Este documento presenta un resumen de las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa en la Iglesia Católica, incluyendo el Domingo de Ramos, la Última Cena el Jueves Santo, la Pasión y Muerte de Jesús el Viernes Santo, y la Vigilia Pascual y Resurrección de Cristo el Sábado y Domingo de Pascua. El autor invita a los lectores a participar en estas celebraciones para experimentar la renovación espiritual que Dios ofrece a través de la pasión,
la Eucaristia es una Fiesta-Explicación para niños
Vengan y lo verán
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo 20
de marzo
del 2016
VENGAN Y LO VERÁN
Con el Domingo de Ramos comenzamos hoy
una nueva Semana Santa. Nueva porque será
distinta a las anteriores, ya que si bien las
liturgias y las devociones son las mismas de
siempre, nosotros hemos cambiado. Nuestra
situación personal y social es distinta al año
pasado y los años anteriores. Además, esta
Semana Santa es nueva porque en ella viene
Cristo a hacer nuevas todas las cosas (Isaías
43,19; Apocalipsis 21,5) y si dejamos que Él
p a s e e s t a s e m a n a p o r n o s o t r o s ,
experimentaremos que, como dice san Pablo, el
que está en Cristo es una nueva criatura, pasa lo
viejo y todo es nuevo (2 Corintios 5,17). En
síntesis, en esta Semana Santa Dios quiere
renovarnos y, para eso, nos invita a participar en
las diversas celebraciones litúrgicas y, en
especial,enelTriduoPascual.
Al Triduo Pascual se ingresa a través de la
liturgia de la Institución de la Eucaristía, el
Jueves Santo en la tarde. En ella celebramos la
llamada Última Cena, en la que Jesús, a través
de los signos litúrgicos, anticipa su pasión,
muerte y resurrección. Lo hace en el contexto
de la Pascua judía que conmemora el paso de la
esclavitud de Egipto a la libertad de la Tierra
Prometida, es decir la obra de salvación que
Dios había realizado a favor de su pueblo
elegido. En ese contexto, Jesús se presenta
como el Mesías que viene a dar la vida para
rescatarnos de la esclavitud del pecado y la
muerte e introducirnos en la libertad de los hijos
de Dios.Yasí como Dios alimentó a Israel en el
desierto, Jesús nos deja su cuerpo y su sangre
como alimento que nos nutre y nos sostiene en
nuestra peregrinación por este mundo hasta que
lleguemosalaplenituddelReinodelosCielos.
Ahora bien, lo que Jesús anticipa en los signos
de la Última Cena, lo realiza los días siguientes.
El Viernes Santo Jesús entra en su pasión y
termina muriendo en la Cruz. Gran misterio de
amor. El único Dios verdadero, el que ha creado
todo lo que existe y se ha hecho hombre en el
seno de la Virgen María, muere como todos los
hombres. Aun más, Él, que no cometió pecado,
termina sus días como un pecador, como un
malhechor, clavado en una Cruz. Pero, he aquí
la primera novedad, los termina sin resistirse a
la injusticia que se le estaba haciendo sino
entregándose dócilmente a la muerte y
derramando hasta la última gota de su sangre
para el perdón de nuestros pecados. Por eso, el
Viernes Santo celebramos la liturgia de la
Pasión del Señor y lo adoramos porque con su
santa Cruz quiso redimir al mundo. De esa
manera, venerando la Cruz de Cristo y
reconociendo en nuestra propia cruz el amor de
Dios, entramos con Cristo en la muerte y
contemplamos, en silencio estupefacto, su
descensoalosinfiernos.
Finalmente, el sábado en la noche nos reunimos
para celebrar la gran Vigilia Pascual que nos
introduce en la gran novedad del Domingo de
Resurrección. Vencedor del pecado y de la
muerte, Jesucristo resucita por la potencia del
Espíritu Santo y, con esa misma potencia, nos
hace participes de su victoria y de su vida
divina. ¿No lo creen? ¡Vengan y lo verán! Hace
más de treinta años que yo lo experimento en
cadaSemanaSanta.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa
LA ColumnA
De Mons. Javier Del Río Alba