1. Plegaria de un Padre Douglas Mc Arthur SEGUIR CON EL MOUSE E.R.A. PRODUCCIONES
2. Dame, Señor, un hijo... Que tenga la fortaleza de reconocer cuando ha flaqueado; el valor de enfrentarse consigo mismo cuando sienta miedo. Un hijo que lleve alta la frente en la honrada adversidad de la derrota, y que sea modesto y gentil en la victoria. Un hijo que nunca doble la espalda cuando debe erguir el pecho; que no se contente con sólo desear en vez de realizar.
3. Un hijo que te conozca a Ti y se Conozca a Sí Mismo... y sepa que en Conocerse el Hombre a a sí Mismo se encuentra el fundamento de todo saber. No lo guíes, Señor, por el camino cómodo y fácil, sino por el sendero áspero, espinoso y difícil donde las dificultades son acicate y reto para vencerlas. Allí... déjalo que aprenda a hacer frente a las tempestades, a sostenerse firme y se- guro en medio de ellas.
4. Dame, Señor, un hijo capaz de compade- cerse de los que flaquean y fracasan. De sa- no corazón y altos ideales; capaz de dominar- se él mismo antes de pretender dominar a los demás. Un hijo que aprenda a reír... pero que tam- bién sepa llorar. Un hijo que avance hacia el futuro sin desentenderse jamás de lo pasado. Y después de haberle concedido todo eso, imploro de ti, Dios mío, le concedas...
5. Suficiente sentido de buen humor para proce- der con seriedad sin tomarse a sí mismo dema- siado en serio. Humildad y sencillez, compañe- ros de la verdadera grandeza. Una mente a- bierta e imparcial, propia de los verdaderamen- te sabios. Y la mansedumbre de los verdadera- mente fuertes. Porque entonces, Señor, Yo, el padre de tal hijo me atreveré a susurrar en lo más profundo de mi corazón... “No he vivido en vano”.