Ezequías se convierte en rey de Judá y decide servir fielmente a Jehová, siguiendo su propio camino en lugar de los errores de su padre. Josías asciende al trono después del asesinato de su padre en medio de condiciones difíciles, pero gobierna de manera recta y agradable a Jehová. El documento anima a los jóvenes a imitar los buenos ejemplos de Ezequías y Josías al adherirse a Jehová y mantener la vida eterna como objetivo.