográficas 167
  • 6.
  • 7. Prefacio ¿ Sabía usted que es posible que una persona física, un grupo de personas o un ser espiritual que inspire pensam ientos, sentim ientos o em ociones, "transfieran" o "transmitan" espíritus, buenos o m alos, si nuestra capacidad espiritual está abierta a recibirlos? H ace m ás de treinta años que soy pastor, y he sido testigo de este fenóm eno una y otra vez. Es un fenóm eno que me ha provocado interés y preocupación por las personas que han sido afectadas negativamente. D eseoso de com prender y aprender lo que pudiera sobre la form a de obrar del m undo espiritual, co­ m encé a buscar inform ación adecuada. Sabía que este tem a no es objeto de estudio en sem inarios o institutos bíblicos. Pronto descubrí que no había casetes ni, hasta donde yo sé, libros o ar­ tículos sobre el tema. D urante m uchos años, la transferencia de espíritus se m an­ tuvo en las som bras, haciéndose intangible y difícil de conside­ rar en form a concreta. Pero ciertas observaciones me hicieron ver que había pruebas y hechos que debían ser estudiados. ¿Por­ qué los jóvenes rebeldes afectan en form a tan negativa a los que son tranquilos y obedientes? ¿Por qué una persona a la que le gusta discutir y hablar a los gritos convierte una reunión relati­ vam ente tranquila en un pandem ónium ? ¿Por qué una persona licenciosa seduce a alguien inocente? ¿Por qué un m édico, psi­ quiatra o m inistro llega a convertir una sesión de aconsejam ien­ to en una relación adúltera? ¿Por qué hay personas inocentes, piadosas, que son engañadas y destruidas espiritualm ente en po­ co tiem po por estar con personas que tienen otro espíritu? También, ¿por qué los m alvados se som eten y se vuelven
  • 8. justos al responder a los que siguen a D ios? ¿Por qué un m inis­ tro puede lograr com pleta arm onía y unidad en su grupo de co­ laboradores m ientras otros fallan? Es hora de que nos planteem os estas interesantes preguntas. Para algunos, el conte­ nido de este libro será descabellado; para otros, será la respues­ ta que han buscado durante m ucho tiem po. Para m í ha sido una investigación fascinante y la tom a de conciencia de que el con­ tenido de este libro es sólo la punta del iceberg. Es como estar parado al com ienzo de un bosque o a la orilla del océano: hay todavía m ucho territorio que queda sin explorar. C on este fin he escrito un capítulo adicional, llam ado "Transferencia y contratransferencia". E se capítulo quizá sea un poco arduo para alguien que no tenga conocim iento alguno de psicología, pero está escrito en un lenguaje llano, que aun un principiante podría com prenderlo rápidam ente. En él se trata el tem a de la "transferencia" y "contratransferencia", el fenóm eno que se produce entre un terapeuta y su paciente en el transcurso de las sesiones de aconsejam iento. De la m ism a form a en que se produce la transferencia en el ám bito psicológico y en el ám bito fisiológico (com o en las en­ ferm edades y otras anorm alidades hereditarias que se transm i­ ten por m edio de los genes paternos), así existe la transferencia en el ám bito espiritual. El espíritu y el alm a están estrecham en­ te relacionados, y sólo la Palabra de Dios puede discernir entre ellos. "Porque la palabra de D ios es viva y eficaz, y m ás cortan­ te que toda espada de dos filo s; y penetra hasta pa rtir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los p e n ­ sam ientos y las intenciones del co ra zó n ” (H ebreos 4:12). Este libro es único, ya que com o pionero en el tema, per­ m ite com prender el fenóm eno de la transferencia de espíritus que se produce diariam ente tanto en la iglesia com o fuera de ella. En el penúltim o capítulo brindaré valiosa inform ación so­ bre cóm o evitar tal transferencia y. en caso de haberla sufrido, cómo renunciar o recibir liberación, de ser necesaria. A lexander William Ness
  • 9. Ejemplos de casos C aso 1: Este podría ser su hijo Andrés. Andrés se ha criado en una fam ilia feliz, a la que le gusta trabajar unida. U sted tenía una buena relación con él y no exis­ tían problem as en su com unicación. Iban a la iglesia juntos. Él respetaba sus deseos e instrucciones. Pero de un día para el otro, según parece, algo sucedió. Q uizá haya sido en la escuela o en el trabajo. De repente, estar con la fam ilia o ir a la iglesia se con­ vierte en algo pesado para él. Usted quiere sentarse a conversar sobre este tema, pero él no quiere. D espués, quiere irse de su ca­ sa, hacer su vida. Si usted exam ina el problem a un poco más de cerca, encontrará que este cam bio fue producido por alguien que ha entrado en su vida. Invariablem ente se trata de alguna persona de espíritu más fuerte, que su hijo respeta. D ebido a es­ te respeto y a su ignorancia del tem a de la "transferencia de es­ píritus", él se ha abierto a la influencia del espíritu de una
  • 10. 8 Transferencia de espíritus persona más fuerte. Dado que el espíritu controla el alma, con su intelecto, voluntad y em ociones, el com portam iento de la persona cam bia casi instantáneam ente. Los padres se retuercen las manos: "¿Qué le ha pasado a mi hijo?" Este es el problem a que tratarem os en este libro. Caso 2: U na cierta fam ilia com ienza a estar descontenta y a criticar al pastor, a los líderes y a la congregación en general. Expresan su descontento a espaldas de los líderes. U na fam ilia inocente, buena y fiel es invitada por la anterior a cenar o com ­ partir algunos m om entos en casa. Para tristeza del pastor, esta nueva fam ilia absorbe el espíritu de la prim era y tam bién co­ m ienza a criticarlo y a estar descontenta. ¿Q ué sucedió? C aso 3: Varias personas com ienzan a asistir a un grupo de oración. El líder del grupo no está asistiendo a ninguna iglesia organizada. É l prefiere no som eterse a nadie, sentirse "libre", "guiado por el Espíritu", sin necesidad de que nadie le enseñe. El grupo, o la m ayoría de esas personas, luego de varias reunio­ nes, se vuelven tan indóciles y rebeldes com o el líder. ¿Qué ha sucedido? Caso 4: Vamos un poco más profundo. El copastor de una iglesia com ienza a sentirse descontento. No produce nada. No quiere pagar el precio de tener un m inisterio efectivo, ni som e­ terse a la autoridad del pastor y los líderes. D ado que su espíri­ tu no es el correcto, naturalm ente em plea m étodos y actitudes equivocadas. Se vuelve crítico, siem bra discordia y quizá hasta quiera dividir a la iglesia. ¿Por qué algunos m iem bros se sien­ ten más afectados, m ientras que otros no? Caso 5: Un evangelista itinerante, (que "casualmente" es hom osexual), visitó un grupo de oración. L a iglesia organizada había rechazado su m inisterio, pero algunas personas pensaban que esta decisión era injusta, así que se reunieron con él en for­ m a privada. Un joven y su esposa, que eran m uy felices pero
  • 11. Alexander William Ness 9 tam bién m uy obstinados, fueron a esa reunión y dejaron que el evangelista les im pusiera las m anos. No sintieron ningún poder sobrenatural, ni bueno ni m alo, hasta que se dieron cuenta de que sus relaciones sexuales se habían pervertido. El evangelista les había transm itido ese espíritu hom osexual. Caso 6: En 1961, un hipnotizador estaba en Calgary, don­ de realizaba su espectáculo. H.W. pasó al frente para ser hipno­ tizado. Luego se arrepintió de este acto y pidió el perdón de Dios. D espués de nacer de nuevo, en abril de 1979, buscó el bautism o en el Espíritu Santo pero no lo consiguió. M ás tarde, una pareja llena del Espíritu Santo descubrió que el culpable de esto era un espíritu de hipnotism o, y cuando lo reprendieron, una oscura nube se apartó de este hom bre y recibió el Espíritu Santo con la evidencia de H echos 19:6. Caso 7: D.D. estuvo en A m érica latina el verano pasado, y durante su estadía, que duró cinco m eses, fue a un cam pam ento de jóvenes. En este cam pam ento sintió una opresión tal que oró pidiendo al Señor que la ayudara, porque no podía com prender por qué se sentía así. U na noche, durante una reunión, cuando todos estaban orando, repentinam ente se oyó un grito y D.D. su­ po que era una chica poseída por un dem onio. Todos corrieron a im ponerle las manos, lo cual fue un gran error. H abía otras chicas allí, que tan pronto com o le im pusieron las manos, tam ­ bién fueron poseídas, com o si los dem onios se hubieran pasado de la joven a ellas. ¡Todo com enzó con una joven y term inaron siendo cinco! Inm ediatam ente reunieron al resto de las personas y les dijeron que salieran de allí. Las cinco jóvenes se calm aron, pero al día siguiente com enzaron a gritar de nuevo. El pastor que estaba m inistrando en el cam pam ento estaba echando fuera (o tratando de echar fuera) los dem onios. D.D. salió del cam pa­ m ento y buscó el teléfono m ás próxim o para llam ar a su padre, que tam bién es pastor. Cuando le explicó la situación, su padre le dijo: "D., haz que separen a las jóvenes de los m uchachos lo antes posible, y que nadie que no tenga experiencia les im pon­
  • 12. 10 Transferencia de espíritus ga las manos. Esas jóvenes han sido poseídas por dem onios de lujuria". D.D. pronto notó que sólo las jóvenes habían sido po­ seídas, no los m uchachos. Volvió al cam pam ento y contó lo que su padre le había dicho. Siguieron sus instrucciones y todas las jóvenes se calm aron instantáneam ente. Su padre fue al cam pa­ m ento con sus colaboradores y echaron fuera todos los dem o­ nios en cuestión de segundos. Caso 8: U n hipnotizador fue invitado a una clase en una universidad privada en San D iego, California. Era una clase que duraba tres horas. El hipnotizador hipnotizó a la m ayoría de los alum nos. Luego trajo dos videos. En uno se veía a una m ujer y en el otro a un joven que sufría de esquizofrenia. El hipnotiza­ dor dijo que el m iedo era una energía que trata de invadir nues­ tras vidas. Luego dijo que iba a llam ar som bra a este m iedo. En el video, m ientras él le hablaba a la m ujer que estaba hipnotiza­ da, una voz que partía de ella le preguntó: "¿Has venido a des­ truirm e?" E l hipnotizador dijo que la voz era el miedo (sombra). Le habló m uy suavem ente y le preguntó si estaba cansada de es­ tar tan lejos de esa m ujer y si quería unirse a ella. La som bra di­ jo que sí. Entonces el hipnotizador le dijo a los alum nos de la clase que él iba a celebrar un m atrim onio entre la m ujer y la som bra de m iedo. El Señor no perm itió que esta joven se que­ dara a ver cóm o se celebraba el matrim onio. El Señor le pregun­ tó quién tiene la autoridad para celebrar m atrim onios, y la joven respondió: "Los jueces y los m inistros". Satanás tam bién tiene sus ministros. C aso 9: Se trata de un jo v en cristiano que nunca pudo separarse de su m adre y unirse verdaderam ente con su esposa. La m adre era cristiana, una m ujer m uy buena, pero controlaba tanto a su esposo com o a su hijo. D espués de tom ar autoridad sobre una ligadura de alm a umbilical, el hijo fue liberado y pudo llegar a ser uno con su esposa en espíritu, cuerpo y alma, como la Palabra lo ordena.
  • 13. Alexander William Ness 1 1 Caso 10: Una noche, un pastor de Atlanta y su esposa fue­ ron a la iglesia y dejaron a su hijo de nueve años en su casa, mi­ rando la televisión. El niño comenzó a ver una película de terror. Fascinado por lo que veía, atrapado por la pantalla, fue domina­ do por espíritus malignos. Cuando sus padres volvieron, lo en­ contraron en el suelo, sacudiéndose, dando vueltas, con los ojos en blanco y echando espuma por la boca. Inmediatamente com­ prendieron que el problema era demoníaco, tomaron autoridad y echaron fuera los demonios del niño. Fue necesario algún tiempo de oración y de utilizar el poder de abogado de Jesu­ cristo para lograr la completa liberación o, en otras palabras, la sanidad del niño. Caso 11: En un canal de la zona céntrica de Toronto se es­ taba emitiendo por televisión un programa cristiano. El invitado estaba hablando de liberación de poderes demoníacos y sobre su propia experiencia. Entonces, el conductor del programa miró hacia la cámara y señalando a la lente, ordenó a todos los espí­ ritus malignos que salieran de las personas que estaban miran­ do el programa. Cuando lo hizo, en Scarborough, al este de Toronto, una mujer que lo estaba mirando cayó al suelo y co­ menzó a gritar, patear y manifestarse. Nos trajeron a esta mujer a Downsview para que hiciéramos liberación. Lo que nos sor­ prendió fue que los demonios se manifestaron como resultado de alguien que habló y se dirigió a ellos por televisión, lo cual demuestra que la transferencia puede producirse vía televisión o películas. Otros casos: Tenemos muchas referencias de jóvenes que actúan en forma extraña o caen en medio de convulsiones demo­ níacas durante los recitales de rock. Muchos intérpretes realizan sus recitales y grabaciones bajo la influencia de drogas, así que ¿qué otra cosa puede esperarse de quienes los están mirando y escuchando y entran en el mismo espíritu? La transferencia de espíritus puede producirse en las amas de casa que miran una novela, o aquellos que miran programas o revistas pornográfi­
  • 14. 12 Transferencia de espíritus cas. Un sinfín de problemas se originan en estos ambientes. Todos hemos visto cómo se produce este fenómeno en igle­ sias, hogares y en la sociedad toda. Sucede en lo político, en lo social, pero su origen es espiritual. Escribo este libro para ayu­ dar a los creyentes que están en el ámbito espiritual, a quienes están en el movimiento carismático, expuestos a todas clases de espíritus, espíritus que se acercan como "ángeles de luz" pero son destructivos y perturbadores. En las siguientes páginas tra­ taremos el tema bíblica y prácticamente.
  • 15. El hombre natural no comprende orque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? A sí tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hom­ bre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (1 Corintios 2:11-14). Es muy evidente que el hombre natural no comprende las cosas de Dios. Por consiguiente, este mismo hombre no com­ prende las cosas de Satanás. Dado que el hombre espiritual
  • 16. 14 Transferencia de espíritus comprende las cosas del Espíritu de Dios, también debería com­ prender las cosas del espíritu del demonio. Pero... aquí está el problema. Aunque muchos han recibido instrucción sobre las cosas del Espíritu Santo, pocos han sido instruidos en las cosas del espíritu inmundo. Pocos seminarios o institutos bíblicos tienen cursos sobre el demonio o demoniología. ¿Cuántas veces escuchó usted a una persona que haya ido a la iglesia a dar un sermón sobre los ángeles caídos y sus actividades? De alguna forma, pensamos, como la ostra del cuento, que si cerramos nuestros ojos y nues­ tro entendimiento a su presencia, el enemigo se irá. Aun los cris­ tianos llenos del Espíritu harán un comentario tan poco sabio como: "Mientras haya dos tercios de ángeles buenos alrededor, no tengo por qué preocuparme por el tercio restante de ángeles caídos", o "Yo le dedico todo mi tiempo y mis pensamientos al Señor. No tengo tiempo ni interés para las obras de Satanás". Ahora bien, ese tipo de afirmaciones pueden sonar muy buenas, honorables y espirituales, pero lamentablemente son poco realistas. Afortunadamente, hay personas espirituales que están preocupadas por el Señor, comprometidas y en constante comunión con Él, que se han colocado toda la armadura, porque se dan cuenta de que hay un enemigo que está buscando destruir a los hijos de Dios. Trabajar con el mundo espiritual generalmente no nos hace ganar respeto o compañerismo, ni siquiera de parte de los demás ministros. En cambio, quizá ellos sean los primeros en fruncir el ceño o deslizar algún comentario poco favorable sobre un her­ mano que se atreve a exponer al enemigo. No lo hacen necesa­ riamente porque estén a favor del enemigo, sino porque no comprenden lo serio que es el tema y la habilidad y las artima­ ñas del adversario. Esto no solo sucede en el mundo espiritual, sino también en el ámbito de la tecnología. ¡Cuánto se burlaron de los invento­ res del teléfono o la electricidad...! se mofaron de ellos llamán­ dolos "soñadores"; sus seres queridos los rechazaron; otros publicaron que eran unos tontos. Esto les sucede tanto a los ex­
  • 17. Alexander William Ness 15 ploradores, como a los médicos, los ecologistas, los religiosos o los científicos. Pensemos en la angustia de Luis Pasteur en su investiga­ ción de los microbios y en su ansiedad por demostrar la peligro­ sidad de los gérmenes. Sólo después de que Anton van Leeuwenhoek inventó el primer microscopio pudo Pasteur ver esos pequeños gérmenes. Los científicos Spallanzani y Swan decían que eran demasiado pequeños e insignificantes como pa­ ra afectar a la humanidad, que era un tema sin importancia que no merecía la investigación y el interés de mentes inteligentes. Es claro el paralelismo con la actitud de los teólogos hacia la existencia y el obrar del mundo demoníaco. El profesor Balard le preguntó un día a Pasteur: "¿Qué es lo que está estudiando con tanto interés?" Su respuesta fue: "Organismos vivos, o gér­ menes". Para esta época, Pasteur ya había resuelto el enigma de Mitscherlich, que había dejado atónitos a todos los mejores científicos. Dado que ahora tenía renombre mundial, algunos se atrevieron a escucharlo. Pasteur estaba convencido de que la fermentación se debía a la obra de algunos gérmenes especiales; que un determinado germen hacía que la leche se volviera ácida y produjera ácido láctico: que otro germen producía el ácido acético, y otro pro­ ducía ácido úrico. Balard replicó: "Hijo mío, tienes la extraña capacidad de inventar las teorías más increíbles sin ningún fun­ damento. Esta teoría tuya hará que te metas en problemas. Los científicos te ridiculizarán y te pedirán explicaciones. Ellos creen que esos gérmenes microscópicos, a los que les das tanta importancia no tienen ningún valor". La respuesta de Pasteur fue breve: "Estoy listo". Y probó que los organismos microscópicos eran producidos por otros organismos vivos microscópicos. Es­ taba convencido de que si un área era estéril y estaba libre de cualquier microorganismo vivo, ninguno se produciría espontá­ neamente. Esto condujo a la teoría de que si estos microorganis­ mos podían ser destruidos por el calor, los alimentos estarían libres de gérmenes. El proceso se llamó "pasteurización", y tan­ to la ciencia médica como nosotros nos beneficiamos con él.
  • 18. 16 Transferencia de espíritus Pasteur estaba plenamente comprometido con su batalla contra la enfermedad, cuando, siendo aún joven, sufrió un ata­ que que le provocó la pérdida del habla y el control de sus mús­ culos. Tan pronto como recuperó suficientes fuerzas, comenzó a trabajar nuevamente. La pérdida de su pequeña hija le dio una razón para com prom eterse hasta la muerte. Pronto esta­ ría expuesto al mayor ridículo, pero también a los más grandes descubrimientos. Cuando estudiaba los hábitos del germen del cólera, de día y de noche, no descansó hasta que descubrió una vacuna. Los médicos y los veterinarios lo acusaron de meterse en terrenos que no conocía. Pasteur siguió trabajando hasta que elaboró la vacuna para el ántrax, que mataba miles de animales de ganado vacuno y ovino. Francia le otorgó muchos honores, incluso la Gran Cruz de la Legión de Honor. Hoy en día todos nos beneficiamos con los resultados de los estudios y los descu­ brimientos del profesor Luis Pasteur. Pero él tuvo que pagar el precio. Hoy, sus descubrimientos son hechos científicos. Por lo tanto, es tonto que yo trate de probar la realidad de la transferencia de espíritus a quien no está vivo y alerta espiri­ tualmente. A menos que tenga el Espíritu de Cristo que habite en él, no podrá comprender el tema. Aun un cristiano nacido de nuevo, lleno del Espíritu, tendrá que pedirle en oración al Espí­ ritu Santo que le dé apertura y comprensión. El enemigo hará todo lo posible para que esta verdad no llegue a los creyentes, porque es un arma que él utiliza muy efectivamente para causar desorden, confusión y destrucción en las filas de los hijos de Dios. Si el enemigo, en lo natural, tuviera un arma con la que pu­ diera convertir la oposición en sumisión, confusión, rebelión y rendición, haría todo lo que estuviera a su alcance para prote­ gerla para que nadie la descubriera. Quisiera que usted reflexionara en el hecho de que el ene­ migo hace precisamente eso por medio del arma que es la tran- ferencia de espíritus. Vez tras vez ha causado divisiones para lo que utiliza fuertes ataduras personales en las organizaciones y entre quienes no pertenecen a organización alguna. Ha utilizado
  • 19. Alexander William Ness 17 el espíritu de rebelión para provocar divisiones, fragmentacio­ nes, cultos y doctrinas, y desorden en las filas del pueblo de Dios. Las personas dominantes han puesto su espíritu sobre los de las personas sumisas y las han llevado cautivas a una matan­ za espiritual. Trate de hacerlos reaccionar ante el peligro que sufren, y se encontrará que habla ante un par de ojos fijos, como si fueran víctimas de un estado hipnótico, que sólo aceptan la guía de su agresor. He tratado de razonar con personas en esta situación y sólo pude ver que su raciocinio en esta área estaba tan plagado de prejuicios que se hacía imposible reflexionar. Algunas veces me he preguntado si no habían cedido a esa oscuridad porque permitieron que la luz que había en ellos se convirtiera en tinie­ blas. Hace algún tiempo hubiera desesperado, pero en los últi­ mos años he descubierto que el siervo de Dios tiene un remedio, y que tiene el derecho y la autoridad para "atar y desatar" en el mundo espiritual, "...y todo lo que atares en la tierra será ata­ do en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desa­ tado en los cielos" (Mateo 16:19). Ahora bien, si alguien que alguna vez tuvo luz pudo caer en tal oscuridad espiritual que ya no puede ver lo que le ha sucedi­ do, ¿qué queda para la persona que jam ás ha tenido luz? En los capítulos siguientes, mostraré lo que Dios nos ofrece para im­ partir un buen espíritu de una persona a otra, y veremos cómo espíritus malignos o errados pueden tranferirse de una persona a otra. Quisiera hacer una distinción entre espíritus "malignos" y "errados". Sabemos que el "Espíritu del Señor" puede venir sobre una persona. Es un acto directo, soberano, de Dios. Un creyente puede poseer el Espíritu Santo e impartir un buen espí­ ritu a otro u otros. Este podría ser su propio espíritu, que puede no ser malo. Pero también está el "espíritu maligno" que puede venir sobre una persona. Este es un acto directo y soberano de Satanás. Esto no puede sucederle a creyentes que habitan bajo el abrigo de la sangre de Cristo. Pero hay un área donde los cre­ yentes pueden ser atacados, aunque no poseídos, de la que ha­ blaremos más tarde.
  • 20. 18 Transferencia de espíritus Una persona puede estar bajo el control o aun la posesión de espíritus malignos e impartir estos espíritus a otra u otras. También, una persona puede impartir su propio espíritu a otros, sin que necesariamente sea un espíritu "maligno". Estas áreas requieren de un estudio más profundo que efectuaremos en otros capítulos. Pero volvamos al tema original de este capítulo. Dado que trato un tema no sólo controversial sino sobre el cual hay poco o nada escrito (aunque sí hay mucho en la Biblia), debo hacer todo el esfuerzo necesario para enfatizar que el hombre natural no comprenderá la "transferencia de espíritus". El hombre natural, o quizá mejor conocido como el hom­ bre psicológico, no comprenderá las cosas del Espíritu porque para obtener conocimiento depende de sus cinco sentidos: vista, audición, olfato, gusto y tacto. No es necesario elaborar compli­ cadas teorías para demostrar el hecho de que este hombre acep­ ta (aunque no las comprenda) las cosas de este mundo que no puede probar, pero no hará lo mismo con las cosas del mundo espiritual. El hombre espiritual, por el contrario, descubre que las cosas que no ve son más tangibles que las que sí ve. "...no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las cosas que no se ven son eternas" (2 Corintios 4:18). Ahora bien, si yo quisiera hacerle conocer a una persona un hermoso jardín de flores, apelaría a sus sentidos. Le diría: "Ven conmigo, mira estas hermosas rosas, toca los pétalos aterciope­ lados, inclínate y llena tus pulmones de su maravilloso perfu­ me". La respuesta, por supuesto, sería: "Son hermosas, y su perfume es suave". Pero si quiero que alguien pueda comprobar la belleza del mundo del Espíritu de Dios y los horrores del mundo espiritual de Satanás, debo apelar a aquellos que operan con un sexto sentido: el ser espiritual. Observemos que una persona nacida de nuevo y llena del Espíritu Santo se comunica con Dios en este ámbito. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios" (Romanos 8:16).
  • 21. Alexander William Ness 19 De la misma forma que el hijo de Dios se comunica en el ámbito espiritual con Dios, así el siervo de Satanás se comuni­ ca en el ámbito espiritual con su dios. El espiritismo, la necro- mancia y las demás formas de comunicación con lo oculto son reales. Es cierto que los hijos de Satanás prefieren esos espíri­ tus. Confirmaremos esta temible realidad más adelante. El hecho es que el hombre natural, no regenerado, el hom­ bre dual, psíquico y físico, que obra sólo por medio de sus cin­ co sentidos del cuerpo, no puede comprender las cosas que son del Espíritu de Dios. Debo llegar a la siguiente conclusión: que el hombre nacido de nuevo que no "anda en el Espíritu", sino que sólo se ocupa de las cosas naturales, no puede discernir las cosas del Espíritu. Los temas tales como la "transferencia de es­ píritus" le parecen tonterías, y la posibilidad de la posesión de­ moníaca, una verdadera insensatez. En realidad, algunos cristianos hasta encuentran difícil creer en los ángeles. Un cris­ tiano dijo: "¿Ha visto usted algún ángel? A menos que vea a uno con mis propios ojos, no creeré". Pero la Palabra de Dios regis­ tra vez tras vez la existencia, apariencia, palabras y obras reali­ zadas por ángeles. En otros capítulos lo estudiaremos. Pero, ¿por qué somos tan lentos para aceptar algo tan real? La realidad del mundo espiritual está documentada por la Escri­ tura y la experiencia. La transferencia de espíritus, buenos o ma­ los, está también documentada por la Biblia y la experiencia. Veámoslo.
  • 22.
  • 23. Transferencia de un buen espíritu l espíritu que estaba en Moisés fue transferido a los se­ E tenta ancianos: "Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varo­ nes de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo" (Números 11:16-17). Esta gran unción que estaba sobre Moisés fue derramada sobre los setenta, y ellos profetizaron. El Espíritu vino del Se­ ñor sobre Moisés. Y de Moisés, el Señor tomó el espíritu que es­ taba en él, y se lo dio a los setenta ancianos. Si iban a tener un mismo pensamiento, deberían tener un mismo espíritu. Los hombres que trabajarían con Moisés debían tener su espíritu.
  • 24. 22 Transferencia de espíritus Cuando esto no sucede, encontramos discordia, división y sepa­ ración. Esto se hace visible cuando los copastores, líderes de jó ­ venes o ancianos tienen espíritus contrarios. Una clave del éxito del apóstol Pablo fue que Timoteo y Tito y otros colaboradores suyos eran del mismo espíritu que Pablo. Habían sido criados por él, inspirados por él. Andaban en su espíritu, fieles a él y sus caminos. Por consiguiente, había armonía, buena voluntad y éxito. Donde existe un pastor que busca ayuda de afuera, hay un gran peligro de fracaso. El colaborador que llega, sea líder juve­ nil, anciano, director del coro o lo que sea, viene con "otro es­ píritu". Muy pocos pueden despojarse de este "otro espíritu" y en la mayoría de los casos ni siquiera saben que están bajo su guía. (Usted dirá: "¿Existe eso realmente?" Más tarde le proba­ ré que sí.) Puede llegar con el espíritu de quien lo llevó al Señor, o de su anterior pastor o colaborador, que no necesariamente es ma­ lo, pero quizá no esté en armonía con el que lo recibe. Alguien puede decir: "Pero el Espíritu de Dios está en todos, y por eso no debería haber ninguna división". ¡Totalmente de acuerdo! Pero dígame... ¿por qué hay divisiones, desacuerdos y separa­ ciones? La respuesta es muy simple. No era el mismo Espíritu el que estaba en el pastor Moisés y el resto de los ancianos. El Espíritu que estaba en Moisés y luego en los setenta, los hizo te­ ner un mismo pensamiento. Había sumisión. Aceptaron la autoridad. Trabajaron para el beneficio de todos. No formaron grupos. Apoyaron a Moisés todos los días de su vida. Examinemos las iglesias y organizaciones religiosas de la época actual y veremos esta verdad en funcionamiento... o no. Las iglesias fuertes, cuyas membresías llegan a miles de perso­ nas, tienen copastores, diáconos, directores de coro, maestros de escuela dominical que respetan, admiran, se someten y casi imi­ tan a su pastor. Tienen un espíritu, una visión, una carga, una de­
  • 25. Alexander William Ness 23 terminación. Hay crecimiento, fortaleza, felicidad, logros. Cuando llega un colaborador orgulloso, con otra visión y otro espíritu, pronto se produce un desorden de los seguidores que lleva a lealtades divididas y destinos separados. Hoy se habla mucho en el cuerpo de Cristo del gobierno pluralista, de la "igualdad en el liderazgo", de la democracia bí­ blica. Jamás he descubierto en la Biblia una democracia sancio­ nada por Dios. Cada vez que los hijos de Israel eligieron la democracia, ya fuera fomentada por María y Aarón o Coré, Da- tán y Abiram, siempre trajeron sobre ellos el juicio de Dios. La séptima iglesia del Apocalipsis, Laodicea, que significa "gobier­ no del pueblo" o de la multitud, fue condenada por el Señor. El gobierno de Dios es la teocracia. La iglesia del Nuevo Testamento dio origen al ministerio apostólico de Pablo, pero lo vemos constantemente a la cabeza de cada iglesia que fuera iniciada por su ministerio. Aunque se ordenaban ancianos que tenían responsabilidades pastorales en la iglesia, siempre lo hacían en sumisión a su autoridad apostó­ lica. Ya entre los primeros discípulos, Jacobo declara qué posi­ ción debían tomar en un importante tema doctrinal: "Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre" (Hechos 15:19-20). Es bíblico que los hermanos compartan y guíen, pero ¡po­ bre del grupo de ancianos, diáconos o colaboradores que no ten­ gan un líder ungido por Dios que pueda decir: "Este es el camino, esta es la verdad; andaremos en ella"! El Espíritu que estaba sobre Moisés fue puesto en los se­ tenta. Ahora que iban a colaborar con él. necesitaban el mismo Espíritu que él tenía. No estaban haciéndose cargo de su res­ ponsabilidad; ayudaban y brindaban cuidados pastorales al pue­ blo en el espíritu de Moisés. Si una iglesia tiene un líder en el que habita el Espíritu San­ to, y colaboradores, líderes que reconocen este hecho y reciben de ese Espíritu, veremos fortaleza, crecimiento y armonía, de
  • 26. 24 Transferencia de espíritus forma que las fuerzas del enemigo no podrán penetrar allí. Los ancianos que trabajan con las familias traerán paz, unidad, coo­ peración y fidelidad al pueblo. El director de la escuela domini­ cal podrá impartir este espíritu a los maestros, y ellos a los alumnos. El líder de jóvenes lo impartirá a la juventud. Pero si una persona que tiene "otro espíritu" rompe esta cadena de leal­ tad, pronto se producirán grandes destrozos. Alguien dijo que una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones. Así que el espíritu de unidad y lealtad sólo es fuerte hasta que uno de los eslabones tenga un espíritu contrario. El gran peligro es que el espíritu contrario puede afectar a los eslabones contiguos a menos que se lo reconozca y se trabaje con él. Una y otra vez he visto suceder esto en iglesias y organizaciones en las que un espíritu contrario socava el reino de Dios. Algunos ejemplos: Caso 1: Mi padre era pastor de una iglesia evangélica. Un día, dos evangelistas y maestros itinerantes llegaron a la iglesia con "nueva luz" y "enseñanzas más profundas". Luego de con­ sultar con varios ancianos, les permitieron que entraran a la igle­ sia. Enseñaron, cantaron y trajeron lo que parecía ser un avivamiento a la iglesia. Mi padre, turbado en su espíritu, les ex­ presó su preocupación a otros ancianos, pero ellos no tomaron en cuenta sus palabras, y las reuniones siguieron durante dos meses. Las reuniones de oración duraban toda la noche y causa­ ban trastornos de salud a los hermanos. Más tarde se supo que estos dos hombres eran culpables de actos de inmoralidad, por lo cual huyeron del país, pero su espíritu permaneció y produ­ jo una división irreconciliable en la iglesia, que jam ás pudo re­ cuperarse. Caso 2: La iglesia donde asiste mi suegra tenía un pastor que era bueno como maestro pero no para la tarea pastoral. De­ bía dejar la iglesia. Un anciano se propuso hacer que el pastor saliera. Habló mucho con otro anciano, le transfirió su espíritu de descontento y juntos se pusieron a contagiar ese espíritu. Vi­
  • 27. Alexander William Ness 25 sitaron a los miembros de la iglesia, les impartieron su espíritu, y consiguieron que firmaran una petición para echar al pastor. Cuando llegaron a la casa de mi suegra y comenzaron su tarea, ella reconoció el espíritu que estaban impartiendo y lo resistió. Cuando le mostraron la petición para que la firmara, justam en­ te indignada, la tomó y la rompió en pedazos. Luego reprendió ese espíritu con autoridad dada por Dios. Como consecuencia, surgió el desafío de orar por el tema y permanecer firmes. Así lo hicieron, y dos meses después el pastor recibió una propuesta para enseñar en un instituto, la cual aceptó. La congregación se salvó de los tormentos de la división porque una persona se ne­ gó a aceptar un espíritu que no era de Dios. Caso 3: Un pastor tenía una iglesia feliz y pujante que cre­ cía hasta desbordar. Los colaboradores trabajaban en armonía. La iglesia tenía obras misioneras, publicaciones, un instituto bí­ blico, un ministerio televisivo; era la envidia de toda la ciudad. Durante uno de los seminarios que se dictaban allí, vino un maestro con un espíritu y una doctrina contrarios. Para no tener problemas, el pastor le permitió subir al pulpito. El pastor actuó en forma poco sabia; pero dado que este maestro había sido re­ comendado por un anciano de la iglesia, pensó que sería mejor tratar de calmar la tormenta que se avecinaba. En el breve tiem­ po que ese maestro estuvo en la iglesia, les impartió su espíritu a los colaboradores y líderes de la misma. La primera reunión de líderes después de esos días fue un caos. Los líderes estaban de lado del extraño. En los días siguientes, los líderes y ancia­ nos renunciaron a sus puestos. Algunos de los que se fueron lle­ varon ese mismo espíritu y todas las familias que se reúnen con ellos lo captan también. Si las personas comprendieran lo que es la transferencia de espíritus, evitarían ese peligro. Cada persona que rechaza esa posibilidad, pronto se convierte en víctima. Sur­ ge la pregunta: ¿Por qué estas personas no reconocen ese espí­ ritu y se apartan? La respuesta es simple, y al mismo tiempo no lo es. Si es­ te maestro hubiera llegado como un "león rugiente", habría sido
  • 28. 26 Transferencia de espíritus fácil de detectar. Si su enseñanza hubiera sido totalmente liberal o una total desviación de la verdad reconocida, habría sido fácil de detectar. Pero dado que su sonrisa y su mensaje proyectaban verdad, era difícil ver el fruto de ese ministerio. El fruto tarda en madurar. Los resultados no siempre se ven en un día, una sema­ na o un mes. Reflexionemos un año más tarde y veremos las "bajas" que ha causado ese ministerio. Entonces no se necesita­ rá tanto poder de discernimiento. Un espíritu puede transferirse desde el pulpito, pero seguramente hay más oportunidad de que suceda en una relación de persona a persona. Si usted se da cuenta de que ha sido afectado por un espíritu así, hay sólo una solución: rechácelo totalmente en el nombre de Jesús. Recobre el territorio que ha rendido a ese espíritu en el nombre de Jesús. Al final de este libro encontrará más información sobre cómo obtener liberación.
  • 29. 4 Transferencia de un mal espíritu úmeros 13:26-33; 14:1-2 N Los creyentes seguramente ya conocen la siguiente historia. De todos modos, recordemos brevemente el incidente. Los israelitas estaban en Cades-Barnea, junto al Jordán, miraban hacia Canaán. Habían recibido instrucciones de elegir un hombre de cada una de las doce tribus y enviarlos a espiar la tierra. Estos hombres eran capitanes de miles, principales de las tribus, y considerados líderes de Israel. Entre los doce, y en úl­ tima instancia, entre los diez, había uno de personalidad muy in­ teresante, que contagió un mal espíritu al pueblo. Su nombre era Setur (Números 13:13). Setur, del hebreo sathar, significa "es­ conder o mantener en secreto". Su valor numérico es 666. No sugiero que tenga alguna relación con el 666 de Apocalipsis 13, pero el espíritu está ahí.
  • 30. 28 Transferencia de espíritus Alguno de los diez persuadió a los líderes de que trajeran un informe lleno de temor a los hijos de Israel. Tengo mis sos­ pechas. Ahora veamos: El hombre natural viene como "ángel de luz". (a) "Llegamos a la tierra a la que nos enviaste." Sí, está ahí. (b) "Ciertamente fluye leche y m iel." (c) "Este es el fruto de ella." Dos hombres llevaban un ra­ cimo de uvas, que se sabe que pesaba entre 12 y 23 kilos. (Ha­ ce poco, cuando viajamos a Israel, vimos palos con racimos de uvas. Aún hoy se ven esas uvas que son grandes como ciruelas.) Pero aquí están los puntos negativos: Pero: (a) "El pueblo que habita aquella tierra es fuerte." (b) "Las ciudades muy grandes y fortificadas." (c) "Vimos allí gigantes... y éramos nosotros... como lan­ gostas. " Primero llegaron como "ángeles de luz". La Palabra de Dios y la de Moisés eran ciertas. La tierra, la leche, la miel y las frutas estaban allí. Pero Caleb tenía otro espíritu. Se puso de pie de un salto, hizo callar a los hombres, y dijo: "Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos" (v. 30). Caleb tenía un espíritu diferente del de los diez. En Números 14:24, Dios dijo: "Pero a mi sie rvo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíri­ tu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde en­ tró, y su descendencia la tendrá en posesión." Aquí vemos dos espíritus que quieren captar a las personas. Uno era contrario al otro. Uno es el espíritu de incredulidad ves­ tido de ropajes de espíritu práctico. "Lo vimos, es cierto, es grandioso... pero no podemos". El enemigo nunca llega a los hi­ jos de Dios como león rugiente. ¿Lo ha oído últimamente? "El pastor trabaja tanto... Ha hecho grandes cosas, pero..." y se siembran las preguntas y las dudas. "Esa hermana es una gran
  • 31. Alexander William Ness 29 mujer de oración, y tiene un gran corazón, pero..." Veamos ahora cómo Josué y Caleb actuaron en fe: (a) "Más podremos nosotros que ellos." (b) "Jehová... nos llevará a esta tierra." (c) "Nos la entregará." (d) "Nosotros los comeremos como p a n ." (e) "Su amparo se ha apartado de ellos." (f) "No los temáis." (v. 30; 14:7-9). La pregunta es: ¿quién ganará? El pueblo, ¿les creerá a los diez espías que dieron informes negativos-positivos? El enemi­ go siempre usa lo positivo para abrir la puerta de nuestro espíri­ tu y luego coloca allí dudas, temor, orgullo y ambición. ¿O les creerán a Josué y Caleb, que tenían "otro espíritu" que el de los diez? Bueno, por supuesto, el relato es claro. Siguieron el espí­ ritu y el consejo de los diez. ¿Por qué? Sugiero varias razones: (1) Existe la tendencia de seguir la decisión de la mayoría. Las juntas de las iglesias, de las denominaciones o grupos que forman asambleas, tienen la tendencia de aceptar la voluntad de la mayoría como voluntad de Dios. Pero no existen muchos re­ latos de la Biblia en que la decisión de la mayoría fuera correc­ ta. Naturalmente, esto sería válido si la mayoría anduviera y actuara en el Espíritu de Dios. (2) Trajeron un mensaje negativo. Los seres humanos tene­ mos la tendencia a creer los mensajes negativos. "El hermano Smith lideró un gran avivamiento en Europa", o "el hermano Smith fue hallado culpable de adulterio". ¿Qué mensaje se di­ fundiría más rápido? (3) El pueblo era de hombres de gran estatura, gigantes. "Si aceptamos el informe positivo, van a llamarnos a la batalla. Si aceptamos el informe de la mayoría, no tendremos que hacer
  • 32. 30 Transferencia de espíritus nada. Sólo queremos quedamos aquí, contentos con el estado en que están las cosas. Después de todo, nosotros enviamos a esos hombres, y ellos son los enviados reales, así que debemos aceptar su informe y actuar en consecuencia." Ya tenían pensado que al aceptar el informe de la mayoría estarían justificados y libres de obligaciones. La verdad del asunto, como lo señala este relato, era que estaban bajo el espíritu de los diez, y se convirtieron en presas fáciles de un espíritu satánico de incredulidad y temor. Dios mismo ratifica esta situación, cuando declara que Caleb y Josué eran "de otro espíritu" que el de los diez. Aunque les pareció razonable y fácil seguir el informe de los diez, porque dejaron que su espíritu los controlara, todos pe­ recieron en el desierto. Los niños y jóvenes menores de veinte años salvaron sus vidas porque siguieron el ejemplo de sus pa­ dres. Josué se reunió con la nueva generación, y escuchó el in­ forme de los dos espías: "Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desma­ yan delante de nosotros" (Josué 2:24). Ellos recibieron el espíritu de fe y coraje. ¿El resultado? Entraron victoriosos en la tierra que el Señor les había prometido. Esto sigue siendo cierto en la actualidad. Un pastor, atrapa­ do por la fe y una visión para su ciudad, nación o mundo, la co­ munica a otros, y pronto muchos más se unen a él en la tarea. Las cosas funcionan. Pero al enemigo esto no le gusta, por lo que trata de plantar obstáculos, ya sea en el equipo de colabora­ dores o en la congregación. En la misma ciudad hay otro pastor que tiene poco o nada de visión. Está contento con tener unos pocos con los que pue­ da tener comunión. Todo está bien mientras llegue el dinero ne­ cesario para pagar las cuentas, mientras pueda tomarse días libres, pasar todo el tiempo posible con su familia y amigos y mantenga un nivel aceptable en lo que concierne a él y a sus amigos. Mientras tanto, la comunidad, la ciudad y la nación se
  • 33. Alexander William Ness 31 van a una eternidad sin Cristo y no hay ningún sonido de trom­ peta que llame a la batalla. Cuando construimos el Centro Cristiano escribimos en la piedra fundamental: "Armería de nuestro Señor Jesucristo". Aquí los soldados vienen a entrenarse para batallar y ganar vic­ torias para nuestro Señor. El territorio enemigo debe ser con­ quistado y debe establecerse el reino de Dios. Que siempre sea así, hasta que Jesús regrese. Si no tenemos cuidado, podemos adoptar el espíritu de las personas con las que compartimos. Si su espíritu es el correcto, su visión, su carga y su fe son inspiradas por Dios, en otras pa­ labras, si su espíritu es de Dios, es bueno estar en compañía de ellas. Esto puede aplicarse a una reunión de creyentes, una fa­ milia o un individuo. Si su espíritu es contrario a lo que mencionamos, y usted absorbe ese espíritu, está en problemas. Nuevamente lo digo: debemos ser cuidadosos en discernir estos espíritus. El enemigo no siempre viene como león rugiente. La mayoría de nosotros lo reconocería inmediatamente. Los diez espías empezaron dicien­ do: "Es una buena tierra... fluye leche y miel... aquí están las uvas de Escol". Luego siguió lo negativo: "Ellos son gigantes, nosotros somos langostas. Sus ciudades están amuralladas y por lo tanto son impenetrables". Ellos impartieron un espíritu de te­ mor y de incredulidad a la multitud. El enemigo trabaja con el mismo principio hoy. Hace que sus siervos usen la Biblia y el nombre de Jesús en su ministerio, y el creyente común se confunde. Las sectas falsas usan invaria­ blemente la Biblia, y hacen referencia a Dios, a Jesús y al Espí­ ritu Santo. Los frutos de los maestros pueden no existir, pero nos ciegan sus obras. Jesús nos enseñó que: "Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:16). Demos una ilustración: Un hombre causó una división completa en una iglesia. Había algunos problemas reales en esa congregación, que podrían haberse superado con un ministerio de reconciliación y restauración. Luego, este hombre fue a otras iglesias, pero no pudo compatibilizar con ningún pastor. Final­
  • 34. 32 Transferencia de espíritus mente se quedó en una iglesia porque estaba de acuerdo con el pastor en el tema de liberación. Esta relación duró poco. Co­ menzó a asistir a una iglesia en la otra punta de la ciudad y en menos de seis meses creó su propio grupo en una sesión de li­ beración casera. Esto lo llevó a cortar la relación con su iglesia y establecer un centro de liberación de tiempo completo. Desde entonces, varias personas me han pedido que ministre a algunos que habían ido a vivir a ese centro en busca de ayuda, pero que sólo lograron salir más confundidos y atormentados. En ese "centro de liberación", leían la Biblia, usaban el nombre de Jesús e intentaban echar fuera demonios, oraban, cantaban y, a su manera, adoraban. Un día vino a verme una se­ ñora que había estado en ese centro. Apenas entró me di cuenta de que estaba muy mal. No podía estar sentada tranquila. Se re­ torcía las manos, sus labios temblaban, se pasaba una mano por el cabello... finalmente estalló: "Estoy llena de demonios. Me están enloqueciendo". De alguna manera pude tranquizarla, ase­ gurándole que su problema podía ser solucionado y que había esperanza de redimirla. Se calmó lo suficiente como para con­ tarme los pasos previos. Su historia, en resumen, es esta: Se sentía atormentada por la culpa y otros complejos. En­ tonces, una amiga le aconsejó que fuera a este "centro" para ser liberada de los demonios. Allí la aceptaron muy cordialmente y le dieron alojamiento por un tiempo. Al principio, ella creyó que había hecho lo correcto. Pasó una semana. Lo que parecía ser un alivio temporario pronto se hizo pedazos. Un pequeño desacuer­ do con el líder de este grupo trajo este espíritu a la luz. Palabras y obras de la carne, como luchas e iras se hicieron claramente visibles. Cuando ella se decidió a dejar el lugar, estas obras au­ mentaron, hacían que la separación fuera dolorosa y atormenta­ da. Ahora ella estaba convencida de que había "otros siete espíritus malignos" que la poseían. Ella jamás hubiera ido a ese "centro de liberación", a esa casa, si otra persona no le hubiera recomendado que fuera. Ja­ más se hubiera quedado durante una semana si allí no hubiera habido lectura bíblica, oración y si no se hubiera mencionado el
  • 35. Alexander William Ness 33 nombre de Jesús. Fue necesario que hubiera un desacuerdo pa­ ra que se desenmascarara el verdadero espíritu de ese líder. A partir de este hecho, ese centro se cerró y el autoproclamado ministro ha dejado el ministerio. Cuidémonos de los líderes que parecen hacer grandes dem ostraciones de supuestos do­ nes del Espíritu, pero no m anifiestan en forma consistente el fruto del Espíritu. Sigue siendo cierto que "por sus frutos los conoceréis".
  • 36.
  • 37. 5 Luchando contra los santos E l capítulo seis de Efesios revela que Satanás constante­ mente hace la guerra a los santos. Tiene métodos, for­ mas y medios, estrategias y planes con los cuales pretende hacer fracasar la obra de Dios en ellos. Los planes y el propósito de Dios para su pueblo se revelan en Efesios 4:13: "...hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del co­ nocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo." En este versículo se ve claramente que Dios planea que su pueblo sea uno en "la fe" de su Hijo, que madure a su imagen y semejanza. Satanás tiene métodos para evitar que madure­ mos. Él intenta que seamos como él, engañosos, mentirosos, malvados. Pablo tenía una imagen muy clara de lo que sucede en el mundo espiritual. Nos dice:
  • 38. 36 Transferencia d e espíritus "Vestios de toda la arm adura de D ios, para que podáis es­ tar firm es contra las asechanzas del diablo" (Efesios 6:11). A sechanzas (m ethodeias) significa sim plem ente sus planes, métodos o estratagem as para engañar, esclavizar o atrapar las almas de los hom bres para que pequen y así hagan nula la obra del Espíritu Santo que trabaja para producir en ellos la im agen y la sem ejanza de Cristo. Por supuesto, este desarrollo de la sem ejanza de Cristo en nosotros es un asunto espiritual. Cuanto m ás pronto reconozca esta verdad un cristiano, más pronto aprenderá cóm o resistir al diablo. Es descorazonador ver a Satanás m aniobrar y usar a un hijo de Dios para lograr sus metas. Lo veo en todas partes. L í­ deres de denom inaciones, m isioneros y todos nosotros caemos en m anos del diablo y somos usados por él, m ientras pensam os que somos usados por Dios. A plique esta experiencia a su pro­ pia relación con su familia, con sus parientes o con sus com pa­ ñeros de trabajo. Una vez estuve en un país donde los obispos de las deno­ m inaciones históricas más im portantes acordaron colaborar con un congreso sobre evangelism o y una cruzada, pero los líderes de la denom inación pentecostal estaban divididos sin remedio: "Si 'tal persona' colabora o tiene un papel de liderazgo, no apo­ yarem os esta actividad". M i reacción inm ediata fue ser condi­ cional: si no conseguim os apoyo pleno, sin condiciones, de todos los grupos, entonces no iremos. Cuanto más oraba por la situación y la analizaba en el Espíritu, más claro lo veía. Pronto me di cuenta de que al im poner condiciones, estaría colaboran­ do con ese espíritu inm undo de las "facciones". La alternativa era atar esos espíritus y reclam ar la victoria para Cristo. C oncor­ dam os con otro herm ano en que esto era obra del enem igo, y así pudim os vencer, en el nom bre de Jesús, estas fuerzas opositoras y tuvim os una gran cruzada de victoria. En otra ocasión en que fui a predicar al extranjero, dos de las personalidades más im portantes estaban bajo el control de espíritus envidiosos, autocom pasivos, ávidos de escalar posicio­ nes. En algunos aspectos, eran personalidades fuertes y dom i­
  • 39. Alexander William N ess 37 nantes. M i colaborador, que llegó antes que yo, sin experiencia en este tipo de guerra espiritual, bajó sus defensas. Pronto se so­ m etió a estas personalidades y violó casi todas las instrucciones que había recibido para organizar la cruzada. C uando yo llegué, ocho días antes de que la cruzada com enzara, encontré caos en vez de preparativos ordenados. Luego de hacerle cinco o seis sim ples preguntas, no sólo me di cuenta de lo que había sucedi­ do, sino que él tam bién com prendió que había sido dom inado. Sin experiencia en cuanto a cóm o tratar con sus espíritus orgu­ llosos y dom inantes, tem eroso de m olestar a los líderes nacio­ nales, cedió a la inacción y a la falta de efectividad. Sólo había una cosa por hacer: discipular al joven y m ostrarle su error al ser dem asiado am able y gentil, y tom ar autoridad sobre la situa­ ción. La batalla continuó, pero no tom am os sólo la posición de­ fensiva sino tam bién la ofensiva. L a noche anterior al últim o día de la cruzada, ganam os la batalla final para Cristo. La prueba de victoria fue su continuo pedido de disculpas por sus acciones. Ellos pidieron el perdón de D ios y de los hom bres. D urante los días finales se desarrolló una com unión en las relaciones q u e ja- m ás se había logrado antes. Antes ellos se ofendían por cualquier decisión que se tom a­ ra sin consultarlos. Creían que debían ser consultados aun por los detalles m ás insignificantes, com o qué personas serían visi­ tadas, o a quiénes se les hablaría por teléfono, o a quiénes se les pediría que oraran durante la cruzada, o a quiénes debía consul­ tarse por cualquier razón. Se sentían heridos y dolidos si no los consultaban y rápidam ente contagiaban ese espíritu a otros. E s­ tos espíritus tuvieron que ser expuestos com o no correspondien­ tes a hom bres de D ios, confesados y atados. N uestra batalla no es contra hom bres, sino contra los espíritus que los mueven y los controlan. "Porque no tenem os lucha contra sangre y carne, sino con­ tra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de m aldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12). N osotros no lucham os (pale) contra sangre y carne, ni con­
  • 40. 38 Transferencia de espíritus tra santos o personalidades hum anas perdidas. Detrás de estas m anifestaciones que no son de Dios, provenientes de am igos o enem igos, están los espíritus cuyo trabajo es crear condiciones desagradables. Satanás tiene una estru ctu ra que d escubrim os en el v er­ sículo 12: (1) Principados (archas): Son gobernantes, seres espiritua­ les de m uy alto rango en el reino del diablo. Parecen ser de alto nivel y han m antenido esa posición desde tiem pos inm em oria­ les. Asociam os las palabras com o "arqueología" o "arcaico", con algo que ha existido durante un largo tiem po. Pablo, que tuvo un atisbo de la estructura del cielo, supo de la posición y la fuerza de estos principados. Pero tam bién reco­ noció que el Cristo resucitado tenía un nom bre y una posición "sobre todo principado y autoridad" (Efesios 1:21). Al advertirle a la iglesia de Colosas, el apóstol les señala nuevam ente que los creyentes deben tener m ucho cuidado: "Mirad que nadie os engañe p o r m edio de filosofías y hue­ cas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conform e a los rudim entos del mundo, y no según Cristo" (Colosenses 2:8). Esto es realm ente lo que sucede en las aulas, cuando el es­ píritu del profesor, con sus vanas filosofías, se contagia a los alum nos, y ellos acaban por creer una m entira. Pablo dice que tengam os cuidado de que esto no nos suceda a nosotros, puesto que en realidad som os parte de Cristo: "y vosotros estáis com ­ pletos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad" (Colosenses 2:10). Esta estructura de principados es definitiva­ mente un poder reconocido. Los "creyentes" no deben temer, pues Cristo, nuestra Cabeza, está por sobre toda esta poderosa estructura. N o obstante, lucham os contra estos poderes. (2) C ontra "potestades" (exousias), autoridades: Estos po­ deres parecen obtener su "autoridad" de los principados m encio­ nados en prim er lugar. Jesús les dijo a sus discípulos en Lucas 10:19: "He a q u í os doy potestad" (exousia), autoridad delegada
  • 41. A lex an der William N ess 39 o el derecho de usar su poder para destruir las obras de Satanás cuando fuera necesario. A quí, en Efesios 6:12 parece que estos poderes tienen autoridad delegada de los principados, y de Sata­ nás m ism o, para destruir la obra de Dios en los santos, así como para destruir la obra de los santos para Cristo. ¿A lguna vez se dio cuenta de que cuando realm ente se dis­ pone a hacer algo para el Señor, aparecen todo tipo de obstácu­ los y hasta factores que anulan su trabajo? Si lo reconocem os de una vez, y nos dam os cuenta de que se nos ha dado autoridad sobre toda la autoridad de estos poderes m alignos, la victoria es­ tá asegurada cuando la ejercitam os. A unque lucham os contra estos poderes, Dios ya ha provisto la victoria para sus hijos. E sta "lucha" es entre los santos y los espíritus rebeldes. La autoridad de ellos deriva de Satanás y sus principados. La nues­ tra deriva de Dios y de su H ijo Jesucristo. Cada vez que falla­ mos en esta guerra, Satanás le echa en cara a Dios: "Mi poder es m ayor que el tuyo". El poder de Dios es tan grande como la fe que tenem os para apropiarnos de lo que ha provisto para no­ sotros. ¡Qué im portante es que aprendam os a apropiarnos de todo lo que nos ha provisto! (3) C ontra "los gobernadores de las tinieblas de este siglo" (koshokratopas). Estos son espíritus gobernadores del mundo. Son responsables de gobernar las naciones de este planeta. Ellos m antienen a los pueblos en oscuridad espiritual. Esto puede ver­ se m uy claram ente al viajar por el mundo. Donde hay creyentes llenos del Espíritu, que saben cóm o orar en el Espíritu, pueden verse algunas aperturas. Las autoridades de los gobiernos se vuelven más abiertas al evangelio y lo que este representa. Es posible concretar una audiencia con el Jefe de Estado, que sea provechosa. N aturalm ente, los presidentes, prim eros m inistros y otros jefes de Estado negarían la existencia de cualquier control o guía del m undo espiritual. Pero la nieguen o no, es real. D aniel enfrentó a uno de estos gobernadores: "Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante
  • 42. 40 Transferencia d e espíritus veintiún días; pero he aquí M iguel, uno de los principales p rín ­ cipes, vino para ayudarme, y quedé a llí con los reyes de Persia" (Daniel 10:13). Com o antecedente de este encuentro, podem os ver en los versículos anteriores que D aniel había ayunado y orado durante más de tres semanas. Luego tuvo una visión (que no tuvieron los dem ás que estaban con él). Vio en el m undo espiritual, y vio es­ tos "gobernadores del m undo espiritual", que controlaban a las naciones, y ponían obstáculos al pueblo de Dios. El príncipe de Persia gobernaba esta parte del m undo para Satanás, que es el "dios de este m undo". Satanás tom ó el control de este m undo de Adán, a quien se le había dado inicialm ente todo el dominio. Sa­ tanás ahora es el gobernador (archor) de este mundo. "Ahora es el ju icio de este mundo; ahora el príncipe de es­ te m undo será echado fu e r a ” (Juan 12:31). Jesucristo vino para dar su vida, pagar el castigo del peca­ do y, com o segundo Adán, al dar su vida, (v. 32), restauraría los reinos a sí mismo. Ellos fueron perdidos por el hom bre y serían restaurados por el hom bre redim ido. No es una palabra necia que se nos diga que debam os orar porque "...venga tu reino. H á­ gase tu voluntad, como en el cielo, a sí también en la tierra". Sa­ tanás lleva a cabo su proceso de retener los reinos a través de estos gobernadores del m undo que se m anifiestan a través de los gobernantes terrenales. Cristo realiza su proceso de restaurar el reino a través de sus autoridades celestiales y se m anifiesta a tra­ vés de su cuerpo, la iglesia. A llí es donde se produce la lucha, el ejercicio espiritual en el que tan pocos se anim an a entrar. Jesús tenía plena conciencia de los derechos de Satanás. "No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el p rín ­ cipe de este mundo, y él nada tiene en m í" (Juan 14:30). Jesús reconoció a Satanás como príncipe de este m undo. También sabía que Satanás no debía tener ninguna parte legíti­ m a en su ser "tres en uno". No había relación con Satanás en ninguna parte de su ser. Cuando A dán pecó y entró la m uerte, Dios reconoció el derecho de Satanás sobre el hom bre y su do­ minio. Pero ahora, cuando Satanás lleva a la muerte a un inocen­
  • 43. A lex an der William N ess 41 te. sobre el que no puede reclam ar nada, de ninguna forma, ¡el diablo debe rendir todo lo que el pueblo de Dios puede reclam ar en el nom bre victorioso y sin pecado del últim o Adán, Jesucris­ to! La lucha entre las fuerzas de Satanás y las de nuestro Se­ ñor continúa en los cielos, y su m anifestación se hace visible en la tierra. Dios dio profecías específicas a cum plirse en las nacio­ nes del mundo. Satanás sabe esto, y pone obstáculos para ese cum plim iento con todos los poderes de que dispone. Dios tam ­ bién tiene ángeles que tienen com o m isión cum plir su voluntad (M ateo 13:41,49). La guerra en los cielos continuará hasta el tiem po del fin. Es bueno que recordem os cuál será el resultado. "En aquel tiem po se levantará M iguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angus­ tia, cual nunca fu e desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se ha­ llen escritos en el libro" (Daniel 12:1). "Después hubo una gran batalla en el cielo: M iguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fu e lanzado fu era el gran dragón, la serpiente an­ tigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al m undo entero; fu e arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces o í una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la au­ toridad de su C risto; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros herm anos, el que los acusaba delante de nuestro D ios día y noche. Y ellos le han vencido p o r m edio de la sangre del Cordero y de la palabra del testim onio de ellos, y m enospre­ ciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y los que m oráis en ellos. ¡Ay de los m oradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiem po" (A pocalipsis 12:7-12). Es cierto que estos poderes están en guerra sobre los go­
  • 44. 42 Transferencia de espíritus biernos de esta tierra. H ay naciones que tienen poco o nada de testim onio cristiano. A llí hay pecado, m aldad, oscuridad, igno­ rancia, pobreza y enferm edad. El gobernador de las tinieblas tie­ ne el con tro l total. P uede com u n icar sus deseos a los legisladores sin obstáculos. Pone su espíritu de opresión sobre los líderes. O prim e a los pobres, a los cristianos y a la hum ani­ dad en general. D onde hay un fuerte testim onio evangélico, la obra del ene­ migo enfrenta oposición. Los creyentes com ienzan a orar por los líderes, aunque estos no amen a Dios. C om ienzan a atar al enem igo que quiere controlarlos, y pronto se m arca la diferen­ cia. Se aprueban leyes que m uestran com pasión por los pobres, que reconocen los derechos de todos los ciudadanos a adorar en libertad y los derechos hum anos básicos. Estas son todas bata­ llas espirituales que no necesariam ente se pelean en los pasillos de los congresos, sino en los cielos. En la B iblia (D aniel 10:21) vemos que M iguel es el "prín­ cipe" (en hebreo, sar), que quiere decir que es el gobernador principal de Israel. En el versículo 20 vemos que existe un prín­ cipe de Grecia. Pero de la m ism a form a que hay príncipes o gobernadores sobre naciones, tam bién hay gobernadores o potestades sobre individuos. Estas potestades pueden ser buenas o pueden estar destinadas a destruirnos. Jesús dijo que cada uno de sus hijos tenía un ángel que m i­ nistraba bien a su favor: "Mirad que no m enospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el ros­ tro de m i Padre que está en los cielos" (M ateo 18:10). "¿No son todos espíritus ministradores, enviados para ser­ vicio a fa v o r de los que serán herederos de la salvación?" (H e­ breos 1:14). El apóstol Pablo tam bién habló de poderes m alignos que deseaban m inistrar al hijo de Dios. Por lo tanto, debem os reco­ nocer que estam os en batalla, no contra sangre y carne, sino contra poderes espirituales en los lugares altos.
  • 45. Ale x and e r William N ess 43 "(Porque las arm as de nuestra m ilicia no son carnales, si­ no poderosas en D ios para la destrucción de fo rta le za s,) derri­ bando argum entos y toda altivez que se levanta contra el conocim iento de Dios, y llevando cautivo todo pensam iento a la obediencia a Cristo" (2 C orintios 10:4,5). Observará que dice "para la destrucción de fortalezas". No es construir sino echar abajo. También dice "derribando argu­ m entos". Los grandes argum entos de la tía D orothy o Harry, el m iem bro del coro, no son realm ente suyos. Esos argum entos im aginativos son los que revuelven las cosas constantem ente y son obras del enem igo. Usted puede tratar de evitar a esas per­ sonas problem áticas, pero no lucham os contra carne y sangre. La persona que tiene esa im aginación desatada, que no es de Dios, está bajo el espíritu del m aligno y está transfiriendo su es­ píritu a otros. La guerra, y por lo tanto las armas, no pertenecen al ám bi­ to natural, sino al espiritual. Si querem os vencer estos poderes, debem os reconocer al enem igo, y tam bién que, com o creyentes, estam os espiritualm ente equipados y autorizados para vencer­ los. N uestras arm as no serán carnales, sino espirituales. Luego, se supone que debem os llevar "cautivo todo pensa­ miento a la obediencia a Cristo". Los pensam ientos del hom bre no sólo han sido terreno de juego para el enem igo, sino el lugar donde los em isarios del diablo han ganado m uchas batallas. ¿H a tratado alguna vez de m editar, orar en quietud o sólo esperar en el Señor? ¿R ecuerda lo que sucedió? Tengo que lavar y planchar el vestido de Susana. H ay que rem endar las m edias de Juancito. ¿Qué voy a cocinar para la cena? ¿Qué quiso decir el pastor con ese com entario? Q uisiera saber por qué no me habló M abel en el almuerzo. ¿Q ué darán en la televisión esta noche? Los hom bres im aginan constantem ente y tienen dificultad en cautivar cada pensam iento que no es para la gloria de Dios, como les sucede a las m ujeres o a los jóvenes. ¿Q uién nos bom ­ bardea en esos m om entos con tantos pensam ientos? Pablo nos
  • 46. 44 Transferencia d e espíritus dice claram ente que es el m aligno, y que debem os som eter to­ dos nuestros pensam ientos a la obediencia a Cristo. Esta es una guerra espiritual. El enem igo constantem ente quiere transferir­ nos su espíritu. A l escribirle a la iglesia de Efeso, Pablo dice: "...en los cuales anduvisteis en otro tiem po, siguiendo la corriente de este mundo, conform e al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobedien­ cia, entre los cuales tam bién todos nosotros vivimos en otro tiem po en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensam ientos, y éramos p o r naturaleza hijos de ira, lo m ism o que los demás. Pero Dios, que es rico en m ise­ ricordia, p o r su gran am or con que nos amó, aun estando noso­ tros m uertos en pecados, nos dio vida juntam ente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntam ente con él nos resucitó, y asi­ m ism o nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Je­ sús" (Efesios 2:2-7). (4) C ontra "huestes espirituales de maldad" (pneumatika poneri as). Esto incluye todo poder y señorío (1:21) sobre el cual está Cristo. Todos estos poderes, cualquiera sea su estructura, poder o cadena de m andos, cualquiera sea su función o habili­ dad. fueron creados con un propósito, aunque no podam os com ­ prenderlo totalm ente. U na cosa que sabemos es que en todas las áreas, É l. Cristo, tendrá la preem inencia: "Porque en él fu ero n creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fu e creado p o r medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él sub­ sisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el prim ogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preem inencia" (C olosenses 1:16-18). Satanás y sus seguidores luchan contra los hijos de Dios. D ado que es una batalla espiritual, se lucha principalm ente en el ám bito espiritual. ¡Cómo debe de gloriarse Satanás cuando los hijos de D ios están dorm idos o son ciegos a sus formas y sus es­
  • 47. A lex an der William Ness 45 trategias para continuar con sus éxitos de guerra! Q uiero seña­ larle que la transferencia de espíritus es una de las herram ientas más efectivas de Satanás, y la m enos reconocida por el pueblo de Dios. Comunicación espiritual De la m ism a form a que las señales de radio viajan por el aire y rodean toda la Tierra, (porque están en los hogares, en las oficinas, en todas partes), así se com unica Satanás desde el cie­ lo con cada corazón no regenerado y utiliza cada persona que no es salva para dar órdenes a los que están en la Tierra. ¡Alabado sea D ios, porque nuestro Señor se sienta en los cielos y se co­ m unica con los redim idos, que obedecen sus órdenes! Cuántas veces, sin embargo, perm itim os que nuestras frecuencias sufran interferencias de preocupaciones y cosas m undanas. La estática es tan fuerte que apenas escucham os la "voz suave y apacible". ¡Con cuánta desesperación, nuestro Señor, nuestros ángeles guardianes y todos los ejércitos celestes que están a nuestro fa­ vor, deben de ansiar que seam os leales, sin dobleces, d eseo­ sos de actuar en arm onía con los deseos de Dios! ¿Por qué será tan difícil conocer la voluntad de D ios, oír su voz, cono­ cer su presencia? Cuántas veces vivimos de sustitutos: una experiencia em o­ cional, "de segunda mano", inducida por un hom bre, que parte del espíritu del hom bre, m ientras el Señor quiere esa verdadera com unión espiritual y la realidad de su presencia. Escuchar la voz del amado: "Tú eres mío, te he comprado". Escuchar su voz y obedecer, no im porta cuál sea el precio de la obediencia... Eso es com unicación. Hay muchos relatos bíblicos de com unicación espiritual. Cuando el apóstol Juan estaba en Patm os, entre el cielo y la Tie­ rra se estableció uno de los m ejores sistem as de com unicación "televisiva". Juan tuvo la capacidad espiritual de recibir una transm isión de cómo era el cielo. Juan nos da una descripción
  • 48. 46 Transferencia de espíritus verbal de lo que vio. Por supuesto, no fue un caso aislado. D es­ de M oisés hasta la m ayoría de los profetas, tenem os registrados casos de com unicaciones sim ilares. Pedro, Pablo y otros discí­ pulos del Nuevo Testam ento hablan una y otra vez en form a di­ recta sobre este sistem a de com unicaciones. Gran parte de la Biblia nos llegó de esta m anera. Todos creem os en la com unica­ ción espiritual; si no fuera así, no oraríam os. Le hablam os a Dios, y esperam os una respuesta. N aturalm ente, este tem a no nos alarm a en lo m ás m ínim o. N o se puede leer la Biblia sin ver el sistem a de com unicación espiritual en funcionam iento. L a historia de N avidad es un caso claro: Lucas, capítulo 1: U n ángel se le apareció a Zacarías y le dijo: "Tu oración ha sido o íd a ," "tu m ujer E lisabet te dará a luz un h ijo ," "¿En qué conoceré esto? , "Yo soy Gabriel que estoy delante de D io s;" El ángel G abriel se le apareció a M aría (versículo 28): Á ngel: "¡Salve, m uy fa v o re c id a !" M aría: "¿Cómo será esto? Á ngel: "El E spíritu Santo vendrá sobre ti." M aría: "He a q u í la sierva del Señor." M aría saludó a Elisabet: Elisabet: "Bendita tú entre las m ujeres." M aría: "Engrandece m i alma al Señor." Zacarías: "Bendito el Señor D ios de Isra el." Lucas, capítulo 2: El nacim iento del niño Jesús. Ángel: "No temáis, pues he a q u í os traigo nuevas de gran g o zo ." Huestes celestiales: "¡Gloria a D ios en las alturas!" Pastores: "Pasemos, pues, hasta Belén." Sim eón: "Este está puesto para caída y para levantam iento de m uchos en Israel." Vemos la advertencia a José y M aría para que huyeran a
  • 49. Alexander William N ess 47 Egipto, y finalm ente volvieran a Nazaret; y la com unicación de los pastores con ángeles, los sabios. Es una historia fantástica de cuán fáciles pueden ser las com unicaciones entre el cielo y la Tierra cuando hay personas com o M aría, Elisabet, José, Si­ m eón, Ana, los pastores, las huestes celestiales, etc. A ún hoy puede haber com unicación entre cielo y Tierra. D ondequiera que exista una aguda percepción espiritual, allí el Señor está dispuesto y deseoso de com unicarse. Es notable que en la m ayoría de los casos, particularm ente en el Antiguo Testa­ m ento, esta com unicación especial se producía durante el ayu­ no y la oración. Parece que nuestro equipo receptor espiritual funciona m ejor cuando los apetitos del cuerpo son dejados de lado y el hom bre espiritual se ensancha. D urante estos m om entos de oración y ayuno nuestra recep­ ción, com prensión y capacidad de penetrar en ese m undo espi­ ritual se vuelven reales y efectivas. Cuando los discípulos trataban en vano de sanar al joven poseído por dem onios, Jesús les dijo en secreto: "...este género no sale sino con oración y ayuno" (M ateo 17:21). Parece que la visión, el poder y el éxito en la tarea depen­ dían de una com prensión clara y una buena com unicación espi­ ritual con Dios para obtener la autoridad para hacer salir a los dem onios. El relato de H echos 10 es otro ejem plo. Pedro recibió ins­ trucciones especiales: un lienzo con an im ales inm undos y la ne­ cesidad del hogar de Cornelio. Las instrucciones que recibió Cornelio fueron dadas en una com unicación muy clara, y se produjo el resultado esperado. No necesitam os extendernos de­ m asiado en esto, ya que la B iblia toda es un registro de com u­ nicaciones espirituales. En la actualidad tenem os la Palabra de Dios, "la palabra profética más segura", guía para nuestro cam ino, y no necesita­ mos el diálogo que fue necesario para que llegara a escribirse la Palabra de Dios. Tam bién hay m ensajes dados a la iglesia por m edio de un
  • 50. 48 Transferencia d e espíritus instrum ento legítimo de profecía o lenguas e interpretación (1 Corintios 14). Estos son generalm ente para edificación, exhor­ tación y consolación de la iglesia, más que para guiar a un solo individuo. Los individuos deben tener m ucho cuidado en buscar orientación por m edio de los tres dones de proclam ación. Pero nuevam ente, debo reconocer que ha sucedido y era auténtico, aunque no debería ser la norm a en la búsqueda de una orienta­ ción personal. Las posibilidades, las oportunidades y el potencial de co­ m unicación entre el cielo y la Tierra aún son territorio inexplo­ rado en el siglo XX. D ios sabe que el reino de Satanás tiene un sistem a de com unicación muy refinado y bien sintonizado entre sus fuerzas de cielo y Tierra. No com plicaré la exposición sobre este punto, ya que hay libros sobre el tema. Es suficiente con sa­ ber y observar que aun los hijos de Dios se lamentan por la orga­ nización bien aceitada que Satanás posee en la Tierra para el mal. El príncipe de la pornografía saca sus m ateriales en el lu­ gar justo, en el m om ento justo y al precio conveniente. El príncipe de los narcóticos ha extendido con éxito una red de distribuidores en todo el m undo, con resultados devastadores. Si puede "volarles la mente" a los jóvenes, ellos no podrán es­ cuchar el evangelio y aceptarlo. El príncipe del ateísm o ha invadido exitosam ente el siste­ m a educativo y ha cegado los ojos de m illones de personas en todo el mundo. ¡Pero, gloria a Dios, el príncipe de alabanza ha hecho gran­ des estragos en el territorio enemigo! Los carism áticos han abierto sus labios de alabanza desde la catedral, el convento, desde los grupos que existen detrás de la C ortina de H ierro y de la Cortina de Bambú. El príncipe de las Buenas Nuevas ha llevado el evangelio de las buenas noticias a las ciudades universitarias, a cruzadas masivas en todo el m undo, a la literatura que llega a cada hogar, a la penetración del evangelio a través de la radio y la TV en todo el m undo. ¿Cóm o term inará todo esto? Bien, la B iblia lo dice claram ente:
  • 51. A lex an der William N ess 49 "...para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de D ios Padre" (Filipenses 2:10-11). Satanás será atado y echado en el lago de fuego. ¡Cristo tendrá la victoria! A pesar de las fallas de su esposa, de sus in­ terrupciones y su torpeza, tendrá una esposa sin m ancha ni arru­ ga; una esposa de la que no se avergonzará; una esposa preparada para su Señor y M aestro. L a batalla ruge, pero hemos visto el libro de A pocalipsis y sabem os cóm o term inará. ¡No serán un C risto y una esposa vencidos, sino victoriosos y llenos de gloria!
  • 52.
  • 53. Mirando dentro del mundo espiritual H ay un relato interesante en 2 Reyes 6:13, en el que el rey de Siria envía a sus siervos a D otán para que cap­ turen a Eliseo. M uy tem prano en la m añana, el siervo de Eliseo ve que la ciudad es rodeada de carros y caballos. E s­ to naturalm ente le produce tem or por sí m ism o y por la seguri­ dad de su amo. A sí que le pregunta a Eliseo: "¿Qué harem os?" La respuesta del profeta es: "No tengas miedo". Pero tam bién le da una razón para no temer. O bservem os la siguiente frase: "...porque m ás son los que están con nosotros que los que están con ellos". ¿Qué vio Eliseo que su siervo no podía ver? El profeta oró para que los "ojos" del siervo fueran abiertos y pudiera ver. A hora sabem os que no estaba ciego, dado que a la luz del ama-
  • 54. 52 Transferencia de espíritus necer podía ver todo el ejército sirio, con sus caballos y sus ca­ rros. Su visión natural posiblem ente fuera de 20/20. Eliseo oró para que su visión espiritual fuera sanada y pu­ diera ver el m undo espiritual. A m enos que su visión espiritual sea sanada, todo lo que le digo le parecerán puras tonterías. Im agínese a Eliseo si le dice a su siervo: "M ira más allá de los ejércitos sirios y fíjate que están rodeados de caballos y ca­ rrozas de fuego. M ira, hijo, detrás del ejército sirio, lo rodean, allá en las colinas... está lleno de caballos y carrozas". El pobre siervo estaría parado allí, con la m ano com o pantalla sobre los ojos, para protegerse del sol que ahora brillaba con fuerza, y di­ ce: "Amo, debes de estar m al de la cabeza. No veo nada más que piedras y arena". Pero Eliseo oró para que este siervo pudiera ver dentro del mundo espiritual. Cuando sus ojos espirituales fueron abiertos, vio "que el m onte estaba lleno de gente de a caballo, y de ca­ rros de fu eg o alrededor de Eliseo". El m iedo huyó de él cuando vio el m undo espiritual. Si pudiéram os ver el m undo espiritual claram ente, y sinceram ente anduviéram os en el Espíritu, nunca más tendríam os miedo. Sabem os que tenem os un ángel guar­ dián, que "el ángel de Jehová acam pa alrededor de los que le tem en" (Salm o 34:7), y que "mayor es el que está en vosotros, que el que está en el m undo" (1 Juan 4:4), ¿por qué tem erle a al­ go de este m undo? Sólo hay un tem or que debem os tener, y es el tem or reverencial ante Dios. Esta capacidad de Eliseo y su siervo, de ver dentro del m undo espiritual, es uno de los m uchos incidentes que se en­ cuentran en la Biblia. Esta revelación de caballos y carrozas, en particular, es m encionada varias veces en las Escrituras. Fue una carroza de caballos espirituales la que arrebató a Elias (2 Reyes 2:11). H abía una carroza de fuego y caballos de fuego. Eliseo los vio en el m undo espiritual, y exclamó: "¡Padre mío, padre m ío, carro de Israel y su gente de a caballo!" (2 Reyes 2:12). Era evidente que Eliseo vio algo que los hijos de los profetas, de la escuela de profetas cercana, no vieron. Ellos vieron el cuerpo físico de Elías que ascendía, (v.7), pero no hay indicios de que
  • 55. A lexander W illiam N ess 53 vieran la carroza y los caballos de fuego. Q uizá por eso fue que lo im portunaron hasta que perm itió que cincuenta hom bres fue­ ran al m onte a buscar el cuerpo de Elias. H e aquí un vivido ejem plo de alguien que m antiene un es­ píritu de fe aunque esté rodeado de incredulidad. Eliseo sabía que Elias había sido trasladado sano y salvo al cielo. H abía vis­ to la carroza y los caballos, m ientras los hijos de los profetas se­ guían razonando com o hom bres naturales. Lo im portunaron durante días para que enviara un grupo a buscar el cuerpo de Elias. Finalm ente, para que no se dijera que él no se preocupa­ ba por la seguridad de Elias, o por preparar un entierro adecua­ do para un gran profeta, Eliseo les perm itió ir. "Id, y satisfaced vuestros 'sentidos naturales', pero no lo hallaréis". A l volver el grupo, luego de tres días, Eliseo les dijo: "¿No os dije yo que no fu eseis? " La B iblia nos habla de seres espirituales m ontados en caba­ llos espirituales que vienen a la tierra a investigar la condición en que se encuentra (Zacarías 1:7-12; 6:1-8). N uestro amado Salvador Jesucristo, a su regreso, vendrá m ontado en uno de ellos (A pocalipsis 19:11,19,21). Los ejércitos celestes montan caballos blancos (v.14). Q uizá esto sea parte de esa área de la que habla Pablo al m encionar las cosas invisibles que se ven cla­ ram ente. "Porque las cosas invisibles de él, su eterno p o d er y dei­ dad, se hacen claram ente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas p o r m edio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa" (Rom anos 1:20). En 1 C orintios 2:9-14 leemos: "Antes bien, com o está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oí­ do oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero D ios nos las reveló a nosotros p o r el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hom bres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? A s í tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el E spíritu de Dios.
  • 56. 54 Transferencia de espíritus Y nosotros no hem os recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, p a ra que sepam os lo que D ios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas p o r sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acom odando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hom ­ bre natural no percibe las cosas que son del E spíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualm ente." Pablo hace una distinción de espíritus: (1) El espíritu del hom bre (v .11). (2) El Espíritu de Dios (v.11). (3) El espíritu del m undo (v. 12). Las cosas de D ios no pueden ser conocidas por el espíritu del hom bre (v.11), ni por el espíritu del m undo (v.12). Las co­ sas del hom bre pueden ser conocidas por el espíritu del hombre. Por lo tanto, hay com unicación y transferencia de espíritu de un hom bre a otro (v. 11).
  • 57. 7 El Espíritu de Dios, el espíritu del hombre y el espíritu del mundo oda persona nacida de un ser hum ano es una tricoto­ T mía. Es espíritu, alm a y cuerpo. (Trato este tem a en más detalle en mi libro Vida cristiana triunfante). Pablo revela las áreas de batalla de la tricotom ía hum ana en Gálatas 5:17: "Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne". Cuando una persona abre su alma para recibir a Cristo com o Salvador en su espíritu, Satanás es echado de ese espíritu, pero eso no significa que abandone la batalla. En el curso de esta lucha (que com ienza en la niñez es­ piritual, por eso es tan importante recibir alimento de m anos de santos maduros) el diablo desea destruir esa sem illa (Gálatas 3:16), para que no m adure hasta alcanzar su m ayor estatura:
  • 58. 56 Transferencia de espíritus "...hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del co­ nocim iento del H ijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plen itu d de Cristo" (Efesios 4:13). Cuando el diablo viene com o león rugiente, hasta el bebé en Cristo lo reconoce. Pero cuando viene com o un hom bre con el "espíritu del m undo", ni siquiera los creyentes pueden distin­ guir sus astutas m anipulaciones. N o quiero escribir un capítulo aparte sobre el "espíritu del m undo", pero es im portante que to­ m em os conciencia de esta área. El espíritu del m undo es "conseguir el éxito cueste lo que costare". Algunos libros enseñan cóm o volverse rico por medio del pensam iento positivo, al subir a la cum bre sin im portar quién salga herido o cuántas cabezas haya que pisar en el cam i­ no. El m undo llam a a esto "éxito". "Llegar a la cumbre cueste lo que costare". Es el espíritu del mundo. Lam entablem ente, este espíritu se ha m etido en la iglesia y tanto laicos como ministros lo practican. Los centros de publicidad más im portantes del mundo, co­ mo M adison Avenue, tienen una fórm ula de éxito que dice que hay que conseguir que la fotografía del cliente esté en todas las revistas, todos los periódicos, y que su nom bre debe hacerse co­ nocido en la TV y en la radio. U na vez más, la iglesia absorbe el m ism o espíritu. Esto está m uy lejos del Espíritu de nuestro Señor, que se apartaba de la publicidad y se iba a los m ontes a orar. Él tam poco hacía público que iba al monte, ni escribía un relato sobre lo que había hecho allí. U na vez escuché a un evan­ gelista que iba a una m ontaña a orar y se com unicaba diaria­ m ente con su audiencia de la radio para pedirles su apoyo económ ico. El espíritu del m undo se ha m etido en la iglesia en escala gigante. El m undo dice: "Vive en lo alto; cuanto más al­ to sea tu nivel de vida, m ayor será tu éxito". No es necesario que explique en detalle este principio y cóm o se ha infiltrado en los am bientes cristianos. Los m inistros cristianos, m aquillados y arreglados como estrellas de Hollyw ood, que buscan el aplauso y se glorían en él. viven y trabajan por la adulación de los hom bres, están muy le­
  • 59. A lexander W illiam Ness 57 jos del "tom a tu cruz y sígueme". N o digo que la pobreza y el desaliño sean santidad y piedad. El hijo de Dios puede vivir có­ m odo y lim pio, ser educado y aceptable sin estar bajo el control del "espíritu del m undo". H ablam os de esta entrada del "espíritu del mundo" en el "espíritu del hom bre", donde sólo se ven atisbos de la lucha del Espíritu Santo. El Espíritu (de Dios) lucha contra la carne (el es­ píritu del m undo) y esta carne lucha contra el Espíritu de Dios, porque ambos son contrarios (Gálatas 5:17a). Esta batalla se produce en el espíritu del hom bre, en el área de su alma. Sus cinco sentidos juegan un rol muy activo en esta batalla. Lo que él oye, ve, huele, gusta y toca afecta su espíritu, el espíritu del hom bre. H ay m uchos ejem plos de esto en las Escrituras. Creo que deberíam os exam inar algunos. Pero prim ero hagam os un esquem a que puede ayudar a la com prensión de estos tres espíritus. Espíritu Espíritu Espíritu de Dios del hombre del mundo Espíritu Alma Carne El espíritu del hom bre es el territorio que debe ser conquis­ tado. Dios trata, a través de la obra del Espíritu Santo, de que el espíritu del hom bre se someta, para que el Espíritu de Cristo tenga el control absoluto del espíritu del hombre. Sólo entonces logrará su verdadera felicidad, plenitud, efectividad y propósito en su vida. C onform ar al hom bre la im agen del Hijo, el único modelo: para eso lucha constantem ente el Espíritu Santo. Por supuesto, el enem igo de nuestras almas tam bién desea contro­ larnos. N unca se cansa ni deja de intentar conform am os a Sata­ nás m ism o. Por eso. constantem ente nos acosa a través de los cinco sentidos, com o un púgil acosa a su contrincante, en busca de su punto débil para el "nocaut". Pero sigue siendo cierto que una vez que una persona se convierte en receptora de Cristo co­ mo Salvador, el Cristo que tiene dentro de sí es m ayor que el