2. . La aracnofobia es el asco o fobia a las arañas. Es una de las fobias más
comunes, y posiblemente la fobia de animales más extendida. Las reacciones
de los aracnofóbicos frecuentemente parecen irracionales a otras personas, e
incluso al propio afectado. Procuran mantenerse alejados de cualquier sitio
donde creen que habitan arañas, o donde han observado telas de araña. Si ven
una araña de lejos, quizá no puedan entrar en la zona, aunque sea espaciosa, o
al menos tendrán que hacer antes un esfuerzo para controlar su pánico, que se
caracteriza por sudoración, respiración rápida, taquicardia y náusea. También
los que sufren aracnofobia cuando ven una araña sea grande o pequeña, se
apresuran a erradicar la araña, y siempre utilizando algún objeto alargado,
como un palo, para no tener que acercarse demasiado al arácnido. El miedo a
las arañas puede determinar el lugar donde el fóbico decide vivir, o el sitio al
que acudirá en vacaciones, y limitar los deportes o pasatiempos de los que
puede disfrutar
3. Se denomina acrofobia (del griego ἄκρος alto, elevado y
φόβος miedo) al miedo a las alturas. Por ejemplo no
atreverse a practicar juegos extremos o de alturas,
como lo serían la tirolesa, el paracaídas o el
parapente.1 Al igual que otras fobias, la acrofobia
genera fuertes niveles de ansiedad en los individuos que
la presentan, lo que induce una conducta de evitación
de la situación temida.2 En este caso, las situaciones
con una altura notable, como asomarse a un balcón,
encontrarse al borde de un precipicio o estar en un
mirador elevado, son típicas de este tipo de fobia.
4. El trastorno de ansiedad social, también conocida como trastorno de ansiedad social, fobia social o sociofobia, es un
síndrome caracterizado por ansiedad, tensión nerviosa y malestar provocado por la exposición a la “evaluación social”.
Las personas afectadas por esta enfermedad comprenden que sus miedos son irracionales, sin embargo experimentan
una gran preocupación por hacer frente a situaciones sociales temidas, por lo general es a ser observados por mucha
gente.
Debido a esto, con frecuencia tienden a aislarse. Este trastorno no se debe considerar una forma exagerada de la
timidez, porque el daño que causa la desactivación de ajuste social no puede ser mitigado sin tratamiento.
Situaciones temidas en la sociofobia
• Hablar en público.
• Comer o beber en público. • Escribir en público.
• Mirar a los ojos. • El miedo de hablar.
• Iniciar una conversación. • Dar o defender sus opiniones.
Síntomas de la sociofobia ante las situaciones temidas
• Ansiedad • Perder la voz. • El exceso de sudor
• Palpitaciones • Ruborizarse • Tartamudear
• El miedo de ser visto como débil, ansioso, enojado o estúpido.
• Temor a que sus opiniones no sean de interés para otros.
5. La claustrofobia, como una fobia específica dentro de los trastornos de ansiedad.
Al ser un miedo a los espacios cerrados, aquellos que la padecen suelen evitar los
ascensores, los túneles, el metro, las habitaciones pequeñas, el uso de técnicas de
diagnóstico médico como el TAC o la RMN. Y es que la persona claustrofóbica no
tiene miedo al espacio cerrado en sí mismo, sino a las posibles consecuencias
negativas de estar en ese lugar, como quedarse encerrado para siempre o la asfixia
por creer que no hay suficiente aire en ese lugar. La mayoría de los espacios
pequeños y cerrados suponen un riesgo de quedarse encerrado, como en un
ascensor, y una limitación de los movimientos, por lo que las personas con
claustrofobia pueden sentirse muy vulnerables al limitarles de esa forma los
movimientos. Cuando una persona que sufre claustrofobia anticipa que va a entrar,
o entra, en un espacio cerrado, experimenta una reacción de ansiedad intensa
como falta de aire, palpitaciones o mareo. Debido a estos síntomas, normalmente
se evitan los espacios cerrados. Por ejemplo, subir por las escaleras 12 pisos antes
que usar el ascensor, negarse a que le practiquen un TAC incluso cuando es
necesario, no utilizar el tren o el metro, serían algunos casos.
Como en otras fobias específicas, la respuesta de ansiedad disminuye
considerablemente cuando la persona abandona el sitio cerrado.
6. La necrofobia o tanatofogía es la fobia o miedo a la muerte o a
las cosas muertas.. Ambos términos suelen usarse
alternativamente, tanatofobia es más específico: incluye,
aunque no se limita, al miedo a la propia muerte. Necrofobia
es el miedo a la muerte, a las cosas muertas (por ejemplo,
cadáveres) así como a ciertas cosas asociadas a la muerte (por
ejemplo, ataúdes). El término se deriva del griego necros
(cadáver) y phobos (miedo). Quienes padecen de esta
condición no pueden explicar con claridad el sentimiento
escalofriante que experimentan al estar frente a una momia o
a un cadáver.
7. Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a los rayos y
truenos de las tormentas.
Las personas que la padezcan sufrirán aunque puedan darse cuenta de que los
truenos no constituyen una amenaza hacia su integridad física. Alguien con esta
fobia estará alarmado tanto antes como durante las tormentas. Si se encuentran
al aire libre durante una tormenta eléctrica, padecerán los síntomas de la
ansiedad, mientras que si están dentro de la casa, es posible que tiendan a
esconderse bajo la cama, detrás del sofá, en los armarios, etc.
Durante los meses de verano, cuando son más frecuentes las tormentas eléctricas,
personas con brontofobia se obsesionan por mirar el pronóstico meteorológico, y
elige permanecer adentro de su casa cuando hay tormentas anunciadas, o incluso
cuando empiezan a formarse nubes negras en el cielo. Dependiendo el grado de la
fobia, estas personas experimentan temor a medida que se acercan los meses de
verano. Esto se debe a que son conscientes de que su vida cotidiana se verá
interrumpida: en algunos casos extremos se les dificulta asistir al trabajo y
continuar con sus actividades rutinarias.
8. La aerofobia o miedo a volar es el temor o fobia a volar en aviones. Puede ser una fobia
por sí misma, o puede ser una manifestación de una o más fobias, como la claustrofobia
(el miedo a los espacios cerrados) o acrofobia (el miedo irracional e irreprimible a las
alturas). Puede tener otras causas. Es un síntoma en vez de una enfermedad, y causas
distintas pueden dar lugar a la aerofobia.
Uno de cada tres pasajeros tienen miedo a volar. Con esas cifras las aerolíneas han
lanzado cursos para el miedo a volar con el que ayudan a sus futuros viajeros. Son
cursos completamente gratuitos. Lo destacable es que British Airways asegura haber
ayuda a más de 45000 pasajeros a superar su miedo a volar. Y está iniciando programas
muy interesantes como incluir vídeos relajantes en sus vuelos, para tranquilizar y
ayudar a los viajeros que aun no tienen completamente superada esta fobia.
La aerofobia recibe más atención que la mayoría que otras fobias porque los viajes en
avión son a menudo difíciles de evadir, especialmente en los campos profesionales, y
también porque la fobia es extendida, afectando a una minoría significante de la
población. El miedo a volar puede hacer que una persona evite ir de vacaciones o visite
a su familia o amigos, y puede destruir la carrera de un empresario si tiene que viajar
por negocios.