2. La tecnología juega un papel fundamental en
nuestras vidas, es un hito en constante evolución. La
usamos en cada contexto de nuestro día a día, sin
mucha reflexión.
Es tal la
transformación, que
ahora inadaptado es
aquel que no sepa
usar un ‘smartphone’
(ya ni hablar de un
ordenador). Autista el
que no tenga
‘Whatsapp’. Y
malhechor el que siga
imprimiendo en
papel.
3. Volviendo a la tecnología, seguimos
dependiendo cada vez más de ella. Que
no se mal interprete, la tecnología es
asombrosa, necesaria, útil, eficiente, etc.
Irónicamente, la tecnología se vende para
crear puentes y unir, pero al mismo
tiempo nos separa y nos mal cría.
Mismamente los ‘smartphones’ y las
redes sociales: mientras nos acercan a los
que están lejos, nos separan de los que
están cerca.
Verdaderamente, las nuevas tecnologías
simplifican y hacen las tareas más fáciles.