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1. Banco Central de Chile
Documentos de Trabajo
Central Bank of Chile
Working Papers
N° 308
Enero 2005
MIRANDO EL DESARROLLO ECONÓMICO DE
CHILE: UNA COMPARACIÓN INTERNACIONAL
Rodrigo Fuentes Verónica Mies
II. DATOS HISTÓRICOS
La historia de Italia en tanto que nación unitaria comienza en el siglo XIX con el movimiento
conocido como “Risorgimento”, de carácter político y cultural, impregnado por ideas de
nacionalismo romántico que actuó como catalizador de la unidad nacional.
Tras las campañas napoleónicas se produjeron una serie de guerras de independencia contra los
diversos ocupantes extranjeros que mantenían Italia dividida. Como consecuencia de las mismas,
se proclamó el Reino de Italia en 1861, bajo el Rey del Piamonte Víctor Manuel II. El héroe militar
por antonomasia de la unificación italiana fue Giuseppe Garibaldi y su artífice político Cavour.
En 1866 se unieron a la nueva nación el Véneto y en 1870 los antiguos Estados Pontificios,
incluyendo Roma, que se convertiría en la capital del Reino tras haberlo sido Turín y Florencia.
El Reino de Italia desarrolló desde el comienzo una política de conquistas coloniales,
fundamentalmente en el Noroeste de África: Libia, Somalia, Etiopía, Eritrea.
Durante la I Guerra Mundial, Italia permaneció inicialmente neutral, para posteriormente unirse a
los aliados y beneficiarse, como parte del bando vencedor, de algunas ganancias territoriales a
costa de la disolución del Imperio Austro-Húngaro.
Las dificultades económicas y las tensiones sociales de la posguerra llevaron al poder al Partido
Fascista de Mussolini en 1922, lo que supuso la relegación de la figura del Rey a un plano
insignificante. Se construyó un Estado totalitario de partido único, que en 1940 entró en la II
Guerra Mundial, junto a la Alemania de Hitler y al Japón Imperial, contra los Aliados.
La conquista de Sicilia en 1943 por parte del ejército estadounidense provocó la caída del fascismo
y el comienzo de un periodo turbulento con el establecimiento de diversas fuentes de poder entre
2. los partisanos (guerrilleros antifascistas) y el Gobierno del Rey Víctor Manuel III (que firmó un
armisticio con los aliados). Por su parte, Mussolini creó en el norte una República totalitaria, bajo
protección
alemana, denominada República Social Italiana, con capital en la ciudad de Saló. La guerra
continuó contra la República Social Italiana, hasta el 25 de abril de 1945, día de la Liberación.
En 1946, un referéndum acabó con el régimen monárquico e instauró la Primera República. La
nueva Constitución entró en vigor el primero de enero de 1948.
En 1955, Italia fue admitida en la ONU, y al año siguiente se adhirió a la OTAN. Italia es miembro
fundador de las Comunidades Europeas. El primer y principal Tratado constitutivo de éstas, el
Tratado de Roma, se firmó en la capital italiana en 1957.
A lo largo de los años sesenta, Italia conoció un gran desarrollo económico, así como importantes
mutaciones sociales. Hasta 1980 el gobierno se mantuvo en las manos de la Democracia Cristiana,
apoyada por una serie de pequeños partidos. La oposición estaba en manos del Partido
Comunista. A partir de 1980 siguió gobernando la Democracia Cristiana, pero ya en franca
decadencia, por lo que tuvo que ceder la Presidencia del Consejo de Ministros a dirigentes del
Partido Socialista o del Partido Republicano.
Los escándalos de corrupción y de colusión con la mafia desencadena-ron el proceso denominado
“Tangentópolis” y la operación “Manos Limpias”, además de los importantes cambios producidos
a escala internacional por la caída del “muro de Berlín”, provocaron la desintegración “de facto”
de la I República y de sus principales partidos, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista.
A pesar de que no hubo un cambio constitucional, a partir de entonces se habla de la II República,
caracterizada por el bipolarismo y la alternancia en el poder. El nuevo sujeto político dominante es
“Forza Italia”, partido fundado por el empresario de origen milanés Silvio Berlusconi, que se
impuso en las elecciones de 1994.
En 1996 tomó las riendas la coalición “Olivo”, de centro-izquierda. En 2001 volvió al poder
Berlusconi al frente de la coalición de centro-derecha “Casa de las Libertades”, que se mantuvo
hasta abril de 2006, fecha en la que “l’Unione”, una nueva coalición de centro-izquierda e
izquierda radical liderada por el ex presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, venció por
un estrecho margen en las elecciones.
Pero la convivencia de la izquierda reformista y la maximalista se reveló ingobernable y acabó
conduciendo a un precipitado fin de legislatura tan solo veinte meses después de su inicio. Tras
comprobar la inviabilidad de un Gobierno de transición que se encargase de acometer al menos la
reforma de la ley electoral, el presidente de la República decidió disolver las Cámaras y convocar
nuevas elecciones los días 13 y 14 de abril de 2008, que dieron la victoria de nuevo al bloque de
centro-derecha liderado por Silvio Berlusconi, bajo la denominación de “El Pueblo de las
Libertades”.
3. III DATOS RECIENTES
El presidente de la República convocó el 7 de mayo de 2008 al palacio del Quirinal, sede de la
jefatura del Estado, a Silvio Berlusconi para encargarle formar el nuevo Gobierno. Berlusconi
aceptó y presentó de inmediato al jefe del Estado su lista de 21 ministros, nueve de ellos sin
cartera, que juraron sus cargos al día siguiente ante Giorgio Napolitano.
El Gobierno conservador de Silvio Berlusconi aprobó el 21 de mayo que la inmigración ilegal fuera
delito en Italia. La decisión fue adoptada durante el primer Consejo de Ministros del nuevo
Gabinete. La tipificación como delito de la inmigración ilegal sería recogida en un proyecto de ley,
que se remitiría al Parlamento, mientras que otras medidas de lucha contra la inmigración ilegal y
consideradas urgentes fueron incluidas en un decreto ley.
Como respuesta, dos días después, el comisario europeo para Asun-tos Económicos, Joaquín
Almunia, consideró que tipificar como delito la inmigración ilegal era “criminalizar” a este
colectivo y advirtió de que si las medidas aprobadas por el Gobierno italiano se “solapan” con las
de la UE, la Comisión Europea debería pronunciarse.
Por su parte, el 1 de junio, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, denunció los casos de
intolerancia registrados en Italia y pidió a todos los ciudadanos e instituciones que detuvieran
“cualquier riesgo de retroceso civil”. Nápolitano hizo estas manifestaciones en su mensaje con
motivo de la Fiesta Nacional, en el que dijo que “no podía callar” su preocupación por el aumento
de hechos “que constituyen la negación de los principios y valores constitucionales”.
Además, varios eurodiputados de los partidos de la oposición criticaron con dureza las medidas
sobre seguridad e inmigración impulsadas por el Gobierno y cuestionaron su cabida dentro de la
legislación europea.
La Cámara de Diputados aprobó el 10 de julio el proyecto de ley que contemplaba la inmunidad
para los cinco cargos más importantes del Esta-do. Doce días después el Senado, con 171 votos a
favor, 128 en contra y 6 abstenciones, lo convirtió en ley.
El Gobierno logró aprobar el 15 de julio en la Cámara de Diputados, mediante la vía rápida del voto
de confianza, un decreto de ley sobre seguridad, con medidas que facilitaban la expulsión de
extranjeros ilegales. Entre las medidas del llamado “paquete de seguridad” destacaba la de
considerar la emigración ilegal como un agravante, lo que supondría aumentar en un tercio la
pena de las personas sin papeles que cometieran un delito en Italia.
La patronal italiana (Confindustria) advirtió el 8 de agosto de que el país se encontraba “al borde
de la recesión”, tras la publicación ese mismo día de que el Producto Interior Bruto (PIB) había
tenido un crecimiento cero durante el segundo trimestre del año. Además, el crecimiento del PIB
se redujo el 0,3 por ciento en comparación con el primer trimestre, según las primeras
estimaciones publicadas por el Instituto italiano de Estadística (Istat).
4. El 3 de octubre, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley con el que se introduciría el
federalismo fiscal, una de las exigencias de la Liga Norte, socios de Silvio Berlusconi en el
Gobierno. El ministro de Economía, Giulio Tremonti, aseguró que se trataba de una “reforma
histórica” que había conseguido el “consenso general” de todas las instituciones, gobiernos locales
y fuerzas políticas, y recordó que el texto había sido examinado y aprobado por la Conferencia
Unificada de Estado y Regiones.
Tras una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros para afrontar la crisis financiera, el
Gobierno italiano decidió el 8 de octubre “extender la garantía del Estado” sobre los bancos del
país. De esa forma, el Ejecutivo insistió en que no había motivos para la preocupación porque “el
sistema bancario es sólido” con lo que quiso transmitir un mensaje de tranquilidad al país.
El 25 de octubre, decenas de miles de personas se reunieron en las calles de Roma y en el Circo
Máximo, convocadas por el principal partido de la posición,
el Partido Demócrata (PD), para protestar contra la política del Gobierno de Silvio Berlusconi.
Según declaró el líder del PD, Walter Veltroni, “es la mayor manifestación de un partido
desarrollada desde hace años en Italia”.
Tres días después Veltroni, reclamó al Gobierno una mayor atención a la pobreza en Italia, en
torno a la que vivían unos quince millones de ciudadanos y que había ocasionado, según él, una
verdadera situación de “emergencia nacional”. El político exigió al primer ministro “un acto
inmediato de responsabilidad” con medidas que promovieran un recorte fiscal sobre los salarios
del país.
El Gobierno aprobó el 6 de noviembre un decreto ley de reforma universitaria que apostaba por el
diálogo y planteaba recortes “menos dolorosos”. Antes de que esta propuesta se convirtiera en
ley, los fondos para la financiación de la Universidad pública italiana ya habían sido recortados en
700 millones de euros para 2009.
Al día siguiente, los estudiantes de instituto y de universidad protagonizaron una nueva oleada de
protestas en toda Italia contra los recortes en los presupuestos universitarios y la reforma de la
educación aprobada por el Gobierno. Al grito de “Nosotros la crisis no la pagamos”, que se había
convertido en el eslogan de la protesta estudiantil, los jóvenes marcharon por el centro de Roma.
El Tribunal Supremo italiano autorizó el 13 de noviembre suprimir la alimentación y la hidratación
asistida que mantenía con vida a Eluana Englaro, de 37 años, quien se encontraba en estado de
coma irreversible desde 1992, como había pedido su padre en una larga batalla legal. Con esta
decisión del alto tribunal, que permitía por primera vez en Italia facilitar la muerte a una persona
en coma irreversible, se rechazaba el recurso presentado por la Fiscalía de Milán contra la
sentencia que lo había autorizado.
Tres días después, el Movimiento por la Vida hizo un llamamiento al Gobierno para que
interviniera con un decreto de urgencia con el fin de que los tratamientos de alimentación e
hidratación de los enfermos terminales y en estado vegetativo no pudieran ser interrumpidos.
5. El 2 de diciembre, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, prometió durante una visita de
trabajo a Tirana que Italia apoyaría el ingreso de Albania en la Unión Europea (UE). El jefe del
Gobierno destacó también que más de 100.000 estudiantes albaneses se encontraban en escuelas
y universidades de
Italia, lo que estaba fomentando las relaciones entre ambos países. Con motivo de esta visita, se
firmaron varios acuerdos bilaterales en los ámbitos laboral, universitario, comercial y energético.
La economía italiana entró oficialmente en recesión el 10 de diciembre, al confirmar
definitivamente el Instituto Nacional de Estadística (Istat) la caída por segundo trimestre
consecutivo del Producto Interior Bruto (PIB) interanual.
El 22 de diciembre, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó la demanda de varias
asociaciones italianas que reclamaban evitar que se suspendiera la alimentación y se desconectase
a Eluana Englaro.
El Vaticano anunció el 31 de diciembre que desde el 1 de enero de 2009 no aplicaría de manera
automática el ordenamiento jurídico italiano, como se hacía desde 1929, al considerar que las
leyes de este país contrastaban “con demasiada frecuencia con los “principios irrenunciables de la
Iglesia”.
El 4 de enero de 2009, el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano recordó que el país había
apoyado el derecho a la autodefensa de Israel, pero pidió que se hiciera todo lo posible para
asegurar la protección de los civiles y el envío de ayuda humanitaria a Gaza. En un comunicado,
Exteriores expresó una “fuerte preocupación” por “la suerte de tantos civiles inocentes” y mostró
su “sincera conmoción por el número de víctimas, que por desgracia aumentan cada hora”.
También subrayó en el comunicado “cuán grave e irresponsable ha sido la violación de la tregua
por parte de Hamas”.
Asimismo, Italia se mostró disponible como presidente de turno del Grupo de países que
integraban el G8 para organizar una cumbre sobre Oriente Medio y se ofreció como sede de
diálogo para que “la Liga Árabe, la Autoridad Nacional Palestina y el Gobierno israelí se reunieran
para encontrar un camino capaz de aislar definitivamente el extremismo”.
Por su parte, el líder del opositor Partido Demócrata, Walter Veltroni, criticó la posición expresada
por el Gobierno al considerar que la prioridad era que Italia “se mueva para que se declare un
inmediato alto el fuego” para que pudiera llegar la ayuda humanitaria a la población civil.
Más de un millón de firmas recogidas para el referéndum contra la ley de inmunidad, que señalaba
que cuatro altos cargos, entre ellos el primer ministro
Silvio Berlusconi, no pudieran ser juzgados, fueron entregadas el 7 de enero en el Tribunal
Superior de Justicia. La iniciativa estaba encabezada por el partido “Italia de los Valores” (IDV), del
ex fiscal juez Antonio di Pietro, para quien la norma era “una ley inconstitucional y, en cualquier
caso, inmoral”.
6. El Gobierno de Italia comenzó el 5 de febrero una carrera contrarreloj para aprobar un decreto ley
que evitase cumplir la sentencia del Tribunal Supremo que autorizaba a la familia a ayudar a morir
a Eluana Englaro. El decreto contenía sólo un artículo, bajo el título “Disposiciones urgentes en
materia de alimentación e hidratación”, en el se especificaba que se aprobaba mientras se
esperaba “ratificar una completa y orgánica disciplina legislativa sobre el final de la vida”.
Sin embargo, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, expresó al día siguiente, en una
carta dirigida al primer ministro, Silvio Berlusconi, su rechazo a firmar el decreto-ley, que poco
después sería aprobado por el Consejo de Ministros tras una larga discusión.
El 7 de febrero, los médicos suspendieron totalmente la alimentación e hidratación artificial a
Eluana Englaro. El equipo médico inició el proceso de acompañamiento a la muerte para Eluana al
reducir un 50% de los alimentos que se le suministraban hasta entonces. Eluana Englaro murió dos
días después, mientras en el Senado se debatía un proyecto de ley para prohibir la suspensión de
la nutrición que la mantenía con vida.
El 10 de febrero, Silvio Berlusconi acusó a Giorgio Napolitano de haber cometido “un grave error”
por rechazar un decreto urgente que hubiera mantenido con vida a Eluana Englaro. El mismo día,
el Senado aprobó con 164 votos a favor, 100 en contra y una abstención la moción del partido
gubernamental que obligaba a alimentar e hidratar a las personas que no pudieran hacerlo por sí
mismas.
El Partido Demócrata (PD) italiano salió a la calle el 12 de febrero para defender la Constitución
tras las declaraciones del primer ministro, en las que éste proponía modificarla y aseguraba que
era “filo-comunista”. El único orador fue el ex presidente de la República Oscar Luigi Scalfaro,
quien formó parte de la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna italiana en 1948. A la
manifestación también se adhirió el partido opositor “Italia de los Valores”, uno de los más críticos
con las palabras de Silvio Berlusconi.
El 13 de febrero, la economía italiana confirmó que había entrado en una fase de recesión al cerrar
el 2008 con un caída del 0,9% del Producto Interior Bruto (PIB), el mismo dato que se registró
durante la crisis de 1993, según el Instituto de estadística italiano (Istat), que añadió que ese dato
superaba las peores estimaciones del Gobierno italiano, que apunta-ban a un retroceso del 0,6%
del PIB.
Walter Veltroni dimitió el 17 de febrero como secretario general del Partido Demócrata (PD)
después de la derrota sufrida en las elecciones regionales de la isla de Cerdeña. El partido del
primer ministro, Pueblo de la Libertad (PDL), venció en estos comicios con un amplio margen
sobre el candidato del PD, Renato Soru.
La Cámara de los Diputados aprobó el 24 de marzo el proyecto de ley impulsado por el Gobierno
que introducía el federalismo fiscal en Italia, por el que el sistema tributario del país sería algo
menos centralizado y las regiones contarían con mayores retribuciones propias.
7. El 27 de marzo, Silvio Berlusconi abrió un congreso de tres días en el que la coalición conservadora
gobernante Pueblo de la Libertad (PDL) se constituiría en un partido político que aspiraba a
acaparar más de la mitad de los votos en una Italia bipartidista. “Los italianos lo han entendido y
han demostrado entender el método del bipolarismo, del bipartidismo”, dijo el primer ministro
durante su discurso inaugural.
El 29 de marzo, Berlusconi, pidió mayores poderes para el primer ministro de Italia, y para ello
reclamó la reforma de la Constitución. Ese día, Berlusconi fue elegido por unanimidad presidente
del PDL en la tercera y última jornada del congreso constituyente del partido.
El 6 de abril, un terremoto de 5,8 grados de magnitud en la escala Richter sacudió el centro de
Italia durante la madrugada. Los medios de comunicación comenzaron a hablar “pueblos
destruidos” y pintaban una situación trágica en la provincia de los Abruzos, donde se había
registrado el epicentro del seísmo. El jefe del servicio de Protección Civil italiano informó de que el
número de
víctimas originado por el terremoto en el centro de Italia ascendería a “varias decenas”.
Por su parte, el primer ministro, Silvio Berlusconi, canceló el viaje oficial a que tenía previsto iniciar
a Rusia y firmó el estado de emergencia nacional. Poco después, el Gobierno informó de que el
número de víctimas mortales ascendía ya a 91, añadiendo que era “previsible” que ese número
siguiera aumentando. A las pocas horas, Berlusconi, confirmó que “son más de 150” los muertos y
“más de 1.500” los heridos”.
Al día siguiente, el balance oficial de víctimas mortales ascendía a 228 personas, cifra que se fue
elevando hasta llegar a 297. El 10 de abril se celebró un solemne funeral, presidido por el
secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, en el que se pudieron escuchar las palabras
del papa Benedicto XVI, y se dijo adiós oficialmente a las víctimas de una tragedia que había
consternado a la comunidad internacional y que aún no había concluido, pues los seísmos seguían
azotando el centro de Italia mientras se buscaba a una veintena de desaparecidos.
El Senado italiano aprobó el 24 de abril el proyecto de ley que introducía el federalismo fiscal en
Italia. Tras la aprobación del proyecto en el Senado, con 154 votos a favor, seis en contra y 87
abstenciones, éste se convirtió en ley. A favor votaron el partido en el Gobierno, el Pueblo de la
Libertad (PDL), sus aliados de la Liga Norte y la formación de izquierdas Italia de los Valores (IDV),
mientras el opositor Partido Demócrata (PD) se abstuvo.
Los principales sindicatos italianos Cgil, Cisl y Uil, organizaron el 1 de mayo la fiesta del trabajo en
la ciudad de L’Aquila, donde pidieron una reconstrucción de la región de Los Abruzos sin
especulaciones ni robos. La manifestación, sobria y por primera vez sin banderas, se celebró en el
Cuartel de la Guardia de Finanzas, el mismo lugar donde se hicieron los funerales de Estado por las
casi 300 víctimas del terremoto, con el lema “el trabajo une: legalidad, dignidad, seguridad,
ambiente, derechos y solidaridad para salir de la crisis”.
8. El Pueblo de la Libertad (PDL) del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, obtuvo 29 escaños de
los 72 que estaban en juego en Italia en las elecciones al Parlamento Europeo (PE) celebradas el 7
de junio. El PDL alcanzó un 35,2 por ciento de los votos, diez puntos menos de lo que Berlusconi
había previsto.
El partido con el segundo mayor número de escaños fue el opositor Partido Demócrata (PD), con
22 y el 26,2 por ciento de los votos. La tercera fuerza más votada fue la federalista Liga Norte de
Umberto Bossi, aliada de Berlusconi en el Gobierno, que obtuvo nueve escaños y un 10,2 por
ciento del voto. Por su parte, Italia de los Valores (IdV) logró 7 escaños y el 8 por ciento de los
sufragios, y la la Unión de Centro se llevó los cinco escaños restantes y un 6,5 por ciento de los
votos.
El PDL también fue el vencedor de las elecciones administrativas parciales, celebradas el 6 y 7 de
junio, al ganar en primera vuelta en 26 provincias de las 62 donde se votó, mientras que el PD lo
hizo en 14.
Silvio Berlusconi se reunió el 15 de junio en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos
(EEUU), Barack Obama, quien dijo querer mantener fuertes vínculos bilaterales con Italia. Por su
parte, Berlusconi aseguró que quería colaborar tanto con la Casa Blanca de Obama como lo hizo
con la de Bush. El encuentro concluyó con el anuncio de que Italia acogería a tres detenidos de la
prisión militar de Guantánamo.
El referéndum celebrado en Italia los días 21 y 22 de junio para derogar parte de ley electoral
fracasó al no alcanzarse el quórum de la mitad más uno del censo para que fuese considerado
válido. De los 51,5 millones de italianos convocados a las urnas, sólo votó el 23,4 por ciento,
porcentaje muy lejos del mínimo necesario. Este resultado supuso un triunfo para la Liga Norte
(LN), contraria al referéndum, así como para opositor Italia de los Valores (IDV). El Pueblo de la
Libertad (PDL) estaba a favor, aunque no hizo campaña electoral presionado por la Liga Norte,
mientras que el Partido Demócrata (PD), el primero de la oposición, había pedido el sí.
El presidente de China, Hu Jintao, llegó el 5 de julio a Roma para realizar una visita de Estado a
Italia de cuatro días y para participar en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del “Grupo de
los Ocho” (G8) que comenzaría el día 8 en la ciudad de L’Aquila. En el primer acto oficial de su
visita de Estado a Italia, la primera en diez años de un líder chino, Hu se reunió con el presidente
italiano, Giorgio Napolitano, quien le recordó que el desarrollo económico imponía “nuevas
exigencias” en el campo de los derechos humanos, horas después de que
estallaran las protestas en la provincia occidental china de Xinjiang, en los que murieron más de
140 personas y 828 resultaron heridas.
Con ocasión de esta visita, Italia y China firmaron acuerdos por valor de más de 2.000 millones de
dólares. La empresa más beneficiada fue la italiana Fiat, que anunció la creación de una empresa
conjunta con la china GAC por valor de 400 millones de dólares, además de acuerdos comerciales
por valor de otros 225 millones de dólares.
9. El 10 de julio, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, transmitió, en la clausura de la cumbre
de jefes de Estado y de Gobierno del “Grupo de los Ocho” (G8) que presidió, un mensaje de
confianza ante una crisis económica que, según él, sólo el miedo podría agravar. Según afirmó
Berlusconi, “no hay elementos suficientes para seguir pensando que la crisis pueda seguir así o
agravarse. Lo que tenía que pasar, ya ha pasado”.
El 30 de agosto, Berlusconi llegó a Trípoli para conmemorar, junto al líder libio, Muamar al Gadafi,
el “día de la amistad italo Libia”. Los actos conmemorativos centrados en el eslogan de “amistad,
compañerismo y cooperación”, comenzaron con la inauguración de una exposición fotográfica que
recordaba el período durante el que Italia colonizó Libia (1911-1943). El 31 de agosto de 2008,
Berlusconi y Gadafi firmaron un tratado de amistad y de cooperación que estipulaba que Italia
indemnizaría a Libia por las más de tres décadas de ocupación colonial del país magrebí.
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, mantuvo el 14 de septiembre un encuentro en Seúl con
el mandatario surcoreano, Lee Myung-bak, en la que suponía la primera visita de un jefe de Estado
italiano a Corea del Sur. Durante la reunión, Napolitano, de 83 años, y Lee, de 68, acordaron
reforzar la cooperación bilateral y promover la firma, lo antes posible, de un Tratado de Libre
Comercio (TLC) entre Corea del Sur y la Unión Europea. La de Napolitano es “la primera visita de
este tipo en 125 años, desde que ambos países establecieron lazos diplomáticos en 1884”, subrayó
el porta-voz del Gobierno de Seúl, Cheong Wa Dae.
Seis soldados italianos murieron el 17 de septiembre y otros cuatro resultaron heridos graves en
Afganistán, en el atentado terrorista perpetra-do ante las dependencias de la Policía emplazadas
cerca de la embajada de Estados Unidos
en Kabul. El ministro italiano de Defensa, Ignacio La Rusa, declaró que “el Gobierno y toda la
nación expresan su pesar, cercanía y solidaridad a las familias de las víctimas y al Ejército, y se
sienten orgullosos de los miliares y de la labor que están haciendo en Afganistán en defensa de la
libertad”. Además, confirmó que las tropas italianas continuarían haciendo su labor en ese país.
IV ITALIA Y LA UNION EUROPEA
Antes de que se concretara en un verdadero proyecto político y de que se convirtiera en un
objetivo permanente de la política gubernamental de los Estados miembros, la idea europea
quedó circunscrita al círculo de los filósofos y de los visionarios. La perspectiva de unos Estados
Unidos de Europa, según la fórmula de Víctor Hugo, correspondía a un ideal humanista y pacifista
que fue brutal-mente desmentido por los trágicos conflictos que destrozaron al continente
durante la primera mitad del siglo XX. Fue preciso esperar las reflexiones surgidas de los
movimientos de resistencia al totalitarismo, durante la segunda guerra mundial, para ver aparecer
el concepto de una organización del continente capaz de superar los antagonismos nacionales.
Altiero Spinelli, federalista italiano, y Jean Monnet, inspirador del plan Schuman, por el que se
creaba la primera Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) en 1950, dieron origen a las
dos principales corrientes de pensamiento que dieron cuerpo al proceso de integración
comunitaria: el proyecto federalista, basado en el diálogo y en una relación de
10. complementariedad entre los pode-res locales, regionales, nacionales y europeos, y el proyecto
funcionalista, basado en la progresiva delegación de parcelas de soberanía desde el ámbito
nacional al ámbito comunitario. Ambas tesis confluyen hoy en la convicción de que, junto a los
poderes nacionales y regionales, debe existir un poder europeo asentado en unas instituciones
democráticas e independientes, capaces de regir aquellos sectores en los que la acción común
resulta más eficaz que la de los Estados por separado: el mercado interior, la moneda, la cohesión
económica y social, la política de empleo, la política exterior y de defensa y la creación de un
espacio de libertad y de seguridad.
V DESARROLLO ECONOMICO Y ESTRUCTURA ACTUAL
Hasta los años '50 la economía italiana podía definirse esencialmente agrícola: este sector
ocupaba la mitad del Producto Interno Bruto.
Después de un notable crecimiento económico durante los sesenta, el sistema productivo italiano
se modernizó, concentrándose en la industria y en los servicios. En los últimos años, la parte del
producto generado por la agricultura ha llegado a constituir menos del 3% del PIB.
La tendencia más reciente registra un aumento de los servicios privados destinados a la venta y
una disminución del aporte de la industria (especialmente en los sectores de construcción y
energía). Los servicios públicos que alcanzaron en 1991 un 14% del PIB, han empezado a bajar su
participación a raíz de las políticas fiscales de ajuste financiero de los últimos años. Actualmente el
sector terciario ocupa más del 60% de la población económicamente activa, mientras que la
industria (que en los años setenta empleaba el 50% de la fuerza laboral), detiene ahora una cuota
apenas superior a un tercio.
La industria italiana ha vivido (en el transcurso de las últimas décadas) una serie de
transformaciones típicas de las economías occidentales.
· En el sector agrícola la palabra clave es: innovación. Por un lado tecnológica (informática,
investigación científica) y por el otro innovación de proceso (integración multisectorial de las
actividades).
· En la industria, los esfuerzos se han orientado en la búsqueda de una mayor competitividad e
internacionalización. Las empresas italianas tienen una vocación para establecer relaciones
comerciales con los mercados extranjeros: se estima que alrededor de 15.000 empresas participan
en la internacionalización, con filiales, comercio, o acuerdos de tipo industrial en el exterior.
El desafío italiano relacionado con la globalización se basa en la optimización de los procesos
productivos a través de la automatización y en el incremento de la
productividad a través de la inversión en la formación del personal, fruto de nuevas técnicas de
gestión empresarial.
11. Mientras que el Estado realiza inversiones poco significativas en la investigación y desarrollo, las
empresas realizan innovaciones que privilegian, más que la generación de nueva tecnología, la
utilización de tecnología existente. En efecto, el desarrollo y las modificaciones de productos y
procesos productivos se basan muchas veces, más que en invenciones técnicamente sofisticadas,
en un atento examen de las necesidades actuales y potenciales de la empresa. De hecho, la
mayoría (más del 20%, el porcentaje más alto en Europa) de las nuevas técnicas de producción
introducidas en Italia han sido impulsadas por unidades de tamaño reducido.
Todos estos cambios también han sido posibles gracias al inicio de una nueva etapa en las
relaciones entre empresarios y sindicato, las que se han materializado en un acuerdo global sobre
el costo del trabajo, firmado en 1993 y que todavía constituye el marco general de estas
relaciones. En los servicios es notable el crecimiento observado en los sectores más avanzados
(p.e. servicios financieros a las empresas) y de la comunicación (transporte y telecomunicaciones).
Otros aspectos relevantes derivan de la presencia cada vez más difusa del terciario en los demás
sectores productivos y del nacimiento de nuevas ramas de actividad económica (cultura, tiempo
libre).
V.1 Las Grandes Empresas
En el sistema económico italiano están presentes grandes grupos privados que se han convertido,
en el transcurso de los años, en verdaderas multinacionales. Algunas de ellas son todavía
administradas por lo miembros de la familia de pertenencia, dando lugar a lo que se ha llamado el
"Capitalismo Familiar" (p.e. FIAT, Benetton, etc.).
A esta realidad se añaden los grandes grupos de propiedad pública, principalmente en el sector
energético, bancario y telecomunicaciones.
V.2 Las Pequeñas Y Medianas Empresas
Con la llegada de la Unión Monetaria Europea, la estructura de la industria italiana sigue
presentando sus propias fuerzas y debilidades en lo que se refiere a su grado de especialización, a
la dimensión de sus instalaciones y a la localización de sus plantas productivas.
En pocas palabras, puede decirse que las principales características del sistema industrial italiano
son las siguientes:
-Elevado número de empresas;
-Tamaño reducido, con predominio de unidades productivas de pequeñas y medianas dimensiones
(número de empleados inferior a 200);
-Valor agregado elevado.
Entre las PyMEs, las más reducidas (es decir, aquellas donde trabajan menos de veinte personas)
son las más numerosas de Europa y alcanzan la cifra notable de 320 mil unidades, cubriendo el
90% del territorio nacional.
12. El sistema de las pequeñas y medianas empresas vigente en Italia tiene numerosas ventajas:
- alcanza elevados niveles de especialización;
- aprovecha de las economías de escala derivadas de la elevada interdependencia entre las
empresas;
- desarrolla sistemas informativos avanzados;
- consolida relaciones interpersonales e innovación tecnológica;
- realiza una identidad socio-cultural entre las fases productivas de las empresa y el elemento
político de las instituciones;
- garantiza mayor flexibilidad en el enfrentamiento de los ciclos económicos.
El aspecto más relevante del mundo de las PyMEs es el efecto sobre la fuerza laboral: en efecto, el
40% de los trabajadores del sector industrial se encuentra en empresas de hasta 99 empleados
(mientras que en Francia o en el Reino Unido, por ejemplo, bordean apenas el 20%)
Una de las claves del éxito italiano es sin duda la creatividad de su economía: la imaginación, la
fantasía, el diseño, abarcan muchos sectores de la industria italiana.
V.3 El Modelo De Los Distritos Industriales Italianos
La estructura económica de la Italia contemporánea es el resultado de una dinámica social
centrada en el núcleo familiar (el 50% de las unidades productivas de pequeñas dimensiones
pertenece a una sola familia) e, indudablemente, en la historia, la misma que explica, por ejemplo,
otra característica peculiar de la industria italiana: la concentración geográfica.
Esta última encuentra su más directa expresión en los distritos industriales.
Generalmente estos distritos nacen como red de abastecimiento de una grande empresa o son el
resultado de las tradiciones y de los vínculos comerciales y productivos entre familias.
Este modelo de agregación empresarial se caracteriza por grupos de pequeñas y medianas
empresas interdependientes (pueden llegar hasta 3.000), que operan en un área geográfica
reducida.
La peculiaridad de esta integración es la ausencia de una "cabeza directiva”: podría decirse que el
sistema funciona al estilo de los antiguos "laboratorios" del Renacimiento, en los que se
comparten valores, cultura e historia.
Los distritos se caracterizan por los siguientes elementos: Estrecha vinculación con el territorio;
13. Relación estable entre productor y consumidor; Elevado valor agregado; Producción de beneficios
con reducidos conflictos laborales y salarios promedios elevados; Desarrollo y crecimiento
equilibrados que se extienden al conjunto total del territorio.
El sistema de lo distritos es uno de los aspectos sobresalientes de la economía italiana, tanto así
que los logros económicos y sociales hablan de una verdadera "vía italiana" al desarrollo.
En esencia, este espíritu "de corporación" crea un "capital social" que beneficia a toda la
colectividad y al área geográfica en la que se encuentran insertos los distritos.
El éxito se basa en algunos puntos clave:
Cultura del producto, con técnicas de elaboración que se van acumulando y traspasando a través
de los siglos; Homogeneidad política, social y cultural que se extiende a todo el territorio,
abarcando a las mismas instituciones; Mentalidad empresarial basada en la autonomía y en la libre
iniciativa; Circulación rápida de la información y difusión de la innovación en un escenario de
fuerte competencia.
Los distritos se concentran principalmente en el Norte del país. Según las fuentes oficiales, el
número aproximado es de 200, lo que representa más del 80% del
total de la industria manufacturera. La región con el número más alto de distritos es la Lombardia
(42), mientras que la concentración más importante está en el área del Nordeste.
En el transcurso de los años '80 y '90 se ha ido produciendo un desplazamiento del baricentro
industrial de la región del Noroeste, tradicionalmente más desarrollada de la península, hacia el
Nordeste, que ha registrado las más altas tasas de crecimiento de renta y de la producción
superior.
Sin embargo, estas tendencias positivas pueden encontrarse también en las zonas menos
desarrolladas del sur, como la del Mezzogiorno.