4. 1 Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con
los placeres y me daré la gran vida.» ¡Pero aun esto
resultó un absurdo!2 A la risa la considero una
locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?
3 Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino —
si bien mi mente estaba bajo el control de la
sabiduría—, y de aferrarme a la necedad, hasta ver
qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace
bajo el cielo durante los contados días de su vida.
4 Realicé grandes obras: me construí casas, me planté
viñedos,5 cultivé mis propios huertos y jardines, y en
ellos planté toda clase de árboles frutales.6 También
me construí aljibes para irrigar los muchos árboles
que allí crecían.7 Me hice de esclavos y esclavas; y
tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar
que todos los que me precedieron en Jerusalén.
5. 8 Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron
de reyes y provincias. Me hice de cantores y
cantoras, y disfruté de los deleites de los
hombres: ¡formé mi propio harén!
9 Me engrandecí en gran manera, más que
todos los que me precedieron en Jerusalén;
además, la sabiduría permanecía conmigo.10
No le negué a mis ojos ningún deseo, ni a mi
corazón privé de placer alguno, sino que
disfrutó de todos mis afanes. ¡Sólo eso saqué
de tanto afanarme!
11 Consideré luego todas mis obras y el trabajo
que me había costado realizarlas, y vi que
todo era absurdo, un correr tras el viento, y
que ningún provecho se saca en esta vida.
10. 4 Realicé grandes obras: me construí casas, me planté
viñedos,5 cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos
planté toda clase de árboles frutales.6 También me construí
aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían.7 Me
hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más
ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en
Jerusalén.
8 Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y
provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de
los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén!
9 Me engrandecí en gran manera, más que todos los que
me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría
permanecía conmigo.10 No le negué a mis ojos ningún
deseo, ni a mi corazón privé de placer alguno, sino que
disfrutó de todos mis afanes. ¡Sólo eso saqué de tanto
afanarme!
11. 11 Consideré luego todas mis obras y el
trabajo que me había costado realizarlas,
y vi que todo era absurdo, un correr
tras el viento, y que ningún provecho
se saca en esta vida.
12.
13. 13 Uno de entre la multitud le pidió:
—Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia
conmigo.
14 —Hombre —replicó Jesús—, ¿quién me nombró a mí
juez o árbitro entre ustedes?
15 »¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse
de toda avaricia; la vida de una persona no depende de
la abundancia de sus bienes.
16 Entonces les contó esta parábola:
—El terreno de un hombre rico le produjo una buena
cosecha.17 Así que se puso a pensar: "¿Qué voy a hacer?
No tengo dónde almacenar mi cosecha." 18 Por fin dijo:
"Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y
construiré otros más grandes, donde pueda almacenar
todo mi grano y mis bienes.19 Y diré: Alma mía, ya
tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos
años. Descansa, come, bebe y goza de la vida." 20 Pero
Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te van a
reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has
acumulado?"
21 »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en
vez de ser rico delante de Dios.
14. 25 »Por eso les digo: No se preocupen por su vida,
qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo
se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la
comida, y el cuerpo más que la ropa?26 Fíjense en
las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni
almacenan en graneros; sin embargo, el Padre
celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho
más que ellas?27 ¿Quién de ustedes, por mucho
que se preocupe, puede añadir una sola hora al
curso de su vida?
28 »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen
cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni
hilan;29 sin embargo, les digo que ni siquiera
Salomón, con todo su esplendor, se vestía como
uno de ellos.30 Si así viste Dios a la hierba que hoy
está en el campo y mañana es arrojada al horno,
¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca
fe?
15. 31 Así que no se preocupen diciendo: "¿Qué
comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o
"¿Con qué nos vestiremos?" 32 Porque los
paganos andan tras todas estas cosas, y el
Padre celestial sabe que ustedes las
necesitan.
33 Más bien, busquen primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas
les serán añadidas.
34 Por lo tanto, no se angustien por el
mañana, el cual tendrá sus propios
afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
16. 31»Dos son los pecados
que ha cometido mi pueblo:
Me han abandonado a mí,
fuente de agua viva,
y han cavado sus propias cisternas,
cisternas rotas que no retienen
agua.
17. mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino
que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna. Juan 4:14
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá
hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás Juan 6:35
18. Quiero entregarte mis sueños
Tu voluntad has en ellos
Mi corazón te lo entrego
Enamórame de Ti
Quiero aprender a escucharte
Quiero saber que es amarte
De tu verdad hoy saciarme
Enamórame de Ti Señor
19. Que tu presencia me inunde
Has de mí un odre nuevo
Cámbiame, renuévame
Enamórame,
Enamórame de Ti Señor