Miles de personas peregrinaron a Chapi el 1 de mayo para agradecer a la Virgen María por sus bendiciones y cuidados maternales. Los testimonios de los peregrinos incluyen curaciones milagrosas, hijos concebidos después de años de intentos fallidos, y conversiones espirituales. El 8 de mayo, Día de la Madre en Perú, millones de hijos celebrarán a sus mamás por su amor y entrega incondicional a pesar de la distancia o la edad. La sociedad necesita de las madres que enseñan comp
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo 08
de mayo
de 2016
¡Gracias, Mamita! ¡Gracias, Mamás!
¡Gracias, Mamita! Es la exclamación que más ha
resonado en Arequipa el domingo pasado, 1 de
mayo, en que los arequipeños hemos celebrado la
fiesta de la Virgen de Chapi. A pie, en transporte
público o en vehículos particulares, más de
doscientos mil devotos hemos peregrinado a
Chapi o a otros templos o capillas en los que se
venera su imagen, para darle gracias a la Virgen
por sus permanentes cuidados maternales para
con nosotros. Dios ha querido que María sea la
mediadora de todas las gracias que Él nos quiere
dar y los católicos experimentamos esa
mediación. Los testimonios de los peregrinos son
realmente conmovedores: parejas que van a
agradecer a la Virgen por haberles concedido el
hijo deseado durante muchos años y que solos no
habían podido concebir, curaciones de
enfermedades que los mismos médicos creían
incurables, trabajos y recursos materiales que
parecían imposibles de conseguir, y muchos otros
dones entre los cuales destacan numerosísimas
conversiones espirituales de seres queridos o de
los mismos peregrinos. Quienes hemos sido
socorridos por María en situaciones que
humanamente nos parecían no tener salida,
sabemos que nuestra devoción a ella no es
producto de una psicología débil sino que se basa
enhechosconcretosdenuestrahistoria.
¡Gracias, mamita! Será también la exclamación
que hoy resonará en todo el Perú al celebrarse el
Día de la Madre. Millones de hijos saludaremos a
nuestras mamás en cuanto comencemos la
jornada. Los niños se despertarán muy temprano
e irán corriendo a su cama para darles ese
recuerdito que ellos mismos han preparado con
sus manos y que para las mamás tendrán un valor
mucho mayor que la joya más cara que se les
pudiera regalar. Los adolescentes y jóvenes, aun
aquellos que pasan por esa etapa de afirmación de
la propia personalidad que en ciertas ocasiones
los lleva a rebelarse ante la figura materna y
rechazar sus muestras de afecto, procurarán
deponer esa actitud para expresar que, en
realidad, aman a sus mamás y les están
profundamente agradecidos. Las mamás les
responderán con un “gracias hijito”, sin hacerles
demasiadas caricias para que ellos no se sientan
mal. Los adultos, que gracias al transcurso de los
años hemos ido aprendiendo a valorar la entrega
incondicional de nuestras madres, querremos ser
especialmente cariñosos con ellas hoy, aun
sabiendo que tal vez nunca seamos capaces de
valorarlas en toda su dimensión ni de expresarles
lo que realmente las amamos. Ellas recibirán
nuestras palabras y gestos con la misma ilusión
con que escuchaban esas sencillas poesías con
que las despertábamos este día cuando éramos
niños. Los que las tenemos lejos las saludaremos
por teléfono, los que las tienen cerca irán a verlas,
en muchos casos llevándoles a los nietos.
Aquellos que ya nos las tienen en este mundo
llenarán los cementerios de flores, recuerdos y,
porquéno,tambiénlágrimas.
Como dijo el Papa Francisco, una sociedad sin
madres sería una sociedad inhumana, porque las
madres saben testimoniar siempre, incluso en los
peores momentos, la ternura, la entrega, la fuerza
moral. Por eso, con el Papa queremos decirles:
queridísimas mamás, gracias por lo que ustedes
son en la familia y por lo que dan a la Iglesia y al
mundo.
¡Feliz Mes de la Virgen y feliz Día de la
Madre a todas nuestras mamitas!
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa
LA ColumnA
De Mons. Javier Del Río Alba