El documento resume la situación de la mujer durante los periodos del Renacimiento y el Barroco en España. Durante el Renacimiento, la mujer debía ser casta, pura y obediente, y su función principal era casarse y tener hijos. En el Barroco, la mujer se veía como un recipiente para la procreación, y se esperaba que fuera madre o monja. Ambos periodos promovían una visión tradicional de la feminidad que subordinaba a la mujer y limitaba su papel a la maternidad y el hogar.