2. ...
Un día se levantó. Quería
pintar un delfín. Pero no
podía. Sus dotes de pintor
se habían esfumado. Lo
intentaba y lo intentaba,
pero no podía. Manuel
estaba muy triste.
Mientras lloraba, se acercó
a la ventana para ver el
paisaje de invierno que
tenía su jardín, y vio un
mago.
3. ...
Sorprendido, bajó corriendo las
escaleras de su casa, y cuando
llegó al jardín, se paró a mirar
al mago. Tenía una túnica
azul con muchas estrellas, y
un sombrero que acababa en
punta, también con muchas
estrellas plateadas. Tenía una
barba que le llegaba a las
rodillas, y Manuel pensó
cómo podría andar sin
tropezarse con su propia
barba. Tenía los ojos azules
oscuros.
4. De repente se dio cuenta de que la nieve
que cubría todo el jardín a los pies del
mago se derretía. Y sin querer las
...
palabras se le escaparon:
¿Qué hace usted aquí?
Y el mago le respondió:
Soy el mago “Magicus”, y estoy aquí
porque me han avisado que tu don
para pintar ha desaparecido, y te voy a
ayudar a recuperarlo. Creo que ha sido
el malvado “Marvillus”, que hace
desaparecer los dones de todos los
niños del mundo.
5. A Manuel le pareció un poco raro,
qu
don, aceptó con muchas ganas.
...
pero al oír que podía recuperar su
-Muy bien, -le dijo Magicus- ahora
te voy a dar unos polvos mágicos
para que todo lo que pintes se
haga realidad, pero cuidado, solo
se pueden usar una vez.
Cuando llegaron a la cueva del
villano, el malvado Marvillus
estaba haciendo un hechizo para
quitarle el don a todos los niños
del mundo. El hechizo lo
guardaba en una bolsa de
terciopelo rojo
6. ¡Shh!.- le dijo Magicos a
- ...
Manuel-Si Marvillus se entera de
que estamos aquí, nos lanzará el
hechizo a nosotros.
Entonces a Manuel se le ocurrió
una brillante idea: en una libreta
dibujó lo que parecía ser un
pájaro. Al lado escribió: quita la
bolsa con el hechizo a Marvillus,
y echa el hechizo encima suya .
Luego Manuel le echó los polvos
mágicos de Magicus.
7. Y... final
Increíble!. De su libreta salió el pájaro que
había dibujado, y, siguiendo las órdenes de
Manuel, le quitó la bolsa con el malvado
hechizo al malvado Marvillus, y se los
echó encima. De repente Marvillus perdió
su don: el don de hacer magia. Y así dejó
de poder hacer su malvado hechizo, y los
dones perdidos de los niños del mundo
volvieron. ¡Ahora Manuel podría dibujar
otra vez sin problemas!. Como
agradecimiento, Magicus le dio un millón
de bolsas de polvo mágico, ¡para que haga
realidad todo lo que pinte!.
Cuando volvió a casa, Manuel siguió pintando
feliz, y solo cuando era necesario, hacía
que lo que pintaba se hacía realidad,
porque había aprendido que la magia
también podía ser muy mala.