La Batalla de Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822 en las faldas del volcán Pichincha, cerca de Quito, Ecuador. El general Antonio José de Sucre dirigió las tropas patriotas de 3000 hombres contra el ejército realista español de 2000 hombres comandado por el general José de Aymerich. Luego de una feroz batalla, las tropas de Sucre lograron la victoria sobre los españoles, asegurando así la independencia de Ecuador de dominio español.
La batalla de pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822
Batalla de pichincha
1. BATALLA DE PICHINCHA<br />Antonio José de Sucre y Alcalá, el «Gran Mariscal de Ayacucho» (Cumaná, estado Sucre; Venezuela, 3 de febrero de 1795 – Montañas de Berruecos, La Unión (Nariño); Colombia, 4 de junio de 1830), fue un político, estadista y militar venezolano, prócer de la independencia de Venezuela, así como presidente de Bolivia, Gobernador de Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia y Comandante del Ejército del Sur. Era hijo de una familia acomodada de tradición militar, siendo su padre coronel del Ejército realista. Es considerado como uno de los militares más completos entre los próceres de la independencia suramericana.<br />En este lugar, el 24 de Mayo de 1882, los combatientes de la nación quiteña y los hermanos de otros pueblos de América, comandados por el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, lucharon contra la dominación extranjera y vencieron. En este sitio se inmortalizó el Ejército Ecuatoriano y Abdón Calderon, que herido varias veces se nego a abandonar el campo de batalla. Este es el Templo de la Patria, santuario cívico que inspira y une a los ecuatorianos para defender su heredad, ufanarse de su historia gloriosa y reafirmar su fe en el destino de la patria. En la Sala de armas se encuentra una colección como las que se usaron en Pichincha. Armas blancas, como sables, dagas y puntas de lanza; y fusiles. También documentos, charreteras de Sucre, etc.La Batalla con la que quedó sellada para siempre la independencia de nuestra querida Patria fue la que se llevó a cabo en el Pichincha, el 24 de Mayo de 1822.Los ejércitos patriotas reforzados con las tropas extranjeras, como el Batallón Numancia y el Granaderos, vinieron de la Costa, con dirección a Quito, donde estaban las fuerzas enemigas al mando del General Aymerich. Los ejércitos libertadores, con el General Sucre a la cabeza, llegó a Guayaquil con 700 hombres armados y equipados.Después de organizar sus tropas invadió la sierra con un ejército de 1500 hombres que iba acrecentándose en los pueblos de tránsito con numerosos voluntarios.Varios encuentros sostuvieron en el largo trayecto hacia el interior, obteniendo la victoria unas veces sobre los realistas y soportando otros desastres como el de Huachi, lugar cercano a Ambato.Con la llegada de refuerzos para las tropas libertadoras, Sucre pudo continuar el avance haciendo retroceder a las fuerzas españolas, que se situaron en la loma de Puengasí para resguardar la entrada a Quito.Burlada la vigilancia enemiga y pasando por Los Chillos, Sucre con su ejército de 3000 hombres se propuso marchar hacia el norte de la ciudad para interceptar la llegada de las tropas que venían de Pasto en auxilio de Aymerich. Con este objeto, el 23 de Mayo de 1822 ascendió el ejército patriota por las breñas del Pichincha, sorprendiéndoles la mañana del 24, cuando dominaban la ciudad desde una altura de 3.600 metros.Al darse cuenta de las maniobras ejecutadas por las tropas libertadoras, los realistas ascendieron también por la montaña con el propósito de desalojarlas, produciéndose el formidable encuentro a la vista del pueblo quiteño, que emocionado presenciaba la heroica contienda.El combate resultó furioso y los guerreros de nuestra patria, así como los extranjeros, lucharon con bravura hasta acabar las municiones. Entonces los valientes soldados que querían terminar con la esclavitud entraron a pelear cuerpo a cuerpo. Después de luchar heroicamente, vencieron los patriotas, y Sucre bajó triunfante del Pichincha, mientras los españoles, que durante trescientos años habían dominado en tierras quiteñas, cayeron vencidos para siempre, librándonos definitivamente del yugo español.En la Batalla de Pichincha se distinguió por su bravura y patriotismo un joven Teniente llamado Abdón Calderón.Este soldado que casi era un niño, llevaba la bandera en la gloriosa batalla y con admirable coraje iba siempre adelante gritando ¡Viva la Patria! ¡Viva la independencia! y a pesar de haber recibido varias heridas pedía a los suyos que lucharan sin desmayo hasta obtener la victoria.Los riscos del Pichincha se mancharon con la sangre del más joven y más valiente de los Tenientes de Sucre y con la de otros héroes que perdieron su vida para darnos una patria libre.<br />El 24 de mayo de 1822, en las faldas del Pichincha, Antonio José de Sucre libra la hermosa batalla que dio libertad a Quito. Mientras los realistas se refugian en Quito, abandonando sus posiciones anteriores, el Ejército Libertador ha tenido que ascender hasta las alturas del volcán Cotopaxi y dormir recostado a sus paredes, cubiertas de nieves perpetuas.<br />Como la posición de los realistas en defensa de Quito los hacía muy difíciles de batir, el general Sucre tomó una determinación insólita: ordenó atravesar la ciudad de sur a norte, en horas de la noche, pero escalando los quebraderos del volcán Pichincha, a 4.600 metros de altura. A las nueve de la noche comenzó el ascenso, y a las ocho de la mañana estaban los audaces aventureros en la cima del Pichincha. Abajo estaba Quito; y sus pobladores, unos 60.000, iban a ser testigos de la batalla que les daría la libertad.<br />Este enfrentamiento armado que tuvo lugar, el 24 de mayo de 1822, en las cercanías de Pichincha (en la actualidad, en la provincia homónima de Ecuador), y que supuso el principal avance en la liberación de Ecuador del dominio español. Fue el resultado del fracaso de las conversaciones de paz con el nuevo gobierno constitucional español, de signo liberal, que se negó a aceptar la emancipación, al igual que antes lo habían hecho los absolutistas. Tras la caída de Venezuela en poder de Simón Bolívar, el mariscal Antonio José de Sucre, fiel lugarteniente del Libertador, acudió en ayuda de los sublevados contra los realistas del puerto de Guayaquil, a los que venció en Yahuachí (1821). Al año siguiente, en Pichincha, se produjo el combate entre las tropas independentistas del mariscal Sucre y las tropas del jefe realista José Aymerich, a las cuales vencieron. Con esta victoria, se completó la independencia del territorio que constituía la República de la Gran Colombia, se abrieron las puertas de Quito y se hizo posible la liberación del Perú.<br />Designado Sucre, para mandar el ejército que debía libertar el Departamento de Quito de la dominación española, desplegó allí singulares dotes de administrador, de político y de capitán, y por una de las más bellas campañas que registra la historia militar del Nuevo Mundo completó la independencia de Colombia con la victoria de Pichincha, obtenida en las faldas del volcán de este nombre, no lejos del campo de batalla donde el último de los Pizarros venció y dió muerte al primero de los Virreyes españoles, que intentó proteger los derechos de una raza infeliz víctima de la conquista. Después de dominar, no sin grandes esfuerzos, la brava resistencia de los Pastusos obstinadamente adversos a la causa de la República, Sucre se trasladó a Lima en desempeño de una misión diplomática, que, en verdad no pudo ser confiada a persona más competente, como lo probaron luego los resultados obtenidos. Nada menos que su tino y discreción, su entereza de carácter y su independencia de juicio fueron necesarias en aquellas circunstancias para sacar avantes los intereses de la causa independiente, comprometida y aún puesta en último lugar por las intrigas, las ambiciones desapoderadas y las rivalidades de círculo en que a la sazón hervía la capital del antiguo virreinato. De allí marchó al Sur a cooperar, al frente de una división colombiana, á las operaciones de la campaña de Intermedios dirigida por el general Santacruz, y aunque previó en tiempo el vergonzoso desastre que necesariamente debían producir las numerosas faltas y errores cometidos por este jefe, sólo le fue posible salvar las tropas de su inmediato mando, con lo cual prestó al Perú y a la América entera un gran servicio, pues esas tropas fueron la base del nuevo ejército que debía reparar más tarde tanta ineptitud y desconcierto. Encargado luego del mando de ese mismo ejército por la ausencia del Libertador, que después de la victoria de Junín se trasladó a Lima, maniobró por largos meses al frente del ejército español, hasta llevarlo al memorable campo de batalla donde aquel terminó su carrera<br />La América Hispánica había comenzado a transitar los pasos definitivos hacia su independencia. El virreinato de Nueva Granada había logrado su liberación luego de la batalla de Boyacá, donde Simón Bolívar venció a los realistas, y José de san Martín había hecho lo propio, al liberar Chile, y disponerse a independizar Perú.<br />En Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, se produjo la liberación de esa localidad, que reunió un ejército de casi 2.000 hombres, y en un mes lo puso a disposición de la causa independentista. Triunfaron el 3 de noviembre de 1820, logrando emancipar Cuenca, pero al ser derrotados en Huachi debieron replegarse.<br />En el mes de mayo de 1821, el general Antonio José de Sucre, fue enviado por Bolívar, a cargo de la presidencia de la República de Colombia, para ponerse al frente de las fuerzas que comandarían la liberación de la Real Audiencia de Quito. El objetivo de Bolívar era anexar esos territorios para formar su soñada Gran Colombia, con una América unida. Las tropas de Sucre comenzaron el avance, por Guaranda, en el mes de julio, con resultados no demasiado favorables, debiendo firmar un acuerdo con los realistas, el 19 de noviembre de 1821.<br />El próximo avance se produjo, con 1.700 hombres, en enero de 1822, cruzando los Andes hacia Cuenca, ciudad que se pretendía tomar para interceptar la comunicación entre Quito y Lima, impidiendo la llegada de los refuerzos que los realistas esperaban desde Pasto. <br />Antes, en Saraguro, se habían agregado los refuerzos que envió San Martín desde el Perú, compuestos por 1.200 soldados, chilenos, argentinos y peruanos. Personas de Guayaquil y de la Sierras, conformaron el batallón Yaguachi, pero también participaron en la campaña, algunos disidentes españoles, tropas de venezolanos y colombianos aportados por Bolívar, irlandeses, franceses, y sobe todo ingleses que formaron el batallón Albión. Se destacó la participación de grandes valores militares como el Coronel Morales, el General Mires, el Coronel Santa Cruz y el Coronel José María Córdoba. Cuenca fue tomada el 21 de febrero de 1822, incorporándose a la República de Colombia. El 21 de abril, lograron entrar en Riobamba. El 2 de mayo arribaron a <br />