El oso pardo cantábrico está en peligro de extinción, con solo unos pocos ejemplares quedando en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. Mide hasta 2 metros de alto y pesa 300 kg, viviendo principalmente en bosques de montaña donde se alimenta de frutos, bayas, bellotas y otras plantas. Para proteger la especie, se necesita respetar al oso y su hábitat, y evitar que los cazadores los maten.