1. HORACIO GARCÍA ROJAS,
CON EL NOPAL EN LA CARA
“Adicto a las garnachas aunque engorden”, así se define este actor mexicano de 32 años
de edad, “orgulloso de tener el nopal en la cara”. Para los que –a pesar de conocer de
memoria los capítulos del Chavo y las películas de Cantinflas- no estamos tan al tanto
de la claves de la cultura popular mexicana y de su lenguaje, valga una aclaración: Las
garnachas son una especia de tortillas y el nopal es un cactus de fruto comestible,
también conocido como tuna (el cactus y también el fruto). El nopal es uno de los
símbolos nacionales de México, se encuentra en su escudo y se suele decir, en el habla
coloquial, que alguien que tiene marcados rasgos faciales indígenas es “más indio que
un nopal”.
Oriundo de Cerro Azul, Veracruz, este joven y talentoso actor ha participado en
películas como Morenita, el escándalo y Sólo quiero caminar, acercamientos crudos y
directos al mundo del hampa, la violencia urbana y el narcotráfico. También en
películas históricas como Cristiada, sobre uno de los últimos, más épicos y menos
conocidos episodios de aquel tremendo terremoto político y social que se llamó la
Revolución Mexicana. Hablamos de la Guerra Cristera o Guerra de los Cristeros, una
insurrección de campesinos en defensa de su fe contra un gobierno que quería imponer
el progreso y el laicismo por las buenas o las malas.
México es uno de los países que, en América Latina, está haciendo buen cine.
Esperamos que, más que cruzar el Río Grande y pasar a Hollywood como hizo, por
ejemplo, la bella y talentosa Salma Hayek, nuestro querido Horacio García Rojas se
quede de este lado y siga contribuyendo a que el cine mexicano y latinoamericano siga
pisando fuerte en las alfombras rojas de todo el Planeta.