Este documento describe las vestiduras sacerdotales que usaba Aarón como Sumo Sacerdote según lo descrito en el Éxodo. Estas vestiduras incluían una túnica blanca de lino, un manto azul con campanillas y granadas, una mitra de oro con la inscripción "Santidad a Jehová", un efod con piedras de ónice que llevaban los nombres de las 12 tribus de Israel, y un pectoral del juicio que llevaba las 12 piedras con los nombres de las tribus. Estas vest
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Lec 5 - LAS VESTIMENTAS SACERDOTALES DE LA GRACIA
1. Lección 5 para el 30 de Abril de 2011 LAS VESTIMENTAS SACERDOTALES DE LA GRACIA
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3. Aarón, el hombre pecador BAJO LAS ROPAS DEL SUMO SACERDOTE Al construir el becerro de oro, transgredió el segundo mandamiento. Su posición de líder hizo más grave su pecado. Aunque al principio intentó eludir su culpa, Aarón se arrepintió y Dios le otorgó el honor del sumo sacerdocio. Nosotros, aunque somos sacerdotes, pecamos y nos arrepentimos; y, aún así, Dios nos sigue considerando sus sacerdotes.
4. LA LABOR DEL SUMO SACERDOTE Cada creyente, como representante de Jesús en este mundo, debe reflejar el carácter de Jesús en su vida. El sumo sacerdote actuaba como mediador entre la humanidad caída y un Dios santo. En su labor, representaba a Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote. Para ello, debía representar en su ministerio la santidad, la pureza y la consagración, diferenciándose así del resto del pueblo.
5. Túnica blanca La túnica blanca era una túnica de lino. Con referencia a esta túnica, Josefo escribió: "Esta vestimenta llega hasta los pies y se ciñe al cuerpo; tiene mangas apretadas a los brazos” (Antigüedades iii. 7. 2) Esta túnica tenía un cinto “de obra de recamador” (hecho con un bordado artístico) La túnica blanca representaba la perfección del carácter y la santidad de Jesús. Éxodo, 28: 39 LAS VESTIDURAS DEL SUMO SACERDOTE
6. Túnica blanca El manto azul o manto del efod se ponía sobre la túnica blanca y en su orla llevaba una línea de granadas y campanillas intercaladas. Era un símbolo de la justicia (Isaías, 61: 10) Manto azul Éxodo, 28: 31-35 LAS VESTIDURAS DEL SUMO SACERDOTE
7. con sus pensamientos y sus oraciones, mientras él llevaba a cabo las diferentes partes del ritual sacerdotal. El sonido de las campanillas unía al sacerdote y a la congregación en el culto. Si el sumo sacerdote hubiese intentado realizar el servicio del santuario sin llevar el manto con sus campanillas, hubiera roto ese vínculo de comunión y el pueblo hubiera quedado separado de su intercesor. Su ministerio se hubiera convertido en un procedimiento vano, sin razón de ser. Para destacar la importancia de este eslabón entre el pueblo y su representante, el castigo del descuido era la muerte (vers. 35). Las campanillas y las granadas nos recuerdan que por fe nosotros podemos entrar confiadamente en el "Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo" para obtener el perdón de los pecados (Heb. 4: 16; 10: 19). Por fe también nosotros podremos oír el sonido desde el santuario que dirigirá nuestra mente y nuestro corazón hacia arriba al lugar donde Cristo está sentado a la diestra de Dios para hacer intercesión por nosotros (Rom. 8: 34; Col. 3: 1-3; Heb. 8: 1, 2; CS 480)” “ Las "campanillas" eran de oro puro (cap. 39: 25), y estaban dispuestas en forma alternada con las "granadas". Podían ser oídas por el pueblo cuando el sumo sacerdote ministraba dentro del santuario (cap. 28: 35). El tintineo de las campanillas hacía que los que rendían culto supieran que él estaba oficiando en favor de ellos en la presencia de Dios, y los instaba a seguirle Comentario Bíblico Adventista, sobre Éxodo, 28: 34
8. Túnica blanca La mitra era de lino y sobre ella llevaba una lámina de oro con la inscripción “Santidad a Jehová”. Ésta era la máxima que debía regir toda la vida, tanto del sacerdote como de aquellos que le miraban. Representaba la completa consagración a Dios. Manto azul Éxodo, 28: 36-38 La mitra y la lámina de oro “ Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1ª de Pedro, 1: 15-16) LAS VESTIDURAS DEL SUMO SACERDOTE
9. Túnica blanca El efod y su cinto eran “obra primorosa” hecha con oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Dos piedras de ónice en los hombros unían sus dos partes. Sobre ellas estaban escritos los nombres de las 12 tribus de Israel. Su labor principal era sostener el pectoral del juicio. Manto azul Éxodo, 28: 5-14 La mitra y la lámina de oro El efod y el cinto LAS VESTIDURAS DEL SUMO SACERDOTE Las piedras de ónice
10. Túnica blanca Estas dos piedras servían para consultar a Dios y conocer Su voluntad. Es por eso que el pectoral recibe el nombre de “pectoral del juicio”. Manto azul Éxodo, 28: 15-30 La mitra y la lámina de oro El efod y el cinto El pectoral del juicio Estaba compuesto de los mismos materiales que el efod. Era de grosor doble porque tenía que sostener el peso de las doce piedras con los nombres de las tribus de Israel y dos piedras “Urim y Tumim”. LAS VESTIDURAS DEL SUMO SACERDOTE Las piedras de ónice
11. EL PECTORAL DEL JUICIO Cuando Aarón se presentaba ante Dios llevaba sobre sus hombros los pecados de todos los hijos de Israel (cuyos nombres estaban grabados sobre las dos piedras de ónice) para interceder por ellos. Igualmente, llevaba sobre su corazón a cada hijo de Israel (representado en cada una de las doce piedras del pectoral), mostrando ante Dios la compasión que sentía por cada uno de ellos. Apelando a la justicia y a la misericordia divinas, Aarón solicitaba ante Dios el perdón de los hijos de Israel.
12. “ por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos, 7: 25) “ Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos, 2: 17-18) Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, intercede ahora por nosotros ante el Padre. Él lleva sobre sus hombros el pecado de cada uno de nosotros y nuestro nombre grabado sobre su corazón misericordioso. Dios nos ama y está deseando que vayamos a Él para vestirnos con el manto de su justicia y darnos poder para vencer las tentaciones, así como Él lo hizo.