Este poema habla sobre mantener la esperanza, el optimismo y la fe en Dios a pesar de las dificultades de la vida. Afirma que nada le impedirá sonreír, soñar, vivir o creer en Dios. El poeta quiere vivir cada día como si fuera el primero y último, manteniendo el equilibrio y fortaleciendo su esperanza para prosperar en su misión y vivir alegre todos los días.