Este documento discute las razones para recibir la Confirmación y lo que significa ser un cristiano confirmado. Explica que la Confirmación no debe ser un fin en sí misma, sino una oportunidad para un encuentro más profundo con Dios y fortalecer el don del Espíritu Santo recibido en el Bautismo. También enfatiza la importancia de cultivar los dones del Espíritu Santo después de la Confirmación para servir a los demás.
6. ¿Para qué confirmarse?
Nos encontramos con muchos jóvenes que se
disponen a recibir la Confirmación desde
actitudes pasivas, marcados por el peso de la
familia o de la costumbre, aunque también
van apareciendo otros que lo hacen desde
una actitud de búsqueda de algo que dé calor
a sus vidas
¿Cuál es tu por qué?
11. Recuerda…
“No se comienza a ser
cristiano(a) por una decisión
ética o una gran idea, sino por
el encuentro con un
acontecimiento, con una
Persona, que da un nuevo
horizonte a la vida y, con
ello, una orientación decisiva”
(Benedicto XVI).
16. Deberíamos preguntarnos si…
En el camino de preparación,
hemos considerado la
Confirmación como un fin en sí
mismo o como un momento
intenso de encuentro con el
Señor. Porque de esto
dependen muchas cosas.
17. Deberíamos preguntarnos si…
Si todo consiste en ser confirmado, con
ello también termina la propuesta. Pero
si la Confirmación es el
sacramento que fortalece, que
hace crecer el don del
Bautismo, entonces todo
cambia.
18. La preparación a la
Confirmación…
“debe tener como meta conducir al
cristiano a una unión más íntima con
Cristo, a una familiaridad más viva
con el Espíritu Santo, su acción, sus
dones y sus llamadas, a fin de poder
asumir mejor las responsabilidades
apostólicas de la vida cristiana”
20. Ante el miedo de desarrollar
los propios dones…
Pedir al Espíritu la audacia de
cultivar lo que Él ha
sembrado en nosotros para el
bien de nuestros hermanos.
¡Trabájalos!
22. Oremos…
Ten confianza en mí. Ten confianza en
estos dones que vienen de mí.
Descúbrelos. No tengas miedo.
Arriésgate. Crea. Inventa.
Mi Padre no es Dios de muertos, sino
de vivos. Vive, vive intensamente
según el dinamismo de mi Espíritu.
23. Oremos…
Para dar alegría a los que viven
contigo. Para tu alegría y tu
gozo. Para gozo de mi Padre,
que ama de tal manera la vida
de sus hijos que ha querido que
sea eterna. Amén.
24. ¿Han escuchado a veces
la voz del Señor que a
través de un deseo, una
inquietud, les invitaba a
seguirlo más de cerca ?
¿Han tenido ganas de ser
apóstoles de Jesús? Es
necesario jugarse la
juventud por grandes
ideales. ¡Pregunta a
Jesús qué cosa quiere de
ti y sé valiente! (S. S.