1. ¿Qué es el Día del Juicio?
La Biblia dice que Dios “ha fijado un día en que se
propone juzgar la tierra habitada” (Hechos 17:31).
A muchas personas les desagrada la idea de ser
objeto de cualquier tipo de juicio. ¿Es usted una de
ellas?
SI ES así, le tranquilizará saber que el Día del Juicio
es un medio amoroso por el cual se dispensarán
grandes bendiciones a la humanidad, incluidos los
muertos (Mateo 20:28; Juan 3:16). ¿Por qué se
necesita? ¿Qué ocurrirá exactamente durante ese
“día”?
2. ¿Por qué es necesario?
Cuando Dios puso a los seres humanos en la Tierra, no se proponía que
esta fuera un terreno de pruebas donde se prepararan para entrar
después en otro lugar; su intención era que la habitaran para siempre.
Por desgracia, a pesar de que nuestros primeros padres eran física y
mentalmente perfectos, se rebelaron contra Dios, de modo que
perdieron la esperanza de la vida eterna y transmitieron a todos sus
hijos el pecado y la muerte (Génesis 2:15-17; Romanos 5:12). El Día del
Juicio es un período de mil años durante el cual los seres humanos
tendrán la oportunidad de recobrar lo que Adán y Eva perdieron. Hechos
17:31, citado arriba, dice que en ese día serán juzgados quienes vivan en
“la tierra habitada”. Los que obtengan una sentencia favorable vivirán en
ella para siempre en condiciones perfectas (Revelación [Apocalipsis]
21:3, 4). Así, el Día del Juicio contribuirá a la realización del propósito
original de Dios para el hombre y la Tierra. Dios ha designado Juez a
Jesucristo, quien, como dice la Biblia, “juzgar[á] a los vivos y a los
muertos” (2 Timoteo 4:1). ¿Quiénes son “los vivos” que serán juzgados?
¿Cómo volverán los muertos a la vida en “la tierra habitada”?
3. Jesús juzga a “los vivos”
Nos estamos aproximando al predicho fin del sistema de cosas
actual, cuando Dios acabará con todos los elementos que componen la
sociedad humana corrupta y eliminará a los malvados. Los
sobrevivientes de esta destrucción son “los vivos” que serán juzgados
(Revelación 7:9-14; 19:11-16).
Durante este período de juicio, que durará mil años, Jesucristo y
144.000 hombres y mujeres que habrán resucitado para vivir en el cielo
gobernarán la Tierra. En su condición de reyes y sacerdotes impartirán a
los humanos fieles los beneficios del sacrificio redentor de Jesús y los
elevarán gradualmente a la perfección física y mental (Revelación 5:10;
14:1-4; 20:4-6).
A Satanás y los demonios se les impedirá influir en los asuntos humanos
durante el Día del Juicio (Revelación 20:1-3). Sin embargo, al final de los
mil años se permitirá que Satanás ponga a prueba la lealtad de toda
persona viva. Quienes permanezcan leales a Dios habrán superado la
prueba que Adán y Eva no pasaron y serán juzgados dignos de recibir
vida eterna en la Tierra hecha un paraíso. Los rebeldes serán aniquilados
para siempre, como también lo serán Satanás y los demonios
(Revelación 20:7-9).
4. Se juzga a “los muertos”
La Biblia dice que durante el Día del Juicio, los muertos “se levantarán”
(Mateo 12:41). Y Jesús anunció: “Viene la hora en que todos los que
están en las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz y saldrán, los que
hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron
cosas viles a una resurrección de juicio” (Juan 5:28, 29). Estas palabras
no aluden a almas que se hayan separado del cuerpo en el momento de
la muerte, pues los muertos no tienen conciencia de nada ni poseen un
alma inmortal (Eclesiastés 9:5; Juan 11:11-14, 23, 24). Jesús les
devolverá la vida en la Tierra a los difuntos.
¿Se juzgará a los resucitados sobre la base de lo que hicieron antes de
morir? No. La Biblia enseña que “el que ha muerto ha sido absuelto de su
pecado” (Romanos 6:7). Así pues, al igual que los que sobrevivan al fin
de este sistema, quienes resuciten en la Tierra serán juzgados “según
sus hechos”, las obras que realicen durante el Día del Juicio (Revelación
20:12, 13). Dependiendo del veredicto final, su resurrección habrá sido
para vida eterna o para destrucción. En el caso de muchos de los
resucitados, el Día del Juicio será su oportunidad para aprender por
primera vez acerca de Jehová y sus requisitos para la vida. Si los
cumplen, recibirán vida eterna en la Tierra.
5. No hay por qué temer
El Día del Juicio no será solo un tiempo para
recibir instrucción divina, sino también para
aplicar lo aprendido y cosechar los frutos.
¡Imagínese la alegría de reencontrarse con sus
seres queridos que han muerto y avanzar junto
con ellos a la perfección!
Dios permitirá que Satanás pruebe la lealtad de las
criaturas humanas al final del Día del Juicio. Pero
no hay motivo para preocuparse o temer, pues en
aquel tiempo todos estarán completamente
preparados para enfrentar la última prueba. Como
vemos, el Día del Juicio desempeña un papel
importante en el cumplimiento del propósito de
Dios de anular los efectos de la rebelión en el
jardín de Edén. Fuente: página web: www.watchtower.org