1. Las Columnas; un bar en el Barrio Santa cruz, Sevilla
Albero Belmonte ©2012
Las Columnas; un bar en el Barrio Santa Cruz, Sevilla
De jovencita ya
pasaba tardes
enteras
tomándome un
cafelito o una
cañita sentada
en uno de los
barriles de
cerveza que
hacían las veces
de mesa; sí,
antes no existían
ni las mesas ni
las sillas en este
bar. En su lugar
se encontraban
barriles de Cruzcampo en los que apoyar la caña y la tapa.
La luz tenue, el ruido de los vasos al chocar unos con otros, los gritos de los camareros -“¡una
de paella!”- y el olor a tapita auténtica sevillana, hacían que este fuera el sitio ideal para
quedar con mis intercambios extranjeros cuando era estudiante de Filología en la Fábrica de
Tabacos. Recuerdo a un chico alemán con el que quedé una tarde. Él estaba muy interesado
en aprender todo aquello que tuviera que ver con el tipismo sevillano, así que propuse
tomarnos una cañita en “Las Columnas”. Por supuesto flipaba al ver que el bar se llamaba
“Bodeguita Santa Cruz” y yo continuaba llamándole
“Las Columnas”.
-“Es lo mismo que La Plaza Nueva” – le dije -
“En realidad no se llama así, sino Plaza del Rey
San Fernando.” -
-“¿Y por qué no usáis los nombres verdaderos
para las cosas? No tiene sentido. Así es un lio”
– me dijo todo preocupado, a lo que yo le
contesté – “Miarma, estás en Sevilla y esto es
lo que hay”.
Hoy en día el nombre “Las Columnas” ya se ha
instaurado de manera oficial.

2. Las Columnas; un bar en el Barrio Santa cruz, Sevilla
Albero Belmonte ©2012
Sin entender nada pero feliz con su caña en la mano, comenzamos a intercambiar vocabulario
en español y en alemán para nuestros respectivos estudios. Concretamente y, para un trabajo
que iba a realizar para una asignatura de 4º de carrera, intercambiamos insultos y palabras
malsonantes en ambos idiomas. Cuando terminamos yo tenía unos 2 folios de insultos en
alemán, y él tenía unos 10 folios de insultos en español.
Pero sigamos con Las Columnas que es lo interesante.
Este es un local que no
sólo ofrece buena
comida y cervecita fría,
sino que propone
asistir a un gran
espectáculo: el
espectáculo de la vida,
del costumbrismo más
genuinamente
sevillano que se pueda
uno echar a la cara y
eso le hace ser un sitio
único para pasar un
buen rato degustando
exquisitos manjares
mientras aprendes de lo que allí sucede.
Cada vez que voy veo lo mismo, pero siempre es diferente: un montón de gente intentando
acercarse a la barra para pedir su tapita y su cañita; unos camareros que derrochan gracia y
verborrea al más puro estilo cervantino, y un montón de guiris que no tienen ni idea de lo que
está pasando pero que les
da exactamente igual
mientras puedan tomarse
su paellita. Y, aunque esto
sea el Pan Nuestro de
Cada Día de los
trabajadores de este
singular local, ellos hacen
que cada vez sea nueva,
que en el momento en el
que depositas tus pies
dentro, un nuevo mundo
de ilusión, vida, gracia y
salero inunde todo lo que te rodea. Y esto, que parece un contrasentido, no es más que la
esencia más profunda del ser sevillano.

3. Las Columnas; un bar en el Barrio Santa cruz, Sevilla
Albero Belmonte ©2012
Yo no soy de mucho comer. Mi
familia dice que soy una hartá
de saboría comiendo y por ello
nunca he sido muy de ir de
tapas. Además soy muy
“señorita” puesto que me
gusta estar sentada a la hora
de la comida, y conseguir eso
en Las Columnas es altamente
complicado. Sin embargo,
cada vez que me desplazo a
Sevilla, voy a almorzar todos
los días allí: aunque tenga que
estar de pie. Y voy porque me
hace sentir bien, me siento en casa. Y no sólo yo me siento así: mi pareja, nacido en Mallorca
pero sevillano de corazón, desde el primer día que entró, hace ya más de 10 años, no quiere ir
a otro sitio a comer. Tanto es así que un día, Javi, uno de los camareros le preguntó –“¡Illo!
¿Tú no tienes casa?” -. Sencillamente genial.
Por todo esto quiero agradecer que exista este lugar. Quiero dar las gracias a todos sus
camareros por su buen hacer, su gracia, su salero, su acogida y hospitalidad. Agradecerles que
nos aguanten, y que hagan de cada día un momento mágico y nuevo. “Las Columnas” es más
que un bar, pero sin sus camareros sería sólo un bar. Gracias una vez más.
Tapita de paella, buñuelos de bacalao, lagrimitas de pollo, espinacas con garbanzos, papas
alioli, y un montón de exquisitos montaditos. Allí volveré. Allí me encontraréis.
Albero Belmonte