11. MAGALY MAMANI CONDORI Este trabajo quiero dedicárselo a una amiga que tengo en La Paz, (Bolivia ). La conozco solo por fotografía y nuestra única comunicación son cartas que nos intercambiamos . Magaly es una niña de mi misma edad, yo la conozco desde que tenía 7 años, cuando mi madre me enseñó un papelito, con su fotografía y nombre y edad, la nota que venía acompañando la fotografía ya me impresionó, a pesar de mi corta edad. “su papá es vendedor ambulante, vende peínes y otros productos. Su mamá está en cama por enfermedad, sus hermanas mayores se encargan de la ayuda económica vendiendo en las calles fruta. Ella cuida en casa a sus hermanos menores”. Mi madre me dijo que íbamos a intentar ayudarla, ya que era una niña como yo, pero sin ninguna posibilidad. Rápidamente ella nos escribió una carta llena de amor y agradecimiento por haberle facilitado la entrada en el colegio, concretamente en Villa Adela, que es un centro de las hermanas de Santa Ana, donde con la ayuda que nosotras le enviamos ella puede estar todo el día en el colegio, tener derecho a ropa y material escolar, e incluso por la tarde cuando va a casa lleva algo de comida para su familia. Magaly es una mala estudiante, pero en sus cartas voy comprobando que aprende cada día, y que se esmera mucho para que así nosotras estemos contentas con ella . La vida allí no es fácil, vive en El Alto, que es una de las zonas más pobres de Bolivia y para ir al colegio tiene que andar todos los días una hora, parece un cuento, pero es verdad, lloviendo, con frío, con calor…. Pero con alegría. !y nosotras que nos quejamos de ir en autobús!.
12. Una conocida se fue de voluntaria un verano, nos dio mucha alegría, ya que íbamos a poder mandarle regalos, le llenamos dos carteras llenas de libros, y cosas que le alegraran un poco la vida. A la vuelta nos trajo fotografías de ella con su familia, y nos dijo que en el fondo era una niña con suerte, ya que tenía una familia que la quería y que sus padres apoyaban que sus hijos se educaran para tener un futuro mejor. Cuando ví las fotografías me impresionó ver a su mamá, tenía la misma edad que la mía entonces, 34 años, y parecía una anciana. La vida allí es muy dura, y yo empecé a darme cuenta de lo egoista que era, teniendo muchísimas cosas materiales , a mis padres con trabajo y salud, amigas , una educación…. Y aún así me quejaba…. A mi me gustaría mucho ir a visitarla, mi madre me dice que todavía no estoy preparada, la vida allí es muy difícil y no es lo mismo hablar de pobreza, que vivirla, cree que me impresionaría mucho la vida en Villa Adela. Ella también nos pide que la dejemos venir a España, quien sabe cuando cumpla la mayoría de edad!.