Formato de Hora Santa para jóvenes, con cantoral y acordes, con momentos especiales de Adoración, Meditación, Acción de gracias, Petición a Dios y Resolución.
Generado por los jóvenes del Grupo Yeshua de San Miguel Chapultepec en Ciudad de México.
1. Guión para Hora Santa Pascua
Tema: El camino de Emaús Jóvenes
Cuatro reglas (no leer esto en voz alta)
1. Silencio. No recites mecánicamente las oraciones o revises en silencio el estrés de tu vida. Mantén un
silencio y una calma en tu exterior e interior.
2. Atención. No es una mera hora de lectura; leer debería ser un punto de entrada a la oración.
3. Sigue el guión. No hace falta improvisar, por eso nos preparamos haciendo este documento.
4. Buena disposición. Siéntate, ponte de pie o arrodíllate, pero con respeto. Consejo rápido: si sientes
somnolencia, ¡ponte de pie!
7:00 Misa
7:30 Exposición del Santísimo Sacramento
Cantemos al amor de los amores
D A7 Bm
Cantemos al Amor de los amores,
G Em A7
cantemos al Señor.
D Em
Dios-está-aquí,
D G
venid adoradores
F#m Bm C#7 F#m
adore mos a Cristo Redentor.
D B Em
Gloria a Cristo Jesús
A D
Cielos y tierra
A7
bendecid al Señor.
D F#
Honor y Gloria a Ti
G Em
Rey de la Glo ria
D A7
Amor por siempre a Ti
Em D A7 D
Dios del Amor.
Unamos nuestra voz a los cantares
2. del coro Celestial.
Dios está aquí,
el Dios de los altares.
Alabemos con gozo angelical.
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos sin cesar.
Dios está aquí,
venid adoradores.
Adoremos a Cristo en el Altar.
7:30-7:35 – Inicio (Alguien del equipo, un lector adulto y uno
joven)
Hemos preparado ésta Hora Santa al comenzar el tiempo de Pascua como un momento de adoración y
meditación. Te invitamos a participar de ella cantando con nosotros, ayudándonos en las lecturas y meditando en
silencio durante los diferentes momentos que viviremos. Ten una buena disposición para escuchar a Dios, quién
hoy te hablará y siéntete libre de permanecer sentado, de pie o de rodillas según te diga tu corazón.
Oración Inicial
Lector Adulto:
Padre celestial,
protege a nuestros jóvenes,
guía sus pasos, pensamientos y sentimientos.
Ellos son el futuro de nuestros pueblos,
son ellos la esperanza de que nuestra fe
siga propagándose en el mundo.
Que como sal de la tierra, Señor
lleven tu santo mensaje con alegría y gozo
dondequiera que vayan.
Lector joven:
A ti Señor, me dirijo con todo lo que soy,
lo que vivo y lo que traigo para ti,
desde mi confianza
hasta el amor que tengo por ti.
Señor, por tu hijo Jesús, los jóvenes estamos hoy aquí,
en búsqueda de tu amor y la felicidad,
se que con todo tu espíritu nos amas,
nos animas, nos alientas
y nos enseñas a caminar por el camino del bien.
Señor, haz que todos reconozcamos tu camino
y sigamos cada uno de tus pasos.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
3. Gloria (Martín Valverde, No litúrgico)
Em B7
Gloria, Gloria (x2)
C D
a Jesús el Señor,
G Em
al Cordero de Dios.
Am Bm Em
Al nombre sobre todo nombre. (x2)
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y
conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.
Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus
ojos estaban retenidos para que no le conocieran.
El les dijo: "¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?" Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: "¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que
estos días han pasado en ella?"
El les dijo: "¿Qué cosas?" Ellos le dijeron: "Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y
palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a
muerte y le crucificaron.
Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días
desde que esto pasó.
El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro,
y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él
vivía.
Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no
le vieron."
El les dijo: "¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!
¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?"
Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las
Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.
Pero ellos le forzaron diciéndole: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado." Y entró a
quedarse con ellos.
Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba
dando.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.
Se dijeron uno a otro: "¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el
camino y nos explicaba las Escrituras?"
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con
ellos, que decían: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!"
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
4. Venimos a adorar
D Em A D F#m Bm
El Rey del universo y Señor de la creación
Em G A
se viene a hacer presente en medio de nosotros.
D Em A D F#m Bm
El Santo Sacramento, Jesús Eucaristía
Em G A
rodeado de sus ángeles ya está presente aquí.
D F#m
Nos ponemos de rodillas
G A
y el corazón alzamos,
D F#m
nos llenamos de alegría
G A
y venimos a adorar. (x2)
G D G D F#m
A Cristo, Cristo, ¡Oh Cristo!,
G A D D7
gracias por estar aquí.
G A F#m Bm G A D
Qué alegría el poder estar contigo.
7:35-7:45 – Adoración (Joven y Adulto)
Lector Joven
El Papa Francisco resalta la importancia de los jóvenes en la sociedad y reconoce que, en ocasiones, la Iglesia
no nos escucha suficientemente a los jóvenes, ofreciendo respuestas prefabricadas en lugar de permitirnos
expresar nuestras inquietudes. Al mismo tiempo, muchos jóvenes enfrentamos marginación y exclusión social por
diversas razones, como la religión, la etnia o la economía. Además, muchos jóvenes sufren situaciones difíciles
como el embarazo adolescente, el aborto y diversas adicciones.
La cultura actual asocia la belleza y el valor con la juventud, pero esto no implica que los adultos realmente nos
valoren y cuiden a los jóvenes. Nosotros enfrentamos desafíos en la relación con nuestros cuerpos y la
sexualidad, debido al enfoque excesivo en la sexualidad de la sociedad actual.
Los jóvenes también tenemos heridas emocionales y morales, como el peso de nuestros errores y sentimientos
de culpa, o las heridas provocadas por derrotas, discriminaciones e injusticias sufridas en nuestras vidas. En la
era digital, las redes sociales y la web han creado nuevas formas de comunicación y conexión, aunque también
pueden exponernos a la soledad, la manipulación, la explotación y la violencia.
5. Lector adulto
El Papa Francisco quiere recordar a los jóvenes que Dios los ama, independientemente de lo que ocurra en sus
vidas. Dios valora y cuida a cada individuo, y su amor es constante, discreto, respetuoso y sanador. Cristo
también se sacrificó por amor para salvar a la humanidad, y su entrega total sigue salvándonos y rescatándonos
en la actualidad.
El Papa Francisco dice: “Toda persona es hija de Dios, toda persona. Dios no rechaza a nadie, Dios es Padre. Y
yo no tengo derecho a echar a nadie de la Iglesia. Más aún, mi deber es recibir siempre. La Iglesia no puede
cerrarle la puerta a nadie”.
Jesús perdona nuestras caídas y nos ofrece oportunidades para levantarnos y aprender de nuestros errores. El
amor del Señor es más grande que nuestras contradicciones y fragilidades, y es a través de estas que Él desea
escribir una historia de amor en nuestras vidas. La tercera verdad que el Papa Francisco comparte es que
Jesucristo vive y sigue presente en nuestras vidas, ofreciendo gracia, liberación, transformación, sanación y
consuelo.
Si Él vive, entonces sí podrá estar presente en tu vida, en cada momento, para llenarlo de luz. Así no habrá
nunca más soledad ni abandono. Aunque todos se vayan Él estará, tal como lo prometió:
«Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
Él lo llena todo con su presencia invisible, y donde vayas te estará esperando. Porque Él no sólo vino, sino que
viene y seguirá viniendo cada día para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo.
Nadie te ama como yo
D A Bm
Cuánto he esperado este momento,
G (Em) A
Cuánto he esperado que estuvieras así
Cuánto he esperado que me hablaras
Cuánto he esperado que vinieras a mí.
Yo sé bien lo que has vivido, yo sé bien por qué has llorado, yo sé bien lo que has sufrido pues de tu
lado no me he ido.
Pues nadie te ama como yo, pues nadie te ama como yo mira la cruz, fue por ti, fue porque te amo,
nadie te ama como yo.
Pues nadie te ama como yo, pues nadie te ama como yo, mira la cruz esa es mi más grande prueba,
nadie te ama como yo.
Yo sé bien lo que me dices aunque a veces no me hablas yo sé bien lo que en ti sientes aunque nunca
lo compartas.
Yo a tu lado he caminado junto a ti yo siempre he ido aun a veces te he cargado, yo he sido tu mejor
amigo.
6. 7:45-7:55 – Contrición, arrepentimiento, pedir perdón,
proponer reparación. (Dos lectores)
Lector 1
https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2021/september/documents/20210914-kosice-giovani.html
Y cuando estamos decaídos —porque todos en la vida estamos decaídos en algún momento, todos
hemos tenido esta experiencia—, ¿qué podemos hacer? Hay un remedio infalible para volver a
levantarse: La confesión.
¿En qué piensan cuando van a confesarse? —no lo digan en voz alta—, estoy casi seguro de la
respuesta: “En los pecados”.
¿Dios quiere que te acerques a Él pensando en ti, en tus pecados, o pensando en Él? ¿Qué desea
Dios, que te acerques a Él o a tus pecados?
El centro de la confesión no son los pecados, sino el Padre que perdona todo. Debemos acercarnos a
Él como hijos que corren a recibir su abrazo, no como castigados que deben humillarse. Dios perdona
siempre y después de cada confesión, debemos recordar el perdón que hemos recibido y atesorar la
paz y la libertad en nuestro corazón.
Después de cada confesión, quédense un momento recordando el perdón que han recibido. Atesoren
esa paz en el corazón, esa libertad que sienten dentro. No los pecados, que no están más, sino el
perdón que Dios te ha regalado, la caricia de Dios Padre. Eso atesórenlo, no dejen que se lo roben. Y
cuando vuelvan a confesarse, recuerden: voy a recibir una vez más ese abrazo que me hizo tanto bien.
Pero alguno podría decir: “Yo igualmente me avergüenzo, no logro superar la vergüenza de ir a
confesarme”. No es un problema, es algo bueno. Avergonzarse en la vida en ocasiones hace bien. Si te
avergüenzas, quiere decir que no aceptas lo que has hecho. La vergüenza es un buen signo, pero
como todo signo pide que se vaya más allá. No permanecer prisionero de la vergüenza, porque Dios
nunca se avergüenza de ti. Él te ama precisamente allí, donde tú te avergüenzas de ti mismo.
Y una última cosa: “Padre, yo no consigo perdonarme, por tanto, ni siquiera Dios podrá perdonarme,
porque caigo siempre en los mismos pecados”. Pero —escucha—, ¿cuándo se ofende Dios, cuando
vas a pedirle perdón? No, nunca. Dios sufre cuando nosotros pensamos que no puede perdonarnos,
porque es como decirle: “¡Eres débil en el amor!” Decirle esto a Dios es tremendo, decirle “eres débil en
el amor”. En cambio, Dios siempre se alegra de perdonarnos. Cuando vuelve a levantarnos cree en
nosotros como la primera vez, no se desanima. No ve unos pecadores a quienes etiquetar, sino unos
hijos a quienes amar. No ve personas fracasadas, sino hijos amados; quizá heridos, y entonces tiene
aún más compasión y ternura. Y cada vez que nos confesamos —no lo olviden nunca— en el cielo se
hace una fiesta. ¡Que sea así también en la tierra!
7. Lector 2:
Del salmo 51(50)
3 ¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
4 ¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!
5 Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
6 Contra ti, contra ti solo pequé
e hice lo que es malo a tus ojos.
Por eso, será justa tu sentencia
y tu juicio será irreprochable;
8 Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
9 Purifícame con el hisopo y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
10 Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
11 Aparta tu vista de mis pecados
y borra todas mis culpas.
12 Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
13 No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.
14 Devuélveme la alegría de tu salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga:
15 yo enseñaré tu camino a los impíos
y los pecadores volverán a ti.
16 ¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío,
y mi lengua anunciará tu justicia!
17 Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza. Silencio
8. Piedad de mí
Em C D Em C Am B7
Piedad de mí, ¡Oh Señor!, por tu gran misericordia,
Em C D-Em C D Em-D-Em-D
por tu grande amor, perdona mi pecado.
Piedad de mí ¡Cristo!, por tu gran misericordia, por tu grande amor perdona mi pecado.
Piedad de mí ¡Oh Señor!, por tu gran misericordia, por tu grande amor, (silencio) perdona mi pecado
7:55-8:00 – Meditación (1 lector)
Reflexión sobre la lectura del camino de Emaús.
https://www.archiburgos.es/wp-content/uploads/2020/01/asamblea-diocesana-ficha-jovenes-cuaderno-1-2.pdf
Jesús se acerca, se acerca buscando nuestra mirada. En este pasaje vemos como Jesús nos lo pone
fácil, consigue que las personas tropiecen con Él; Él está siempre junto a nosotros y es Él quién se
acerca a nosotros, no nosotros a Él. Si queremos alcanzar la santidad basta dejar que se acerque más
y más.
Te invito a darte cuenta de tu propio encuentro con Cristo, haciendo un recorrido de tu vida y
descubriendo distintos momentos de tu encuentro personal con Jesús, que (tal vez) como los discípulos
de Emaús, no supiste ver el día en que ocurrieron; pero que al abrir tu corazón ahora, podrás descubrir.
Primero: Jesús se hizo presente en el camino de Emaús a los discípulos.
Piensa en un momento o en un acontecimiento donde Jesús se hizo presente en tu vida. Tal vez fuiste
invitado a un bautizo o una misa, quizás salías de una enfermedad, en un momento de dudas o
encontrando la paz que buscabas.
Pausa
Segundo: Jesús empezó a acompañarlos en el camino aunque no notaron su presencia.
Recuerda un momento en que Jesús te acompañó; aquella tarde en que te sentías solo, ese problema
que parecía no tener solución. Aquella vez que la desesperanza te envolvió. Descubre cómo Él estuvo
a tu lado todo el tiempo.
Pausa
Tercero: Ellos le plantearon su pesar y él les dio una respuesta.
Recuerda cómo te sentías aquella vez en que sin querer le pediste una respuesta y te la dio: Tal vez
estabas deprimido, desconsolado, enojado, preocupado o estabas pasando por una pérdida.
Pausa
Cuarto: Ellos le abrieron su corazón y lo invitaron a pasar
9. Haz memoria de lo que cambió en ti las veces que le abriste el corazón a Jesús para que entrara a tu
vida. ¿Cómo cambió tu actitud?, ¿cómo te sentiste después de confesarte?, ¿qué hábitos cambiaste y
cuáles están pendientes?
Pausa
Quinto: Jesús les mostró quién es
Haz presente aquella vez que Jesús se reveló en tu vida como Dios amoroso. ¿Recuerdas cuando
viviste aquella reconciliación con un ser querido?, ¿Tal vez donaste algo que apreciabas?, o ¿quizás
encontraste ayuda en un viejo amigo?
Pausa
Sexto: Los discípulos lo reconocieron
Vuelve a vivir aquella vez en que lo reconociste y te llenaste de felicidad. Recuerda tu primera
comunión; cuando fuiste a ver al Papa y la presencia de Dios en él te llenó, aquella vez que el Padre dio
un sermón que parecía estaba dirigido a ti y lo que estabas viviendo en ese momento de tu vida.
Pausa
Séptimo: Los discípulos fueron a anunciar lo que habían vivido
Anúncialo en tu vida diaria, sé su testigo y vive tu vida acorde a su palabra y su evangelio; sabiendo
que murió en la cruz y resucitó para que tengas vida eterna.
Pausa
Te entrego
D G
Haz lo que quieras conmigo.
D A
Haz lo que quieras de mi.
Em Bm
Hoy yo te ofrezco mi vida,
Em A
hoy yo me rindo ante ti.
D G
Haz lo que quieras conmigo.
D A
Haz lo que quieras de mi.
G D
Hoy yo te ofrezco mi vida,
G A
hoy yo me rindo ante ti.
D A
Te entrego, todo lo que soy
Bm
todo lo que tengo
F#m G
todo lo que quiero y todo lo que sueño
10. Em A
a ti, Señor Jesús. (x2)
D
Te entrego...
8:00-8:10 – Acción de gracias a Dios (1 lector)
Oración
Al terminar mi día vengo ante Ti, mi Señor, con el deseo de experimentar tu cercanía, asi como la experimento
siempre que estoy frente a la Eucaristía; Tú quisiste permanecer en ese pedacito de pan que alimenta nuestra
hambre. Señor, gracias por quedarte y porque nos alientas a esperar la vida eterna en donde viviremos en
alegría continua.
Gracias, Señor, por los momentos que llenan de esperanza y de fe mi vida; porque me regalas personas y
experiencias en las que claramente puedo ver tu amor y tu misericordia. Al disponer mi cuerpo, mi mente, mi
alma y mis emociones al descanso al final de éste día, quiero pedirte que seas Tú quien vele mi entrar y salir de
esta Hora Santa. Te ruego, Señor, que todo aquello que hice mal pueda enmendarlo; que todo lo que no hice hoy
pueda realizarlo mañana, con la esperanza de que no sea demasiado tarde.
Gracias, Señor, por las bendiciones que me has concedido durante esta hora santa. Gracias por los detalles que
han dado sentido a mi vida y por aquellas personas que me han permitido encontrarme contigo. Amén.
Dios mío eres Tú (Salmo 63)
E F#m B7 E G / A / E - E7
Dios, Dios mío eres tú, de madrugada te buscaré (2).
Asus2 Am E
Mi alma tiene sed de ti.
F#m B7 E E7
Mi carne te anhela,
Asus2 Am E
en tierra seca y árida,
F#m B7 E E7
donde no hay agua.
Asus2 Am E C#7
Para ver tu poder y tu gloria
F#m B7 E
así como te he mirado en el santuario.
Mi Señor
F#m B7 E A E
Mi señor, que bello despertar yo siento en mí.
F#m B7 E
Mi corazón ahora tiene mucha paz.
G#m C#7 F#m
Entró a mí ser y recibí su amistad y su amor,
B7 G#m C#7
me dio la libertad y me dio fuerzas para amar,
F#m B7 G#m C#7
tan grande fue su amor que mi maldad Él perdonó.
F#m B7 G#m C#7
11. Gracias mi Señor qué bueno eres (2)
F#m B7 A E G / A / E
Gracias mi Señor qué bueno eres
8:10-8:25 – Petición a Dios (2 lectores)
Oración
Señor, Tú que fuiste crucificado en ese punto intermedio entre el cielo y la tierra, y que después te elevaste
definitivamente a las alturas, concédeme un día subir contigo, que no sea en vano tu sacrificio. Tú conoces las
pruebas que he pasado, eres testigo de ello porque siempre me sostienes y consuelas. Así como en la historia de
la salvación tu mano poderosa guió al pueblo de Israel, en mi historia personal tu mano me ha protegido de
tantos peligros, unos visibles y otros que ni siquiera alcanzo a imaginar. Y cuando he sufrido, aunque en el
momento me parezca algo insoportable, sé que no permites nada que yo no pueda tolerar pues, finalmente, ese
dolor es el que me ayuda a ser un poquito más humilde, a no sentirme tan seguro, a recordar que dependo de Ti.
Ahí está la riqueza de mi cruz personal. Cuando lloro, busco tu cuerpo en la cruz y mis lágrimas caen al lado de
tu sangre preciosa y se mezclan con ella, así me acerco a Ti.
Oración por los jóvenes (Si no hay rap)
¡Padre Santo! te pedimos por los jóvenes,
que son la esperanza del mundo.
No te pedimos que los saques de la corrupción
sino que los preserves de ella.
¡Padre! No permitas que se dejen llevar
por ideologías mezquinas.
Que descubran que lo más importante
no es ser más, tener más, poder más,
sino servir más a los demás.
¡Padre! Enséñales la verdad que libera,
que rompe las cadenas de la injusticia,
que hace hombres y forja santos.
Por en cada uno de ellos, un corazón universal
que hable el mismo idioma,
que no vea el color de la piel,
sino el amor que hay dentro de cada uno.
Un corazón que a cada hombre le llame hermano,
Y que crea en la ciudad que no conoce las fronteras,
Porque su nombre es universo, amistad, amor, Dios.
¡Padre Santo! Cuida a nuestros jóvenes.
Amén.
12. Canción del Espíritu (Si no hay rap)
D Em A7
¡Oh! deja que el Señor te envuelva en
D-F#m Bm
su Espíritu de amor,
Em A7 D D7
satisfaga, hoy, tu alma y corazón.
Em A7
Entrégale lo que Él te pide
D-F#m Bm
y su Espíritu vendrá
Em A7 D D7
sobre ti, vida nueva te dará.
G A F#m-Bm G A D D7
Cristo, ¡Oh Cristo!, ven y llénanos
G A F#m-Bm G A D
Cristo, ¡Oh Cristo! Llénanos de ti.
Alzamos nuestra voz con gozo,
nuestra alabanza a Ti,
con dulzura te entregamos nuestro ser.
Entrega todas tus tristezas,
en el nombre de Jesús,
y abundante vida, hoy, tendrás en Él.
Rap de oración por los jóvenes:
https://youtu.be/vw1yBgMhwfo
¡Iniciamos este rap el dia de - hoy
con rimas para poder reflexi-onar
Hablaremos de jóvenes, como tú y como yo,
necesitan al Padre para poder tri-unfar.
Por favor por ellos ahorita te pedimos,
porque los jóvenes son la esperanza
Están totalmente contigo agradecidos,
y los guíes - con amor y con la confianza.
No les permitas caer en ideas prohibidas,
que los lleven por un camino incorrecto.
Enséñales que lo más importante en la - vida,
es servir a los demás con todo el afecto.
La verdad que libera es lo que necesitan,
13. para romper las cadenas de la injusticia.
Queremos que sean hombres y honestos,
y que siempre muestran su mejor momento.
Tienen un corazón lleno de bendición
Necesitan saber de tu resurrección
Que no ve la raza ni la religión,
sino que busca la amistad en el corazón.
Queremos que cada joven se llame hermano,
que no existan fronteras como humanos
Porque el universo es amor, Dios y amistad,
siempre mostrando su sincera lealtad
¡Padre Santo! Cuida a nuestros jóvenes,
Que siempre sean buenos referentes,
que son la luz que guía nuestro camino.
y que el amor de Dios siempre sea su destino.
¡Amén!
8:25-8:30 Resolución (2 jóvenes y 1 adulto)
Toma una momento para hacer una resolución de actuar a la luz de la Resurrección y el camino que hemos
recorrido: algo realizable y comprobable que puedas comprometerte a mejorar en tu vida diaria.
Pausa
Joven 1:
iSeñor, que estás en ese trono que es Tu Sagrario, quiero agradecerte todo lo que te dignaste
enseñarme, sin apartarme de tu presencia a causa de mi comportamiento, el cual no siempre ha sido
todo lo respetuoso que debería ser, olvidándose muchas veces de tu grandeza y de tu Amor, ese infinito
Amor que derramas sobre mí, a pesar de toda mi ingratitud, de todos esos comportamientos distraídos,
y Te pido perdón, y también por todas las faltas de respeto que otros de mis hermanos cometen, por
motivos que no deseo juzgar, pero Tú sabes cuáles son.
Quiero estar ante tu trono como una más de las almas cegadas a tu amor. Mi deseo es servirte y serte
fiel de aquí en adelante y renovarme contigo día a día. Eres el Señor de los señores, el Rey supremo, el
Dios Altísimo.
Joven 2:
Señor, gracias a tu pasión, muerte y resurrección, me has hecho digno de estar contigo. Por tu amor
perseverante, me he convertido en alguien merecedor de tu misericordia y de que me llames por mi
nombre. Quiero ser la persona a la que tú acompañas en todo momento, permitiéndome, como lo
hiciste en un inicio, estar cerca de ti y siendo un estandarte fuerte en los momentos difíciles de mi vida.
Señor, tu palabra me limpia cada domingo en que te acompaño durante la misa y la adoración, aliviando
y renovándome.
14. Lector Adulto:
“Oh señor, escucha sus corazones,
buenos, jóvenes y generosos, enseña a los jóvenes la verdad de cada mandamiento y de las bienaventuranzas;
hazlos testigos de tu bondad infinita y de tu reino eterno.
Señor, permanece siempre con ellos,
especialmente cuando sigan tu camino,
tú eres su fuerza, su esperanza, su luz de cada día, tú eres su victoria.
Señor, mantén a los jóvenes siempre junto a ti, a tu lado;
Amén.”
Hoy en oración
D
Hoy en oracion
G D
quiero preguntar, Señor,
G D
quiero escuchar tu voz ,
G A
tus palabras con tu amor.
D
Ser como eres Tú,
G D
servidor de los demás,
G D
dime cómo, en qué lugar
G A D D7
te hago falta más.
G A F#m Bm
Dime, Señor, en qué te puedo servir
G A D D7
déjame conocer tu voluntad
G A F#m Bm
Dime, Señor, en ti yo quiero vivir
G A D INTRO
quiero de ti aprender saber amar.
Hoy quiero seguir
tus caminos junto al mar,
tu palabra, tu verdad
ser imagen de ti.
Ser como eres tú,
servidor de los demás,
dime cómo, en qué lugar
te hago falta más.
15. Otros cantos:
El amor de Cristo
D A Bm F#m
Si el amor es ya tan grande que brota del corazón
G D E7 A-A7
para liberar al hombre de toda opresión,
D A Bm F#m
si en tus manos hay justicia, si en tus labios la verdad,
G D E7 A-D
si el camino has encontrado a la libertad.
D F#m G D
El amor de Cristo está en tu corazón
G D E-E7 A-A7
y su Santo Espíritu que Él nos prometió.
D F#m G D
Deja que te mueva, escucha su voz
G D E-E7 A-D
y te hará testigo fiel de su grande amor
Si al que llora has consolado, si al que sufre, dado amor y si siempre has encontrado en el pobre a
Dios; y si sientes la esperanza que comienza a germinar con un mundo de alegría, un mundo de paz.
Hijo de Dios
Intro: G Bm E Am D7 G C-D-G
G Bm
Quiero levantar mis manos,
E Am
quiero levantar mi voz,
E Am D7~ G
ofreciendo a ti mi vida en santidad y amor,
C Cm
Padre solo a ti te ofrezco,
Bm
mi vida y mi corazón
C D C~ D7 G
y me postro en tu presencia en adoración.
G Bm Dm G C Cm
Hijo de Dios (Hijo de Dios), recibe hoy (recibe
G Em Am D7 G
hoy), toda la Gloria, la honra y honor. (x2)
16. Abba Padre
D Bm
Una vez más, me acerco a ti,
Em G A
con libertad en adoración.
D Bm
Tú eres mi Dios, tu hijo soy,
G Em G A
Mi comunión contigo es una dulce bendición.
D G
Abba Padre. (x2)
D Bm G A
Estar contigo es una dulce bendición.
D G F#m Bm
Abba Padre te amo Señor.
G D
Quiero estar en comunión (2),
Em F#m G A D
Quiero estar contigo.
Ahora es tiempo
D G D
Ahora es tiempo de alabar a Dios en la
G A7
presencia del consolador
G D G D
Concéntrate en él, empieza a cantar.
C Em A7
Su presencia con poder descenderá.
D G A7 D
¡Gloria a Dios! ¡Oh gloria a Dios! (x2)
El mora en la alabanza de su pueblo
Se goza al oír nuestro clamor
¡Gloria a Dios! ¡Oh gloria a Dios! (x4)
17. HUERFANITOS para la otra hora santa
De Alin:
De Daniel:
“En la cruz, Jesús nos revela el amor incondicional y gratuito del Padre. Su costado abierto es signo del derroche
de su amor a la humanidad. El fruto de su muerte es el Espíritu, que inunda la vida de la Iglesia y nos envía a ser
testigos de su amor en el mundo.”
De Fer:
USTEDES SON EL AHORA DE DIOS
(Una voz en off lleva toda la meditación y reflexión de la oración.)
El Papa Francisco reconoce a los jóvenes como el presente, el AHORA DE DIOS (64). Los jóvenes estamos
enriqueciendo el mundo con nuestras aportaciones. También reconoce que los fieles de la Iglesia no siempre
tienen la actitud de Jesús ya que, en lugar de escuchar a los jóvenes, tendemos a dar respuestas
preconfeccionadas y recetas preparadas, sin dejar que los jóvenes planteen su novedad, sin aceptar su
provocación (65). ¿Cuál es nuestro ahora? Para descubrirlo y rezarlo, os voy a invitar a que os dirijáis de forma
tranquila a diferentes puntos de la Iglesia señalados con una interrogación. En ellos encontrareis un texto que
explica lo que nos pasa a los jóvenes, cómo es nuestro mundo, nuestra sociedad. Encontrareis también unas
cuartillas de papel y bolígrafos. Cuando hayáis leído unos cuantos, escribiréis un hecho relacionado con alguno
de los textos. Algún hecho que te haya pasado esta semana o recientemente, o que al leer te ha venido a la
memoria alguien conocido al que has identificado con el texto. Una vez lo tengáis, volvéis a vuestro sitio para
reflexionarlo y orarlo frente a Jesús. Podemos dejar los papeles a los pies del altar.
18. Las experiencias dolorosas se superan y se les da nuevo significado únicamente en la medida en que
no se evade la realidad y no se niega lo sucedido. Los dos discípulos de Emaús son el prototipo de
quienes piensan que porque huyen de un lugar el problema se supera, o porque niegan una realidad lo
acontecido deja de existir. Aquel forastero funciona como voz clarificadora que les va explicando cómo
deberían haber entendido lo sucedido en Jerusalén: es cierto que ahí habían asesinado a Jesús, pero
también ahí él mismo había entregado su vida; en esa ciudad lo habían calumniado los jefes religiosos,
pero también, según Lucas, había sido ahí, concretamente en el perímetro del templo, el espacio
privilegiado de su enseñanza; ahí estaba el poder religioso y político que los humillaba
permanentemente, pero también desde la cruz, ahí en Jerusalén, Jesús había declarado que ya desde
ahora se podía vivir con la frente en alto participando de las primicias del Reino de libertad y justicia que
proclamado en su ministerio como un tiempo de gracia para todos, especialmente. para quienes más
sufrían. Por esto y para esto, tienen que regresar aquellos discipu los a Jerusalén. habia
¿Qué podemos hacer para comprender más y aprender de las experiencias, incluidas las dolorosas?
La actitud para compartir lo que se tiene y lo que se es, además de una señal de madurez humana, es
de autenticidad cristiana. No es ninguna casualidad que el relato de Emaús culmine mostrando que es
precisa libmente en el gesto de fraccionar el pan para repartirlo con el que descubren que aquel
forastero es el Resucitado (v. 35). Quizá Lucas blocon quiere relacionar la Resurrección con la
celebración de la Fracción del Pan o Eucaristía; con mucha seguridad quería recordarles a sus
comunidades que la Resurrección no debería prolongar unas relaciones en las que unos dan y otros
reciben, pues esto promueve una falsa tranquilidad de conciencia y normaliza casi siempre la injusticia;
quería invitarlos a que, con la fortaleza que les daba la celebra- ción de la Cena del Señor, se
dispusieran a compartir como hermanos, sin generar eternas dependencias, eliminando la relación
entre un bienhechor poderoso y un necesitado débil, que siempre termina contradiciendo la meta de
fraternidad que había deseado y enseñado Jesús. Compartir tendría que ser el gesto de quienes nos
decimos cristianos; es el punto de partida y el punto de llegada de toda celebra- ción de fe. MUMOD AT
20 AVIORITHA
¿Sabemos compartir? ¿Qué nos impide compartir cristianamente? ¿Qué podría- mos hacer para que la
Resurrección nos ayude a ser más compartidos?
De Carlos
“Hoy aceptamos tu invitación
y queremos hacer de la paz del mundo nuestra tarea permanente.
No queremos cruzar el umbral del tercer milenio
arrastrando cañones
ni despojos,
queremos iniciarlo en tu nombre
llevando las gavillas de un generoso trigo
que alegre todas las mesas con tu pan y tu amistad.
19. Sabemos, Jesús, que este propósito requiere ahora
de nosotros valentía
y un estilo de vida vigilante.
Por ello danos la pureza del corazón humilde
para comprender la verdad
y rechazar las ilusiones engañosas.
Concédenos la libertad de tu gracia
para vivir la justicia y el amor responsable.
Enséñanos a plasmar una cultura nueva
donde la participación sea posible
para cada hombre, grupo, pueblo y raza.
Que nunca nos fascine el mundo
con esa paz aparente, oportunista y efímera
que Tú rechazaste.
Señor Jesucristo, danos tu paz,
la que brota de tu corazón traspasado,
paz en la verdad, la justicia y el amor.
Danos tu paz, no para retenerla,
entrégala a nuestra generación de jóvenes
para que la compartamos con los que aguardan sedientos,
para que la acrecentemos como precioso legado
a los que vendrán.