El Diablo de Riosucio es un sincretismo cultural que combina elementos del diablo judeo-cristiano con la tradición cultural aborigen de la región. Representa un espíritu inspirador de la música y la danza. El Carnaval de Riosucio dura de julio a enero y es conocido por ser la fiesta más larga de Colombia, culminando con el Entierro del Calabozo y la Quema del Diablo. Los eventos como los decretos, el convite y las cuadrillas cantadas hacen del Carnaval una experiencia cultural
2. El Diablo de Riosucio es
sincretismo cultural cuya imagen
recoge algunos elementos del
diablo judeo-cristiano, pero que
conceptualmente no está ligado
a la significación del mal
3. Un estado anímico heredado de la
tradición cultural aborigen de la mezcla
de culturas y razas que vivió la parte
occidental de lo que hoy se llama
Caldas. Es un espíritu inspirador de
muchas cosas como la preparación de los
oídos para la música y del cuerpo para la
danza.
4. El Carnaval de Riosucio tiene la característica de ser la
fiesta más larga de Colombia y, tal vez, del mundo, pues
se inicia en julio con el Decreto de Instalación de la
República del Carnaval y culmina en enero, cuando la
fiesta llega a su fin con el Testamento, despedida del
jolgorio que se hace con el Entierro del Calabozo y la
Quema del Diablo, dando fin al embrujo del “guarapo” o
chicha fuerte de caña y aceptando el final del reinado del
Diablo… hasta el próximo Carnaval.
5. Los decretos, el convite, la entrada
del diablo, las cuadrillas, el
testamento son una sucesión de
eventos que hacen del Carnaval una
experiencia única para los sentidos, un
encuentro de ríos de gente que se
unen en el goce de una manifestación
cultural altamente estética.
6. Las cuadrillas cantadas el día domingo son
quizás la actividad más importante dentro
del Carnaval. A diferencia de las cuadrillas
del Carnaval de Río, que son de calle y
tienen alrededor de 300 personas, las de
Riosucio son de cámara, por lo que tienen
alrededor de 12 personas, número adecuado
para una sala de casa.
7. El ingenio, la imaginación, el
colorido y el lujo de los disfraces
hacen de esta campaña artística
dominical un acto especialísimo, pues
es el resultado de dos años de
preparación en busca de mantener
viva la tradición de un pueblo que
vive y vibra al ritmo endiablado de
su Carnaval.