Horacio García fue un artista francoargentino conocido por su trabajo pionero en el arte óptico y cinético. Estudió en Buenos Aires y luego fundó el Grupo de Investigaciones en Artes Visuales en París. Considerado un mago de la imagen por sus ilusiones de luz y profundidad creadas a través de la óptica, falleció en 2012 dejando un legado importante en el desarrollo del arte óptico e cinético.
1. HORACIO GARCÍA: SEMBLANZA
Cabe preguntarse por qué la ciencia y el arte y la tecnología tardan a veces tanto tiempo
en encontrarse. El encuentro ocurre finalmente, pero demora en producirse. Los avances
de la óptica –rama de la física- terminarían produciendo el arte óptico. Puede parecer
una redundancia. Todas las artes visuales son ópticas. Pero la corriente del Op Art, el
arte óptico, crea ilusiones. Ilusiones de brillo, de relieve de luz, de resplandor, de
profundidad. En buena cuenta, hace magia. Ni más ni menos que un prestidigitador, que
un ilusionista. Sin que estos términos nada tengan de peyorativo.
Al francoargentino Horacio García Rossi (Buenos Aires, 1929- París, 2012) se le
hubiera podido denominar, con justicia, como un mago de la imagen, un ilusionista del
lienzo. De 1950 a 1957 estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de su ciudad
natal. Llegó a Francia en 1959 donde fundó el Grupo de Investigaciones en Artes
Visuales (GRAV) junto a Julio Le Parc, François Morellet, Francisco Sobrino, Joël
Stein y Jean-Pierre Yvaral.
Considerado como una de las grandes figuras tanto del arte óptico como del arte
cinético (esculturas móviles), un artista íntegramente dedicado a su arte, ajeno a las
polémicas y escándalos, falleció este año cuando se preparaba para participar en una
exposición dedicada al arte cinético. Queda su legado.