2. Eres padre, y por serlo,considera la importancia de lo que Dios y la Vida te han confiado: el hijo que has producido debe ser sostenido y forma- do por ti. Y depende también de ti que ese hijo resulte un premio o un castigo, una bendición o una maldición para ti mismo, o un miembro útil o sin valor alguno para la sociedad. Apenas sepas que late su co- razón en el seno materno, trans- mítele amor y protección y hábla- le desde temprano con la verdad. SEGUIR CON EL MOUSE
3. Durante su desarrollo, observa sus inclinaciones. No permitas que se aparte de la buena senda y haz lo posible para que los malos hábitos no lo dominen. Satisface sus necesidades y sus deseos y ayúdalo a transitar el arduo camino de la existencia con cariño y con moderación, pero con firmeza, sin olvidarte nunca de tu función docente. De esta manera, crecerá como el cedro de las mon- tañas, cuya cima podrá verse sobre los árboles del bosque. Así como un mal hijo es el peor reproche para un padre, el buen hijo es la mejor honra para su vejez. SEGUIR CON EL MOUSE
4. Por un tiempo, el terreno es tuyo; no lo dejes sin cultivar. Las mejores semillas que siembres, serán los mejores frutos que coseches. Porque si le enseñas a obedecer, él te lo agra- decerá; si le enseñas modestia, él nunca se aver- gonzará. Si le enseñas respeto, aprenderá a valorar. Si le enseñas gratitud, recibirá beneficios; si le enseñas caridad, obtendrá amor. Si le enseñas templanza, tendrá salud física y mental; si le enseñas prudencia, será afortunado en todo. SEGUIR CON EL MOUSE
5. Si le enseñas sinceridad, su propio corazón no lo reprochará jamás; si le enseñas justicia, será honrado por el prójimo. Si le enseñas diligencia, sus bienes crecerán; si le enseñas generosidad, su conciencia será enaltecida. Si le enseñas ciencia, su vida será más útil; y si le enseñas religión, su muerte será feliz... Fue una realización de E.R.A. PRODUCCIONES FIN