1. “UNO PARA TODOS Y TODOS PARA UNO”
Había una vez, en un colegio del mundo, una clase que era la “NUMBER-ONE”.
Ese era el nombre que el tercer día le dio la seño….que confiaba muchísimo en sus alumnos….y que esperaba que cuando acabase el curso fuesen los mejores de todo el colegio.
Pero, no iba a ser tan fácil como se pensaban algunos….porque tenían que trabajar en equipo.
Había un pequeño llamado Simón. Simón era un poco despistado en clase. Su cara siempre tenía dibujada una enorme sonrisa que contagiaba a los demás. Pero muchos días no acababa las tareas porque estaba pensando en otra cosa, o bien interrumpía constantemente y no dejaba a los demás trabajar tranquilos.
2. Como tenían que trabajar codo con codo, tomaron prestada una frase de los mosqueteros…esa que decía: “TODOS PARA UNA Y UNA PARA TODOS” , que se convirtió en el lema de la clase ese año.
Como eran todos muy listos, enseguida se dieron cuenta que los despistes de Simón y sus continuas interrupciones no estaban hechas a conciencia y que él muchas veces se ponía triste cuando se le llamaba la atención…porque no quería que le pasara…
Además Simón tenía una cosa que todos admiraban y era ese ÁNIMO de decir que volvería a intentar ser bueno y trabajar mucho para que así todos pudieran conseguir el ansiado título de los NUMBER-ONE que tanto querían.
Y trabajaron mano a mano…un compañero de Simón se encargaba de recordarle que debía estar callado mientras trabajaban y
3. que se estaba despistando de hacer la tarea, otro le recordaba qué deberes habían para el día siguiente. María, que además de su compañera era su vecina le recordaba si tenía que traer algo especial a clase un día. Él estaba feliz porque tenían todos un proyecto común y porque se sentía uno más.
Cuando llegaron las notas de final de curso….¡¡Habían pasado la prueba!!...Ese año fueron la mejor clase…Fueron LOS NUMBER-ONE del colegio….Y siguieron siendo un gran equipo para siempre.
FIN