1. El sumo sacerdote Josué (Hebr. Yehoshuá) esta delante del Ángel de Jehová (Cristo), Satanás ubicado a su mano derecho tiene una
sola cosa en mente, acusarle. La posición de Josué no era muy buena que digamos, las vestiduras viles, sucias y quemadas, como
cuando una persona es arrebatada del incendio (v. 2) nos deja claro su condición espiritual. Sus iniquidades y las del pueblo que
representaba como sacerdote lo habían llevado a la misma boca del infierno.
Satanás, ubicado a la mano derecha (la mano del poder) hace la función de fiscal, la parte que acusa dentro de un proceso penal. En
una litigación la mano derecha es la posición de costumbre del demandante (Salmo 109:6), pero también el lugar del defensor (Salmo
109:31). Cuando una persona vive una vida de pecado esta es la posición que ocupa Satanás (Hassatán, adversario). El acusador , el
calumniador, el diablo cuyo oficio es recorrer la tierra buscando evidencias contra ti y contra mí hará todo lo posible para que
seamos hallado culpables.
No importa cuántas evidencias Satanás tenga en contra nuestra, existe una palabra poderosa que va más allá de todas nuestras
vilezas y es la JUSTIFICACIÓN. El diccionario define esta palabra como “Santificación del hombre por la gracia y la fe con la cual se
hace justo.” “Causa, motivo o razón que justifica.“ Jesucristo nuestro Salvador es la causa o motivo por el cuál ahora ya NO somos
culpables sino hallados inocentes ¿y por qué ahora somos inocentes? Porque Cristo nos perdonó y nos hizo nueva criatura (2 Corintios
5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.). Las evidencias que
Satanás tenía en contra nuestra desaparecieron (Zacarías 3:4 Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle
esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.). Es lo que Cristo hace, borrar
nuestros pecados. ¡No es maravilloso! Ahora solo resta el “y no peques más” (Juan 8:10-13 10
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino
a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te
condeno; vete, y no peques más. 12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida. ).
En todo juicio hay un veredicto, inocente o culpable. Si eres hallado inocente queda libre de culpa, pero si eres culpable entonces hay
una sentencia y una condena. El veredicto ya esta dado en Juan 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. La sentencia para el culpable ya esta dictada en Apocalipsis 20:15 “Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” Lo maravilloso de Dios es que ÉL no desea que las personas
vayan al lago de fuego, eso lo dejó escrito en Juan 3: 16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Por eso envió a su Hijo, para que fuésemos salvos por Él.
Pero lamentablemente no todos aceptan a Jesús como su único y exclusivo salvador, requisito para entrar al Reino de los Cielos. Dios
no envía a ningún hombre al infierno sino que el mismo hombre toma la decisión de ir allá. El infierno y lago de fuego que arde con
azufre fue hecho para Satanás y los ángeles caídos (demonios) pues ellos negaron su dignidad (Judas 1:5-7 5 Mas quiero
recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después
destruyó a los que no creyeron. 6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia
morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; 7 como Sodoma y
Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de
vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.)
Apocalipsis. 20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Apocalipsis 20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de
fuego. Esta es la muerte segunda. Apocalipsis 19:20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de
ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos
fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Pastora Francisca Crespo
Ante el Tribunal
Zacarías 3