El documento explica que algunos niños tienen madrastra o padrastro porque uno de sus padres biológicos se vuelve a casar después de un divorcio o muerte de su cónyuge. Esto puede ser un cambio difícil para los niños, pero la Biblia enseña que debemos amar y aceptar a todos los miembros de nuestra familia, incluidos los padrastros, madrastras y hermanastros.

1. ¿Por qué algunos niños tienen madrastra o padrastro?
Sí uno de nuestros papás se vuelve a casar, la persona con la que se casa es el padrastro o
madrastra. Cuando una esposa o esposo muere o se divorcian, el esposo o esposa a veces se
vuelven a casar. El nuevo padre es llamado madrastra o padrastro. Algunas veces el nuevo padre
tiene hijos esos niños son hermanastros o hermanastras. Esto puede ser un cambio difícil, pero
Dios quiere que amemos y aceptemos a las personas en nuestra familia, incluyendo a los
hermanastros y madrastra o padrastro.
Cuando las familias cambian porque se divorcian, hace triste a Dios. Su perfecto plan para los
esposos y esposas es que siempre permanezcan casados y nunca se divorcien. Cuando las personas
se casan prometen estar casadas por el resto de sus vidas y resolver sus problemas. Sin embargo,
nadie es perfecto y a veces los divorcios suceden. Sí sucede en tu familia no culpes a tus padres, ni
tampoco pienses que tu tienes la culpa. La verdad es que Dios todavía tiene un plan importante
para ti y tu familia. Sí tu eres hijo de Dios por confiar en Jesús para tu salvación (Jesús quien murió
en la cruz por nuestros pecados), puedes confiar en que Él te va a cuidar, aunque la situación sea
difícil.
Versículos Clave:
“Y si no les parece bien servir al SEÑOR, escojan hoy a quién han de servir: si a los dioses que sirvieron
sus padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los Amorreos en cuya tierra habitan .
Pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR.” (Josué 24:15).
“¿Adónde me iré de Tu Espíritu, O adónde huiré de Tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás Tú; Si
en el Seol preparo mi lecho, allí Tú estás. Si tomo las alas del alba, Y si habito en lo más remoto del
mar, Aun allí me guiará Tu mano, Y me tomará Tu diestra“ (Salmo 139:7-10).