Formato de Hora Santa para jóvenes, con cantoral y acordes, con momentos especiales de Adoración, Meditación, Acción de gracias, Petición a Dios y Resolución. Generado por los jóvenes del Grupo Yeshua de San Miguel Chapultepec en Ciudad de México.

1. Guión para Hora Santa de Noviembre
Tema: Todos los Santos & Mega Misión
Reglas (no leer esto en voz alta)
1. Silencio. No recites mecánicamente las oraciones o revises en silencio el estrés de tu vida. Mantén un
silencio y una calma en tu exterior e interior.
2. Atención. No es una mera hora de lectura; leer debería ser un punto de entrada a la oración.
3. Actitud. Recuerda que somos un equipo y lo que hace uno lo hace en nombre de todos. Tengamos
nuestra mejor actitud como grupo.
4. Sigue el guión. No hace falta improvisar, por eso nos preparamos haciendo este documento.
5. Buena disposición. Siéntate, ponte de pie o arrodíllate, pero con respeto. Consejo rápido: si sientes
somnolencia, ¡ponte de pie!
7:00 Misa
7:30 Exposición del Santísimo Sacramento (Fijo)
Cantemos al amor de los amores (Fijo)
D A7 Bm
Cantemos al Amor de los amores,
G Em A7
cantemos al Señor.
D Em
Dios-está-aquí,
D G
venid adoradores
F#m Bm C#7 F#m
adore mos a Cristo Redentor.
D B Em
Gloria a Cristo Jesús
A D
Cielos y tierra
A7
bendecid al Señor.
D F#
Honor y Gloria a Ti
G Em
Rey de la Glo ria
D A7
Amor por siempre a Ti

2. Em D A7 D
Dios del Amor.
Unamos nuestra voz a los cantares
del coro Celestial.
Dios está aquí,
el Dios de los altares.
Alabemos con gozo angelical.
Cantemos al Amor de los amores,
cantemos sin cesar.
Dios está aquí,
venid adoradores.
Adoremos a Cristo en el Altar.
7:30-7:35 – Inicio (Puede variar)
Hemos preparado ésta Hora Santa como un momento de adoración y meditación. Te invitamos a participar de
ella cantando con nosotros, ayudándonos en las lecturas y meditando en silencio durante los diferentes
momentos que viviremos. Ten una buena disposición para escuchar a Dios, quién hoy te hablará y siéntete libre
de permanecer sentado, de pie o de rodillas según te diga tu corazón.
Oración para pedir por la juventud del mundo.
Señor, te pedimos por todos los jóvenes del mundo. Te pedimos que sean jóvenes con deseos de búsqueda, con
deseos de encontrar el sentido de sus vidas.
A los jóvenes Señor, tú los amaste siempre, fueron tus preferidos, tus amigos los que compartieron tu mesa y tu
misma suerte.
Jóvenes que miraste con compasión y ternura.
Jóvenes a quienes les dijiste: “a ti te digo levántate”.
Jóvenes a quienes preguntaste: “¿Qué quieres que haga por ti?”.
Jóvenes a quienes llamaste para ver dónde vivías.
Jóvenes entusiastas que hoy están en peligro por todo lo que la sociedad les ofrece.
Jóvenes confundidos y presionados por lo que la sociedad exige.
Jóvenes con deseos de realizar sus sueños y jóvenes al borde de la muerte.
Jóvenes con una meta clara y jóvenes desorientados.
Señor Jesús, tú que los amas con un amor preferente, no permitas que se dejen llevar por ideologías mundanas
y mezquinas y por los placeres de este mundo. Ayúdalos a descubrir lo más importante y esencial que hay en sus
vidas, que hay en la vida.
Libera, ¡oh, Señor Jesús! de todos sus vicios, de sus inseguridades y temores, de sus fantasías que no les
permiten ver, vivir y asumir la realidad en que viven.

3. Haz que descubran su tesoro escondido ese que tú has puesto en cada uno de ellos, que puedan descubrir el
sello del amor, con el que están impregnados sus corazones, que descubran cada día que fueron, creados para
amar y ser amados.
Señor, haz que puedan vencer todas sus dificultades y puedan emprender caminos nuevos, ayudando a construir
un mundo distinto, con amor, con fraternidad, con solidaridad, con justicia y paz.
Señor Jesús, sabemos que nunca los dejarás solos, sabemos que siempre, aunque no se den cuenta, aunque no
perciban tu amor, tu presencia, tú estás siempre caminando a su lado, en medio de sus problemas y sus
preocupaciones, en medio también de sus alegrías y
esperanzas, viviendo y luchando, con cada uno de ellos.
Gracias Señor Jesús, permíteles abrir su corazón para escucharte, para darte una respuesta, para acoger tu
propuesta de seguirte y compartir contigo el servicio, la donación y el amor, la capacidad de darse por los demás
sin esperar nada a cambio.
Gracias Señor Jesús por ser amigo, por enseñarnos a amar de tal forma, hasta dar la vida por los demás hasta
el extremo.
Gracias Señor Jesús, no dejes de llamar a los jóvenes, ellos están dispuestos, sólo llámalos. Sigue tocando la
puerta de sus corazones. Ellos también te esperan. Bendícelos cada día Señor.
Señor Jesús, hoy en nombre de todos los jóvenes del mundo, quiero pedirte por ellos. Te ruego que cada uno,
desde el lugar donde se encuentre, siempre encuentre un momento para glorificarte y alabarte, que a pesar de
todos los ruidos que en el mundo existen, sepa distinguir lo bueno de lo malo, sepa que tú estás a su lado en
toda ocasión y que siga tu bendición para que el maligno no gane su corazón.
Amén.
7:35-7:45 – Adoración (Daniel/Carlo Acutis)
Señor Jesús, hoy me postro ante Ti, porque Tú día a día, semana a semana, me alimentas en espíritu y alma,
como lo hiciste con tus discípulos en aquella noche de consagración, donde les diste el pan de vida acompañado
de tu sangre en el cáliz de la salvación. Aunque la fe es el instrumento que usas como medio, Señor, hoy se va
haciendo la conexión más débil. Somos pocos los que, al tener el corazón abierto, seguimos ese tenue rastro de
amor. Justo esa idea estaba tan interiorizada en uno de tus más recientes testigos y profetas de tus
manifestaciones dentro del pueblo cristiano, Carlo Acutis, un joven que, como nosotros, vivió una vida moderna y
que, aunque en su entorno no tenía guías, tocaste su corazón de esa forma en la que solo Tú sabes hacerlo,
Señor. Así como a él, hoy nos conduces en esta hora Santa para estar a tu lado, acompañados de esta familia
que hoy empezamos a conocer.
Tú que estás aquí hoy, quiero que mires fijamente al frente:
¿Por qué estás aquí? ¿Acaso es casualidad que hoy estés en presencia de Él? Independientemente de lo que te
haya motivado a venir a acompañar a tu nueva familia o quedarte a vivir en esta hora Santa, hoy venimos a
adorar, desde nuestro corazón, desde nuestra unión con Él. Cierra los ojos, respira profundo, siente el amor de Él
que se manifiesta en la tranquilidad de este templo construido única y exclusivamente para que tú estés en
presencia del Consolador.

4. (Guardar unos minutos de silencio)
Si estamos en comunión con Dios, estamos en amor con Dios. Si estamos en compañía de Dios, estamos
cobijados por Dios. Y si estamos en armonía con Dios, Él nunca nos abandonará. Carlo Acutis entendió esto
último, y por eso se dedicó a compartir cada momento de presencia para todos nosotros, para todos los jóvenes
y niños, esperando que, cuando nosotros viéramos todas esas experiencias, fortaleciéramos nuestra fe, nuestra
conexión con Él.
Hoy te pido que adoremos de una forma diferente, al igual que Carlo, conectémonos con el mundo. Saca tu
celular, toma una foto, súbelo a tus estados, adoremos junto a todos los que nos rodean y que no pudieron estar
aquí. Hagamos que, al igual que Carlo, nuestra familia de aquí y de afuera, adore junto a ti.
Venimos a adorar
D Em A D F#m Bm
El Rey del universo y Señor de la creación
Em G A
se viene a hacer presente en medio de nosotros.
D Em A D F#m Bm
El Santo Sacramento, Jesús Eucaristía
Em G A
rodeado de sus ángeles ya está presente aquí.
D F#m
Nos ponemos de rodillas
G A
y el corazón alzamos,
D F#m
nos llenamos de alegría
G A
y venimos a adorar. (x2)
G D G D F#m
A Cristo, Cristo, ¡Oh Cristo!,
G A D D7
gracias por estar aquí.
G A F#m Bm G A D
Qué alegría el poder estar contigo.

5. 7:45-7:55 – Contrición, arrepentimiento, pedir perdón,
proponer reparación. (Carlos/Santa Teresa de Ávila)
Extracto del Libro de la Vida de Santa Teresa de Ávila
Mi alma estaba exhausta y, a pesar de desear cambiar, las malas costumbres que tenía no me permitían
encontrar la paz. Un día, mientras entraba en el oratorio, vi una imagen de Cristo crucificado que habían traído
para una fiesta en casa. Esta imagen representaba claramente el sufrimiento que Él había soportado por
nosotros. Al verla, me conmovió profundamente, ya que me hizo darme cuenta de cuánto había descuidado
valorar las heridas de Cristo en la cruz. Sentí un dolor tan intenso que parecía que mi corazón se rompía. Me
arrodillé frente a la imagen, llorando intensamente, y le supliqué a Cristo que me fortaleciera para no ofenderlo
más.
Anteriormente, solía ser muy devota de María Magdalena y pensaba en su conversión, especialmente cuando
comulgaba. Me imaginaba a sus pies derramando lágrimas de arrepentimiento. Sin embargo, mis buenos
propósitos se desvanecían rápidamente, y a menudo olvidaba ese sentimiento de contrición. Le pedía a Santa
María Magdalena que intercediera por mí y obtuviera el perdón de Dios.
Pero esta última vez, al mirar la imagen de Cristo, sentí que ya no podía confiar en mí misma y que debía poner
toda mi confianza en Dios. Le prometí a Cristo que no me levantaría de allí hasta que cumpliera mi petición. Creo
que esa promesa me ayudó a mejorar significativamente mi vida espiritual desde entonces.
Tenía una forma de oración en la que intentaba visualizar a Cristo dentro de mí, especialmente en los momentos
en que lo veía más necesitado y solitario. Sentía que, estando solo y necesitado, Él me recibiría. A menudo, mi
oración se centraba en el Huerto de Getsemaní, donde me imaginaba acompañando a Cristo en su angustia y
sudor de sangre. Deseaba limpiar su sudor doloroso, pero me sentía incapaz debido a la conciencia de mis
graves pecados. A pesar de las distracciones y pensamientos intrusivos, trataba de estar cerca de Él en la
oración.
Silencio…
La experiencia de Santa Teresa de Ávila nos enseña que el arrepentimiento sincero puede llevar a una profunda
transformación espiritual. Su encuentro con la imagen de Cristo llagado la llevó a un arrepentimiento genuino,
donde reconoció su necesidad de cambiar. Su historia nos recuerda la importancia de la humildad, la oración y la
confianza en Dios en nuestro propio viaje espiritual.

6. Nada te turbe
https://www.youtube.com/watch?v=NuLwrs3bqJ0
Em Bm
Nada te turbe
C G
Nada te espante
Am Em
Todo se pasa
C D
Dios no se muda
Em Bm
La paciencia
C G
Todo lo alcanza
Am Em
Quien a Dios tiene
C D
Nada le falta
7:55-8:00 – Meditación (Dulce / Aldo / San Juan Pablo II)
Reflexión sobre los Santos.
¡Bendigamos al Señor por los mejores hijos de la Iglesia! Son los santos, los que en la liturgia celebramos con
solemnidad, los que forman la Jerusalén celeste, los que han sido fieles al amor de Dios, a la coherencia de vida
con el Evangelio. Gracias al Bautismo, también nosotros estamos llamados al reto de la santidad, porque a cada
uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor» (Ef 1,4).
Pensemos lo que nos dice el Papa Francisco al comienzo de la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate: «Él
nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad,
desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo
proponía el Señor a Abraham: “Camina en mi presencia y sé perfecto” (Gn 17,1)».
Sería muy bueno que aprovechemos para leer este documento del Papa, porque nos abre pistas para vivir como
nos pide Jesús en el Evangelio: con una total naturalidad, como Dios ha pensado en cada uno de nosotros.
Precisamente, en estos días muchos van al cementerio a visitar a sus difuntos, porque el amor no se deshace, ni
se extingue, el amor te mantiene unido a las personas amadas.
¿Cuántos de nosotros vamos a dar gracias a Dios por los mejores hijos de la Iglesia? Pues, recordad, que «los
santos que ya han llegado a la presencia de Dios mantienen con nosotros lazos de amor y comunión», dice el
Papa. Es consolador saber que no estamos solos en esta aventura, porque los santos nos ayudan, y nos
conducen al Señor, que «no tengo que llevar yo solo lo que, en realidad, nunca podría soportar yo solo. La
muchedumbre de los santos de Dios me protege, me sostiene y me conduce», afirma el Papa Benedicto XVI.

7. Hablando de los santos, san Bernardo decía: «No seamos perezosos en imitar a quienes estamos felices de
celebrar». Es, por tanto, la ocasión ideal para reflexionar en la «llamada universal de todos los cristianos a la
santidad». Dios es el «único santo» y «la fuente de toda santidad».
Las bienaventuranzas son el foco de nuestra vida cristiana, el espejo donde mirarnos todos los días, para llegar a
ser como ellos, para poder decir: Somos dichosos. Seguramente tendremos penas, seremos pobres, nos faltará
justicia a nuestro alrededor, lucharemos por tener el corazón limpio y la paz brillará por su ausencia; pero
sabemos que la felicidad es una realidad posible, con la gracia de Dios y que lo será, por su misericordia, en el
reino de los cielos.
Los cristianos no miramos el futuro con temor si tenemos el corazón lleno de Dios, pero si tu amor es tacaño,
raquítico, esquelético o intentas engañarte a ti mismo y a Dios, con la mentira, con dobles vidas o pretendes dar
imágenes falsas, te vas a sentir solo y eso es dramático. Un cristiano que quiere vivir en la verdad mira el
presente con la ilusión de servir a Dios, de seguir «lavando y blanqueando sus vestiduras», las que tantas veces
el pecado mancha, sabiendo mantener la confianza de tener un Padre-Dios que jamás nos olvida. La santidad no
reside en las manos, sino en el corazón; no se decide fuera, sino dentro de la persona y se resume en la caridad.
Jesucristo es «el Santo de Dios» (Jn 6, 69). La santidad es ante todo don, gracia. Ya que pertenecemos a Cristo
más que a nosotros mismos, habiendo sido comprados a gran precio.
«No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes,
en el santo pueblo fiel de Dios, porque “fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no
aisladamente, sin conexión alguna, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera”», dice
el Papa. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las
ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.
En la Iglesia tenemos muchos ejemplos que nos animan, hombres y mujeres de todos los tiempos como Juan
Pablo tan cercano a nuestro tiempo o Sandra Sabatti ejemplo para todas las jóvenes y novias santas o Carlo
Acutis joven de nuestros tiempos que supo vivir en amistad con Jesús. También Celia Guerin y Luis Martin
padres de santa Teresita del niño Jesús que formaron un matrimonio santo y educaron a su familia para el cielo.
la fórmula es simple vivir en el amor, hermanos aspiremos a ello la verdadera felicidad.
En el yunque de la experiencia, se martilló la estructura de nuestra comunidad y sociedad. Por fé y Por Obras.
así ha sido. Mediante la fé y las obras que hemos podido seguir adelante aprovechando las lecciones de una
increíble experiencia. Estas lecciones vivas hoy en día y Dios mediante, nos sostendrán y nos mantendrán
unidos mientras él nos necesite.
Dios me ha concedido el derecho de equivocarme a fin de que nuestra comunidad exista como existe hoy día, si
yo pongo la voluntad de Dios primero en mi vida, es casi seguro que como yo lo conozco, permanezca,
permanezca como está.
Oración de San Francisco de Asís
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

8. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
Hazme un instrumento
C Am
Hazme un instrumento de tu paz,
C Dm-G7
donde haya odio, lleve yo tu amor;
Dm G7 Dm-G7
donde haya injuria tu perdón Señor,
Dm G7 C C7
donde haya duda fe en ti.
Hazme un instrumento de tu paz,
que lleve tu esperanza por doquier,
donde haya oscuridad lleve tu luz,
donde haya pena tu gozo Señor.
F G Em-Am
Maestro ayúdame a nunca buscar
Dm G7 C C7
querer ser consolado sino consolar;
F G Em-Am
ser entendido sino entender;
D D7 G-G7
ser amado sino amar.
Hazme un instrumento de tu paz,
es perdonando, que nos das perdón;
es dando a todos como tú nos das,
muriendo es que volvemos a nacer.

9. 8:00-8:10 – Acción de gracias a Dios (IAN / Santa Teresa de
Lisieux, San Ignacio de Loyola, San Juan Crisóstomo, San
Martín de Porres)
● San Martín de Porres, te agradecemos, Señor, por el don de la caridad que nos impulsa a cuidar a los
más en el servicio a los necesitados y por quien nos enseñó a servir con humildad y amar a todas las
personas por igual.
● Santa Teresa de Lisieux, aprendo a dar gracias a Dios por las por cada pequeño acto de amor que puedo
ofrecerte en mi vida cotidiana.
● Doy gracias a Dios por la sabiduría y la espiritualidad de San Ignacio, que continúan inspirando a las
generaciones siguientes.
Toma, Señor, y recibe
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Tú me lo diste,
a Ti, Señor, lo retorno.
Todo es Tuyo:
dispone de ello
según Tu Voluntad.
Dame Tu Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén.
Oh Dios, fortaleza de los que en tí esperan,
que has hecho brillar al obispo San Juan Crisóstomo por su admirable elocuencia y su fortaleza en la tribulación,
te damos gracias por, instruir por sus enseñanzas, nos fortalezca el ejemplo de su invencible paciencia.
Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de de los siglos
Amén.
● Con sincera gratitud, elevo mi corazón al Señor, reconociendo la inmensa bendición de la vida que Él me
ha concedido, incluso en medio de las pruebas y obstáculos que he encontrado en mi camino.
● Agradezco al Señor por la bendición de encontrar personas compasivas que, a pesar de mis errores, me
han brindado su perdón y orientación para crecer, reconociéndote también como el Maestro de maestros
en mi camino de mejora.

10. ● Doy gracias, Señor, por el consuelo que has otorgado a aquellos que han sufrido la pérdida de un ser
querido, aliviando sus corazones en tiempos de aflicción.
Canto
D Bm
Te doy gracias, Jesús, por haberme encontrado,
G A A7 D-A7
por haberme salvado, te doy gracias, Jesús.
D Bm
Hoy ya sé el camino y hacia Él me dirijo, es la
G A A7
senda bendita que representa El Hijo (2)
Mi amor era pequeño, pero ya lo he encontrado
y ese pequeño amor, hoy se ha agigantado (2)
Hoy Jesús es mi guía, él controla mi vida
y no hay ser terreno que mi cariño mida (2)
8:10-8:25 – Petición a Dios (Fer / Santa Rita de Casia)
Los invitamos a vivir este momento de oración inspirado en Santa Rita de Casia
Oh Santa de la espina y de la rosa, premia mi gran esperanza en ti, y en todas partes daré a conocer tu gran
misericordia con las almas afligidas.
Santa de lo Imposible. Oh, Santa Patrona de los necesitados. Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino Señor
son casi irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has sido llamada Mediadora de los sin
esperanza e incluso de lo Imposible; Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de tan
compadecido amor por Jesús Crucificado que podrías obtener de él, cualquier cosa que le pidas.
A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre alivio, al menos consuelo. Sé favorable a
nuestra petición, mostrando el poder de Dios a nombre de este/a suplicante, sé generosa con nosotros, como lo
has sido en tantos casos maravillosos, para la más grande gloria de Dios, por la divulgación de tu propia
devoción, y por el consuelo de aquellos que confían en ti.
Prometemos, si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del favor concedido, para
bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces en los méritos y poder ante el Sagrado
Corazón de Jesús, te rogamos:
Por los singulares méritos de tu infancia,
Por los jóvenes que viven situaciones difíciles,

11. Por los enfermos que han sido abandonados,
Por las guerras que se viven actualmente, que puedan encontrar la paz,
Por las ánimas benditas del purgatorio que se vienen a reencontrar una vez más con sus seres vivos,
Por las personas que han perdido sus empleos,
Por las personas que no tienen un lugar donde vivir,
Por las personas de la tercera edad que han sido abandonados por sus familiares,
Por las personas que se han alejado de ti,
por la perfecta unión con la Divina Voluntad,
por los heroicos sufrimientos durante tu vida de casada,
por el consuelo que experimentaste con la conversión de tu esposo,
por el sacrificio de tus niños antes de verlos ofender gravemente a Dios,
por tu milagrosa entrada al Convento,
por las austeras penitencias y las sangrientas ofrendas tres veces al día.
Por el sufrimiento causado por la herida que recibiste con la espina del Salvador Crucificado;
por el amor divino que consumió tu Corazón,
por la notable devoción al Sagrado Sacramento, con el cual exististe por cuatro años,
por la felicidad con la cual partiste de tus pruebas para reunirte con el Divino Esposo,
por el ejemplo perfecto que diste a la gente de cada estado de vida.
Santa de lo Imposible.
Oración
Bajo el peso del dolor, a ti, querida Santa Rita, yo recurro confiado en ser escuchado. Libera, te ruego, mi pobre
corazón de las angustias que lo oprimen y devuelve la calma a mi espíritu, lleno de preocupaciones.
Tú que fuiste elegida por Dios como abogada de los casos más desesperados, obtén la gracia que ardientemente
te pido (pedir la gracia que se desea).
Si mis culpas son un obstáculo para el cumplimiento de mis deseos, obtenme de Dios la gracia del
arrepentimiento y del perdón mediante una sincera confesión.
No permitas que durante más tiempo yo derramé lágrimas de amargura.
Amén.
Dios ha escuchado las oraciones de Santa Rita por otros en innumerables ocasiones, y ciertamente ella estará
feliz de interceder una vez más, a nombre de aquellos que le ruegan a ella ahora - para continuar percibiendo la
verdad de su gran nombre.

12. Canto
Hijo de Dios
Intro: G Bm E Am D7 G C-D-G
G Bm
Quiero levantar mis manos,
E Am
quiero levantar mi voz,
E Am D7~ G
ofreciendo a ti mi vida en santidad y amor,
C Cm
Padre solo a ti te ofrezco,
Bm
mi vida y mi corazón
C D C~ D7 G
y me postro en tu presencia en adoración.
G Bm Dm G C Cm
Hijo de Dios (Hijo de Dios), recibe hoy (recibe
G Em Am D7 G
hoy), toda la Gloria, la honra y honor. (x2)
8:25-8:30 Resolución (Geraldine)
¿Es posible ser santo hoy en día?
Ser santo es participar de la santidad de Dios. Nuestro Padre, nos creó para ser santos. Dios nos ha llamado y
nos capacita a todos a ser santos: "Sean santos... porque Yo, el Señor, soy santo" (Lev 19,2; Mt 5, 48).
Cristo vino al mundo para hacer posible nuestra santidad. Es por eso que en el Nuevo Testamento se le llama
"santos" a los cristianos (1 Cor 1, 12; Rm 1, 5; 1Pe 1, 15-16).
El Papa Emérito Benedicto XVI dijo: "El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su
perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a
renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el
servicio humilde y desinteresado del prójimo;
Los santos son esas personas heroicas que brillan con el Señor.
El Papa Francisco, dijo: Dar la vida, no es sólo ofrecer algo, como por ejemplo dar algunos bienes propios a los
demás, sino darse uno mismo, es salir del egoísmo para hacer de la existencia un don, estar atentos a las
necesidades de quienes caminan a nuestro lado, gastarnos por quienes tienen necesidad, tal vez también de ser
escuchados, de nuestro tiempo, de una llamada.

13. También el Papa Francisco, dijo: La santidad está hecha de amor cotidiano.
La santidad no está hecha de algunos actos heroicos, sino de mucho amor cotidiano.
«¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega.
¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia.
¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos,
luchando por la justicia de tus compañeros, para que no se queden sin trabajo, para que tengan siempre el
salario justo....
¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús.
¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales» (Exhort. ap.
Gaudete et exsultate, 14)”.
Después de todo, la santidad está hecha de amor cotidiano.
Gloria (Martín Valverde, No litúrgico)
Em B7
Gloria, Gloria (x2)
C D
a Jesús el Señor,
G Em
al Cordero de Dios.
Am Bm Em
Al nombre sobre todo nombre. (x2)

14. Letanía de los Santos
Am E F G Am
Señor ten piedad, Señor ten piedad.
Cristo ten piedad, Cristo ten piedad,
Señor ten piedad, Señor ten piedad,
Cristo óyenos, Cristo escúchanos,
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros
Santa María, Ruega por nosotros
San José,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,
San Juan Bautista
Santos Pedro y Pablo, Rueguen por nosotros
San Francisco,
Santa Teresa de Ávila,
San Juan de la Cruz,
Santa Teresa de Lisieux,
San Ignacio de Loyola,
San Juan Crisóstomo,
San Martín de Porres,
Santa Rita de Casia,
San Juan Pablo II,
San José Sánchez del Río,
San Rafael Guizar y Valencia,
San Juan Diego,
Santa Cecilia de Roma,
Todos los santos de Dios, Rueguen por nosotros
Muéstrate propicio, líbranos, Señor
De todo mal
De todo pecado
De la muerte eterna
Por tu encarnación
Por tu muerte y resurrección
Por el don del Espíritu Santo, líbranos, Señor
Nosotros, pecadores, te rogamos, óyenos
Jesús, Hijo de Dios vivo, te rogamos, óyenos
Oh Cristo, óyenos, oh Cristo, óyenos
Oh Cristo, escúchanos, oh Cristo, escúchanos