2. Un día entre risas confesaste
ser un dispositivo electrónico,
táctil, accionable con tan solo
un ligero toque en cualquier punto.
Después descubrí tus manos sedosas,
suaves
como un rocío en la aurora.
Con ellas me embarqué
en un placentero viaje aVenus,
navegaste mi mapa de debilidades,
reseteaste mi sistema,
activaste mi memoria sensitiva,
curaste mis heridas
con brújula segura.
3. Aprendí que tus manos
guardan el saber de los libros ancianos
que el destino abre al azar
por la página que toca
desvelando líneas ya escritas,
aflorando sensaciones aún no vividas.
¿Cuál es su secreto
para hacerme prisionera
de esas manos sin llevar esposas,
que me obliga a seguir con la mirada
los elocuentes movimientos
de sus gestos?
Dime qué teclas con ellas accionas
que abres mi alma
y mis entrañas.