2. Los que construyen, moldean,
cimientan, siembran y
conducen los conocimientos
fundamentales para el futuro
de los niños y adolescentes,
son maestros dignos
3. Ser maestro digno no es nada
más cubrir un horario de
trabajo, ni cumplir con los
contenidos del programa escolar.
Es ir más allá, ¡Formar gente
provechosa y exitosa!
4. Ser un maestro digno es pulir,
cincelar y diseñar con paciencia
y tolerancia las habilidades de
cada alumno haciendo con ello
una obra de arte universal.
5. Ser maestro digno es
reconocer los talentos,
soñar con un futuro mejor
y estar al frente del
porvenir.
6. La dignidad del maestro
es mantener su ética
profesional y ser
responsable del bienestar de
su propia actitud personal y
educativa.
7. La dignidad del maestro
se cultiva, se abona, se
alimenta, se enriquece y se
valora, con sus propias
acciones.
8. El maestro digno se renueva día
a día, está orgulloso de su
labor, le gusta navegar con el
conocimiento, le gusta trabajar
con ahínco y se esfuerza por ser
el ejemplo a seguir.
9. Por su gran valor, la dignidad del
maestro se fomenta día a día con el
ejemplo innegable y es un regalo
para la sociedad, es un estímulo
para las familias, es una bendición
para los alumnos ¡Es un triunfo
para sí mismo!.