2. El cantar del mío Cid es un cantar de Gesta anónimo
que relata las hazañas del caballero Rodrigo Díaz el
Campeador.
Es el único canto épico de la literatura española que se
conserva casi completo. También se trata de la primera
obra narrativa extensa de la literatura española.
3. El poema consta de 3735 versos de extensión variable
aunque dominan versos de 14 a 16 sílabas métricas.
Los versos del Cantar de mio Cid están divididos en dos
hemistiquios separados por cesura.
cada hemistiquio es de 4 a 13 sílabas, y se considera
unidad mínima de la prosodia del Cantar.
Es de rima asonante.
4. Tirada 64
El Cid se dirige contra tierras de Valencia
Aquí se empieza el poema de Mío Cid el de Vivar.
Ya ha poblado Mío Cid aquel puerto de Alucat,
se aleja de Zaragoza y de las tierras de allá,
atrás se ha dejado Huesca y el campo de Montalbán
de cara a la mar salada ahora quiere guerrear:
por Oriente sale el sol y él hacia esa parte irá.
A Jérica gana el Cid, después Onda y Almenar,
y las tierras de Burriana conquistadas quedan ya.
5. Primer cantar. Cantar del destierro (versos 1–1084)
El Cid ha sido desterrado de Castilla. Debe abandonar a su
esposa e hijas, e inicia una campaña militar acompañado de sus
fieles en tierras no cristianas, enviando un presente al rey tras
cada victoria para conseguir el favor real.
Segundo cantar. Cantar de las bodas (versos 1085–2277)
El Cid se dirige a Valencia y logra conquistar la ciudad. Envía a su
amigo y mano derecha Álvar Fáñez a la corte de Castilla con
nuevos regalos para el rey, pidiéndole que se le permita reunirse
con su familia en Valencia. El rey accede a esta petición, e incluso
le perdona y levanta el castigo al Campeador y sus hombres. La
fortuna del Cid hace que los infantes de Carrión pidan en
matrimonio a doña Elvira y doña Sol. El rey pide al Campeador
que acceda al matrimonio y él lo hace aunque no confía en ellos.
Las bodas se celebran solemnemente.
6. Tercer cantar. Cantar de la afrenta de Corpes (versos
2278–3730)
Los infantes de Carrión muestran pronto su
cobardía, primero ante un león que se escapa y del que
huyen despavoridos, después en la lucha contra los árabes.
Sintiéndose humillados, los infantes deciden vengarse.
Para ello emprenden un viaje hacia Carrión con sus esposas
y, al llegar al robledo de Corpes, las azotan y las abandonan
dejándolas desfallecidas. El Cid ha sido deshonrado y pide
justicia al rey. El juicio culmina con el duelo en el que los
representantes de la causa del Cid vencen a los infantes.
Estos quedan deshonrados y se anulan sus bodas. El poema
termina con el proyecto de boda entre las hijas del Cid y los
infantes de Navarra y Aragón.