TRIPTICO DE LA OCASION JESUS SANA Y PERDONA LOS PECADOS A UN PARALITICO Y PECADOR. SE ENCUESTRA EN MARCOS 2:1-12 (MR. No. 2A). HAY UN CRUCIGRAMA CON SU RESPUESTA BIBLICA DE MARCOS 2A. ALGUNOS PENSAMIENTOS SABIOS, Y UNA ANECDOTA CRISTIANA, Y UN VERSICULO PARA MEMORIZAR
ESCRITO ESTA EN ACCIÓN. EVANGELIO DE MARCOS ;1-12. (MR. No. 2A) JESUS SANA UN PARALITICO. CON RESPUESTA DEL CRUCIGRAMA
1. Escrito
Está En
Acción
Para la Gloria de Dios y el bien
del ser humano
Editorial Cristiana “El Maestro Silencioso” Coordinador:
Dr. Luis A. Silva Cisneros. Tel. 0241 8233566.
Email: luissilvamd@hotmail.com Dominio en Internet:
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Radio en Internet: www.radiounaluzenelcamino.com
AÑO VI. NUMERO MR. 2A
EVANGELIO DE MARCOS
Contenido
1. Crucigrama (Mr. No. 2A)
2. Lectura en Evangelio de Marcos
2:1-12. Jesús y el paralitico.
3. La muchacha del vestido amarillo.
4. Citas y Pensamientos sabios.
5. Versículos para Memorizar.
Lectura en el Evangelio de Marcos 2:1-12.
Jesús sana a un paralítico
2 Entró Jesús otra vez en Capernaum después
de algunos días; y se oyó que estaba en casa.
2
E inmediatamente se juntaron muchos, de
manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y
les predicaba la palabra.
3
Entonces vinieron a él unos trayendo un
paralítico, que era cargado por cuatro.
La Muchacha Del Vestido Amarillo
Matilde oyó el evangelio en los días tempranos de su
vida. Sin embargo, en su adolescencia, le pareció me-
jor vivir lejos de Dios y haciendo su propia voluntad
en el pecado. Conoció a un joven del mundo del deli-
to y la droga y se unió conyugalmente a él. Así empe-
zó para ella la vida de drogadicta, trabajando, prime-
ro, para mantener el vicio y, hurtando, después. Más
tarde, cuando ya no tenía fuerzas para trabajar o ro-
bar, comenzó a mendigar por las calles de la ciudad.
Matilde, convertida en una escoria social y, además,
llenando de vergüenza a sus familiares, se podría ha-
ber dicho acerca de ella que ya no tenía remedio.
Realmente, como se describe en la carta a los efesios,
Matilde iba “siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu
que ahora opera en los hijos de desobediencia… ha-
ciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos”
(Efesios 2:2,3), pero, como en esta misma porción
citada dice, “Dios… es rico en misericordia” y habla
de “su gran amor con que nos amó” (Efesios 2:4), sí,
Dios usó con Matilde los muchos caminos de su gra-
cia para salvarla y transformarla en una ciudadana
del cielo y en un testimonio viviente del poder de
Dios para salvar y transformar al peor de los peores.
Así, un día Matilde salió por las calles a mendigar y,
al pasar frente a un gran espejo de una casa comercial,
se fijó en una muchacha de aspecto cadavérico que
llevaba un vestido amarillo. Aparte de asombrarse del
terrible aspecto de tan mísera mujer, le pareció que
nunca en la vida la había visto. De pronto, se miró
a sí misma y descubrió, con terror, que esa muchacha
era ella misma frente al espejo. Fue tan grande la
impresión causada por su propia imagen, que quedó
sin fuerzas para mantenerse en pie y cayó al suelo
llorando amargamente su miseria moral, espiritual y
física. Matilde no tomó allí
una decisión a favor de su
alma, pero el espejo la dejó
convencida de su terrible
miseria. Dios, sin duda,
estaba obrando en ella y
algo de mucho valor quedó
de ese episodio. Más tarde,
en la casita de Matilde apa-
recieron unos malhechores.
Eran enemigos de su com-
pañero de vida y venían a
matarlo. Ella se lanzó ba-
rranco abajo (llevando a
una de sus pequeñas
niñas) para salvar su vida. Pronto, desde la parte baja del
cerro, ella pudo oír la balacera. Sin duda, estaban acribi-
llando a su hombre. “Si te apuras – le dijo un vecino --
todavía lo podrás ver vivo”. Si, efectivamente, el hombre
agonizaba bañado en sangre y convertido en un colador
humano. Así lo vio morir, y sin que nadie le quisiera dar
ayuda para trasladarlo a un hospital.
Días antes, el hombre recién asesinado le había impedido
dejar la droga y, ahora, ese hombre que yacía inerte le
estaba mostrando el rostro más terrible de la muerte. Pen-
só en su alma, en el riesgo de su propia muerte, en la eter-
nidad. Pensó en Cristo, aquel que, como muy bien ella
sabía, había dado su vida en la dura cruz por salvar al pe-
cado. Reconoció que, habiendo caminado por los laberin-
tos de la vida, sólo había encontrado dolor y frustración,
pero que, ahora, miraba a Cristo y podía reconocer en Él el
único camino que llevaba al cielo y que aseguraba un tran-
sitar feliz aquí. Entonces, Matilde, la muchacha del vestido
amarillo, no esperó más. Aceptó a Cristo de todo corazón
y todo para ella cambió.
Matilde es ahora miembro de una sana congregación evan-
gélica en Valera. Camina fielmente en los caminos del
Señor y está felizmente casada y criando sus hijos con la
ayuda de su Dios. Preguntamos: ¿El Dios que obra para la
salvación de Matilde, no podrá hacerlo con usted? Y, si
Matilde se refugió en ese Cristo tan fiel y compasivo, ¿no
podrá hacerlo usted? Lic. Gelson Villegas.
Citas y Pensamientos Sabios
Si no puedes decir nada bueno de alguien,
por favor, no digas nada.
…….
Todos los grandes logros comienzan con algo pequeño.
…….
Bebe de la fuente cuando tengas agua,
no cuando tengas sed.
2. 4
Y como no podían acercarse a él a causa de la
multitud, descubrieron el techo de donde esta-
ba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho
en que yacía el paralítico.
5
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados.
6
Estaban allí sentados algunos de los escribas,
los cuales cavilaban en sus corazones:
7
¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice.
¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo
Dios?
8
Y conociendo luego Jesús en su espíritu que
cavilaban de esta manera dentro de sí mismos,
les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros cora-
zones?
9
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pe-
cados te son perdonados, o decirle: Levántate,
toma tu lecho y anda?
10
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre
tiene potestad en la tierra para perdonar peca-
dos (dijo al paralítico):
11
A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete
a tu casa.
12
Entonces él se levantó en seguida, y tomando
su lecho, salió delante de todos, de manera que
todos se asombraron, y glorificaron a Dios,
diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
VERTICALES. 2. ¿Cuántas personas trajeron el
paralitico a Jesús? 3. ¿Qué fueron perdonados por
Jesús al paralitico? 4. ¿Cuántas personas presentes
se asombraron con lo que hizo Jesús? 5. ¿Qué suce-
dió con los pecados del hombre enfermo? 8. ¿Qué
fue algo que Jesús puso de manifiesto al conocer los
pensamientos de los escribas? 10. ¿Cómo estaba el
enfermo presentado a Jesús? 11. ¿En que trajeron el
paralitico a Jesús? 12. ¿Qué otra cosa puso de ma-
nifiesto Jesús al perdonar al paralitico? 13. ¿Cuántas
veces se nombra Jesús en esta Escritura? 14. ¿A
dónde no cabía la multitud donde Jesús les predica-
ba? 15. ¿Quiénes eran algunos que cuestionaban a
Jesús?
HORIZONTALES. 1. ¿Cuántos vinieron para oír a
Jesús? 6. ¿En dónde estaba Jesús predicando la Palabra?
7. ¿Cuál es un titulo aplicado a Jesús como hijo de qué?
9. ¿A cuál ciudad vino Jesús? 12. ¿Qué sucedió con las
gentes cuando vieron el milagro de curación efectuado
por Jesús? 16. ¿Qué vio Jesús en el paralitico y en los
que los trajeron? 17. ¿Qué pensaron los escribas que
hablaba Jesús? 18. ¿A Quién alabaron las gentes al ver
el milagro efectuado por Jesús? 19. ¿Qué predicaba Je-
sús en la casa en Capernaum? 20. ¿En cuál versículo
dice que las gentes se asombraron al ver el milagro
efectuado por Jesús? 21. Completar: Nunca hemos
_____ tal cosa.
CRUCIGRAMA: EVANGELIO DE MARCOS 2:1-12. (Mr. No. 2A).
JESUS Y EL PARALITICO.