Paper - Consideraciones para promover la cultura vocacional
1.
CONSIDERACIONES
PARA
PROMOVER
LA
CULTURA
VOCACIONAL
Este
artículo
tiene
la
finalidad
de
apoyar
la
reflexión
y
las
acciones
de
todo
aquel
que
tenga
la
misión
o
la
responsabilidad
de
promover
la
cultura
vocacional
ahí
en
el
entorno
en
el
que
se
encuentra.
Espero
que
sea
una
ayuda
que
apoye
en
verdad
dicho
trabajo,
confiando
en
que
no
llegue
a
ser
un
estorbo.
Gracias
por
visitar
este
espacio.
A
partir
de
las
visitas
que
he
tenido
oportunidad
de
hacer
a
diferentes
grupos
vocacionales,
así
como
escuchar
las
voces
de
otros
jóvenes
que
no
pertenecen
a
estos
grupos
y
que
sin
embargo,
están
con
una
inquietud
vocacional,
descubro
hoy
en
día,
que
el
modo
de
dar
el
mensaje
sobre
nuestra
vocación
consagrada,
es
muy
desafiante,
por
ello
sugiero
algunas
consideraciones,
que
si
bien
no
son
las
únicas,
me
parece
que
pueden
ser
una
buena
ayuda
y
orientación.
De
modo
inicial,
nos
debe
de
quedar
claro,
lo
que
queremos
promover
cuando
hablamos
de
cultura
vocacional,
es
por
ello,
conveniente
recordar,
lo
que
el
Beato
Juan
Pablo
II
expresó
al
respecto,
para
darle
fundamento:
Deseo,
ante
todo,
llamar
la
atención
hacia
la
urgencia
de
promover
las
que
podemos
llamar
"actitudes
vocacionales
de
fondo",
que
originan
una
auténtica
"cultura
vocacional".
Esas
actitudes
son:
la
formación
de
las
conciencias,
la
sensibilidad
ante
los
valores
espirituales
y
morales,
la
promoción
y
defensa
de
los
ideales
de
la
fraternidad
humana,
del
carácter
sagrado
de
la
vida
humana,
de
la
solidaridad
social
y
del
orden
civil.
Se
trata
de
lograr
una
cultura
que
permita
al
hombre
moderno
volverse
a
encontrar
a
sí
mismo,
recuperando
los
valores
superiores
de
amor,
amistad,
oración
y
contemplación.
Este
mundo,
atormentado
por
transformaciones
a
menudo
lacerantes,
necesita
más
que
nunca
el
testimonio
de
hombres
y
mujeres
de
buena
voluntad
y,
especialmente,
de
vidas
consagradas
a
los
más
altos
y
sagrados
valores
espirituales,
a
fin
de
que
a
nuestro
tiempo
no
le
falte
la
luz
de
las
más
elevadas
conquistas
del
espíritu.
Hoy
está
muy
extendida
una
cultura
que
induce
a
los
jóvenes
a
contentarse
con
proyectos
modestos,
que
están
muy
por
debajo
de
sus
posibilidades.
Pero
todos
sabemos
que,
en
realidad,
en
su
corazón
existe
inquietud
e
insatisfacción
ante
conquistas
efímeras;
que
existe
en
ellos
el
deseo
de
crecer
en
la
verdad,
en
la
autenticidad
y
en
la
bondad;
que
están
a
la
escucha
de
una
voz
que
los
llame
por
su
nombre.
Esta
inquietud,
por
otra
parte,
es
precisamente
la
señal
de
la
necesidad
inalienable
de
la
cultura
del
espíritu.
La
pastoral
de
las
vocaciones
hoy
ha
alcanzado
tal
dimensión
histórico-‐cultural
que
no
sólo
pone
de
manifiesto
la
crisis,
sino
también
el
resurgir
de
las
vocaciones.
Es
necesario,
por
tanto,
promover
una
cultura
vocacional
que
sepa
reconocer
y
Ave.
Paseo
de
las
Américas
No.
2912.
|
Col.
Contry
La
Silla.
|
Guadalupe,
N.
L.
|
C.
P.
67173
|
(0181)
83.57.04.80
|
www.lasalle.edu.mx
2.
acoger
aquella
aspiración
profunda
del
hombre,
que
lo
lleva
a
descubrir
que
sólo
Cristo
puede
decirle
toda
la
verdad
sobre
su
vida.
Esta
cultura
de
la
vocación
constituye
el
fundamento
de
la
cultura
de
la
vida
nueva,
que
es
vida
de
agradecimiento
y
gratuidad,
de
confianza
y
responsabilidad;
en
el
fondo,
es
cultura
del
deseo
de
Dios,
que
da
la
gracia
de
apreciar
al
hombre
por
sí
mismo,
y
de
reivindicar
constantemente
su
dignidad
frente
a
todo
lo
que
puede
oprimirlo
en
el
cuerpo
y
en
el
espíritu
(S.
S.,
1992).
Ahora
vamos
hacia
las
consideraciones…
En
la
actualidad,
parece
que
ya
no
nos
podemos
dar
el
lujo
de
desperdiciar
el
tiempo
valioso
que
tenemos
ante
los
jóvenes
que
expresan
su
interés
en
nuestra
vocación,
sería
una
lástima
por
ejemplo,
que
el
“atractivo”
de
las
reuniones
de
los
grupos
vocacionales,
pudieran
ser
los
“refrigerios
y
juegos”
y
no
tengo
nada
en
contra
de
ellos,
sin
embargo
hoy
en
día,
el
joven
valora
más
que
nunca
nuestro
diálogo,
nuestra
reflexión
y
nuestra
presencia
efectiva
con
él
(primera
consideración).
Incluso
dada
la
concientización
que
tienen
nuestros
jóvenes,
por
los
mismos
procesos
que
nosotros
hemos
favorecido
en
su
educación
y
formación,
más
lo
que
el
mundo
globalizado
le
ha
dado,
sobre
sus
conocimientos
y
sobre
sus
personas,
invita
a
que
seamos
respetuosos
con
sus
inquietudes
(segunda
consideración)
y
aunado
a
lo
anterior,
algo
que
no
es
nuevo
es…
“escuchar”
y
que
esa
escucha
que
hagamos
del
joven,
sea
una
escucha
de
lo
que
el
joven
quiere
decir
(tercera
consideración)
y
no
tanto
de
lo
que
nosotros
querramos
escuchar,
porque
dependiendo
del
tipo
de
escucha
que
elijamos,
podrá
el
primero,
sincerar,
transparentar
y
promover
la
confianza
en
nosotros,
o
el
segundo,
podrá
entorpecer,
viciar
o
romper
la
confianza
del
joven
en
nosotros
como
sus
acompañantes.
Una
última
consideración,
es
la
libertad
(cuarta
consideración),
porque
si
dejamos
que
el
joven
sea
libre
en
su
decisión
y
en
su
discernimiento,
estaremos
propiciando
por
un
lado,
sentimientos
de
identificación
y
de
confianza
de
los
jóvenes
en
nuestro
estilo
de
vida
y
por
otro
lado,
a
que
el
joven
llegue
a
emprendimientos
audaces,
como
la
toma
de
decisión
de
vivir
desde
mucho
antes
nuestro
estilo
de
vida.
Parece
que
el
modo
de
“tocar
las
mentes
y
los
corazones”
de
los
jóvenes
bajo
las
consideraciones
anteriores,
invita
a
reelaborar
en
ideas
simples
nuestro
“Ser
Religioso(a)”,
de
este
modo,
podremos
conducir
la
comprensión
de
nuestra
vocación,
en
una
época
en
la
que
no
es
fácil
entender
y
atender
a
los
jóvenes.
En
definitiva,
llevar
estas
consideraciones
a
la
práctica
quizá
no
son
del
todo
sencillas,
sin
embargo,
tengo
la
confianza
de
que
en
la
medida,
en
que
nos
conozcamos
a
nosotros
mismos
y
en
la
medida
en
que
pongamos
nuestra
confianza
en
Dios,
llegaremos
a
ser
acertados
“pastores”
de
nuestros
jóvenes.
Para
concluir,
me
permito
reproducir
la
oración
que
el
mismo
Juan
Pablo
II
utilizó
en
la
que
fue
la
XXX
Jornada
de
oración
por
las
vocaciones
(S.
S.,
1992):
Ave.
Paseo
de
las
Américas
No.
2912.
|
Col.
Contry
La
Silla.
|
Guadalupe,
N.
L.
|
C.
P.
67173
|
(0181)
83.57.04.80
|
www.lasalle.edu.mx
3.
Señor
Jesucristo,
Pastor
bueno
de
nuestras
almas,
tú
que
conoces
a
tus
ovejas
y
sabes
cómo
llegar
al
corazón
del
hombre,
abre
la
mente
y
el
corazón
de
los
jóvenes,
que
buscan
y
esperan
una
palabra
de
verdad
para
su
vida;
hazles
sentir
que
sólo
en
el
misterio
de
tu
encarnación
pueden
encontrar
plena
luz;
da
valor
a
los
que
saben
dónde
encontrar
la
verdad,
pero
temen
que
tu
llamada
sea
demasiado
exigente;
sacude
el
alma
de
los
jóvenes
que
quisieran
seguirte,
pero
no
saben
vencer
las
dudas
y
los
miedos,
y
acaban
por
escuchar
otras
voces
y
seguir
otros
callejones
sin
salida.
Tú,
que
eres
la
Palabra
del
Padre,
Palabra
que
crea
y
salva,
Palabra
que
ilumina
y
sostiene
los
corazones,
vence
con
tu
Espíritu
las
resistencias
y
vacilaciones
de
los
espíritus
indecisos;
suscita
en
aquellos
a
quienes
llamas
valor
para
dar
la
respuesta
de
amor:
"¡Heme
aquí,
envíame!"
(Is
6,
8).
Virgen
María,
joven
hija
de
Israel,
ayuda
con
tu
amor
maternal
a
los
jóvenes
a
quienes
el
Padre
dirige
su
Palabra;
sostén
a
los
que
ya
están
consagrados.
Que
repitan,
como
tú,
el
sí
de
una
entrega
gozosa
e
irrevocable.
Amén.
Bibliography:
S.
S.,
J.
P.
(1992,
Septiembre
8).
Mensaje
del
Santo
Padre
Juan
Pablo
II
para
la
XXX
Jornada
Mundial
de
oración
por
las
vocaciones.
Retrieved
Enero
10,
2013,
from
Vaticano:
http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/messages/vocations/documents/hf_jp-‐
ii_mes_08091992_world-‐day-‐for-‐vocations_sp.html
Fraternalmente
en
De
La
Salle,
Javier
Balán,
fsc
Ave.
Paseo
de
las
Américas
No.
2912.
|
Col.
Contry
La
Silla.
|
Guadalupe,
N.
L.
|
C.
P.
67173
|
(0181)
83.57.04.80
|
www.lasalle.edu.mx