1. DOCUMENTO PARA LA REFLEXIÓN EN COMUNICACIÓN
“El Poder de la Palabra”
Óscar Fernando López Zuluaga
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EL PODER DE LA PALABRA.
Dice el filósofo francés Gastón Bachelard: “Un problema sin solución suele ser
un problema mal formulado”. Es decir, la manera como formulamos los hechos
tienen consecuencias. El lenguaje, “la palabra” tiene el poder para abrir o
cerrar posibilidades”.
Desde la infancia, a través de nuestros estudios siempre ha habido insistencia
en escribir y conversar asertivamente. En las diferentes circunstancias para
relacionarse en familia, en la comunidad, en el lugar de trabajo: lo que se dice y
se escucha, lo que se expresa y se comprende tiene un eje, la palabra.
Podemos señalar que toda palabra emitida nos conduce a dominar la
conversación bien sea con otros interlocutores o consigo mismo. La palabra no
existe por sí sola, siempre está en función de otro, aunque ese otro puede ser
uno mismo. Y esa relación es lo que llamamos conversación, diálogo,
comunicación. En el interior de esa conversación sobresalen el lenguaje
verbal, la emoción y el lenguaje no verbal o gestual.
El escuchar, como el hablar requiere desarrollar competencias. Existen unas
habilidades con las cuales se nace pero a través de la vida se van adquiriendo
y aplicando formas para expresarse, para oír y entablar esa comunicación a la
cual nos referimos.
Al hablar actuamos y ello incide en el impacto o efecto que producimos en el
interlocutor. Por ejemplo, la manera como hacemos y fundamentamos nuestros
juicios, la manera como entregamos y recibimos hechos y datos y la forma
como ofrecemos y pedimos e inclusive la manera como elaboramos y
cumplimos nuestra promesas, entre otros.
No es lo mismo utilizar la palabra para solicitar, negociar, acordar, dar
instrucciones, verificar, convocar o reclamar. Igualmente es necesario
reflexionar sobre la diferencia entre el estar en el mismo nivel expresándose,
que hacerlo de jefe a colaborador, de experto a inexperto, de profesor a alumno
o al trabajo en equipo con personas y/o profesionales diferentes pero con un
mismo objetivo o meta.
La emoción es otro componente determinante en el uso de la palabra pues
afecta en la percepción de un contenido, de un mensaje. Recordemos aquella
frase que dice: “Lo que me choca es el tonito”, lo anterior significa el grado de
emotividad que maneja quien envía y recibe una palabra o una conversación.
El conocimiento como tal, no garantiza desempeños o resultados superiores,
las palabras sí, porque al hablar estamos actuando e interviniendo.
Igualmente el lenguaje es la gran herramienta que poseemos las personas para
coordinar acciones entre sí.