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INTRODUCCIÓN
La sequía es un fenómeno pasivo y no se
considera una catástrofe natural propiamente di-
cha, pero su impacto puede ser muy severo. La
disminución resultante en las reservas de agua
causa conflictos de intereses entre los usuarios.
Los agricultores piensan en su medio de vida y en
la futura viabilidad de sus negocios. Los alcaldes
de las ciudades, por otro lado, están preocupados
porque puede que no haya agua suficiente dispo-
nible para la población. La gente en las zonas ur-
banas odian ver que los grifos de sus casas se
queden sin agua. Los ambientalistas se preocupan
por las condiciones de los cauces naturales y de
los lagos.
La agricultura de regadío produce alrededor
del 40 % de todos los alimentos en el mundo, pero
consume en ese proceso aproximadamente el 70 %
de los recursos de agua dulce (Postel, 1997). Así
pues, hay un vínculo entre la garantía de agua y de
alimentos (Bruins, 2000a, 2000b). El consumo ac-
tual de agua en la agricultura no es sostenible en
muchos casos. Millones de toneladas de grano se
producen anualmente por medio de la sobreexplo-
tación de acuíferos, particularmente en zonas secas.
Los niveles de los acuíferos caen a una velocidad
alarmante en algunas partes de la India, Pakistán,
China, México, Oriente Medio y África del Norte.
Algunos de esos países están muy poblados. En el
siglo XXI puede darse una escasez de agua acom-
pañada de una falta de alimentos como resultado
predecible del desarrollo actual. Esto puede condu-
cir a una hambruna en ciertas regiones, incluso a
gran escala.
La sequía ha de ser tenida en cuenta muy gra-
vemente. Es un desastre natural que puede azotar
cualquier región climática, pero ocurre más frecuen-
temente en zonas secas, incluyendo España (Cabre-
ra et al., 1999) y otros países Mediterráneos como Is-
rael (Bruins, 1993, 1998, 1999, 2002b). La sequía
avanza gradualmente como un efecto acumulativo
de precipitaciones por debajo de la media en un área
determinada durante un cierto período de tiempo. A
pesar de su naturaleza no catastrófica, el impacto
causado por la sequía puede ser desastroso. Afecta
más a la gente que cualquier otro desastre natural
(Wilhite, 2000). La sequía tiene a la vez dimensiones
espaciales y temporales pero los límites pueden estar
poco definidos. No es siempre fácil determinar el co-
mienzo y el término de una sequía.Apesar de eso, la
sequía debe ser claramente definida (Wilhite and
Glantz, 1985), de otro modo, su manejo mediante
planes gubernamentales no es posible. La caracteri-
zación de la sequía debería ser específica para cada
región teniendo en cuenta su impacto y manejo.
La formación de reservas de agua es el elemen-
to activo más importante para el manejo del agua en
períodos de sequía. Estos son los tres caminos prin-
cipales para almacenar agua en relación con el riego:
(1) almacenamientos superficiales, (2) almacena-
mientos subterráneos y (3) cosecha de agua de llu-
via. Otras fuentes de agua de riego adicionales pero
no convencionales incluyen (4) el reciclaje de las
aguas urbanas residuales y (5) la desalación de agua
subterránea salinizada o del agua del mar. La viabili-
dad de las últimas opciones en el sector agrícola de-
pende de los costes y beneficios. Pero el tratamiento
de las aguas residuales urbanas es una necesidad si
se quiere preservar la calidad de las aguas subterrá-
neas, de las aguas fluviales y de las aguas marinas.
327INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
Ben-Gurion University of the Negev, Jacob Blaustein Institute for Desert Research.
Department Man in the Desert
Sede Boker Campus 84990, Israel
Tel: 972-8-659-6863 Fax: 972-8-659-6867
E-mail: hjbruins@bgumail.bgu.ac.il
Manejo del Agua en Períodos de Sequía
Hendrik J. Bruins
Seminario Internacional Agua de Riego: Aspectos para debate
Córdoba, España, 25-27 de Noviembre de 2002
Uso del agua y de las tierras de cultivo en
los países Mediterráneos
España es el mayor consumidor de agua por
cabeza en Europa y en toda la región Mediterránea
(Tabla 1). Aún así, el uso de agua en California, que
también tiene un clima Mediterráneo, es mayor que
en España. Este Estado consume unos 48 mil millo-
nes de metros cúbicos de agua por año (Roos, 1998),
teniendo menos población que España. Los países
europeos de clima templado pueden confiar más en
una agricultura sólo abastecida por la lluvia o de se-
cano y las necesidades de riego son mucho menores.
La agricultura de regadío es la principal causa del
mayor consumo de agua por cabeza en los países
Mediterráneos debido a una menor aportación de
lluvia en verano y a una mayor evapotranspiración
anual comparado con el centro y noroeste de Europa.
España tiene la menor cantidad de agua por
cabeza del norte de la cuenca Mediterránea. Ade-
más, los ríos originados en España aportan una can-
tidad media anual de 17 mil millones de m3
de agua
a su vecina Portugal lo que supone el 16 % de los
recursos hídricos internos anuales renovables (Ta-
bla 1). De entre los países Mediterráneos, Turquía
es la que exporta anualmente mayor cantidad de
agua a otras naciones, 69 mil millones de m3
, lo que
corresponde a alrededor del 37 % de sus recursos
hídricos internos (Tabla 1). Turquía ha construido
grandes presas en los últimos años enmarcados en
el Proyecto Anatolia Sur-oriental con la finalidad
de almacenar extraordinarias cantidades de agua
superficial (Bruins, 2002a).
Israel cuenta, con mucho, con la menor canti-
dad de recursos hídricos por cabeza de los países
mencionados en la Tabla 1. El uso de agua por ca-
beza es también menor en Israel aún cuando el por-
centaje de tierras en regadío es mayor que en Espa-
ña, 49 y 17 % respectivamente (Tabla 2). Esto im-
plica claramente que la aplicación de agua en la
agricultura de regadío es más eficiente en Israel que
en España. El riego por goteo se inventó en Israel
y este país ha llegado a tener un gran prestigio gra-
cias a sus sistemas de riego (Netafim, 2002). Aun-
que el manejo del agua de riego a escala de usuario
está entre uno de los mejores del mundo, el realiza-
do en el ámbito nacional es desacertado pues Israel
bombeó demasiada cantidad de su agua renovable
anual. El país está soportando en la actualidad una
crisis de agua ya que tanto sus aguas subterráneas
como las superficiales del lago Kinneret están bajo
mínimos (Bruins, 1993, 1998, 1999, 2002b).
328
Hendrik J. Bruins
INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
País
España
Francia
Italia
Grecia
Turquía
Israel
Egipto
Recursos hí-
dricos reno-
vables
(109 m3
)
94.3
164.5
187.0
55.7
124.1
2.2
58.1
Uso de
agua
(109 m3
)
45.9
43.7
56.2
7.0
23.8
1.9
56.4
Recursos hí-
dricos
internos
renovables
(109 m3
)
110.3
170.0
179.4
45.2
186.1
1.7
2.6
Volumen
fluvial
importado de
otros países
(109 m3
)
1.0
15.0
7.6
13.5
7.0
0.5
55.5
Volumen
fluvial ex-
portado a
otros países
(109 m3
)
17.0
20.5
0.0
3.0
69.0
0.0
0.0
Recursos hí-
dricos
por cabeza
(m3
)
2840
3300
3280
5840
3460
470
1110
Uso de
agua por
cabeza
(m3
)
1188
778
996
721
433
410
1028
Tabla 1. Recursos y usos de agua en países Mediterráneos.
País
España
Francia
Italia
Grecia
Turquía
Israel
Egipto
Tierras de
cultivo totales
(103
hect.)
20345
19119
12033
3924
27885
433
2585
Tierras de
secano
(103
hect.)
16985
17959
8993
2734
25665
219
0
Tierras de
regadío
(103
hect.)
3360
1160
3100
1190
2220
214
2585
Porcentaje de
tierras de secano
84
94
74
70
92
51
0
Porcentaje de
tierras de
regadío
17
6
26
30
8
49
100
Tabla 2. Tierras de secano y regadío en los países Mediterráneos. Fuente: Gleick, 1993; Correia, 1999.
En la Tabla 2 se puede apreciar que Italia y
Grecia tienen un mayor porcentaje de tierras en re-
gadío que España pero menos que Israel y Egipto.
El mayor porcentaje de tierras de secano en la Tabla
2 corresponde a Francia, siendo del 94 %, lo cual
está íntimamente unido al clima templado húmedo
de la mayoría del país. El clima extremadamente
árido de la mayor parte de Egipto hace que la agri-
cultura de secano sea imposible. Por ello, Egipto
tiene desde tiempo inmemorial el mayor porcentaje
de tierras en regadío, esto es, el 100 %. Recibe
prácticamente toda su agua de fuentes externas por
medio del río Nilo. A pesar de su clima extremada-
mente árido, Egipto tiene el segundo mayor uso de
agua por cabeza de entre los países Mediterráneos.
Almacenamiento de agua superficial
España tiene la infraestructura hidráulica más
extensa en Europa. El almacenamiento de agua su-
perficial por medio de la construcción de presas se
ha convertido en la primera estrategia en España pa-
ra crear reservas de agua como un colchón para su
uso en el período de sequía estival, en años secos y
para transvasar agua desde regiones más húmedas a
otras más secas. De este modo, la superficie agríco-
la se expande y la producción se intensifica. Estas
estrategias son también importantes en California.
De todas formas, España y California no lle-
gan a ser inmunes a la sequía a pesar del gran in-
cremento en almacenamientos de agua superficial.
Los largos períodos de sequía en los 90 provocaron
severas crisis de agua en España. El abastecimien-
to de agua urbana fue restringido en el período de
1991 a 1995, afectando a más de 11 millones de
personas. Las ciudades del este y sur de España es-
tuvieron particularmente afectadas debido a los
cortes de suministro y a los problemas en la calidad
del agua (Cabrera, 1997; Cabrera et al., 1999; del
Moral Ituarte y Giansante, 2000).
Las pérdidas económicas en el sector de la
agricultura debidas a la sequía se estimaron en 4363
millones de euros, unos 4.700 millones de US$
(Consejo Económico y Social, 1996:22). Existía
una amenaza real de que las escasas reservas de
agua se terminarían en el verano de 1996, pero un
invierno lluvioso mejoró esa situación desesperada
(Cabrera et al., 1999). Aun así, los extensos alma-
cenamientos de aguas superficiales no hicieron
que España fuera inmune al impacto de la sequía.
Lo mismo puede decirse de California, donde
se construyeron 155 grandes reservas de agua su-
perficial con una capacidad de almacenamiento to-
tal de 52 mil millones de metros cúbicos. Los sec-
tores agrícolas y urbanos normalmente consumen
aproximadamente 42 mil millones de metros cúbi-
cos de agua por año en California, mientras que se
necesitan otros 6 mil millones de metros cúbicos
para que se cumplan los niveles de calidad del agua
a la salida del delta de Sacramento-San Joaquín
(Roos, 1998). La cantidad de agua superficial es só-
lo ligeramente superior a la media anual de agua
demandada en ese Estado.
La sequía que tuvo lugar entre 1987 y 1992
puso en evidencia los límites de la capacidad de
respuesta del almacenamiento. La escasez se empe-
zó a notar a partir del cuarto año de sequía, 1990, y
particularmente en el quinto, 1991, cuando se ago-
tó la mayor parte de la reserva de agua superficial
útil. Sin embargo, las lluvias extraordinariamente
copiosas de Marzo de 1991 “convirtieron una situa-
ción desesperada en una manejable” (Roos,
1998:290).
Almacenamiento de aguas subterráneas.
Los planes para mitigar la sequía requieren
flexibilidad en los sistemas de almacenamiento de
agua. La combinación apropiada de almacena-
miento de agua superficial con almacenamiento de
agua subterránea añadirá seguridad al abasteci-
miento de agua en caso de una sequía prolongada.
En España queda aún mucho por hacer en cuanto a
investigación sobre aguas subterráneas y a su apli-
cación para abastecer a los sectores agrícola y urba-
no, así como para su apropiada integración con el
almacenamiento de aguas superficiales. Sin embar-
go, la sobreexplotación de las aguas subterráneas
en Israel y en otros países pone de manifiesto que
será difícil de mantener una reserva suficiente de
agua subterránea para su uso en tiempos de sequía
si no se lleva a cabo una política de aguas eficiente
a escala nacional.
329
MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA
INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
1986
33.00
119
1987
23.34
84
1988
18.29
66
1989
20.62
74
1990
16.74
60
1991
17.00
61
1992
15.63
56
Agua superficial
m3
x 109
% de la media histórica
Tabla 3. Cantidades almacenadas en las 155 grandes embalses superficiales en California el 1 de Octubre, al princi-
pio de la campaña.
Nota: No se trata de años naturales sino de lluvia anual recogida de Octubre a Septiembre. Por ejemplo, el año 1987 va desde el 1 de Octu-
bre del 86 hasta el 30 de Septiembre del 87. Fuente: Roos, 1998.
Varios países han optado por soluciones rápi-
das para suministro de agua a corto plazo por me-
dio de las aguas subterráneas durante las últimas
dos o tres décadas del siglo XX. En las zonas secas
del norte de China, el nivel de las aguas subterráne-
as está cayendo aproximadamente un metro cada
año en las grandes áreas agrícolas de regadío. En la
mayor parte de la región de Punjab en India, que es
la principal suministradora de alimentos de la na-
ción, los niveles de las aguas subterráneas están ba-
jando 20 cm cada año (Postel, 1997). La extracción
de agua de los acuíferos subterráneos en India ex-
cede en más del doble la recarga natural por lluvia.
Los lagos y ríos se secan a medida que continúan
disminuyendo los niveles de las aguas subterráne-
as, mientras el suministro de agua al sector urbano
se ve afectado negativamente. Eventualmente, a
medida que los pozos producen cada vez menos
agua, los costes de explotación han aumentado de
tal forma que el sistema entero puede derrumbarse.
La India podría perder más de 25% de su produc-
ción total de alimentos como resultado de continuar
con las prácticas actuales (Seckler, Barker y Ama-
rasinghe, 1999). Un colapso del sistema de esa
magnitud podría tener repercusiones en la seguri-
dad de los recursos de agua y alimenticios. El ham-
bre a gran escala que se desarrollaría en el siglo
XXI podría conllevar una gran inestabilidad políti-
ca (Bruins, 2000a, 2000b).
Israel tiene un clima más seco que España. El
potencial de almacenamiento de agua superficial en
Israel es, por consiguiente, considerablemente más
pequeño. Las aguas subterráneas han sido la princi-
pal vía de aprovisionamiento de agua en Israel, aun-
que el agua del Lago Kinneret también tiene un pa-
pel importante. El agua del lago se bombea al sur del
país a través del Sistema Nacional de Conducción
de Aguas (Schwartz, 1990; Bruins, 1998, 1999).
El desarrollo único en Israel de un sistema de
suministro de agua centralizado controlado por el go-
bierno no previno la sobreexplotación de los recursos
de agua (Bruins, 2002b). La superficie regada au-
mentó de 17.000 ha en 1948 a aproximadamente
205.700 ha en 1990. Se extrajo demasiada agua de
los recursos subterráneos durante los años setenta y
ochenta, particularmente para su uso en el sector
agrícola. Hay razones políticas para esta tendencia
ya que el Ministro deAgricultura es el que por ley to-
maba las decisiones relativas a asuntos de aguas. Las
reservas de agua en los acuíferos se agotaron gra-
dualmente ya que la extracción era mayor que la re-
carga natural y artificial. El declive en los niveles de
agua en los dos principales acuíferos se vio acompa-
ñado de un deterioro en la calidad del agua.
Cosecha de agua de lluvia
La superficie de agricultura de secano es muy
importante en muchos países mediterráneos (Tabla
2). Aproximadamente el 84 % de todas las tierras
de cultivo en España son de secano. Además del
uso de aguas superficiales y subterráneas para au-
mentar el suministro de agua en años de sequía, hay
técnicas que pueden usarse a menudo a escala de
finca para captar el agua de lluvia local, es decir, la
cosecha de agua de lluvia. Ese agua puede almace-
narse directamente en el perfil del suelo, particular-
mente si los suelos son suficientemente profundos
y con una textura arcillosa, o en cisternas o depósi-
tos. Los árboles frutales pueden formar un sistema
radicular profundo para utilizar este agua almace-
nada en el subsuelo en tiempos de sequía. Pero tam-
bién otros cultivos se pueden beneficiar enorme-
mente de la incorporación, además de la lluvia di-
recta, de agua de escorrentía al suelo.
En el sudeste de España, la cosecha de agua de
lluvia se ha usado tradicionalmente en áreas con po-
ca lluvia, caracterizadas por una precipitación anual
entre 200 y 300 mm. Tres sistemas principales pue-
den distinguirse (Giráldez et al., 1988): (1) cañada,
(2) boquera, (3) acequia de cañón. Aunque muchas
de esas fincas han sido abandonadas debido a los
cambios socio-económicos, el principio de cosecha
330
Hendrik J. Bruins
INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
Fuente
Aguas subterráneas
Aguas de reciclaje*
Desalación
Reservas
TOTAL
España
(106 m3
/año)
5532
230
94
39175
45034
España
%
12,3
0.5
0.2
87
100
Israel
(106 m3
/año)
1000
250
5
750
2005
Israel
%
50
12
0.002
37
99
Tabla 4. Uso medio anual de agua según el tipo de fuente en España e Israel
*Sólo aguas recicladas directamente. La reutilización de caudales de retorno no se contempla.
Fuente: Ministerio de Medio Ambiente, 1998:205, citado por Vergés, 1999; Schwarz, 1990; Bruins, 1998, Water Commission, 1998. (Las reser-
vas en Israel incluyen el lago Kinneret, las aguas superficiales del río Jordan y unos 160 millones de m3
/año de presas en corrientes efímeras).
de agua de lluvia todavía es válido y puede usarse
como una aproximación moderna para el manejo de
la sequía basado en el aumento del suministro de
agua a partir de múltiples recursos hídricos.
En el desierto de Negev en Israel, la cosecha
de agua de lluvia se desarrolló hace ya 3000 años en
un área con una media anual de precipitaciones de
sólo 100 mm. Todos los sistemas de recolección de
agua se caracterizan por un área de producción de
escorrentía y otro área que recibe dicha escorrentía
con suelos aceptables para la agricultura. Estudios
recientes han aportado un considerable conocimien-
to sobre la recolección de agua de lluvia en el Negev
(Evenari et al., 1971). Es posible distinguir cinco
sistemas diferentes (Bruins et al., 1986): (1) sistema
de micro-cuencas, (2) sistema de terrazas de cauce
seco (wadi), (3) sistema de canalización de ladera,
(4) sistema Liman, (5) sistema de derivación.
Las micro-cuencas son aquellas que tienen
una trayectoria del flujo de escorrentía de menos de
100 m desde la cuenca productora de escorrentía
hasta el área de recepción de dicha escorrentía (Bo-
ers y Ben-Asher, 1982). Son posibles distintos tipos
de diseño de micro-cuencas, dependiendo de la ge-
omorfología del paisaje. Tales sistemas se encuen-
tran en paisajes bastante llanos con formas de cua-
drados, rectángulos, semi-circulares o terrazas lon-
gitudinales siguiendo las curvas de nivel (Bruins et
al., 1986). Una ventaja significativa de las micro-
cuencas es la alta producción de escorrentía especí-
fica comparada con otras cuencas mayores (Shanan
y Tadmor, 1976).
El sistema de terrazas de cauce seco consiste
en un canal seco con suelos francos apropiadas para
cultivar en el que se han construido una serie de di-
ques de contención. El canal seco está a menudo
dispuesto en terrazas de longitud considerable,
mientras las pendientes producen el agua de esco-
rrentía durante los sucesos de lluvia. Cada terraza se
llenará del agua de escorrentía hasta la altura del
vertedero en el dique de contención. Como conse-
cuencia, el agua se infiltra y se almacena en el perfil
del suelo usado por las raíces de la planta. Se pue-
den usar cauces pequeños y medianos con este mé-
todo, porque los que son demasiado grandes sufren
inundaciones importantes que normalmente arras-
tran grava y erosionan los profundos suelos francos.
El sistema de canalización de ladera tiene su
origen en el Negev donde las laderas son bastante
largas en tanto que las rocas y las características del
suelo de las pendientes hacen que se infiltre una
gran cantidad de agua de escorrentía. Este agua no
llega al valle en el que están las terrazas de cultivo.
La construcción de canalizaciones en las laderas de
las colinas, dispuestas próximas unas a otras, posi-
bilita la recolección de más agua de escorrentía de
dichas laderas y la dirige hacia los campos en el va-
lle. La explicación hidrológica para este sistema se
basa en que la escorrentía normalmente se produce
a una baja velocidad mientras que con las canaliza-
ciones el flujo es mucho más rápido. Las canaliza-
ciones en las laderas recolectan la escorrentía y la
convierten en un caudal canalizado, de este modo,
llega más agua a los campos (Bruins et al., 1986).
El sistema Liman ha sido desarrollado recien-
temente en el Negev y normalmente se diseña en
valles anchos con suelos de textura franca y pro-
fundos. Se construye un dique de tierra, de aproxi-
madamente un metro de alto, alrededor de una su-
perficie llana de tierra a la que un pequeño cauce
seco llevará el agua de escorrentía durante las pre-
cipitaciones. Un vertedero, normalmente de hormi-
gón, forma parte del dique para regular el exceso de
agua. El apelativo "Liman" viene de la palabra grie-
ga "limne" que significa lago. De hecho, un siste-
ma Liman parece como un pequeño lago después
de un período de lluvias con escorrentía. El agua se
infiltra en el subsuelo después de unos días dónde
permanecerá almacenada durante mucho tiempo y
podrá ser usada por las raíces de la planta.
El sistema de derivación se usa en áreas don-
de el cauce seco se corta justo por debajo del nivel
de la llanura del valle adyacente. El canal de des-
viación se diseña con una pendiente menor que la
existente en el cauce seco y en el valle. La toma del
canal de derivación se toma por debajo del nivel del
lecho del cauce. Desde este punto el canal de des-
viación desciende con una pendiente menor que la
del cauce del arroyo y alcanzará la superficie del
valle de forma gradual después de una cierta dis-
tancia, por simple trigonometría. A partir de este
punto, se pueden diseñar los campos en el valle con
terrazas y vertederos para usar los caudales de in-
undación derivados por medio del canal para fines
de riego. Otra posible opción a escala de parcela
usada en el norte de Israel es almacenar el agua del
canal de derivación en canteros de superficie relati-
vamente grandes. En Kfar Yehoshua, por ejemplo,
hay tres balsas que pueden retener un millón de me-
tros cúbicos de agua derivada. Este agua se usa en
modernos sistemas de riego por aspersión y goteo.
Incluso en años de sequía la cantidad de agua deri-
vada puede ser significativa, permitiendo el riego
mediante el agua almacenada localmente.
331
MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA
INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
Reciclaje de aguas residuales urbanas
El desarrollo urbano lleva cada vez más a la
producción de aguas residuales domésticas. El su-
ministro de agua a las ciudades por medio de con-
ducciones cerradas normalmente continúa incluso
en los períodos de sequía. Por ello, las aguas resi-
duales tienden a ser un recurso fiable incluso en
años secos. Los gestores del agua deben considerar
las aguas residuales como un recurso real que no
debe ser desperdiciado.
La importancia del tratamiento y purificación
de las aguas residuales urbanas puede explicarse
por cuatro razones:
Las aguas residuales urbanas necesitan ser al-
macenadas y purificadas por razones de salud
pública.
No se debe permitir que las aguas de alcantari-
llado urbano fluyan libremente a la superficie,
contaminando arroyos, aguas superficiales,
aguas subterráneas y el mar.
Las aguas residuales urbanas tratadas pueden
usarse con éxito en la agricultura.
Las aguas residuales urbanas pueden conside-
rarse como un recurso fiable para ser utilizado
como agua de riego en épocas de sequía.
El reciclado de aguas residuales urbanas se lle-
va normalmente a cabo por medio de balsas de oxi-
dación, para eliminar y purificar los desechos bioló-
gicos. El agua tratada se puede usar entonces en la
agricultura. Sin embargo, las sales y otros productos
químicos no son eliminados por este método. Existe
la creciente preocupación de que el uso continuado
de tales aguas purificadas parcialmente podría cau-
sar salinización y contaminación de suelos agríco-
las. Es por ello que son requeridos a menudo méto-
dos más completos para purificar y reciclar el agua
de una manera sostenible, usando membranas y téc-
nicas similares a la desalación por ósmosis inversa.
La necesidad de purificar las aguas residuales
urbanas es más que la mera búsqueda de una fuen-
te alternativa de agua para riego. Es una necesidad
vital para el manejo ambiental.
Desalación de agua de mar para el sector
urbano. Aporte indirecto de aguas
residuales urbanas recicladas a la
agricultura
El precio del agua de mar desalada es nor-
malmente demasiado alto para su uso agrícola. El
sector urbano en la mayoría los países desarrolla-
dos puede pagar fácilmente el precio del agua más
caro. Por lo que se refiere al manejo de la sequía,
sería una política excelente incentivar cada vez más
el uso de agua de mar desalada para el sector urba-
no. Parece haber varias ventajas significativas:
El agua del mar es un recurso ilimitado de agua
también durante períodos intensos de sequía.
El sector urbano no necesita sufrir restricciones
de agua en años de sequía si el agua requerida
puede proporcionarse por medio del agua de
mar desalinizada.
Los depósitos de agua superficial y subterránea
pueden mantenerse con niveles más altos si la
demanda del sector urbano se reduce como re-
sultado de la desalación de agua de mar.
Las grandes reservas de agua convencionales
aumentarán la seguridad de suministro de agua
para el sector agrícola en años de sequía, ya que
habrá más agua disponible para riego.
Finalmente, el agua de mar desalada usada por
el sector urbano, podrá estar también disponible
para el sector agrícola en forma de aguas resi-
duales tratadas.
Manejo del agua en períodos de sequía:
discusión y conclusiones
Sicilia y otras partes de Italia sufrieron proble-
mas de agua durante el verano de 2002, lo cual se
debió en parte a la sequía. Los agricultores sicilia-
nos estaban muy enfadados y bloquearon los cami-
nos, mientras los residentes de Palermo llevaron a
cabo protestas después de que se quedaran sin agua
en sus casas durante días (D'Emilio, 2002). Este ca-
so pone de manifiesto la complejidad de las causas
y efectos en el manejo del agua. Por un lado, la re-
petida sequía y la disminución de precipitaciones
en Italia en los últimos 10 años se toman como las
principales causas de los problemas de suministro
de agua. Por otro lado, muchas de las tuberías de
agua en Italia, que datan de los años veinte, están
perdiendo agua y no se han actualizado. Se estima
que aproximadamente 40% del agua conducida por
sistemas de tuberías para los sectores urbano y agrí-
cola, se pierden por fugas. Se culpa a la corrupción,
mala administración e infiltración de la Mafia en
los trabajos públicos (D'Emilio, 2002).
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Hendrik J. Bruins
INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
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El caso anterior acentúa la gran importancia
de un gobierno adecuado para que el manejo del
agua sea acertado. Es más, el agua debe tener el
precio correcto en relación a su valor. El manteni-
miento de tuberías de alta calidad y la conservación
de reservas de agua suficientes para los períodos de
sequía se relaciona obviamente con el precio de
agua. Sin embargo, uno tiene que ser realista y en-
tender que hay realmente limitaciones en el manejo
del agua en los períodos de sequía, particularmente
en la agricultura de secano. Aproximadamente el
74% de la agricultura en Italia es de secano y el
84% en España. El impacto de la sequía en la agri-
cultura de secano es difícil de evitar con un manejo
sostenible del agua, ya que es imposible proporcio-
nar el agua de riego a todas estas áreas agrícolas de
secano. Simplemente, no es posible un almacena-
miento de agua suficiente en las áreas semiáridas y
sub-húmedas para proporcionar los riegos de apoyo
en todas las tierras de secano. Es necesario tener
una reserva de dinero y alimentos en estos casos
para mitigar los efectos de la sequía.
La sequía en Texas durante la campaña del
2002 causó un severo daño en la agricultura, tenien-
do como resultado unas pérdidas económicas esti-
madas en 316 millones de $. Las lluvias en el sur de
Texas durante el período crítico desde marzo a ma-
yo fueron solamente el 27 % de la precipitación me-
dia. Se vieron particularmente afectados los produc-
tores de trigo, que perdieron 110 millones de $. Los
daños económicos a otros cultivos incluyen el algo-
dón (95 millones), maíz (20 millones), sorgo (60
millones) y pastizales (15 millones). La mayoría de
estos cultivos son de secano, porque el agua de rie-
go está limitada, ya que las reservas estaban a un ni-
vel muy bajo. El poco agua disponible para riego se
usó en cultivos de más alto valor económico como
la caña de azúcar y los cítricos (Fannin, 2002).
Australia adoptó un Plan de Sequía Nacional
en 1992 que se reafirmó en 1994 y fue revisado en
1997 (White y Karssies, 1999). Por un lado, el plan
incentiva a los agricultores y a los ganaderos para
que adopten sus propias medidas en el manejo de
la sequía. Esto incluye por ejemplo, la recolección
de agua de lluvia en sus campos. Por otro lado,
aporta a los agricultores una especie de seguro en
forma de apoyo económico en casos de condicio-
nes de sequía severas y prolongadas. El Ministro
de Agricultura, Pesca y Bosques de la Common-
wealth tiene que declarar oficialmente que algunas
áreas están experimentando circunstancias excep-
cionales de sequía (CES). En ese momento, los
agricultores pueden recibir ayudas económicas.
Los criterios para aplicar las CES incluyen las condi-
ciones meteorológicas, agronómicas, ganaderas y
ambientales, el suministro de agua y la importancia
del evento, así como el ingreso neto de la explota-
ción. La atención en el marco de la Política de Sequía
Nacional se está enfocando ahora en formar a los
agricultores para lograr que aumenten su autocon-
fianza a través de un manejo mejorado más arriesga-
do. Los Sistemas Informáticos deApoyo a la toma de
Decisiones forman parte de las herramientas para
ayudar a los agricultores (White y Karssies, 1999).
Los planes de manejo integrados, racionales y
efectivos de la sequía con la ayuda de Sistemas de
Apoyo de Decisión son también recomendados en
Atenas, la capital de Grecia (Karavitis, 1999). El su-
ministro de agua en Atenas se hace gracias a una se-
rie de embalses situados a unos 190 km al oeste de
la ciudad. Grecia se vio afectada por una severa se-
quía entre 1990 y 1993. La situación se tornó tan
desesperada que en agosto de 1993 se anunció que
las reservas de agua para Atenas sólo durarían hasta
el 3 de octubre. "El mayor problema en el caso de
Atenas no ha sido la falta de técnicas específicas pa-
ra el manejo y planificación de la sequía, sino la fal-
ta de estrategias integrales a través de las cuales la to-
ma de decisiones se hiciera de forma más efectiva y
socialmente justa" (Karavitis, 1999:10). Para abor-
dar racionalmente el manejo del agua en períodos de
sequía, este autor defiende el desarrollo e incorpora-
ción de un sistema experto de manejo de la sequía
que incluya Sistemas deApoyo de Decisión basados
en algoritmos informáticos y técnicas de simulación.
De hecho, es necesario el análisis del sistema
para integrar todas las reservas de agua y todos los
usuarios en un modelo que dé una apreciación glo-
bal y útil con fines de manejo y planificación. La
cooperación entre el sector urbano y agrícola en
cuanto cómo compartir los recursos de agua limita-
dos en los períodos de sequía es importante. Tales
mecanismos deben funcionar de mutuo acuerdo y
deben ponerse en común por adelantado mediante
planes para la sequía (Bruins y Lithwick, 1998).
Moral Ituarte y Giansante (2000) mencionan en un
estudio acerca del área de Sevilla (España) que la
reasignación de agua del sector agrícola al sector
urbano durante los períodos de sequía es una op-
ción posible. Estos autores consideran tal estrategia
flexible, económicamente eficiente y ambiental-
mente acertada. En una investigación realizada por
Sumpsi et al. (1998) se sugiere que los agricultores
estarían de acuerdo en cambiar su estrategia pro-
ductiva y liberar recursos de agua para su uso urba-
no con una compensación de 0.036 euro/m3
.
333
MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA
INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
Através de técnicas más eficaces son posibles
ahorros de agua significativos en los sectores agrí-
colas, industriales y urbanos. Las necesidades de
agua de riego a escala de explotación agraria podrí-
an ser recortadas en un 10-50 %, las industrias po-
drían ahorrar un 40-90 % y las ciudades aproxima-
damente un 30 % sin afectar a la economía o a la
calidad de vida (Postel, 1997). En Israel se desarro-
llaron técnicas de riego por goteo muy eficientes
que permitieron a los agricultores ahorrar un 30%
agua a la vez que aumentaban los rendimientos de
la cosecha.
El “riego responsable” era el tema del primer
congreso de la Asociación Europea de Riego
(AER), celebrado en Sevilla en 1999. El ahorro de
agua y energía en el riego fue uno de los puntos
más importantes tratados en la conferencia. Incluso
el riego por goteo subterráneo puede usarse cuando
el agua es escasa. Esta técnica también es impor-
tante para aplicar las aguas residuales parcialmente
tratadas (Netafim, 2002). La AER ha desarrollado
un Código de Ética del Riego que sería útil en el
manejo de agua de riego, también durante los perí-
odos de sequía.
Para concluir, puede decirse que los ingre-
dientes más importantes para el manejo de agua en
los períodos de sequía abarcan la integración de
una planificación previa con un manejo interactivo
(Bruins y Lithwick, 1998). Dado que seguramente
se producirá un período de sequía, se requiere una
planificación previa para contar con las reservas de
agua necesarias y diversificar el uso de los recursos
hídricos: (1) almacenamiento de agua superficial,
(2) almacenamiento subterráneo, (3) cosecha del
agua de lluvia, (4) reciclaje y purificación de aguas
residuales, (5) desalación de agua de mar. El mane-
jo interactivo requiere mecanismos administrativos
adecuados pata mantener los sistemas de distribu-
ción de agua y dividir el agua disponible entre los
diferentes usuarios de una manera inteligente y éti-
camente apropiada.Aeste respecto, los Sistemas de
Apoyo de Decisión basados en las técnicas de si-
mulación por ordenador pueden ser muy útiles.
Wilhite (2000) desarrolló una metodología
para la planificación de la sequía a escala nacional.
Los períodos de sequía severos pueden requerir
mecanismos de emergencia de manejo de aguas
que necesitan ser desarrollados también por adelan-
tado dentro del contexto gubernamental apropiado
(Bruins y Lithwick, 1998). Se necesita una entidad
para coordinar la planificación y manejo de la se-
quía con claros poderes ejecutivos en términos so-
ciológicos y gubernamentales. Por otra parte, las
competencias y luchas entre los Ministerios y usua-
rios pueden llevar a la paralización de las acciones
(Bruins, 2002b). Por consiguiente, será necesario
formar un cuerpo administrativo supremo para la
planificación y manejo de la sequía incluido en la
Oficina del Presidente, Primer Ministro, Goberna-
dor o Alcalde.
Para terminar, existe la tendencia en el plante-
amiento económico moderno de exprimir al máxi-
mo la agricultura en general y la agricultura de re-
gadío en particular. Es cierto que las necesidades
urbanas de agua han crecido y las reservas de agua
van a menudo muy justas. No obstante, cada go-
bierno debe ser consciente de que la agricultura no
es sólo otro sector comercial industrial. La agricul-
tura produce alimentos y los alimentos tienen un
valor intrínseco que va más allá de su aportación
económica al producto nacional bruto de un país.
Los alimentos y el agua son esenciales. Las reser-
vas mundiales de alimentos son muy reducidas y
los alimentos no puede ser puestos a la venta en el
mercado mundial en cantidades suficientes en
tiempos de una crisis grave. Por consiguiente, la
agricultura local también juega un papel importan-
te en la política para asegurar los alimentos dejando
aparte las consideraciones agrícolas y financieras.
También puede ayudar a conservar los paisajes
agrícolas deseables. Pero los efectos negativos con-
taminantes de la agricultura de regadío deben ser
contenidos mediante un manejo ambiental sosteni-
ble a largo plazo para mejorar la calidad de las
aguas superficiales y subterráneas.
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MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA
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  • 1. INTRODUCCIÓN La sequía es un fenómeno pasivo y no se considera una catástrofe natural propiamente di- cha, pero su impacto puede ser muy severo. La disminución resultante en las reservas de agua causa conflictos de intereses entre los usuarios. Los agricultores piensan en su medio de vida y en la futura viabilidad de sus negocios. Los alcaldes de las ciudades, por otro lado, están preocupados porque puede que no haya agua suficiente dispo- nible para la población. La gente en las zonas ur- banas odian ver que los grifos de sus casas se queden sin agua. Los ambientalistas se preocupan por las condiciones de los cauces naturales y de los lagos. La agricultura de regadío produce alrededor del 40 % de todos los alimentos en el mundo, pero consume en ese proceso aproximadamente el 70 % de los recursos de agua dulce (Postel, 1997). Así pues, hay un vínculo entre la garantía de agua y de alimentos (Bruins, 2000a, 2000b). El consumo ac- tual de agua en la agricultura no es sostenible en muchos casos. Millones de toneladas de grano se producen anualmente por medio de la sobreexplo- tación de acuíferos, particularmente en zonas secas. Los niveles de los acuíferos caen a una velocidad alarmante en algunas partes de la India, Pakistán, China, México, Oriente Medio y África del Norte. Algunos de esos países están muy poblados. En el siglo XXI puede darse una escasez de agua acom- pañada de una falta de alimentos como resultado predecible del desarrollo actual. Esto puede condu- cir a una hambruna en ciertas regiones, incluso a gran escala. La sequía ha de ser tenida en cuenta muy gra- vemente. Es un desastre natural que puede azotar cualquier región climática, pero ocurre más frecuen- temente en zonas secas, incluyendo España (Cabre- ra et al., 1999) y otros países Mediterráneos como Is- rael (Bruins, 1993, 1998, 1999, 2002b). La sequía avanza gradualmente como un efecto acumulativo de precipitaciones por debajo de la media en un área determinada durante un cierto período de tiempo. A pesar de su naturaleza no catastrófica, el impacto causado por la sequía puede ser desastroso. Afecta más a la gente que cualquier otro desastre natural (Wilhite, 2000). La sequía tiene a la vez dimensiones espaciales y temporales pero los límites pueden estar poco definidos. No es siempre fácil determinar el co- mienzo y el término de una sequía.Apesar de eso, la sequía debe ser claramente definida (Wilhite and Glantz, 1985), de otro modo, su manejo mediante planes gubernamentales no es posible. La caracteri- zación de la sequía debería ser específica para cada región teniendo en cuenta su impacto y manejo. La formación de reservas de agua es el elemen- to activo más importante para el manejo del agua en períodos de sequía. Estos son los tres caminos prin- cipales para almacenar agua en relación con el riego: (1) almacenamientos superficiales, (2) almacena- mientos subterráneos y (3) cosecha de agua de llu- via. Otras fuentes de agua de riego adicionales pero no convencionales incluyen (4) el reciclaje de las aguas urbanas residuales y (5) la desalación de agua subterránea salinizada o del agua del mar. La viabili- dad de las últimas opciones en el sector agrícola de- pende de los costes y beneficios. Pero el tratamiento de las aguas residuales urbanas es una necesidad si se quiere preservar la calidad de las aguas subterrá- neas, de las aguas fluviales y de las aguas marinas. 327INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003 Ben-Gurion University of the Negev, Jacob Blaustein Institute for Desert Research. Department Man in the Desert Sede Boker Campus 84990, Israel Tel: 972-8-659-6863 Fax: 972-8-659-6867 E-mail: hjbruins@bgumail.bgu.ac.il Manejo del Agua en Períodos de Sequía Hendrik J. Bruins Seminario Internacional Agua de Riego: Aspectos para debate Córdoba, España, 25-27 de Noviembre de 2002
  • 2. Uso del agua y de las tierras de cultivo en los países Mediterráneos España es el mayor consumidor de agua por cabeza en Europa y en toda la región Mediterránea (Tabla 1). Aún así, el uso de agua en California, que también tiene un clima Mediterráneo, es mayor que en España. Este Estado consume unos 48 mil millo- nes de metros cúbicos de agua por año (Roos, 1998), teniendo menos población que España. Los países europeos de clima templado pueden confiar más en una agricultura sólo abastecida por la lluvia o de se- cano y las necesidades de riego son mucho menores. La agricultura de regadío es la principal causa del mayor consumo de agua por cabeza en los países Mediterráneos debido a una menor aportación de lluvia en verano y a una mayor evapotranspiración anual comparado con el centro y noroeste de Europa. España tiene la menor cantidad de agua por cabeza del norte de la cuenca Mediterránea. Ade- más, los ríos originados en España aportan una can- tidad media anual de 17 mil millones de m3 de agua a su vecina Portugal lo que supone el 16 % de los recursos hídricos internos anuales renovables (Ta- bla 1). De entre los países Mediterráneos, Turquía es la que exporta anualmente mayor cantidad de agua a otras naciones, 69 mil millones de m3 , lo que corresponde a alrededor del 37 % de sus recursos hídricos internos (Tabla 1). Turquía ha construido grandes presas en los últimos años enmarcados en el Proyecto Anatolia Sur-oriental con la finalidad de almacenar extraordinarias cantidades de agua superficial (Bruins, 2002a). Israel cuenta, con mucho, con la menor canti- dad de recursos hídricos por cabeza de los países mencionados en la Tabla 1. El uso de agua por ca- beza es también menor en Israel aún cuando el por- centaje de tierras en regadío es mayor que en Espa- ña, 49 y 17 % respectivamente (Tabla 2). Esto im- plica claramente que la aplicación de agua en la agricultura de regadío es más eficiente en Israel que en España. El riego por goteo se inventó en Israel y este país ha llegado a tener un gran prestigio gra- cias a sus sistemas de riego (Netafim, 2002). Aun- que el manejo del agua de riego a escala de usuario está entre uno de los mejores del mundo, el realiza- do en el ámbito nacional es desacertado pues Israel bombeó demasiada cantidad de su agua renovable anual. El país está soportando en la actualidad una crisis de agua ya que tanto sus aguas subterráneas como las superficiales del lago Kinneret están bajo mínimos (Bruins, 1993, 1998, 1999, 2002b). 328 Hendrik J. Bruins INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003 País España Francia Italia Grecia Turquía Israel Egipto Recursos hí- dricos reno- vables (109 m3 ) 94.3 164.5 187.0 55.7 124.1 2.2 58.1 Uso de agua (109 m3 ) 45.9 43.7 56.2 7.0 23.8 1.9 56.4 Recursos hí- dricos internos renovables (109 m3 ) 110.3 170.0 179.4 45.2 186.1 1.7 2.6 Volumen fluvial importado de otros países (109 m3 ) 1.0 15.0 7.6 13.5 7.0 0.5 55.5 Volumen fluvial ex- portado a otros países (109 m3 ) 17.0 20.5 0.0 3.0 69.0 0.0 0.0 Recursos hí- dricos por cabeza (m3 ) 2840 3300 3280 5840 3460 470 1110 Uso de agua por cabeza (m3 ) 1188 778 996 721 433 410 1028 Tabla 1. Recursos y usos de agua en países Mediterráneos. País España Francia Italia Grecia Turquía Israel Egipto Tierras de cultivo totales (103 hect.) 20345 19119 12033 3924 27885 433 2585 Tierras de secano (103 hect.) 16985 17959 8993 2734 25665 219 0 Tierras de regadío (103 hect.) 3360 1160 3100 1190 2220 214 2585 Porcentaje de tierras de secano 84 94 74 70 92 51 0 Porcentaje de tierras de regadío 17 6 26 30 8 49 100 Tabla 2. Tierras de secano y regadío en los países Mediterráneos. Fuente: Gleick, 1993; Correia, 1999.
  • 3. En la Tabla 2 se puede apreciar que Italia y Grecia tienen un mayor porcentaje de tierras en re- gadío que España pero menos que Israel y Egipto. El mayor porcentaje de tierras de secano en la Tabla 2 corresponde a Francia, siendo del 94 %, lo cual está íntimamente unido al clima templado húmedo de la mayoría del país. El clima extremadamente árido de la mayor parte de Egipto hace que la agri- cultura de secano sea imposible. Por ello, Egipto tiene desde tiempo inmemorial el mayor porcentaje de tierras en regadío, esto es, el 100 %. Recibe prácticamente toda su agua de fuentes externas por medio del río Nilo. A pesar de su clima extremada- mente árido, Egipto tiene el segundo mayor uso de agua por cabeza de entre los países Mediterráneos. Almacenamiento de agua superficial España tiene la infraestructura hidráulica más extensa en Europa. El almacenamiento de agua su- perficial por medio de la construcción de presas se ha convertido en la primera estrategia en España pa- ra crear reservas de agua como un colchón para su uso en el período de sequía estival, en años secos y para transvasar agua desde regiones más húmedas a otras más secas. De este modo, la superficie agríco- la se expande y la producción se intensifica. Estas estrategias son también importantes en California. De todas formas, España y California no lle- gan a ser inmunes a la sequía a pesar del gran in- cremento en almacenamientos de agua superficial. Los largos períodos de sequía en los 90 provocaron severas crisis de agua en España. El abastecimien- to de agua urbana fue restringido en el período de 1991 a 1995, afectando a más de 11 millones de personas. Las ciudades del este y sur de España es- tuvieron particularmente afectadas debido a los cortes de suministro y a los problemas en la calidad del agua (Cabrera, 1997; Cabrera et al., 1999; del Moral Ituarte y Giansante, 2000). Las pérdidas económicas en el sector de la agricultura debidas a la sequía se estimaron en 4363 millones de euros, unos 4.700 millones de US$ (Consejo Económico y Social, 1996:22). Existía una amenaza real de que las escasas reservas de agua se terminarían en el verano de 1996, pero un invierno lluvioso mejoró esa situación desesperada (Cabrera et al., 1999). Aun así, los extensos alma- cenamientos de aguas superficiales no hicieron que España fuera inmune al impacto de la sequía. Lo mismo puede decirse de California, donde se construyeron 155 grandes reservas de agua su- perficial con una capacidad de almacenamiento to- tal de 52 mil millones de metros cúbicos. Los sec- tores agrícolas y urbanos normalmente consumen aproximadamente 42 mil millones de metros cúbi- cos de agua por año en California, mientras que se necesitan otros 6 mil millones de metros cúbicos para que se cumplan los niveles de calidad del agua a la salida del delta de Sacramento-San Joaquín (Roos, 1998). La cantidad de agua superficial es só- lo ligeramente superior a la media anual de agua demandada en ese Estado. La sequía que tuvo lugar entre 1987 y 1992 puso en evidencia los límites de la capacidad de respuesta del almacenamiento. La escasez se empe- zó a notar a partir del cuarto año de sequía, 1990, y particularmente en el quinto, 1991, cuando se ago- tó la mayor parte de la reserva de agua superficial útil. Sin embargo, las lluvias extraordinariamente copiosas de Marzo de 1991 “convirtieron una situa- ción desesperada en una manejable” (Roos, 1998:290). Almacenamiento de aguas subterráneas. Los planes para mitigar la sequía requieren flexibilidad en los sistemas de almacenamiento de agua. La combinación apropiada de almacena- miento de agua superficial con almacenamiento de agua subterránea añadirá seguridad al abasteci- miento de agua en caso de una sequía prolongada. En España queda aún mucho por hacer en cuanto a investigación sobre aguas subterráneas y a su apli- cación para abastecer a los sectores agrícola y urba- no, así como para su apropiada integración con el almacenamiento de aguas superficiales. Sin embar- go, la sobreexplotación de las aguas subterráneas en Israel y en otros países pone de manifiesto que será difícil de mantener una reserva suficiente de agua subterránea para su uso en tiempos de sequía si no se lleva a cabo una política de aguas eficiente a escala nacional. 329 MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003 1986 33.00 119 1987 23.34 84 1988 18.29 66 1989 20.62 74 1990 16.74 60 1991 17.00 61 1992 15.63 56 Agua superficial m3 x 109 % de la media histórica Tabla 3. Cantidades almacenadas en las 155 grandes embalses superficiales en California el 1 de Octubre, al princi- pio de la campaña. Nota: No se trata de años naturales sino de lluvia anual recogida de Octubre a Septiembre. Por ejemplo, el año 1987 va desde el 1 de Octu- bre del 86 hasta el 30 de Septiembre del 87. Fuente: Roos, 1998.
  • 4. Varios países han optado por soluciones rápi- das para suministro de agua a corto plazo por me- dio de las aguas subterráneas durante las últimas dos o tres décadas del siglo XX. En las zonas secas del norte de China, el nivel de las aguas subterráne- as está cayendo aproximadamente un metro cada año en las grandes áreas agrícolas de regadío. En la mayor parte de la región de Punjab en India, que es la principal suministradora de alimentos de la na- ción, los niveles de las aguas subterráneas están ba- jando 20 cm cada año (Postel, 1997). La extracción de agua de los acuíferos subterráneos en India ex- cede en más del doble la recarga natural por lluvia. Los lagos y ríos se secan a medida que continúan disminuyendo los niveles de las aguas subterráne- as, mientras el suministro de agua al sector urbano se ve afectado negativamente. Eventualmente, a medida que los pozos producen cada vez menos agua, los costes de explotación han aumentado de tal forma que el sistema entero puede derrumbarse. La India podría perder más de 25% de su produc- ción total de alimentos como resultado de continuar con las prácticas actuales (Seckler, Barker y Ama- rasinghe, 1999). Un colapso del sistema de esa magnitud podría tener repercusiones en la seguri- dad de los recursos de agua y alimenticios. El ham- bre a gran escala que se desarrollaría en el siglo XXI podría conllevar una gran inestabilidad políti- ca (Bruins, 2000a, 2000b). Israel tiene un clima más seco que España. El potencial de almacenamiento de agua superficial en Israel es, por consiguiente, considerablemente más pequeño. Las aguas subterráneas han sido la princi- pal vía de aprovisionamiento de agua en Israel, aun- que el agua del Lago Kinneret también tiene un pa- pel importante. El agua del lago se bombea al sur del país a través del Sistema Nacional de Conducción de Aguas (Schwartz, 1990; Bruins, 1998, 1999). El desarrollo único en Israel de un sistema de suministro de agua centralizado controlado por el go- bierno no previno la sobreexplotación de los recursos de agua (Bruins, 2002b). La superficie regada au- mentó de 17.000 ha en 1948 a aproximadamente 205.700 ha en 1990. Se extrajo demasiada agua de los recursos subterráneos durante los años setenta y ochenta, particularmente para su uso en el sector agrícola. Hay razones políticas para esta tendencia ya que el Ministro deAgricultura es el que por ley to- maba las decisiones relativas a asuntos de aguas. Las reservas de agua en los acuíferos se agotaron gra- dualmente ya que la extracción era mayor que la re- carga natural y artificial. El declive en los niveles de agua en los dos principales acuíferos se vio acompa- ñado de un deterioro en la calidad del agua. Cosecha de agua de lluvia La superficie de agricultura de secano es muy importante en muchos países mediterráneos (Tabla 2). Aproximadamente el 84 % de todas las tierras de cultivo en España son de secano. Además del uso de aguas superficiales y subterráneas para au- mentar el suministro de agua en años de sequía, hay técnicas que pueden usarse a menudo a escala de finca para captar el agua de lluvia local, es decir, la cosecha de agua de lluvia. Ese agua puede almace- narse directamente en el perfil del suelo, particular- mente si los suelos son suficientemente profundos y con una textura arcillosa, o en cisternas o depósi- tos. Los árboles frutales pueden formar un sistema radicular profundo para utilizar este agua almace- nada en el subsuelo en tiempos de sequía. Pero tam- bién otros cultivos se pueden beneficiar enorme- mente de la incorporación, además de la lluvia di- recta, de agua de escorrentía al suelo. En el sudeste de España, la cosecha de agua de lluvia se ha usado tradicionalmente en áreas con po- ca lluvia, caracterizadas por una precipitación anual entre 200 y 300 mm. Tres sistemas principales pue- den distinguirse (Giráldez et al., 1988): (1) cañada, (2) boquera, (3) acequia de cañón. Aunque muchas de esas fincas han sido abandonadas debido a los cambios socio-económicos, el principio de cosecha 330 Hendrik J. Bruins INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003 Fuente Aguas subterráneas Aguas de reciclaje* Desalación Reservas TOTAL España (106 m3 /año) 5532 230 94 39175 45034 España % 12,3 0.5 0.2 87 100 Israel (106 m3 /año) 1000 250 5 750 2005 Israel % 50 12 0.002 37 99 Tabla 4. Uso medio anual de agua según el tipo de fuente en España e Israel *Sólo aguas recicladas directamente. La reutilización de caudales de retorno no se contempla. Fuente: Ministerio de Medio Ambiente, 1998:205, citado por Vergés, 1999; Schwarz, 1990; Bruins, 1998, Water Commission, 1998. (Las reser- vas en Israel incluyen el lago Kinneret, las aguas superficiales del río Jordan y unos 160 millones de m3 /año de presas en corrientes efímeras).
  • 5. de agua de lluvia todavía es válido y puede usarse como una aproximación moderna para el manejo de la sequía basado en el aumento del suministro de agua a partir de múltiples recursos hídricos. En el desierto de Negev en Israel, la cosecha de agua de lluvia se desarrolló hace ya 3000 años en un área con una media anual de precipitaciones de sólo 100 mm. Todos los sistemas de recolección de agua se caracterizan por un área de producción de escorrentía y otro área que recibe dicha escorrentía con suelos aceptables para la agricultura. Estudios recientes han aportado un considerable conocimien- to sobre la recolección de agua de lluvia en el Negev (Evenari et al., 1971). Es posible distinguir cinco sistemas diferentes (Bruins et al., 1986): (1) sistema de micro-cuencas, (2) sistema de terrazas de cauce seco (wadi), (3) sistema de canalización de ladera, (4) sistema Liman, (5) sistema de derivación. Las micro-cuencas son aquellas que tienen una trayectoria del flujo de escorrentía de menos de 100 m desde la cuenca productora de escorrentía hasta el área de recepción de dicha escorrentía (Bo- ers y Ben-Asher, 1982). Son posibles distintos tipos de diseño de micro-cuencas, dependiendo de la ge- omorfología del paisaje. Tales sistemas se encuen- tran en paisajes bastante llanos con formas de cua- drados, rectángulos, semi-circulares o terrazas lon- gitudinales siguiendo las curvas de nivel (Bruins et al., 1986). Una ventaja significativa de las micro- cuencas es la alta producción de escorrentía especí- fica comparada con otras cuencas mayores (Shanan y Tadmor, 1976). El sistema de terrazas de cauce seco consiste en un canal seco con suelos francos apropiadas para cultivar en el que se han construido una serie de di- ques de contención. El canal seco está a menudo dispuesto en terrazas de longitud considerable, mientras las pendientes producen el agua de esco- rrentía durante los sucesos de lluvia. Cada terraza se llenará del agua de escorrentía hasta la altura del vertedero en el dique de contención. Como conse- cuencia, el agua se infiltra y se almacena en el perfil del suelo usado por las raíces de la planta. Se pue- den usar cauces pequeños y medianos con este mé- todo, porque los que son demasiado grandes sufren inundaciones importantes que normalmente arras- tran grava y erosionan los profundos suelos francos. El sistema de canalización de ladera tiene su origen en el Negev donde las laderas son bastante largas en tanto que las rocas y las características del suelo de las pendientes hacen que se infiltre una gran cantidad de agua de escorrentía. Este agua no llega al valle en el que están las terrazas de cultivo. La construcción de canalizaciones en las laderas de las colinas, dispuestas próximas unas a otras, posi- bilita la recolección de más agua de escorrentía de dichas laderas y la dirige hacia los campos en el va- lle. La explicación hidrológica para este sistema se basa en que la escorrentía normalmente se produce a una baja velocidad mientras que con las canaliza- ciones el flujo es mucho más rápido. Las canaliza- ciones en las laderas recolectan la escorrentía y la convierten en un caudal canalizado, de este modo, llega más agua a los campos (Bruins et al., 1986). El sistema Liman ha sido desarrollado recien- temente en el Negev y normalmente se diseña en valles anchos con suelos de textura franca y pro- fundos. Se construye un dique de tierra, de aproxi- madamente un metro de alto, alrededor de una su- perficie llana de tierra a la que un pequeño cauce seco llevará el agua de escorrentía durante las pre- cipitaciones. Un vertedero, normalmente de hormi- gón, forma parte del dique para regular el exceso de agua. El apelativo "Liman" viene de la palabra grie- ga "limne" que significa lago. De hecho, un siste- ma Liman parece como un pequeño lago después de un período de lluvias con escorrentía. El agua se infiltra en el subsuelo después de unos días dónde permanecerá almacenada durante mucho tiempo y podrá ser usada por las raíces de la planta. El sistema de derivación se usa en áreas don- de el cauce seco se corta justo por debajo del nivel de la llanura del valle adyacente. El canal de des- viación se diseña con una pendiente menor que la existente en el cauce seco y en el valle. La toma del canal de derivación se toma por debajo del nivel del lecho del cauce. Desde este punto el canal de des- viación desciende con una pendiente menor que la del cauce del arroyo y alcanzará la superficie del valle de forma gradual después de una cierta dis- tancia, por simple trigonometría. A partir de este punto, se pueden diseñar los campos en el valle con terrazas y vertederos para usar los caudales de in- undación derivados por medio del canal para fines de riego. Otra posible opción a escala de parcela usada en el norte de Israel es almacenar el agua del canal de derivación en canteros de superficie relati- vamente grandes. En Kfar Yehoshua, por ejemplo, hay tres balsas que pueden retener un millón de me- tros cúbicos de agua derivada. Este agua se usa en modernos sistemas de riego por aspersión y goteo. Incluso en años de sequía la cantidad de agua deri- vada puede ser significativa, permitiendo el riego mediante el agua almacenada localmente. 331 MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
  • 6. Reciclaje de aguas residuales urbanas El desarrollo urbano lleva cada vez más a la producción de aguas residuales domésticas. El su- ministro de agua a las ciudades por medio de con- ducciones cerradas normalmente continúa incluso en los períodos de sequía. Por ello, las aguas resi- duales tienden a ser un recurso fiable incluso en años secos. Los gestores del agua deben considerar las aguas residuales como un recurso real que no debe ser desperdiciado. La importancia del tratamiento y purificación de las aguas residuales urbanas puede explicarse por cuatro razones: Las aguas residuales urbanas necesitan ser al- macenadas y purificadas por razones de salud pública. No se debe permitir que las aguas de alcantari- llado urbano fluyan libremente a la superficie, contaminando arroyos, aguas superficiales, aguas subterráneas y el mar. Las aguas residuales urbanas tratadas pueden usarse con éxito en la agricultura. Las aguas residuales urbanas pueden conside- rarse como un recurso fiable para ser utilizado como agua de riego en épocas de sequía. El reciclado de aguas residuales urbanas se lle- va normalmente a cabo por medio de balsas de oxi- dación, para eliminar y purificar los desechos bioló- gicos. El agua tratada se puede usar entonces en la agricultura. Sin embargo, las sales y otros productos químicos no son eliminados por este método. Existe la creciente preocupación de que el uso continuado de tales aguas purificadas parcialmente podría cau- sar salinización y contaminación de suelos agríco- las. Es por ello que son requeridos a menudo méto- dos más completos para purificar y reciclar el agua de una manera sostenible, usando membranas y téc- nicas similares a la desalación por ósmosis inversa. La necesidad de purificar las aguas residuales urbanas es más que la mera búsqueda de una fuen- te alternativa de agua para riego. Es una necesidad vital para el manejo ambiental. Desalación de agua de mar para el sector urbano. Aporte indirecto de aguas residuales urbanas recicladas a la agricultura El precio del agua de mar desalada es nor- malmente demasiado alto para su uso agrícola. El sector urbano en la mayoría los países desarrolla- dos puede pagar fácilmente el precio del agua más caro. Por lo que se refiere al manejo de la sequía, sería una política excelente incentivar cada vez más el uso de agua de mar desalada para el sector urba- no. Parece haber varias ventajas significativas: El agua del mar es un recurso ilimitado de agua también durante períodos intensos de sequía. El sector urbano no necesita sufrir restricciones de agua en años de sequía si el agua requerida puede proporcionarse por medio del agua de mar desalinizada. Los depósitos de agua superficial y subterránea pueden mantenerse con niveles más altos si la demanda del sector urbano se reduce como re- sultado de la desalación de agua de mar. Las grandes reservas de agua convencionales aumentarán la seguridad de suministro de agua para el sector agrícola en años de sequía, ya que habrá más agua disponible para riego. Finalmente, el agua de mar desalada usada por el sector urbano, podrá estar también disponible para el sector agrícola en forma de aguas resi- duales tratadas. Manejo del agua en períodos de sequía: discusión y conclusiones Sicilia y otras partes de Italia sufrieron proble- mas de agua durante el verano de 2002, lo cual se debió en parte a la sequía. Los agricultores sicilia- nos estaban muy enfadados y bloquearon los cami- nos, mientras los residentes de Palermo llevaron a cabo protestas después de que se quedaran sin agua en sus casas durante días (D'Emilio, 2002). Este ca- so pone de manifiesto la complejidad de las causas y efectos en el manejo del agua. Por un lado, la re- petida sequía y la disminución de precipitaciones en Italia en los últimos 10 años se toman como las principales causas de los problemas de suministro de agua. Por otro lado, muchas de las tuberías de agua en Italia, que datan de los años veinte, están perdiendo agua y no se han actualizado. Se estima que aproximadamente 40% del agua conducida por sistemas de tuberías para los sectores urbano y agrí- cola, se pierden por fugas. Se culpa a la corrupción, mala administración e infiltración de la Mafia en los trabajos públicos (D'Emilio, 2002). 332 Hendrik J. Bruins INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003 · · · · · · · · ·
  • 7. El caso anterior acentúa la gran importancia de un gobierno adecuado para que el manejo del agua sea acertado. Es más, el agua debe tener el precio correcto en relación a su valor. El manteni- miento de tuberías de alta calidad y la conservación de reservas de agua suficientes para los períodos de sequía se relaciona obviamente con el precio de agua. Sin embargo, uno tiene que ser realista y en- tender que hay realmente limitaciones en el manejo del agua en los períodos de sequía, particularmente en la agricultura de secano. Aproximadamente el 74% de la agricultura en Italia es de secano y el 84% en España. El impacto de la sequía en la agri- cultura de secano es difícil de evitar con un manejo sostenible del agua, ya que es imposible proporcio- nar el agua de riego a todas estas áreas agrícolas de secano. Simplemente, no es posible un almacena- miento de agua suficiente en las áreas semiáridas y sub-húmedas para proporcionar los riegos de apoyo en todas las tierras de secano. Es necesario tener una reserva de dinero y alimentos en estos casos para mitigar los efectos de la sequía. La sequía en Texas durante la campaña del 2002 causó un severo daño en la agricultura, tenien- do como resultado unas pérdidas económicas esti- madas en 316 millones de $. Las lluvias en el sur de Texas durante el período crítico desde marzo a ma- yo fueron solamente el 27 % de la precipitación me- dia. Se vieron particularmente afectados los produc- tores de trigo, que perdieron 110 millones de $. Los daños económicos a otros cultivos incluyen el algo- dón (95 millones), maíz (20 millones), sorgo (60 millones) y pastizales (15 millones). La mayoría de estos cultivos son de secano, porque el agua de rie- go está limitada, ya que las reservas estaban a un ni- vel muy bajo. El poco agua disponible para riego se usó en cultivos de más alto valor económico como la caña de azúcar y los cítricos (Fannin, 2002). Australia adoptó un Plan de Sequía Nacional en 1992 que se reafirmó en 1994 y fue revisado en 1997 (White y Karssies, 1999). Por un lado, el plan incentiva a los agricultores y a los ganaderos para que adopten sus propias medidas en el manejo de la sequía. Esto incluye por ejemplo, la recolección de agua de lluvia en sus campos. Por otro lado, aporta a los agricultores una especie de seguro en forma de apoyo económico en casos de condicio- nes de sequía severas y prolongadas. El Ministro de Agricultura, Pesca y Bosques de la Common- wealth tiene que declarar oficialmente que algunas áreas están experimentando circunstancias excep- cionales de sequía (CES). En ese momento, los agricultores pueden recibir ayudas económicas. Los criterios para aplicar las CES incluyen las condi- ciones meteorológicas, agronómicas, ganaderas y ambientales, el suministro de agua y la importancia del evento, así como el ingreso neto de la explota- ción. La atención en el marco de la Política de Sequía Nacional se está enfocando ahora en formar a los agricultores para lograr que aumenten su autocon- fianza a través de un manejo mejorado más arriesga- do. Los Sistemas Informáticos deApoyo a la toma de Decisiones forman parte de las herramientas para ayudar a los agricultores (White y Karssies, 1999). Los planes de manejo integrados, racionales y efectivos de la sequía con la ayuda de Sistemas de Apoyo de Decisión son también recomendados en Atenas, la capital de Grecia (Karavitis, 1999). El su- ministro de agua en Atenas se hace gracias a una se- rie de embalses situados a unos 190 km al oeste de la ciudad. Grecia se vio afectada por una severa se- quía entre 1990 y 1993. La situación se tornó tan desesperada que en agosto de 1993 se anunció que las reservas de agua para Atenas sólo durarían hasta el 3 de octubre. "El mayor problema en el caso de Atenas no ha sido la falta de técnicas específicas pa- ra el manejo y planificación de la sequía, sino la fal- ta de estrategias integrales a través de las cuales la to- ma de decisiones se hiciera de forma más efectiva y socialmente justa" (Karavitis, 1999:10). Para abor- dar racionalmente el manejo del agua en períodos de sequía, este autor defiende el desarrollo e incorpora- ción de un sistema experto de manejo de la sequía que incluya Sistemas deApoyo de Decisión basados en algoritmos informáticos y técnicas de simulación. De hecho, es necesario el análisis del sistema para integrar todas las reservas de agua y todos los usuarios en un modelo que dé una apreciación glo- bal y útil con fines de manejo y planificación. La cooperación entre el sector urbano y agrícola en cuanto cómo compartir los recursos de agua limita- dos en los períodos de sequía es importante. Tales mecanismos deben funcionar de mutuo acuerdo y deben ponerse en común por adelantado mediante planes para la sequía (Bruins y Lithwick, 1998). Moral Ituarte y Giansante (2000) mencionan en un estudio acerca del área de Sevilla (España) que la reasignación de agua del sector agrícola al sector urbano durante los períodos de sequía es una op- ción posible. Estos autores consideran tal estrategia flexible, económicamente eficiente y ambiental- mente acertada. En una investigación realizada por Sumpsi et al. (1998) se sugiere que los agricultores estarían de acuerdo en cambiar su estrategia pro- ductiva y liberar recursos de agua para su uso urba- no con una compensación de 0.036 euro/m3 . 333 MANEJO DEL AGUA EN PERÍODOS DE SEQUÍA INGENIERÍA DEL AGUA · VOL. 10 · Nº 3 SEPTIEMBRE 2003
  • 8. Através de técnicas más eficaces son posibles ahorros de agua significativos en los sectores agrí- colas, industriales y urbanos. Las necesidades de agua de riego a escala de explotación agraria podrí- an ser recortadas en un 10-50 %, las industrias po- drían ahorrar un 40-90 % y las ciudades aproxima- damente un 30 % sin afectar a la economía o a la calidad de vida (Postel, 1997). En Israel se desarro- llaron técnicas de riego por goteo muy eficientes que permitieron a los agricultores ahorrar un 30% agua a la vez que aumentaban los rendimientos de la cosecha. El “riego responsable” era el tema del primer congreso de la Asociación Europea de Riego (AER), celebrado en Sevilla en 1999. El ahorro de agua y energía en el riego fue uno de los puntos más importantes tratados en la conferencia. Incluso el riego por goteo subterráneo puede usarse cuando el agua es escasa. Esta técnica también es impor- tante para aplicar las aguas residuales parcialmente tratadas (Netafim, 2002). La AER ha desarrollado un Código de Ética del Riego que sería útil en el manejo de agua de riego, también durante los perí- odos de sequía. Para concluir, puede decirse que los ingre- dientes más importantes para el manejo de agua en los períodos de sequía abarcan la integración de una planificación previa con un manejo interactivo (Bruins y Lithwick, 1998). Dado que seguramente se producirá un período de sequía, se requiere una planificación previa para contar con las reservas de agua necesarias y diversificar el uso de los recursos hídricos: (1) almacenamiento de agua superficial, (2) almacenamiento subterráneo, (3) cosecha del agua de lluvia, (4) reciclaje y purificación de aguas residuales, (5) desalación de agua de mar. El mane- jo interactivo requiere mecanismos administrativos adecuados pata mantener los sistemas de distribu- ción de agua y dividir el agua disponible entre los diferentes usuarios de una manera inteligente y éti- camente apropiada.Aeste respecto, los Sistemas de Apoyo de Decisión basados en las técnicas de si- mulación por ordenador pueden ser muy útiles. Wilhite (2000) desarrolló una metodología para la planificación de la sequía a escala nacional. Los períodos de sequía severos pueden requerir mecanismos de emergencia de manejo de aguas que necesitan ser desarrollados también por adelan- tado dentro del contexto gubernamental apropiado (Bruins y Lithwick, 1998). Se necesita una entidad para coordinar la planificación y manejo de la se- quía con claros poderes ejecutivos en términos so- ciológicos y gubernamentales. Por otra parte, las competencias y luchas entre los Ministerios y usua- rios pueden llevar a la paralización de las acciones (Bruins, 2002b). Por consiguiente, será necesario formar un cuerpo administrativo supremo para la planificación y manejo de la sequía incluido en la Oficina del Presidente, Primer Ministro, Goberna- dor o Alcalde. Para terminar, existe la tendencia en el plante- amiento económico moderno de exprimir al máxi- mo la agricultura en general y la agricultura de re- gadío en particular. Es cierto que las necesidades urbanas de agua han crecido y las reservas de agua van a menudo muy justas. No obstante, cada go- bierno debe ser consciente de que la agricultura no es sólo otro sector comercial industrial. La agricul- tura produce alimentos y los alimentos tienen un valor intrínseco que va más allá de su aportación económica al producto nacional bruto de un país. Los alimentos y el agua son esenciales. Las reser- vas mundiales de alimentos son muy reducidas y los alimentos no puede ser puestos a la venta en el mercado mundial en cantidades suficientes en tiempos de una crisis grave. Por consiguiente, la agricultura local también juega un papel importan- te en la política para asegurar los alimentos dejando aparte las consideraciones agrícolas y financieras. También puede ayudar a conservar los paisajes agrícolas deseables. Pero los efectos negativos con- taminantes de la agricultura de regadío deben ser contenidos mediante un manejo ambiental sosteni- ble a largo plazo para mejorar la calidad de las aguas superficiales y subterráneas. BIBLIOGRAFÍA Boers, Th.M. y Ben-Asher, J. (1982) A review of rainwater harvesting.AgriculturalWaterManagement5:145-158. Bruins, H.J (1993) Drought risk and water management in Is- rael: Planning for the future. En Wilhite, D.A. (Ed.) DroughtAssessment, Management and Planning:The- ory and Case Studies. Kluwer Academic Publishers, Boston, pp. 133-155. Bruins, H.J. (1998) Gestión de sequías de suministro de agua en Israel. En Cabrera, E. y García-Serra, J. (Eds.) Ges- tión de Sequías en Abastecimientos Urbanos. 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