El documento describe la Casa de Serra en Chipiona, España, que data del siglo XVI. Incluye un breve repaso histórico de Chipiona durante la época musulmana y su conquista por los cristianos. Luego proporciona detalles sobre la población y el paisaje urbano de Chipiona en el siglo XVI, incluida una posible reconstrucción de las calles y el tamaño de la población en ese momento. Finalmente, localiza la Casa de Serra y brinda detalles sobre su ubicación actual.
2. “Puerta de la Sirena”
Castillo de Santiago (siglo XV)
Foto: Óscar Franco
En la imagen aparece la Puerta de la Sirena, portada monumen-
tal del Castillo de Santiago; es de destacar el elemento mítico (la
sirena de doble cola) que pertenece al imaginario simbólico de la
Casa Ducal de Medina Sidonia, el hada Melusina, un ser mítico de
naturaleza acuática que presidía –amparando bajo sus brazos los
escudos de la Casa Ducal- el acceso al interior del castillo y cuya
mirada apuntaba hacia el exterior del mismo, hacia la ribera, hacia
la orilla del Guadalquivir en su desembocadura, precisamente ha-
cia esa misma ribera que vería hacerse a la mar a los barcos de la
Expedición Magallanes-Elcano. Es un elemento característico del
Patrimonio Histórico y Artístico de Sanlúcar de Barrameda, repre-
sentativo del contexto cultural y cronológico (la transición de los
siglos XV a XVI) al que pertenece el horizonte de los grandes via-
jes oceánicos en el que se inserta la I Vuelta al Mundo (1519-1522).
3. In Medio Orbe
Sanlúcar de Barrameda y la I Vuelta al Mundo
Actas del I Congreso Internacional sobre la I Vuelta al Mundo,
celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
los días 26 y 27 de septiembre de 2016
6. F R A N C I S C O R I E S C O G A R C Í A // 127
UNA VENTANA AL SIGLO XVI EN LA
DESEMBOCADURA DEL GUADALQUIVIR:
La casa del Marqués de Igay (Casa de Serra, Chipiona)
Francisco J. Riesco García1
Breve repaso histórico
De la Chipiona musulmana no se tienen noticias
ciertas. Aunque se le dé al castillo un origen ára-
be. Estos territorios y la población que hubiese
en este momento aquí, dependía de la Cora de
Saduna, una de las provincias del Califato de
Córdoba.
En el siglo XIII, la España musulmana que
habían unificado los almohades, entra en de-
cadencia tras la batalla de Navas de Tolosa en
1212, y aparecen los Reinos de Taifas. Esta cir-
cunstancia la aprovecha el rey Fernando III para
avanzar por el paso de Despeñaperros hacia
Andalucía. Con la toma de la ciudad de Sevi-
lla se intensifican las operaciones hacia la Baja
Andalucía.
En la Crónica del Rey Fernando III, se puede
leer …ganó a Xerez, y a Medina Sidonia, y a
Bexer, y a Santa María del Puerto, y a Cádiz,
questa dentro de mar, y a Sanlúcar de Alpechín,
y a Arcos, y a Lebrija, y a Rota, y a Trebuxena.
La conquista de Rota se fecha en el año 1251,
pero ésta es vuelta a tomar por los musulmanes.
Con el Rey Alfonso X volverá a ser conquistada
definitivamente.
Aunque en la crónica del rey Fernando III no
se menciona a Chipiona, se supone que es debi-
do a que era una pequeña población, a la que no
se le daba gran importancia.
Hay autores que atribuyen la construcción de
nuestro castillo al conde de Arcos, ya de nueva
planta o bien sobre las ruinas de otro existente,
por cuanto que se sabe que Alfonso X al recon-
quistar la provincia de Cádiz la fortificó.
Así Pedro de Molina incluye entre las merce-
des que Sancho IV concedió a Alonso Pérez de
Guzmán la tierra de la parte que los moros lla-
maron Chipiona, donde se edificó un castillo.
Don Alonso Pérez de Guzmán, que vivió en
el reinado de Sancho IV, muerto en 1295 y en el
de su hijo Fernando IV, poseyó en señorío entre
otras “las poblaciones de Trebujena, Rota, San-
lúcar y Chipiona, levantando en ellas castillos
para su defensa”.
A los pocos años de estar en posesión de ellas
casó a su hija con el conde de Arcos, Don Hernán
Ponce de León, del mismo título, y pasaron la
villa de Chipiona, su castillo y la pequeña iglesia
de Regla, entre otros bienes a los Ponce de León.
1
Arqueólogo profesional. Doctorando.
7. 128 // U N A V E N T A N A A L S I G L O X V I E N L A D E S E M B O C A D U R A D E L G U A D A L Q U I V I R
Apuntes sobre la Chipiona del siglo XVI
La Carta puebla de Chipiona data del 7 de julio
de 1477 y fue otorgada por Don Rodrigo Ponce
de León.
En 1492 Chipiona debía de contar aproxima-
damente con unos 100 vecinos que vienen a ser
unos 400 habitantes. La repoblación de esta tie-
rra basándonos en los apellidos, la mayoría de-
bía de proceder de otros lugares de Andalucía y
de comunidades como Castilla-León, Extrema-
dura, Castilla la Mancha, Galicia y de Valencia
(Naval y Rodríguez, 2011:31).
Como consecuencia de esta repoblación en el
primer censo conocido de Chipiona que data de
1523 donde se declaran 152 vecinos, esta cifra
multiplicada por 4 ó 5 que podían componer la
unidad familiar nos daba unos 680 habitantes y
donde se recoge que hay 8 vecinos que poseen
un palacio, entendiéndose como tal una casa de
dos plantas con un castillete (Naval y Rodrí-
guez: 2011, 32). Hay que tener en cuenta que
en los censos fiscales, como éste, no se incluían
por estar exentos de impuestos, nobles que no
debían de haber en la villa ninguno, hidalgos
puede que hubiese alguno, eclesiásticos y pobre
sin ningún ingreso.
Posteriormente en el Itinerario de Hernando
Colón se contempla que Chipiona estaba habitada
por 800 habitantes (Rodríguez Toro, 1988: 295).
Sin embargo en el censo fiscal de 1534 que se
realizó para conocer el número de vecinos, para
poder repartir los impuestos entre ellos, se le da
una población a Chipiona de 768 habitantes
(Domínguez Ortiz, 1977: 353 – 354).
El último censo conocido del siglo XVI es de
1588 y da para Chipiona una población de 690
habitantes (González, 1829: 184).
De lo cual podemos ver como la población
existente en Chipiona durante este siglo no
varía muchísimo y eso teniendo en cuenta las
diversas epidemias que asolaron Andalucía du-
rante este siglo. Sobre todo en los períodos de
1507 a 1508 y de 1521 a 1522 (Sánchez Man-
tero, 2001: 90).
Asimismo fue un momento muy convulso
pues se tiene noticia del temor que sentían sus
habitantes a los ataques de los berberiscos, a
través de las cartas que el concejo de Chipiona
envió al duque: éstos visitaron estas costas en
1523, 1524, 1525, 1552 y 1553.
Debido a lo cual el castillo fue rehabilitado
sobre los años 1527 a tenor de lo que se nos
cuenta en el párrafo de la Historia de Sanlúcar
de Barrameda “por el año 1529 arreciaron los
ataques y saqueos de los piratas moros y turcos
por estas costas. Esta constante amenaza hacía
que los toques de arrebato estuviesen a la or-
den del día entre Sanlúcar, Chipiona y Rota, y
se concertase un régimen de almenaras en 1527.
Incluso asomó por nuestras costas el legendario
pirata turco Barbarroja”.
En 1577, Luis Bravo de Laguna, en un infor-
me sobre el estado de las fortificaciones desde
Gibraltar hasta Ayamonte, menciona la for-
taleza de Chipiona, describiendo el estado de
abandono que tenía por aquellos años y pro-
porcionando las obras necesarias a realizar para
incrementar su valor poliorcético.
“A finales de 1587 el séptimo duque don
Alonso construía el baluarte del Espíritu Santo
para defensa y seguridad de la Ribera y preve-
nir el peligro tanto de turcos como de corsarios
ingleses y holandeses” (Moreno Ollero, 1990).
En 1589 el pirata musulmán Muley Arroes,
con mil hombres y nueve galeras intento desem-
barcar en Chipiona pero esta estaba defendi-
da por los duques de Arcos y Medina Sidonia
(Ruano et alii, 1985: 53).
La población de 1588 no volverá a tenerla
Chipiona hasta finales del siglo XVIII, debido
a la disminución de ésta por los problemas de
salud y de alimentación y quizás también a las
bajas por las incursiones berberiscas que no de-
berían de ser muchas, será en el Censo de 1782
cuando la población llega a 947 y en el de 1789
a 972 habitantes.
Partiendo de las Actas Capitulares del siglo
XVIII podemos observar que el viario de este
momento estaba formado por las calles Pedraza,
Banda de la Playa, Calle la Palma, Calle Canta-
rería, Callejón de Hospital, Calle Jesús, Cami-
no de Rota, Calle de la Mar, Calle del Torreón,
Calle Huerta, Callejón de la Playa, Cava y Vir-
gen de Regla. Todas ellas pertenecen al Casco
histórico de Chipiona a excepción de Virgen de
Regla. Si tenemos en cuenta que este viario es de
1760 y que la población de Chipiona continúa
8. F R A N C I S C O R I E S C O G A R C Í A // 129
/ Fig. 1. Trazado hipotético de la Chipiona del siglo XVI (elaboración propia)
TRAZADO HIPOTÉTICO
DE CHIPIONA DEL
SIGLO XVI
Yacimientos arqueológicos
1.- Castillo
2.- Algarín
3.- La Pañoleta
4.- Fray Baldomero
5.- Serra
6.- Larga 57
7.- Largo 58
8.- Parroquia
9.- Jesús de la Misericordia
10.- Hotel Curricán
11.- Casa de Pickman
12.- Isaac Peral
13.- Colegio de adulto
en descenso hasta 1782, debemos creer que el
viario del siglo XVI y el de 1760 debe de ser
muy parecido. Dentro de este viario se encon-
traban la plaza Mayor con la Iglesia parroquial,
la Plaza del Arquero, la Ermita de San Sebastián
y a las afueras el Convento de Regla.
Por lo tanto la población de Chipiona se debía
de concentrar entre las calles actuales de: Paseo
Cruz del Mar hasta el Castillo, Calle Doctor To-
losa Latour, Isaac Peral hasta Padre Lerchundi,
calle Cuatro Esquinas, Calle Nuestra Señora de
La O hasta Calle Larga hacia Calle Barrio y unir
con el Paseo de la Cruz del Mar.
Debe suponerse que en la Chipiona de este
momento, no existiese ningún muelle hasta el
siglo XVIII. Si se sabe que existían unos pozos,
que servían de fondeadero, situado mar adentro,
que permitía y permite, que los barcos que tenían
que remontar el Guadalquivir, en caso de baja-
mar, pudieran fondear a la espera de pleamar.
A estos pozos con frecuencia se les denominaba
como puerto (Naval y Rodríguez, 2011:84).
En la figura 2 se puede observar el camino
hacia los pozos cuando hay bajamar entre los
corrales de Cabito y la Longuera, el espacio sin
cerrar para corral y que su base es de piedra y
era por donde los carros cargados podían circu-
lar hasta el mismo fondeadero donde embarca-
ban las mercancías en los barcos.
Ya en el siglo XIX se estuvo utilizando como
embarcadero una estructura de piedra -especie
de malecón- desde donde se cargaban las barcas
con los toneles y se llevaban hasta los barcos.
A este se le llama el Muellecito y está a escasos
metros de este solar.
/ Fig. 2. Fotografía aérea de la ubicación del embarcadero
en el siglo XVIII (asociación Cultural Caepionis)
9. 130 // U N A V E N T A N A A L S I G L O X V I E N L A D E S E M B O C A D U R A D E L G U A D A L Q U I V I R
Localización
La Casa de Serra se halla ubicada entre el Paseo
Marítimo de la Cruz del Mar, la Calle Manuel
Bueno Castellano y la Avenida de Sanlúcar de
Barrameda.
A finales de febrero de 2001 con motivo del
vaciamiento del solar de la Casa de Serra, los
miembros de la asociación cultural Caepionis
observaron que entre la tierra que descargaban
los camiones, procedente de este solar, apare-
cían restos arqueológicos, lo que motivo que
el profesor de Historia D. Juan Antonio Garri-
do presentase una denuncia, en la Delegación
de Cultura de Cádiz. Debido a ésta y a que la
mayoría del material arqueológico estaba en
manos de la asociación cultural, la entonces ar-
queóloga provincial me encargo de acuerdo con
la empresa constructora para que realizase la
limpieza de los perfiles que habían quedado tras
el vaciamiento completo del solar.
La limpieza de los perfiles se realizó entre los
días 27 de febrero y el 17 de marzo del 2001,
fue muy dificultosa debido al temporal de agua
que aquellas fechas nos acompañó que unido a
como se encontraba el solar, se hizo difícil y pe-
ligrosa para el equipo de personas que me ayu-
daron en esta tarea2
.
En estas estratigrafías aparecieron restos ro-
manos, tardorromanos, medievales islámicos y
restos arqueológicos desde el siglo XIV al siglo
XIX.
Observados los diferentes perfiles nos centra-
mos en dos a los que denominamos A y B. En
el A debido a las remociones y a la cercanía de
las estructuras del edificio contiguo era bastante
complicado trabajar. Este era un talud que tenía
en la parte inferior un ancho 440 cm y en la
superior 320 cm. y una altura de 337 cm. en su
parte sur y 205 en su parte norte. Para hacer la
limpieza de este talud comenzamos en la parte
superior con un ancho de 5 cm. y al llegar al
fondo tenía un ancho de 105 cm. En este se pu-
dieron observar diversos muros y una construc-
ción que parece ser un horno.
Del perfil B que es la estratigrafía que va pa-
ralela a la casa nº 6 de la Avenida de Sanlúcar
y se encuentra en la parte derecha del solar fue
factible su limpieza y estudio (fig. 4).
/ Fig. 3. Ubicación de la Casa de Serra (elaboración propia)
2
Quiero dar las gracias al equipo que me ayudó en las limpiezas de los cortes, formado por Jesús Rodríguez, Juan Antonio
Garrido, Juan Carlos Riesco, Javier Rico, Marco Castro y Jesús Otero y a la Asociación Caepionis por el apoyo prestado.
10. F R A N C I S C O R I E S C O G A R C Í A // 131
> Fig. 4. Estratigrafía
B de la Casa de
Serra (elaboración
propia)
Este corte medía 12´50 metros de largo, en la
parte izquierda de esta estratigrafía y a unos 60
cm. de su comienzo aparecía una fosa que llega-
ba hasta los 2´05 metros y debajo de ella había
una construcción de época moderna que se diri-
gía hacia la finca contigua.
Durante la limpieza de este perfil se pudo
comprobar una estratigrafía con ocho estratos
y cinco muros uno de ellos contemporáneo que
corta la estratigrafía completamente.
Los materiales recogidos abarcan diferentes pe-
ríodos. Así fuera de contexto y recogido por los
miembros de la Asociación Caepionis del vertede-
ro donde se echaban las tierras que se sacaban de
este solar, se recogió un instrumento pulimenta-
do, una cruz de marfil y otros materiales a los que
no se puede asociar con ninguno de los estratos.
El estrato I lo formaban los restos del derribo de
la casa de Serra, está tenía una anchura de 10 cm.
El estrato II (U.E. 2) está formado por un pa-
quete de tierra de color marrón claro, con una ex-
tensión de 1080 cm y su ancho variaba entre los
10 y los 4 cm. Los materiales que se encontraron
en este correspondían a los siglos XVIII y XIX.
El estrato III (U.E. VIII) está formado por un
paquete de tierra de color marrón oscuro de 675
cm. de largo. En su parte izquierda se forma una
fosa de 110 cm. de ancha y 108 cm. de alta. Este
paquete está cortado por las U.E. 6 y 7. El resto
del estrato mide entre 12 y 20 cm. de ancho. Su
cota media está a unos 70 cm. Los materiales
hallados en este son los que van estudiar a con-
tinuación. Siglos XVI-XVII.
Las cerámicas más antiguas halladas en Serra
son las series de gótico-mudéjar valenciana, la
verde y negra de Paterna y los distintos frag-
mentos de loza azul, junto con la loza sevillana
blanca y verde. Con un desarrollo cronológico
que puede abarcar de finales del siglo XIV hasta
un siglo XVI (Gutiérrez et alii, 2010: 309).
En cuanto a la cerámica verde y negro manga-
neso que está representada por algunos fragmen-
tos cerámicos que pertenecen al estilo denomi-
nado Paterna evolucionado (Lerma et alii, 1996:
190 y 195) y otros lo denominan serie evolucio-
nada (Coll Conesa, 2002: 47-48; 2004: 73). Se
le da una cronología de anterior a mediados del
siglo XIV (Lerma et alii, 1986: 190), y otros in-
vestigadores proponen el siglo XIV completo.
Dentro de las cerámicas de procedencia valen-
ciana se ha podido reconocer un fragmento de
cerámica tardogótica de decoración radial a la
que se da una cronología del siglo XVI (Mesqui-
da, 1996, 2002).
> Fig. 5. Fragmento
con decoración radial
(elaboración propia)
11. 132 // U N A V E N T A N A A L S I G L O X V I E N L A D E S E M B O C A D U R A D E L G U A D A L Q U I V I R
A la loza azul cobalto se le da una cronología
entre el tercer cuarto del siglo XIV y el siglo XV.
Este estrato está formado por un conjunto de
materiales de cerámicas vidriadas y fundamental-
mente por cerámicas esmaltadas, mayólicas o de
loza. Estas cerámicas se sumergen en una solu-
ción estannífera antes del horneado. Junto a estas
aparecen producciones de origen bajo andaluz y
en concreto origen sevillano y cerámica de proce-
dencia levantina, esta es muy importante porque
nos ayuda a determinar el inicio del estrato.
El grupo más importante aparecido en este
estrato son las cerámicas vidriadas y del grupo
meladas por ambas superficies que suelen uti-
lizarse para el servicio de mesa compuesta por
platos, escudillas, cuencos y jarros que se pue-
den enmarcar en un siglo XV, aunque también
aparecen modelos en loza blanca lisa que se fe-
chan en mediados del siglo XVI. Las escudillas
son carenadas con el pie indicado por un rehun-
dimiento en la base son del tipo X y tienen una
cronología de un siglo XV avanzado. Y la escu-
dilla con pared carenada, borde exvasado y pie
realzado que sigue y se parece a los modelos de
loza blanca que datan a mediados del siglo XVI.
Dentro del grupo melado se ha observado
fragmentos que están melados en la superficie
interior y la exterior no lo está, otros están me-
lados en la superficie interior y la exterior está
quemada. Lo cual debe responder, a que puede
pertenecer a cazuelas u ollas. Hay otros frag-
mentos que están melados en el interior y la
exterior está con un melado parcial. Entre los
fragmentos recogidos había uno que correspon-
día a un galbo y tenía un mamelón y ambas su-
perficies meladas.
> Fig. 6. Fragmento de
melada con la superficie
exterior quemada
(elaboración propia)
Dentro de este grupo de cerámicas vidriadas
también aparecen representada por las cerámi-
cas vidriadas de verde en ambas superficies pero
también aparecen algunas que solamente tiene
vidriada la superficie interior. La gran fragmen-
tación no permite muchas veces saber a qué tipo
de forma pertenecen.
Igualmente también aparecieron dos frag-
mentos de cerámicas vidriadas en amarillos en
ambas superficies e igualmente no se sabe a qué
tipo de forma pertenece.
Otro grupo que también se encuentra repre-
sentado en la Casa de Serra es la serie de melada
y manganeso en platos y cuencos vidriados por
ambas superficies y decoración en manganeso
en el anverso y los motivos decorativos son reti-
culados, palmetas y semicírculos. Está formado
por cuencos y platos que son muy abiertos. La
mayor parte de los fragmentos encontrados son
de pequeño tamaño lo que hace difícil reconocer
los motivos decorativos. Este grupo cerámico se
puede fechar entre el siglo XV y las primeras
décadas del siglo XVI.
- Fig. 7. Fragmentos melados con decoración en óxido de hierro manganeso (elaboración propia)
12. F R A N C I S C O R I E S C O G A R C Í A // 133
Las cerámicas esmaltadas son las que después
de una primera cocción se sumergían en una so-
lución estannífera para después volverse a cocer
de nuevo.
De este momento es también la loza azul y mo-
rada también conocida por Isabela polychrome
(Pleguezuelo y Lafuente, 1995: 228, fig. 18.10).
También aparece algún fragmento en azul y ne-
gro manganeso; la cronología de estos tipos son
de la segunda mitad del siglo XV y mediados del
siglo XVI (Pleguezuelo et alii, 1997:132).
- Fig. 8. Loza azul y morada (elaboración propia)
Otro grupo representado en este estrato es la
loza dorada, así llamada por su reflejo metálico
de tono cobrizo, porque se obtenía al substituir el
óxido de plata por los de cobre en su fabricación.
El fragmento es una orejeta de una escudilla que
podemos situar entre el tercer cuarto del siglo XV
-y prolonga su vigencia- hasta las primeras déca-
das del siglo XVI (Coll Conesa, 2002: 74).
> Fig. 9. Fragmento de
orejeta de escudilla
de loza dorada
(elaboración propia)
La técnica para conseguir la loza blanca pro-
cede Medio Oriente y Egipto y se remonta al
siglo IX y no llegará a Occidente hasta el siglo
XIII o XIV. El objetivo del alfarero era ocultar la
modesta arcilla con la aplicación de óxido opa-
cificante y estos óxidos podían ser con base en el
estaño o el plomo. Esta técnica consistía en que
los alfareros introducían las piezas en el horno
una primera vez para el bizcochado y una se-
gunda vez para la cocción del barniz estannífero
(Amigues, 1955a: 137).
La loza arcaica sevillana estuvo muy influen-
ciada por lo talleres nazaríes y levantinos (Ple-
guezuelo, 2005: 226).
Dentro de las cerámicas esmaltadas el grupo
cerámico mejor representado es la loza, recibe
este nombre del proceso técnico para la confec-
ción de las cubiertas mediante vitrificación. Una
vez bizcochadas las piezas se recubren de una
engalba blanca estañada. Cuando ésta seca de
su primer tratamiento, se recubre con una fina
capa de óxido de plomo que tras la segunda co-
- Fig. 10. Cuencos y escudillas de loza blanca (siglo XV-XVII) (elaboración propia)
13. 134 // U N A V E N T A N A A L S I G L O X V I E N L A D E S E M B O C A D U R A D E L G U A D A L Q U I V I R
- Fig. 11. Lineal paralela
(elaboración propia)
- Fig. 12. Lineal ondulada
(elaboración propia)
- Fig. 13. Azul figurativa
(elaboración propia)
chura tornase transparente y las diferencia de
las más vitrificadas (Pleguezuelo, 2005: 354). A
esta se le puede dar una cronología que abarca
desde el siglo XV hasta el siglo XVII.
También aparece la loza Azul sobre Blanco
que es propia de este momento. En esta produc-
ción se han establecido diversas series en fun-
ción de su decoración (Pleguezelo et alii, 1997:
137-138; Huarte Cambra, 2002: 347-348).
Estas aparecen en diferentes formatos: la Serie
Azul Lineal que se caracteriza por presentar
líneas en azul cobalto sobre un fondo blanco.
Según los motivos representados se distinguen
variantes, así tenemos la “lineal paralela”, “la
lineal ondulada”, esta última se caracteriza por
las líneas curvas entrelazadas y enmarcadas en
paralelas. También está representada la Azul fi-
gurativa, así llamada por la decoración con te-
mas vegetales y florales. Estas se pueden situar a
mediado del siglo XVI.
En uno de los fragmentos encontrado de azul
sobre blanco se puede ver una decoración radial
en el centro de lo que parece una fuente, esta com-
posición está ampliamente documentadas duran-
te los siglos XIII y XIV, tanto en las producciones
nazaríes de loza azul y dorada (Flores Escobosa,
1991:413) como en las gótico-múdejares valen-
cianas (Barrachina et alii, 1984: 424). Sin embar-
go esta debe ser datada a mediados del siglo XVI.
> Fig. 14. Azul sobre
blanco con
decoración radial
(elaboración propia)
Otro tipo de cerámica es la Azul sobre Azul,
también denominada Ichtucknee blue on blue
en la bibliografía anglosajona (Goggin, 1968:
135-141). El nombre lo recibe del azul cobalto
de fondo y sobre el que se pinta en azul mari-
no más oscuro. Esta cerámica tiene una proce-
dencia ligur y se implantó en Sevilla de la mano
de estos alfareros. Está representada por varios
fragmentos; uno de ellos pertenece a un plato y
se encuentra decorado por ambas caras, en la
interior con motivos florales y la exterior por
líneas que se entrecruzan. Está datada en las pri-
meras décadas del siglo XVI.
- Fig. 15. Fragmentos de loza azul sobre azul (elaboración
propia)
También se ha podido constatar la loza polí-
croma realizada en los alfares sevillanos pero de
clara influencia talaverana. Se trata de un frag-
mento amorfo con bandas concéntricas en ocre
y perfilada entre dos bandas azules.
Los centros alfareros foráneos también están
representados en Serra, como es el centro itálico
de Montelupo con su cerámica esmaltada (fig.
16). Esta cerámica se caracteriza por su pasta
muy blanca. Este fragmento amorfo forma par-
te del grupo polícromo geométrico y la deco-
ración que puede verse es parte de un rombo y
14. F R A N C I S C O R I E S C O G A R C Í A // 135
una línea curva y ocupa casi toda la superficie
y la decoración a base de colores como el azul,
naranja y blanco. Pertenece a la fase ítalo-mo-
risca tardía que se data desde mediados del si-
glo XVI hasta principios del siglo XVII (Berti,
1997: 192-193 y 364).
> Fig. 16. Cerámica de
Montelupo
(elaboración propia)
- Fig. 18. Pipa (elaboración propia)
Los vidrios también están presentes en este
estrato con fragmentos de pulseritas tanto lisas
y como torsas y estrechas. A parte aparecieron
dos fragmentos amorfos de vidrio y un tapón.
Dentro de este grupo de esmaltada también
aparece la cerámica del tipo (Marbled ware) que
se produjo en Pisa (Italia) con pastas blanqueci-
nas y engobadas con decoración marmorizada.
Este fragmento pertenece a un plato o cuenco y
está coloreado en tonos marrones. Su cronolo-
gía es de un siglo XVI-XVII.
> Fig. 19. Pulseras
torsas (elaboración
propia)
> Fig. 17. Fragmento de
cerámica engobada
(elaboración propia)
Entre los metales quizás el más interesante sea
una moneda de 16 maravedíes de Felipe IV acu-
ñada en 1640.
Un grupo minoritario que también aparece re-
presentado por unos pocos fragmentos amorfos
es la porcelana china que se puede fechar en este
mismo período.
Por otra parte se pudo recoger también un
fragmento de azulejo decorado de azul sobre
blanco que está datado entre el siglo XVI y
XVII.
Entre el diverso material que se encontró tam-
bién apareció una pipa de caolín bastante com-
pleta, con su cazoleta decorada con unas líneas
verticales y su parte recta. A estas se les da una
cronología de la primera mitad del siglo XVII.
- Fig. 20. Moneda de 16 maravedíes de Felipe IV
Además aparecieron algunos alfileres de bron-
ce. El hierro lo tenemos representado por algu-
nos fragmentos como una lámina, un clavo y un
trozo de hierro amorfo que no han sido estudia-
dos de momento. También se encontraron sellos
de plomo junto con un utensilio también de plo-
mo que puede ser una pesa de red. Igualmente
apareció una escoria que no ha sido estudiada.
15. 136 // U N A V E N T A N A A L S I G L O X V I E N L A D E S E M B O C A D U R A D E L G U A D A L Q U I V I R
De piedra aparecieron tres núcleos de sílex
que puede ser piedras de chispa de fusil y una
bola de piedra parece que es una bala de cañón.
Además aparecieron algunos alfileres de bron-
ce. El hierro lo tenemos representado por algu-
nos fragmentos como una lámina, un clavo y un
trozo de hierro amorfo que no han sido estudia-
dos de momento. También se encontraron sellos
de plomos junto con un utensilio también de
plomo que puede ser una pesa de red. Igualmen-
te apareció una escoria que no ha sido estudiada.
El registro osteológico
Los restos óseos sacados del estrato nos dan
unos datos sobre los recursos alimenticios y la
dieta de estos hombres de la Edad Moderna.
En cuanto a los huesos se puede decir que res-
ponden a una cabaña ganadera de tipo medite-
rránea de bóvidos y ovicapridos. Pero llama la
atención la aparición de huesos de suidos como
el jabalí. Como los restos todavía no se han sido
estudiados todavía, no sabemos si contamos con
animales de corral y cinegéticos de caza menor.
Apareció un hueso que parece de ave de corral
con una de sus rotulas trabajada y parece que
hicieron con ella un sello.
Más importancia tuvo la pesca y el marisqueo
para esta población como parece demostrar las
boyas de pesca que aparecieron y los restos de
ictiofauna y malacofauna.
Esta importancia de la pesca y del marisqueo
está ampliamente demostrada por los corrales
de pesca que se hallan a lo largo de toda la cos-
ta de Chipiona y sin ir más lejos, ésta casa es-
taba junto a tres corrales de pesca que aunque
algunos eruditos dan una antigüedad a estos de
tiempos de los fenicios y otros piensan que lo
hicieron los romanos, lo cierto es que la prime-
ra evidencia cierta de su existencia es de 1399
cuando Pedro Ponce de León dona al convento
de Regla un corral de pesca, que se encuentra
en la Cuba, libre de carga para el sustento de
los frailes agustinos según se recoge en la His-
toria Sacra de Fray Diego de Carmona (Libro
IV: 231v). En 1560 un vecino de la localidad de
Chipiona dona al convento de Regla el corral de
Pelaio (Moreno Ollero, 1980). Con lo que pue-
de quedar demostrada la importancia de éstos.
En estos se pueden capturar todo tipo de pesca-
dos de mar, como: Robalo, baila, mojarra, herre-
ra, dorada, crustáceos como los camarones y can-
grejos de los tipos: mariquita, nécora, vaquitas y
moro; pijones o babosas, erizos y ortiguillas entre
otros y en sus playas se pueden recoger almejas
de los tipos chirla y fina; a la vez en sus piedras se
pueden recoger diferentes tipos de malacofauna.
En este estrato pudimos encontrar espinas de
pescado todavía no analizadas.
De malacofauna se recogieron restos de La-
pas o (Patella nigra), almejas (Tapes Ruditapes
decusatus), cañailla (Heraplex trunculus trun-
culus), caracola (Thais haemastoma), ostiones
(Crassostrea angulata) y burgaos (Monodonta
lineata), peregrina y conchas de choco (Sepia
officinalis), todos ellos moluscos marinos. Tam-
bién se recogieron crustáceos como bocas de
cangrejos (Maja squinado).
Esto es un pequeño avance de lo que se conoce
en este momento y a espera de un estudio cientí-
fico de todos los restos que nos pueda dar bases
de subsistencia de esta población.
Otros lugares con materiales de la época
A escaso cien metros de distancia de este yaci-
miento se encuentra el Hotel la Pañoleta. Duran-
te el vaciado del solar donde se iba a construir el
hotel, los componentes de la asociación cultural
Caepionis observaron que entre las tierras que
sacaba la excavadora aparecían fragmentos de
cerámicas y se dedicaron a recoger las que pu-
dieron, posteriormente al vaciado lo pusieron a
mi disposición para que las viese, pudiéndose
comprobar que entre los materiales había, frag-
mentos cerámicos tardorromanos, islámicos y
materiales cerámicos del siglo XVI al XIX.
Entren los materiales del siglo XVI y se pudo
comprobar que había loza azul sobre blanco da-
tada entre 1500 a 1550, loza azul y morada sobre
blanco fechada entre la segunda mitad del siglo
XV y mediados del siglo XVI, cerámica mayólica
de Montelupo (Italia) del grupo polícroma figu-
rativa fechada entre 1500 y 1550, entre otras.
Hay otros yacimientos localizados que se mues-
tran en la fig. 1 y que nos han servido para poder
delimitar cuál era la Chipiona del siglo XVI.
16. F R A N C I S C O R I E S C O G A R C Í A // 137
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